Al cumplirse casi cuatro años de la firma del Acuerdo de Paz en Colombia, y tras la publicación del Cuarto Informe del Instituto Kroc de la Universidad de Notre Dame (Estados Unidos), que monitorea la implementación de los 578 compromisos pactados entre el Estado y la exguerrilla Farc, académicos y personas relacionadas con el sector empresarial de Antioquia dialogaron sobre sus roles en la construcción de paz y las oportunidades de desarrollo que tiene el departamento.
La charla se tituló La paz es un asunto de todos: ¿Qué podemos aportar para su construcción? y fue convocada por Comfama, Proantioquia, el Instituto Kroc y el Centro de Análisis Político de EAFIT. Como panelistas estuvieron Josefina Echavarría Álvarez, directora de la Matriz de Acuerdos de Paz (PAM) del Instituto Kroc; Azucena Restrepo Herrera, presidenta de Proantioquia; Gonzalo Restrepo López, empresario e integrante del Consejo Directivo de Proantioquia; Jorge Giraldo Ramírez, profesor emérito de EAFIT; y Camilo Arango Osorno, responsable en Construcción de Paz de Comfama.
En el primer momento del encuentro, que se transmitió en las cuentas de Facebook de las instituciones convocantes, Josefina Echavarría presentó un resumen del Informe junto a tres integrantes del equipo del Instituto Kroc: Gerard Martin, Daniel Cano y Felipe Roa.
“El verdadero éxito de la construcción de paz está relacionado a cómo y a qué ritmo se implementa”, Josefina Echavarría Álvarez.
“El Instituto tiene como mandato hacer el monitoreo de la implementación del Acuerdo de Paz, pero tenemos una matriz que es mucho más amplia. En una base de datos que se puede consultar por internet, tenemos más de 30 acuerdos de paz alrededor del mundo donde tratamos de ver cómo se han implementado, es decir, qué pasa después de una firma de paz. El verdadero éxito de la construcción de paz está relacionado a cómo y a qué ritmo se implementa. Nos damos cuenta de que esto tiene un efecto de disuadir la creación de nuevos grupos armados en los países donde se implementan los acuerdos”, comentó Josefina Echavarría Álvarez.
Los panelistas hablaron acerca de los retos que surgen del reciente informe elaborado por el Instituto Kroc, que corresponde al periodo entre los años 2018 y 2019. El documento entrega un análisis cualitativo y cuantitativo en cada una de las disposiciones de los seis puntos generales del Acuerdo de Paz: reforma rural integral, participación política, fin del conflicto, solución al problema de las drogas ilícitas, atención a víctimas, y el mecanismo de implementación, verificación y refrendación.
Según el análisis de los compromisos firmados en 2016, la mayoría de las metas a corto plazo se han alcanzado, siendo un ejemplo de esto los programas de desarrollo con enfoque territorial incorporados a los Planes de Desarrollo, la creación del catastro multipropósito, la aprobación de la ruta de reincorporación de excombatientes y el surgimiento de cerca 528 Consejos Territoriales de Paz.
“Una mejor información sobre la implementación puede contribuir a mantener el ritmo. Lo que hacemos es generar información en tiempo real, mes a mes, sobre cada uno de los 578 compromisos del Acuerdo. Para cada uno de estos compromisos triangulamos la información oficial, de la sociedad civil y de fuentes secundarias como la academia. También consolidamos un nuevo formato bimestral para los actores interesados en el seguimiento al conflicto y otros informes temáticos relacionados a temas de género y étnico que son ejes transversales de la implementación”, señaló Gerard Martin, investigador del Barómetro de la Matriz de Acuerdo de Paz.
El paso a la transformación territorial
El Cuarto Informe del Instituto Kroc destacó el comienzo de una nueva fase en el proceso de implementación del Acuerdo de Paz, en relación con los objetivos de mediano y largo plazo: la transformación territorial. Según indican los analistas, el 88% de los compromisos se enfoca en temas sociales como la reforma rural, la participación política y la aprobación de iniciativas que impactan la construcción de paz en los territorios.
“En los territorios más afectados por la violencia nuestra focalización ha estado en la subregión del Bajo Cauca, tanto para el ordenamiento social en cuanto a la formalización de tierras con el proyecto de catastro multipropósito, como acompañando la Consejería para la Estabilización en la implementación de los proyectos para el desarrollo territorial de los municipios”, resaltó Azucena Restrepo, presidenta de Proantioquia.
Precisamente, como parte de esta labor junto al proyecto de catastro multipropósito, la organización apuntó que viene promoviendo las iniciativas enfocadas en las comunidades más golpeadas por el conflicto armado, como es el caso del Bajo Cauca antioqueño donde muchos de los predios aún no están legalizados, lo que también ha impedido el avance de la implementación.
“Antioquia fue uno de los departamentos más victimizados en el conflicto. Puede decirse que uno de cada cuatro víctimas vivía en Antioquia. Un departamento, además, donde cerca de un tercio de la propiedad rural no tiene títulos o no está plenamente formalizada. Y, por su puesto, con grandes retos en materia de verdad y de justicia, en la medida en que todos los grupos que protagonizaron el conflicto armado hicieron presencia en el departamento. Los retos son los mismos del acuerdo nacional y las dificultades iguales. Probablemente, Antioquia tiene la ventaja de tener un sector privado, una academia y un sector social que ha apoyado el proceso de negociación y ahora de implementación”, destacó el profesor eafitense Jorge Giraldo.
Próximos retos
Los siguientes desafíos en la implementación de los acuerdos están relacionados con el cumplimiento de los planes integrales de sustitución y desarrollo alternativo, la capacitación política de las mujeres y el acceso y protección a territorios étnicos. Además, como parte de los pendientes, se señaló culminar la aprobación de los 16 planes nacionales para la reforma rural integral, todo esto priorizando los enfoques transversales de género y el étnico.
“Una de las cosas que podemos hacer los empresarios es seguir patrocinando a la universidad y a nosotros mismos para ayudar a conocer los acuerdos, porque creo que aún falta mucho sobre su comprensión”, Gonzalo Restrepo.
“El Acuerdo de Paz no es ese libro que quedó escrito, sino los compromisos para un cambio radical de Colombia, por un país más equitativo y que brinde más oportunidades de igualdad a sus ciudadanos hacia el futuro. Una de las cosas que podemos hacer los empresarios es seguir patrocinando a la universidad y a nosotros mismos para ayudar a conocer los acuerdos, porque creo que aún falta mucho sobre su comprensión. Hay que educar sobre otros acuerdos de paz que se han llevado a cabo tanto en Colombia como en el mundo”, expresó el empresario Gonzalo Restrepo, integrante del Concejo Directivo de Proantioquia, quien también destacó el momento actual como una oportunidad para llevar las redes digitales al campo colombiano y fortalecer los procesos educativos.
Una de las principales conclusiones del Instituto Kroc en su informe, que presentó un estudio comparativo con otros procesos de paz del mundo, es que una implementación robusta reduce el riesgo de aparición de grupos armados disidentes, además, que el apoyo público a los acuerdos tiende a incrementar cuando se percibe que el proceso progresa mientras se consolida la paz.
“Proponemos esta primera conversación entorno al Cuarto Informe porque creemos que es la fase de implementación que supone mayor coordinación e interinstitucionalidad, lo que requiere el compromiso de todos y un intenso desplegué para el desarrollo de esas disposiciones a largo plazo”, comentó Camilo Arango, responsable en Construcción de Paz de Comfama.
El siguiente encuentro de este ciclo de conversatorios virtuales, alrededor de los avances en la implementación del Acuerdo y las oportunidades del sector empresarial en Antioquia, se estará realizando el próximo 3 de septiembre con invitados de la academia y la sociedad civil, quienes aportarán su visión para continuar con la construcción de paz en los territorios del departamento.
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Alejandro Gómez Valencia
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