Encontrar procesos de articulación entre administraciones municipales; aprovechar las bondades de una institución como el Área Metropolitana del Valle de Aburrá; establecer prioridades para trabajar de la mano de la Policía Metropolitana y priorizar la inversión en educación, deporte y cultura son algunas de las estrategias discutidas en el diálogo Seguridad ciudadana en las metrópolis: una reflexión sobre los desafíos de la planificación y la gestión metropolitana de la seguridad ciudadana.
Entre los participantes del encuentro, que se realizó el martes 27 de noviembre en EAFIT, estuvieron Édgar Ramírez de la Cruz, del Centro de Investigación en Economía de Ciudad de México; Federico Gutiérrez Zuluaga, alcalde de Medellín; Eugenio Prieto Soto, director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá (Amva); Jairo García Guerrero, secretario de Seguridad de Bogotá; Omar Julián Salas Rojas, director de Justicia Seguridad y Gobierno en el Departamento Nacional de Planeación; y Pablo Sanabria, profesor de la Escuela de Gobierno en la Universidad de los Andes.
El Alcalde de Medellín participó en el diálogo Retos compartidos y desafíos institucionales para la gestión de la seguridad ciudadana en clave de gobernanza, un intercambio de argumentos con el director del Amva y el docente de la Universidad de los Andes, en el que también participaron Isabel Gutiérrez, directora de EAFIT Bogotá, y Juan Pablo Mesa, asesor del Observatorio del delito en la Dijín de la Policía.
“Estamos en la articulación de los delitos que se dan en los territorios y en el proceso de consolidar la información. Se creó el Consejo Metropolitano de Seguridad, organismo encargado de trazar la ruta en un proceso acompañado de cerca por nosotros, un proceso de gobernanza en el que los liderazgos son muy valiosos, y Medellín viene liderándolo de manera muy respetuosa con los demás alcaldes”, aseguró Eugenio Prieto.
Problemas como la falta de interés de algunos mandatarios por aportar a las capacidades de sus municipios en la resolución de ciertas problemáticas que, quizás, afectan más a otros vecinos, y la necesidad de comprender el territorio metropolitano como un todo dinámico en donde las fronteras son solo líneas imaginarias hacen parte de los retos planteados por los participantes en este intercambio de saberes y experiencias.
Y es que aunque en este espacio, organizado por el Amva y el Centro de Análisis Político de EAFIT, se analizaron estrategias efectivas de acción conjunta, como el trabajo de la mano con la Policía, los consejos de seguridad y la articulación conseguida a través del Amva, se llamó también la atención sobre ciertos aspectos a mejorar.
“En el área metropolitana hay problemas en los que las capacidades individuales no son suficientes, pues hay multiplicidad de actores y se necesita la acción conjunta de varias instituciones. Es necesario crear las condiciones para facilitar el encuentro de esas voluntades”, expresó Pablo Sanabria.
Isabel Gutiérrez consideró necesario que los alcaldes de los municipios del área propicien dichas articulaciones, mucho más si se tiene en cuenta el fenómeno a combatir: el crimen organizado, cuyos recursos y estrategias hacen imposible pensar en esfuerzos aislados por parte de las autoridades y la sociedad.
En ese sentido, y tras reconocer las diversas dificultades presentes en las dinámicas de diálogo entre mandatarios locales, la directora de EAFIT Bogotá valoró no solo la existencia del Amva como entidad facilitadora de espacios comunes, sino también de la Policía, cuyo accionar es a nivel metropolitano, sobre todo a la hora de hablar de delitos mayores.
“Hay un tema en particular: los delitos de mayor complejidad. El crimen organizado no diferencia entre una jurisdicción y otra. El microtráfico divide sus procesos en localidades diferentes. Por eso, los delitos contra la vida demandan mayor articulación y atención especial”, sostuvo Isabel.
Para atender a dicha necesidad, el Amva, de acuerdo con Eugenio Prieto, trabaja no solo de la mano de alcaldes y funcionarios públicos, con gran respeto por las autonomías territoriales, sino también de otros actores sociales, como la academia y la comunidad, que garantizan recursos tecnológicos, conocimiento y validación de los distintos procesos.
Violencia silenciosa
A dicho escenario se suman los delitos relacionadas con lo que Federico Gutiérrez denominó violencias ocultas, es decir, la ejercida al interior de las familias, en especial contra mujeres y niños, fenómenos con mayor presencia, paradójicamente, en las zonas de la ciudad donde la inversión social por parte de la Alcaldía de Medellín se encuentra más fortalecida.
“Hay un tema de cultura ciudadana, de convivencia, de respeto. La cultura mafiosa en nuestra ciudad tergiversó los valores, le quitó el valor a la vida y, en su lugar, le puso precio a cada vida. El llamado a la ciudadanía es que, aunque en los barrios se puede recuperar el aspecto físico, si siguen ocurriendo estas cosas terribles dentro de las viviendas no lograremos nada. El tema de fondo es cómo nos transformamos como sociedad”, advirtió el Alcalde.
A la articulación y la integralidad en términos de leyes, de política criminal y medidas carcelarias es necesario sumar, en palabras del burgomaestre, el aumento en la inversión en educación, cultura y deporte.
“El golpe más duro que le hemos dado a las estructuras criminales no son las 122 capturas de jefes de estructuras criminales ni las 2700 capturas de integrantes, sino que de 2016 a hoy hayan regresado a las aulas 5156 niños y jóvenes que habían abandonado los estudios”, subrayó.
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Alejandro Gómez Valencia
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