10 de septiembre de 2020 | REVISTA UNIVERSIDAD EAFIT - CONSTRUCCIÓN PACÍFICA, CONVIVENCIA Y POSACUERDOS
Sube a la tarima, levanta la mirada y se encuentra con cerca de 700 personas que esperan su voz. Ahora es un adulto ante un micrófono, pero su relato es el del niño de 7 años que fue y que sobrevivió a la masacre realizada por el Ejército Nacional en las montañas de Pueblo Rico, Suroeste de Antioquia, en el año 2000. Jorge Eliécer Arboleda habla de sus dos hermanos menores asesinados ese día y de su familia desintegrada.
También se refiere a los 74 menores de edad que res meses después, murieron en una operación militar en el Nororiente de Colombia cuando hacían parte de una columna de las Farc, grupo guerrillero que los había reclutado.
Antiguos enemigos se sentaron juntos en el evento
Foto: Róbinson Henao
Los asistentes lo escuchan, entre ellos funcionarios del Estado, líderes sociales, estudiantes, víctimas y victimarios. También hay niñas, niños y jóvenes que vinieron con historias desde lugares tan distantes entre sí como Soacha, Tumaco, Cali, Currulao y Caloto.
Están en el tercer Encuentro por la Verdad, un evento organizado por la Comisión de la Verdad en Medellín para reflexionar sobre los impactos de la guerra en la vida de generaciones de menores de edad.
Algunos de los asistentes tienen en sus manos el Manifiesto por la Verdad, un documento que le entregarán a los comisionados que presiden el evento.
El texto fue elaborado a finales de noviembre de 2019 bajo el liderazgo de la Universidad de los Niños EAFIT (Uniños EAFIT) y organizaciones sociales de Medellín con el objetivo de reconocer que niñas, niños y jóvenes han sido víctimas del conflicto armado, escuchar sus voces y hacer recomendaciones a todos los actores involucrados en la confrontación para garantizar la no repetición de los hechos.
En el encuentro también están Daladier Rivera, mayor retirado del Ejército, quien aceptó que bajo su mando se cometieron ejecuciones extrajudiciales, es decir, asesinatos fuera de combate que violan el Derecho Internacional Humanitario; Freddy Rendón (conocido como El Alemán), antiguo comandante del Bloque Élmer Cárdenas de las Autodefensas Unidas de Colombia; y Rodrigo Londoño (apodado Timochenko), excomandante de la antigua guerrilla de las Farc y hoy presidente del partido político que crearon tras la dejación de las armas. Están para escuchar, pedir perdón, reconocer sus errores y comprometerse con la no repetición de la violencia. Ellos también leen el manifiesto de los niños.
"Los perdono porque me pongo en su lugar"
Esta frase la escribió Liset Jiménez de 17 años. El manifiesto contiene también cartas de niñas, niños y jóvenes para la sociedad, las víctimas y los victimarios. En otro párrafo dice: “Espero que, así como yo tomé su lugar por unos minutos, ustedes también tomen el lugar de las víctimas y les pidan perdón y se perdonen a ustedes mismos".
El manifiesto tiene un poco más de 30 páginas e incluye historias de menores y adultos que sufrieron toda la barbarie del conflicto armado, atropellos y violaciones a sus derechos humanos fundamentales.Según Sinthya Rubio, coordinadora de los enfoques Curso de Vida y Discapacidad de la Comisión de la Verdad, el objetivo del manifiesto es “promover una reflexión sobre lo que ha sucedido con varias generaciones de niños en el marco del conflicto y pensar qué deberíamos hacer para que no se repita”.
En el texto se incluyen algunos relatos que sirvieron para que los autores se prepararan antes de comenzar su redacción, como lo afirma José Zapata, participante de Universidad de los Niños: “Escuchamos lo que han vivido y sufrido. Eso me ayudó a conocer otra mirada del conflicto. Por ejemplo, yo pensaba que no tenía nada que ver con la ciudad, que solo había pasado en el campo; pero luego me enteré que muchas personas que viven aquí, o sus familias, eran desplazados”.
La preparación de los participantes se realizó a través de un taller. Según Selene Pineda, asistente de contenidos de Universidad de los Niños EAFIT, primero revisaron la estructura de la Comisión de la Verdad para conocer su misión; luego leyeron publicaciones del Centro Nacional de Memoria Histórica y del Museo Casa de la Memoria de Medellín para compartir las historias de personas y comunidades.
Con esta información armaron un mapa y una línea de tiempo del conflicto en Colombia y Antioquia, y abordaron conceptos clave como el de verdad y no repetición. “Trabajamos por 9 horas. Cada cierto tiempo parábamos a hacer recomendaciones y plantear preguntas relacionadas con el conflicto. Fue largo, pero enriquecedor. ¡Todos querían participar!”, afirma Pineda.
Al taller asistieron 40 niñas, niños y jóvenes que provenían de organizaciones como el Programa de Víctimas de la Alcaldía de Medellín, la Corporación Combos, la Corporación Convivamos y la Corporación AMI. Los otros 40 autores son pequeños que hacen parte de Universidad de los Niños EAFIT.