Debe cambiar de teléfono móvil y por alguna razón tiene que escoger entre conservar los contactos o mantener el banco de stickers del chat, ¿qué elegiría? Algunos no lo dudarían: que no se pierdan los stickers. Esa sería la decisión de Alejandro Guzmán Ramírez, profesor de la Escuela de Humanidades de EAFIT y uno de los docentes de la Universidad que a continuación comparten sus apreciaciones sobre el uso de estas herramientas que parecen ocupar cada vez más espacio en las conversaciones.
El humor, la capacidad de condensar información, que se crean fácilmente y el contexto de las tecnologías de la comunicación. Esas son las razones que comparten los analistas eafitenses para explicar el fenómeno del sticker que, en palabras del profesor Alejandro, es una evolución de los emoticones.
El docente menciona que en el camino desde las imágenes creadas con el teclado para simular emociones - /: :P ;) :D -, para pasar a los emoticones más elaborados de las aplicaciones móviles, los stickers son una evolución porque tienen mayor efectividad y eficiencia en la comunicación de emociones más complejas. Para Luis Eduardo Gómez Vallejo, profesor del Departamento de Comunicación Social de la Universidad, esa efectividad se da porque se convierten en una expresión reducida de una frase, de una palabra e incluso de un estado de ánimo, “pongo un sticker y la explicación se reduce a una imagen”.
Parte de la efectividad de esta herramienta está, precisamente, en que conversa con un estado anímico. Y es que, tal como manifiestan los analistas, el uso del sticker se relaciona con el humorismo, que se refiere a un modo de presentar o comentar la realidad destacando el lado cómico y hasta ridículo de las cosas. Esa característica es considerada por Alejandro Ramírez como una razón para que haya ganado espacio incluso en conversaciones “serias”, pues permite romper el hielo cuando es necesario.
En un ambiente como el de las redes sociales de internet, que requiere que la comunicación sea ágil y rápida, el humor es un buen catalizador del proceso comunicacional, pues permite que sea mucho más rápido trasmitir un mensaje que hacerlo a través de un proceso racional. El humor conecta rápidamente, dice Luis Eduardo Gómez.
La explicación que ofrece Mauricio Velásquez Hurtado, profesor del Departamento de Comunicación Social de EAFIT, es que el uso extendido de esas imágenes tiene que ver con la participación de los usuarios en su creación y en la capacidad que les ofrece el entorno digital tanto para intervenirlos como para replicarlos. No obstante, el docente cree que lo más importante es que el sticker se convierte en un signo que representa y magnifica asuntos que, desde los actos del habla o escritos, no se pueden decir o expresar.
Este tema le recuerda al profesor Mauricio los textos de Ferndinand de Sausure, de quien considera escribió “la biblia” antes del sticker con el libro Curso de lingüística general, porque le hacen pensar que es totalmente válido lo que está ocurriendo con esta herramienta: reivindica que, desde la construcción de su campo visual y sus inventarios culturales, el hombre siempre ha tenido que echar mano de algo que sintetice alguna expresión.
“Si antes de internet teníamos cualquier cantidad de señales, íconos y símbolos, todos eran demasiado atribuibles a los contextos de la diplomacia y del protocolo, como las señales informativas y reglamentarias, como las señales de tránsito”, afirma.
Rápido y preciso
¿Cuántas vidas necesita una persona para ver la cantidad de videos que se suben en un día a YouTube? Esa pregunta es para Mauricio Velásquez una señal de cómo la internet se ha convertido en un apéndice mediático indispensable que contiene mucha información y, es en ese contexto que, atendiendo la celeridad, la simultaneidad y la instantaneidad, prevalece el sticker como signo para comunicar.
“Ahí está parte de la explicación sobre porqué está jugando un papel interesante en las comunicaciones, las acelera. Si las redes sociales permiten generar comunicaciones más rápidas a través de procedimientos más cortos, más acelerados, pues lo que ha permitido el sticker es acortar y acelerar esos procesos. Ya no tengo que decir muchas cosas, solamente pongo uno, dos, tres o cuatro stickers y construyo un proceso comunicacional”, manifiesta Luis Eduardo Gómez.
Sobre la disyuntiva de si esta herramienta facilita o dificulta la comunicación, la opinión del profesor Alejandro Ramirez es que ofrece un enriquecimiento, pues se suma a otras alternativas de los chats como escribir o enviar mensajes de voz. Es tal el potencial que identifica en estas imágenes que no descarta que, en un futuro, tal como ha ocurrido en otros casos, las empresas o entidades formales se sumen al uso del sticker como un canal de comunicación. ¿Incluso será posible una novela narrada solo con stickers?
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