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EAFITNexosEdiciones¿Por qué le huyes a la oscuridad?

¿Por qué le huyes a la oscuridad?


July Tatiana Muñoz Sánchez 

En los miedos más comunes encuentras la oscuridad, rodeada de vinculaciones negativas, siendo ausencia de luz, simbolizando maldad y representando la parte oscura de la esencia de los demás.  

Como humanos tendemos a rechazar lo que nos produce malestar, haciéndonos ciegos frente a los ecos de la oscuridad, pero te has puesto a pensar... ¿qué harías sin la opacidad?

La rechazamos, pero inconscientemente la buscamos, y he ahí el emocionante ejercicio de vivir, lo que hoy son errores, mañana es experiencia, y poco a poco eso que crees debilidad te hará fuerte. 

Y es que tenemos a la luz en un pedestal de todo lo que está bien, pero ésta a su vez, lejos de ser pura, es una mezcla de colores del espectro. Y sí, colorea la vida, pero la falta de colores crea figuras a escondidas, de manera que se puede ser prisma, dispersar la luz y convertirla en colores, ralentizar y curvar su camino, pero no evadir la oscuridad, después de todo, en el contraste está la libertad. 

¿De qué color serían los recuerdos sin las sombras que le dan intensidad?
 
Así se vea en el reflejo una simple sombra no hay necesidad de aparentar, está de moda ser luz en el camino de los demás, pero nadie se ilumina intentando eclipsar, sino haciendo consciente su oscuridad. Lo cierto es que sin ella la vida sería una travesía sin brillo y de ahí resulta la belleza del equilibrio.  

Después de todo, si ven luz es porque la oscuridad está cerca, así que está bien apagarse, está bien no ser quien ilumine la habitación al entrar, y está bien estar mal. 

Ustedes deciden si asfixiarse en su propia oscuridad disfrazada de luminosidad en lugar de bailar en la tiniebla al compás de la tragedia. Nadie está libre de sufrimiento y esto no es necesariamente una desgracia, así que ¿por qué despreciar lo malo si conduce hacia lo bueno, por qué huir de la oscuridad si resalta el brillo de la luminosidad? 

Pensando así le perdí el miedo a la oscuridad. Con mis ojos color marrón, mi mente en una neblina de indecisión y una aurora en mi corazón.

Porque cuando pensé que todo era negro, no me molesté en colorear todos los rincones y descubrí que hasta mi lado más sombrío está lleno de pigmento.
 
Y es que hasta la escala de grises tiene su deleite, así que así voy, sin apagar ni avergonzarme del negro en mi vida, por el contrario, con todos los colores coincidiendo en armonía, en una oscuridad la cual, después de todo, sólo es un ápice de luz esperando a ser percibida.