Por: David Ochoa Soto | @esetal_ochoa
I
LA ARTISTA
Una tarde muy lluviosa,
Una plaza para el artista
No soy nadie si te miro
En tu mirada perdida.
Esa estatua color bronce
Nuestro diálogo vigila
Somos prófugos del mundo
Donde amar es ser caníbal.
Apenas nos conocimos
Y ya hablamos de Argentina,
De viajar sin rumbo fijo
Escuchando musiquita.
No soy nadie si te miro
En tu mirada perdida
Yo te amo en el silencio
Lo diré toda la vida.
Tu cabello rojo intenso
Y tu ropa grita artista.
Apenas nos conocimos:
Te amaré toda la vida.
II
LA PUNKETA
En tus botas brillan las púas
Y en tu camisa hay un lienzo.
No se escuchan los sonidos
Nada de romance siento
Me pierdo en tu palidez
Y en la atracción por tu cuerpo.
Este parque entre calles:
El nirvana del punketo.
Eres la música del lugar
¡Mierda, me encanta tu atuendo!
Pasan miembros de tu banda
gritan: ¡yo nunca miento!
Debe ser algún cantico,
Algún himno de los viejos.
La multitud de estatuas
Parece hecha con hielos,
Pintada de color bronce
Un tesoro de este imperio.
Las efigies toman nota
De mi labia, cómo miento.
Tu pelo verde que enloquece
Esa atracción por tu cuerpo.
Te lo he dicho, no te amo
¡Mierda, me encanta tu atuendo!
III
LA BOHEMIA
Un quieto niño de bronce
Una cita de bohemio.
Dos chelas, la buena música
Y un fuerte olor a bareto.
Estás aburrida, lo sé.
Tu buscas amor, no sexo.
Siento que me admiras mucho,
desde mi voz hasta mis verbos.
No entiendo qué tanto ves,
sí mis ojos o mi ceño.
No me sigues ningún tema,
Me dejas maltrecho.
Tú no eres soporífera,
¿Por qué tienes pelo negro?
Muchas dudas en mi mente
Y este guaro ya es el sexto.
Agradezco la compañía,
siempre es bueno ser bohemio.
Mi monólogo fue (de) arte,
Música vieja y sexo.
Mi primera cita de Tinder,
y la última en efecto.
Muchos testigos de bronce
De esa tarde en los infiernos.