¡Llegó el día! La Alianza EPM–PNUD, Colciencias y EAFIT lideraron la Bioexpedición Anorí, que se desarrolló entre el 17 y el 31 de julio de 2018, en uno de los últimos bosques nativos continuos de Colombia con 52.000 hectáreas de extensión. Allí se descubrieron 14 nuevas especies para la ciencia y un territorio de alta riqueza natural, hoy amenazado por las economías ilegales.
El evento de entrega de resultados y el estreno del documental La casa de la vida, de Colciencias, se realizarán este martes 30 de octubre, a las 4:30 p.m., en el Auditorio Fundadores. El ingreso es sin costo.
La realización de la Bioexpedición también permitió dar a conocer a la opinión pública el compromiso de los excombatientes con la reincorporación y la conservación de la biodiversidad en esta zona. Diez de ellos participaron como guías y auxiliares de investigación.
“Estos bosques tienen dos particularidades, pues se encuentran donde convergen prácticamente dos grandes hotspots de la biodiversidad, esas zonas calientes que hay en el planeta, como la del Chocó biogeográfico y la de los Andes. Anorí está justo donde se mezclan, esto hace de la zona un sitio con diversidad única y, posiblemente, desconocida para la ciencia”, expresa Juan Fernando Díaz Nieto, profesor de la Escuela de Ciencias y coordinador de la expedición científica.
La Bioexpedición número 18 se constituyó en un proceso clave para el diseño de estrategias de reincorporación y desarrollo rural en torno a la biodiversidad y fue posible gracias al trabajo conjunto entre Colciencias, la Alianza EPM – PNUD, EAFIT, la Alcaldía de Anorí, El Consejo de Reincorporación de Antioquia, La Misión de Verificación de la ONU, La Oficina del Alto Comisionado para la Paz, las universidades de Antioquia y CES, Corantioquia e ISA Intercolombia.
Juan Camilo Salazar, jefe técnico Alianza EPM–PNUD, cuenta que la idea de la expedición empezó gracias a conversaciones un poco informales entre los pobladores de la región. “Empezamos a generar espacios de diálogo entre Colciencias, la exguerrilla Farc, la Alcaldía Municipal de Anorí y luego empezamos la involucrar universidades para saber con quién es era posible realizar esta expedición. Al principio hubo muchas dudas, también alertas de riesgo por presencia de grupos armados, pero empezó a ganar esa convicción de que era posible, a través de instituciones tan representativas como Naciones Unidas, Colciencias, como las universidades”, explica.
Por parte de EPM la vinculación con el proyecto se generó porque desde esa entidad encontraron una oportunidad de apoyar el desarrollo sostenible. Así lo manifiesta Santiago Villegas Yepes, director Planeación Generación de Energía EPM, quien manifiesta que esta es “una maravillosa oportunidad para poder conocer la biodiversidad y aproximarnos a unos bosques que tradicionalmente estuvieron ocupados por la guerra, que no tenían acceso ni de investigadores, ni de comunidad, y que estuvieron marginados completamente del desarrollo, entrar a conocer acerca de la riqueza de su territorio y a partir de eso diseñar posibilidades de aprovechamiento sostenible de esa riqueza natural”.
Unas cámara-trampa ubicadas en estos bosques permitieron identificar un puma, tayras, sahinos, un oso de anteojos y un ocelote.
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