Belisario Betancur: ¿un excéntrico del conservadurismo?
A cargo
Mario Jursich / 3 de marzo de 2023
Presentación
La propuesta de dedicar la Cátedra Luis Ospina Vásquez 2023 a Belisario Betancur parece rutinaria. Se trata de una efeméride notoria —un centenario— de uno de los cinco presidentes antioqueños que ha tenido el país; por demás, el más cercano de todos los gobernantes nacionales del siglo pasado a los mundos universitario, cultural y humanista que, debo subrayarlo, no siempre coinciden, y como van las cosas cada vez coinciden menos.
Espero que no se tome solo como un acto de memoria y gratitud. La figura de Belisario Betancur es pertinente porque, a mi manera de ver, si existe un antecedente claro del proyecto colombiano plasmado en 1991 ese es el pensamiento de Betancur y su obra como gobernante, tanto la trunca como la realizada. Participación, diálogo nacional, paz, integración social y territorial, descentralización, patrimonio cultural, todas ellas fueron voces comunes en su cuatrienio y son líneas maestras del cuerpo constitucional que dio paso a un nuevo régimen político en el país.
Belisario encontró en el derecho natural el punto que anudaba la tradición hispánica, sus afinidades políticas y su filiación religiosa para promover un ideario iluminista. A quien le suene extraña esta afirmación le recordaré que, según Bernard Williams, el liberalismo es un vástago del cristianismo. Por eso su carrera intelectual y política devino escandalosa: más liberal que el partido liberal, agitador —rebelde era la palabra que le gustaba usar— en una provincia como la suya carente de teología y pobre en ilustración.
Pero la importancia de su legado trasciende el plano programático, ideológico, tan sobrevalorado en nuestra tradición política. Una parte muy importante del magisterio político de Betancur descansa en su concepción de las formas de la política: su lucha contra el sectarismo, su énfasis en lo que llamaba “dialéctica”, es decir, argumentación y deliberación, la forma moderada de participar en la formación de las opiniones públicas y las decisiones oficiales, la discreción. Un conjunto de rasgos que confluyeron en su conducta como “expresidente ejemplar”, para usar el calificativo de Carlos Caballero y Diego Pizano.
Esta es una justificación ex post que debe parar aquí so pena de que se me endilgue un indebido entrometimiento en el terreno de nuestro invitado.
Mario Jursich Durán —vallenato formado en Bogotá— es periodista cultural, escritor, traductor, cofundador de El Malpensante, fue director del Fondo de Cultura Económica en Colombia y de programación en la Feria del Libro de Bogotá, ganó el premio nacional de periodismo Simón Bolívar en 2018. Actualmente prepara una edición crítica de las Memorias de un mal periodista, de la cronista bogotana Emilio Pardo Umaña, y dirige un proyecto sobre la presencia cultural norteamericana en Colombia cuyo título provisional es 58 gringos.
La Cátedra Luis Ospina Vásquez es una pequeña retribución que la Universidad Eafit hace al legado intelectual y patrimonial de un maestro de historiadores y pionero de los estudios regionales. Bienvenido Mario. En 2023, en su séptima edición, esta Cátedra es suya.
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