En medio de la actual situación que vive Colombia por cuenta de la pandemia por covid-19 y las recientes manifestaciones sociales, es necesario escuchar las propuestas de los jóvenes para el fortalecimiento de nuestra democracia participativa. Así lo consideran docentes de EAFIT, quienes creen que una apertura sincera a la conversación, el reconocimiento del otro y la pluralidad en el debate son condiciones para desarrollar una deliberación efectiva en la toma de decisiones públicas.
María Rocío Arango Restrepo, profesora de la Escuela de Humanidades, explica que las democracias se enriquecen con la multiplicidad de voces y de opiniones y por eso escuchar a los jóvenes tiene como beneficio la inclusión de ideas frescas al debate democrático.
En eso coincide Santiago Silva Jaramillo, docente del Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas, quien expresa que es relevante que todos los actores de la sociedad tengan la posibilidad de plantear preocupaciones, exigencias, propuestas y ajustes sobre las decisiones colectivas.
No obstante, uno de los retos en la coyuntura nacional, coinciden los profesores, es abrir espacios de deliberación sin tenerle miedo a la confrontación de las ideas, reconociendo la legitimidad de los distintos repertorios de movilización social. "Esas condiciones son las que permiten que no solamente los acuerdos se alcancen y que sean posible, sino que sean convenientes en el largo plazo", expresa Silva Jaramillo.
Pero ¿cómo canalizar los sentimientos de inconformidad que manifiestan los jóvenes a través de los mecanismos de protesta? María Rocío Arango considera que la respuesta está en abrir espacios en los territorios para construir propuestas que permitan resolver los desacuerdos sociales y reconocer la legitimidad social de los líderes sociales en los microterritorios y en los territorios.
Según analiza la docente hay muy poca representación de los jóvenes tanto en instituciones sociales como políticas. A esto, dice, se suma la baja participación en las instituciones educativas: “Aunque existen los mecanismos de participación, los procesos democráticos son todavía muy débiles y no se logra una representación efectiva del cuerpo discente –que se refiere a los estudiantes y profesores–”.
Por su parte, Santiago Silva recuerda que la promesa que hace la democracia es poder acordar cosas dentro de la pluralidad para que los acuerdos no solo nos permitan convivir, sino vivir mejor. "Los jóvenes hacen parte de la conversación, definitivamente, y tener presente la relevancia de su papel en esta conversación es fundamental en momentos como estos".
Fortalecimiento de la palabra
Para favorecer la escucha entre los mismos jóvenes y propiciar su diálogo, los académicos recomiendan seguir formando el pensamiento crítico, las habilidades comunicativas y argumentativas. Complementario a esto, se encuentra el fomento a la participación electoral. Para José Antonio Fortuo Reyes, investigador del Centro de Análisis Político (CAP) de EAFIT y jefe de Departamento de Ciencias Políticas, la voz de la juventud no es escuchada fácilmente por las vías o formas regulares de la democracia como las elecciones o en el Congreso.
"Un elemento importante para entender la importancia de los jóvenes en la política es que estos están más indecisos frente al valor intrínseco de la democracia como forma de gobierno; luego, hay que incorporarlos y escucharlos si queremos fortalecer la democracia", agrega.
Para lograr esto, la literatura especializada en ciencia política ha sugerido varias formas. Por ejemplo, facilitar el acto de votar puede incorporar más jóvenes al proceso electoral, así como el uso de la tecnología para facilitar la participación y la decisión de voto.
"Jóvenes con acceso a estos medios pueden formar criterio más fácilmente y navegar mejor las aguas de la desinformación. Es nuestra responsabilidad como sociedad ofrecer información clara, veraz y a la mano sobre los candidatos. Y estos últimos -los candidatos- son otro punto importante, es más fácil sentirse representando por alguien como yo. Distintas cuotas partidistas, por ejemplo las de género, han sido exitosas en diversos contextos, lo que sugiere otra oportunidad", opina José Antonio Fortuo.
Ahora bien, explica el investigador del CAP, fomentar la participación formal de los jóvenes en la vida democrática no significa desestimular su participación activa de los modos informales de participación, incluyendo la protesta.
Los profesores coinciden, pues, en la importancia de escuchar la voz de los jóvenes como actores para robustecer los procesos sociales y en la necesidad de fortalecer los espacios en los que puedan expresarse.
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Alejandro Gómez Valencia
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