Un sistema de alertas tempranas, que utiliza datos obtenidos de la observación del océano, permitirá mitigar accidentes ambientales como los derrames de hidrocarburos y predecir posibles factores contaminantes en la Bahía de Cartagena. Este observatorio del ecosistema costero es una modelación matemática que, al igual que las plataformas meteorológicas que predicen el clima, pronostica eventos y tendencias de contaminación en el agua, en este caso con un aporte de conocimiento aplicado a las problemáticas de la contaminación sanitaria de las aguas de recreación en playas turísticas y ante eventuales derrames de crudo.
"Es el primer esfuerzo que se ha hecho con buenos protocolos y seriedad científica de un diagnóstico clínico y ambiental de la Bahía de Cartagena. Quisimos hacer una transversalidad y no quedarnos solamente en la contaminación de las aguas, sino entender cuál es la relación de la contaminación con la salud y la pesca", indicó Juan Darío Restrepo, profesor de la Escuela de Ciencias de EAFIT y director de Basic-Cartagena, proyecto que desarrolla esta plataforma web que podrá ser usada como herramienta para la gobernanza ambiental de esta región.
El modelo, que se presentó el 10 de septiembre, es resultado del proyecto
Basic-Cartagena:
interacciones entre cuenca, mar y comunidades-ciencia para tomadores de decisión, que se desarrolla en dos fases y se ejecuta desde el año 2014 con financiación del Centro Internacional de Investigación para el Desarrollo (IDRC) de Canadá. La segunda etapa, precisamente, se denomina
Construyendo resiliencia en la Bahía de Cartagena.
La investigación se realizó a través de un acuerdo especial de cooperación de ciencia y tecnología entre la Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique (Cardique) y EAFIT, en la que participan investigadores de la Universidad de Los Andes, Universidad de Cartagena, Universidad de Algarve (Portugal), Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla (ENAP) y la entidad regional Fundación Hernán Echavarría Olózaga (HEO).
Los desarrolladores explicaron que el sistema de alertas tempranas opera como una aplicación predictiva, casi en tiempo real, de las condiciones hidrológicas y ambientales de la Bahía de Cartagena. Para esto se basa en información necesaria sobre el cuerpo de agua obtenida a través del sistema global para la observación de la Tierra
The Global Oceanografía Observing System - Goos-, que reúne datos en hidrología, meteorología, entre otros.
"Tenemos un conjunto de datos exteriores que viene de los sistemas globales y los datos de los muestreos que se obtienen de la Bahía de Cartagena. Con esto se produce un modelo que hace previsiones para tres o cuatro días de velocidades de las corrientes, la temperatura y la salinidad, pero también para derrames de hidrocarburos, sedimentos y calidad del agua", explicó Flávio Martins, experto de la Universidad de Algarve (Portugal) e investigador asociado a Basic-Cartagena en Sistemas de Alertas Tempranas.
João Janeiro, investigador en Oceanografía Operacional y adscrito a Basic-Cartagena en el desarrollo de esta aplicación web, indicó que los pronósticos y la información van a empoderar las comunidades y con esto los actores ambientales en la Bahía de Cartagena pueden tomar decisiones más eficientes.
Sube el nivel del mar
En la Bahía de Cartagena los últimos 20 años el nivel del mar ha ascendido 7.02 milímetros por año, casi tres veces más del ascenso en regiones cercanas como Panamá, siendo la segunda tasa de ascenso más alta de todo el Caribe. Este es uno de los hallazgos del estudio Basic-Cartagena, que mide el nivel relativo del mar y estudia la incidencia del cambio climático en este ascenso.
Al respecto Juan Darío Restrepo explicó que el mar en el mundo está subiendo por el cambio climático, pero en todas las zonas del mundo el nivel del mar no crece igual. Hay dos causas principales para el aumento del nivel del mar en la Bahía de Cartagena: el cambio climático y el hundimiento del terreno. De acuerdo con los modelos de alta precisión, los escenarios del nivel del mar al año 2050 tendrán un crecimiento de 26 centímetros solo por cambio climático y 35 centímetros sumando el hundimiento. Este panorama para el año 2100 muestra 76 centímetros y 99 centímetros.
La medición del nivel del mar en Cartagena se realiza a través del mareógrafo del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas (CIOH), un equipo activo desde 1952 que mide el ascenso o descenso del agua en la bahía. También a partir de los datos obtenidos de estaciones geodésicas satelitales GPS del Servicio Geológico Colombiano ubicadas en Barú, Canal del Dique y CIOH, así como de imágenes del Satélite Radar Sentinel 1 y TerraSAR X, en colaboración con investigadores de la Universidad de la Florida (Estados Unidos).
Estas imágenes satelitales de alta precisión indican que en Cartagena se está hundiendo el terreno y los equipos geodésicos del Servicio Geológico, por ejemplo, miden que Barú desciende 3.8 milímetros por año, o sea más de 50% en relación al cambio climático.
"Perfeccionamos los datos desde el año 2014. Esos son los datos más largos que tienen cualquier costa del Caribe. El ascenso de nivel del mar en Cartagena es casi tres veces más que en toda la parte del Caribe que comparte la misma geología. Es muy preocupante que Cartagena sea líder de toda la región. Estamos después de Haití en la tasa de ascenso del nivel del mar", menciona el profesor Juan Darío, quien estudia los mecanismos del transporte de sedimentos de los ríos del Pacífico y Caribe de Colombia, y los procesos dinámicos que ocurren en los principales deltas del país.
La Bahía requiere cuidado
Investigadores de Basic-Cartagena llamaron la atención sobre la contaminación en la zona. Encontraron que el mercurio no es el único agresor contaminante, y que hay otros como el cromo y plomo que están por encima de niveles seguros para el consumo y se acumulan en los peces de la Bahía. El impacto de la contaminación fue evaluado por Marko Tosic, gerente del proyecto y líder del componente de Hidrología Costera, a través del análisis de la calidad de aguas, los sedimentos y fuentes de contaminación.
Algunos de los problemas identificados son la turbidez del agua, proporcionada por el Canal del Dique, lo que afecta los arrecifes, las bacterias provenientes de las aguas domésticas, lo que impacta en el turismo, la falta de oxígeno por las aguas industriales que afectan a los peces y la presencia de distintos metales con impacto en la salud humana.
"Algunos piensan que la contaminación solo viene en la época de lluvias y no es así. Hay múltiples fuentes de contaminación tanto del Canal del Dique como de fuentes locales", aseguró Marko Tosic, quien cuenta que han monitoreado las aguas y los sedimentos mensualmente en distintos puntos de la Bahía de Cartagena y la zona de pesca de la comunidad de Barú.
Un proyecto con la comunidad
Basic-Cartagena en su segunda fase (2018-2021) cuenta con componentes relacionados con los sistemas de alertas, la capacitación y la gobernanza ambiental de la región. En el marco del proyecto se desarrollaron estudios en temas como el nivel relativo del mar, aguas domésticas, aguas potables, salud pública, socioeconomía y planes de manejo. La información recopilada podrá ser usada por el Comité Ambiental Interinstitucional para el Manejo de la Bahía de Cartagena.
Además de la parte investigativa, el proyecto trabajó con las comunidades costeras en actividades de monitoreo de aguas potables, capacitación comunitaria y diseño de sistemas de aguas. En la comunidad de Barú, por ejemplo, el proyecto está elaborando diseños y prospección para un acueducto y posibles sistemas viables para el tratamiento de las aguas residuales. Como parte de la iniciativa se presentó el diseño de una casa piloto de aguas domésticas para esta comunidad. Asimismo, se está construyendo un sistema de monitoreo comunitario de la calidad del agua con el desarrollo tecnológico de sensores de bajo costo y la generación de información sobre el uso de los recursos hídricos.
"Es importante que la empresa pública y privada esté al tanto de este tipo de formaciones para los líderes, porque muchas veces estamos en desventaja por falta de conocimiento. Necesitamos el conocimiento para poder tener herramientas para defender nuestro territorio", manifestó Gilson Altamar Payares, integrante de la comunidad de Santa Ana y secretario del Consejo Comunitario de Barú.
Erin Tansey, directora del programa de Economías Inclusivas Sostenibles del IDRC, entidad que financia este proyecto, indicó que la participación de las comunidades puede ser instrumentado para generar un cambio positivo. Un aspecto esencial, dijo, es que las mujeres están participando en las mesas de toma de decisión porque sus voces son fundamentales para asegurar la transición hacia un mundo más sostenible.
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