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El arte de conservar

​​Por: Verónica Hoyos Giraldo | vhoyosg1@eafit.edu.co | @verohog ​

 

Me reuní con Ángela María Muñoz, conservadora del Museo de Antioquia desde el 2018 para hablar de la importancia de la conservación en los museos.

¿Qué es la conservación?

La conservación consiste en salvaguardar la información de los objetos culturales o patrimoniales. Se divide en 3 temas: Primero, la conservación preventiva, que es sobre todo, lo que yo me dedico a hacer en el Museo de Antioquia; me dedico a atender todas las condiciones del entorno de ese objeto para que no se deteriore. En un museo como este, y en los museos en general, ¿qué hacemos? Ver las condiciones de iluminación, de humedad, de temperatura, las condiciones de manipulación …. La conservación en general, consiste también en identificar todas las necesidades en conservación que tienen los objetos: las necesidades, la planificación, los planes y programas para atender a sus necesidades. 

¿Y qué es la restauración? 

La restauración es una restitución de valores. El aspecto estético, solo el aspecto estético, es importante porque hay obras que su función es netamente estética, y si yo identifico que hay una alteración que no me permite leer la obra en términos estéticos, ni disfrutarla visualmente, tengo que restaurarlo. Por ejemplo, tienes una pintura y en el centro hay una imagen con un rostro, y resulta que hay un hongo que se está comiendo el rostro, pero estructuralmente por detrás no está pasando nada y yo ya estoy dejando de ver la imagen. Esa imagen es información, y es información que se transmitió de manera estética, entonces yo tengo que intervenir para detener eso; y no es netamente técnico, sino que se trata de restituir valores a través de intervenir la materialidad.

¿Crees que existen límites en la restauración?

Los límites dependen del entendimiento de los deseos. Cuando yo voy a restaurar un objeto ¿qué tengo que hacer? ¿Qué debo tener en cuenta? lo primero es tener un conocimiento profundo de ese objeto desde distintas perspectivas: yo como restauradora tengo que conocer la técnica, quién lo hizo, cómo lo hizo, cuándo lo hizo, en qué momento lo hizo, qué era importante para ese artista cuando lo hizo, en qué territorio se creó, qué importancia tiene ese objeto hoy para la gente y qué importancia tendrá mañana, porque restauramos justamente para que esos valores sean conservados.

Entonces, cuando hablamos de los límites, evidentemente hay límites, y eso tiene que ver con los criterios: cuando conocemos la obra sabemos qué necesidades tiene, pero yo como restauradora, puedo tener una posición distinta a otros y ahí es cuando la restauración es un asunto de argumentos. Los límites son que tú no vayas a tergiversar la información, que la mano del restaurador no exceda ni tergiverse la información que ese objeto por sí mismo transmite. Porque como es una situación de valores, yo no voy a alterar esos valores, ni la estética, ni las estructuras, ni la materia.

¿Cómo seleccionan las piezas que pasan por restauración?

Hay algo muy importante, y es que en el Museo de Antioquia tenemos muchas necesidades de conservación, pero digamos que no hay una gran cantidad de objetos que estén candidatos para restaurarlos; sí los hay, por supuesto, pero ¿cómo la seleccionamos? Por el nivel de urgencia que pueda tener esa obra (…)  son muchos factores que se tienen en cuenta dónde está ubicada la obra, si va a ser exhibida, si no, si el deterioro es muy alto…, por ejemplo, si tienes una obra que tiene deterioro biológico activo, entraría como candidata a restauración de primero, no solamente porque se va a deteriorar, sino que se convierte en un riesgo para el resto de la colección, entonces eso la hace perfecta de intervención. 

¿Cómo hacen la conservación preventiva en el Museo?

Tenemos unos aparatos que se llaman dataloggers en cada una de las salas que nos permiten medir los niveles de humedad y temperatura. Cuando estos niveles están muy altos o muy bajos, nos dicen si tenemos que hacer alguna modificación. En la sala colonial, tenemos unos cuadrados blancos: son deshumidificadores, esos aparatitos lo que hacen es chuparse la humedad.  Hacemos brigadas de conservación: cada mes se hace una jornada de limpieza en todo el museo con el personal de salas para eliminar el polvo, porque, aunque creas que el polvo es inofensivo, se va acumulando y luego va a tocar intervenir las obras.

¿Qué materiales usan para hacer las restauraciones?

Depende del tipo de obra que vayas a intervenir. Todas las obras tienen una materialidad distinta: tenemos el grupo de los metales, materiales orgánicos como la tela, madera…, entonces, dependiendo de cada material, usas adhesivos distintos, usas solventes distintos (…), incluso el agua es considerada un solvente, la saliva es otro solvente. Antiguamente, limpiábamos con saliva: cogías el hisopo, te lo metías a la boca y limpiabas la pintura. Ahora existe la saliva artificial.

Usamos borradores de distintos tipos, por ejemplo, para obras en papel usamos borrador en polvo para no hacerle presión a la obra. Usamos bisturís, cepillitos, brochas. Usamos, por ejemplo, para la limpieza de papel, una serie de telas. Usamos procesos, también, cámaras de vapor, de cámaras de succión…

¿Cómo se hace el proceso de documentación?

Se hace antes, durante y después. Para eso, la fotografía es fundamental. Tú cuando vas a restaurar una obra tienes no solamente que documentar la historia, sino que tienes que documentar el estado en el que te encuentras ahora; usas también gráficos de deterioros: sobre la imagen vas marcando en qué lugar hay que deterioro. Existe algo que se llama colecciones colombianas, que es un programa de software en el que tú ingresas toda la documentación asociada: la identificación, medidas, técnica de elaboración, el título, el artista…, entonces pones si el estado de conservación es bueno, si está completo, observaciones, si tiene x o y detalle. Tienes que documentar qué hiciste, tomar fotos a lo que hiciste, explicar por qué lo hiciste y lo más importante antes de empezar la restauración son los criterios de intervención: tienes que saber qué le vamos a hacer a esa obra, pero sobre todo argumentar por qué, y eso tiene que estar escrito para que se entienda en el futuro.

El trabajo del restaurador va más allá de salvaguardar una obra, su trabajo es conservar la cultura que a su vez conserva valores artísticos y educativos; por esto, sentí que el trabajo de Ángela debía ser difundido, porque gracias a ella el arte perdura, el artista perdura y la sociedad sigue aprendiendo de este. Los museos son la cuna de la conservación del arte, y este es un espejo de lo que ocurre en las sociedades. Conservar el arte, es conservar la cultura.