Según la teoría de la dilatación gravitacional del tiempo, a mayor fuerza de gravedad, más lento corre el tiempo. Según Newton, esta fuerza es igual en todo el planeta tierra, pero pareciera que nunca estuvo en Cabo Corrientes, a media hora en lancha desde Nuquí, Chocó. Allí, el campo gravitacional es tal, que el minutero se detiene por completo.
En aquel edén vive Valedonio, un pescador profesional, esposo de Carmenza, una indígena, y padre de cinco hijos; el mayor tiene 14 y el menor un año. Valedonio no sigue mandatos, pesca en las mañanas hasta el mediodía y otras veces se dedica a la agricultura. Espera una semana por el barco que trae el mercado a la comunidad desde Buenaventura, conoce a todos sus vecinos y en las noches apuesta en el dominó y las cartas. Hay días que se hace hasta 200 mil pesos vendiendo su pesca y otros en los que solo descansa, aun así, gana más que cuando trasnochaba a diario en Medellín como vigilante. Como dice él, vive “relajao”, deja conocer su sonrisa sin temor a un rechazo y sus movimientos, parsimoniosos, son característicos de un hombre que abandonó horarios.
Con fotografías de Valedonio, de su familia y entorno, se aproxima a la experiencia vivida que deja la teoría de Newton desmentida, acompañadas de cortos pensamientos inspirados en sus prácticas de vida.