Estaban conectados, conversando sobre el presente y el futuro de Colombia. Al inicio eran tres, todos habitantes de ciudades capitales con una idea muy clara de país. Luego ocurrió para ellos lo improbable, se conectaron a la charla otras dos personas, oriundas de regiones rurales afectadas por las economías ilegales del narcotráfico. Al final de ese encuentro a los cinco la visión sobre las necesidades del país les cambió o, por lo menos, se les enriqueció.
Esa conversación terminó como han culminado la mayoría de las que se han generado en Tenemos que hablar Colombia. Así lo percibe Manuela González González, facilitadora de la plataforma, quien la mañana de este miércoles 11 de agosto estuvo en un encuentro al que fueron invitados los integrantes del consejo asesor por Antioquia de esta iniciativa, que es liderada por las universidades EAFIT, Nacional de Colombia, Los Andes, del Valle, Uninorte e Industrial de Santander con el impulso de la Fundación Ideas para la Paz y el Grupo Sura.
En el espacio de este miércoles en EAFIT, además de compartir experiencias sobre cómo se han desarrollado los encuentros que comenzaron el 2 de agosto, también fue una oportunidad para invitar a más colombianos a participar. Así lo hizo el médico Andrés Aguirre Martínez, director general del Hospital Pablo Tobón Uribe de Medellín y asesor de Tenemos que hablar Colombia, quien destacó la posibilidad de generar vínculos que brindan las conversaciones.
“Es importante la participación activa en la plataforma para expresar desde lo más profundo de nuestro corazón las ideas que van orientadas a construir un mundo mejor. El aislamiento, el autismo para no participar, pero frustrarse, rechazar o aislarse no conduce a nada. Invito a que generemos vínculos. Gran parte de la esencia del ser humano es vincularse, es arraigarse, echar raíces con otros para poder rendir frutos”, expresa el médico.
En el caso del asesor David Pérez, quien se define como “activista, callejero y preguntón”, y coordina la alianza Pa dónde vamos, la convocatoria que hace está motivada por el poder transformador del diálogo. Por eso invita a sacar fruto de estos encuentros para expresar las inquietudes y sumar voces que empiecen a generar cambios.
Berny Bluman, director de Colombia accesible, reconoce desde su rol como asesor lo innovador que resulta el propósito de Tenemos que hablar Colombia, pero sabe que solo tiene valor si los colombianos participan activamente y con esa idea anima a que se inscriban y compartan sus ideas en pro del desarrollo del país.
Pensando en el futuro, en la necesidad de remar hacia la misma orilla y en el valor de la conversación en el reto que tenemos de respetar la diversidad es que la asesora Rocío Arango Giraldo, desarrolladora de soluciones en la Corporación Ruta N, también insta a ser parte de esta iniciativa de país.
La invitación de la otra asesora que estuvo en el encuentro, María José Bernal Gaviria, directora ejecutiva de Fenalco Antioquia, estuvo dirigida explícitamente a los empresarios de Colombia, grandes y pequeños, desde el tendero hasta el gerente de una multinacional, para que atiendan el compromiso con el futuro del país expresando sus ideas y escuchando las de los demás.
Asesores de Tenemos que hablar Colombia motivan a participar de los diálogos
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Balance de los primeros encuentros
Luego de 10 días del inicio de conversaciones en Tenemos que hablar Colombia el balance es positivo. Así lo manifiesta Santiago Silva Jaramillo, gerente de la plataforma y profesor de EAFIT, al contar que hasta el momento más de 450 personas han participado en los escenarios de la iniciativa generando una gran diversidad de conversaciones.
Los temas de preocupación de los asistentes, cuenta el docente, van desde temas generales como la educación y la salud, hasta asuntos más locales afectan la cotidianidad. “Lo más importante es que participan y se entusiasman con la actividad. Lo hacen con grandes esperanzas sobre lo que puede significar en lo que va a pasar en el futuro del país y, particularmente, sobre la necesidad de sentirse escuchados, plantear sus propuestas y, sobre todo, de escuchar a personas con las que no tienen contacto cotidianamente”.
El profesor Santiago recuerda que todos los colombianos interesados en ser parte de estos diálogos lo pueden hacer inscribiéndose en el sitio web y luego aceptando la invitación cuando sean contactados.
Esa participación no solo es un aporte a Tenemos que hablar Colombia, también se convierte en una oportunidad de vivir una experiencia individual gratificante. De eso dan fe la tallerista María Camila Roldán Ortega y el facilitador Juan Escobar García, quienes han sido testigos de que al final de cada conversación la palabra que más se repite es gracias.
La gratitud, expresa la facilitadora Adelaida Acosta Posada es por participar en un espacio seguro, tranquilo y respetuoso no solo para compartir opiniones, sino también para escuchar las de otros. También porque se permite el encuentro con personas que están en otras regiones del territorio y que se desenvuelven en círculos diversos. Es salir de la burbuja, con todos los beneficios que esto implica.
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