Por Rocío Arango Giraldo
arangogiraldo@gmail.com
@RocArangoG
Mi definición me da entonces, voz y cabeza para hablar, y luz o eco, para transformar. Pero como parte de un todo que es la sociedad, cada una de las voces individuales, sólo tienen resonancia si muchas mujeres más hablan. A lo largo de la historia de la humanidad, las conversaciones en las que hablan las mujeres, han sido relegadas al " Rincón de la cocina", confundidas con los llantos de los hijos pequeños y los pedidos de la casa. De hecho, en la inmensa mayoría de los casos, quienes han hablado y construido la Historia han sido los hombres. Incluso en nuestros tiempos, para que nos escuchen con atención la mayoría de las veces nos "tenemos que poner pantalones".
Enhorabuena la invitación que nos hace Tenemos que hablar Colombia. Una invitación a todas las ciudadanas y los ciudadanos de Colombia, para hablar y conversar sobre lo fundamental en nuestro país. Sobre nuestro futuro. Sobre lo que de verdad nos importa. Y reconociendo la diversidad de voces de nuestro país, el propósito es escuchar a todas las voces desde donde hablen.
Que se escuche la voz de las mujeres indígenas, quienes todos los días madrugan a bendecir la Tierra con la labor de sus manos. Que se escuche la voz de las mujeres con discapacidad, quienes todos los días madrugamos a romper estereotipos. Que se escuche la voz de las mujeres que hacen parte de la comunidad lgtbiq+, quienes todos los días construyen género. Que se escuche la voz de todas las mujeres que le han puesto sangre, sudor y lágrimas al conflicto armado, quienes le ponen a la guerra rostro de mujer… que se escuchen todas las voces de las mujeres que madrugamos a trabajar, a estudiar y a cuidar de otros, porque ahora tenemos que hablar Colombia, con rostro de mujer. Inscríbanse para no dejar de conversae.
tenemosquehablarcolombia.co