Los niños se manifiestan por la biodiversidad

El documento será llevado a la Sexta Plenaria IPBES 2018 que se realizará entre el 18 y el 24 de marzo en Medellín. 

Hace un año, los 126 países integrantes de la plataforma IPBES aprobaron de manera unánime, desde la lejana ciudad de Bonn, en Alemania, que Medellín sería la sede de la Sexta Plenaria de este sistema de información intergubernamental. A días de comenzar el evento, se ultiman detalles para recibir a los cerca de 800 asistentes, entre los que participarán tomadores de decisiones, científicos y activistas.

La plataforma IPBES fue creada en Ciudad de Panamá en el año 2012 con el apoyo de 4 agencias de las Naciones Unidas (UNEP, UNESCO, FAO y PNUD) y 94 gobiernos que se adhirieron en ese momento. Con el tiempo, ha aumentado la cantidad de países miembros y se ha fortalecido su misión de promover el diálogo entre la comunidad científica, los gobiernos y otros estamentos relacionados con la biodiversidad y los servicios ecosistémicos. Sin embargo, ¿qué opinan los niños y jóvenes? ¿Los están escuchando?

Con el objetivo de llevar su voz al evento, la Universidad de los niños EAFIT decidió realizar un taller para recoger sus propuestas frente al tema del consumo responsable como uno de los principales factores que afecta a nuestros ecosistemas. Los asistentes a la actividad discutieron sobre aspectos como las cadenas de producción de los elementos que usamos a diario, o la finitud de las materias prima.

De este espacio salieron reflexiones como la de Samuel Sanín: “Los chinos producen muchas cosas, pero porque se van en barco a altamar a hacer la mercancía para no tener que pagar impuestos y para que la mano de obra sea barata”. Para Samuel, es necesario buscar formas de producción más sustentables.

En el taller también participó Rosana Arizmendi, doctora en Ecología y docente del pregrado de Ingeniería de Procesos. Rosana ayudó a dirigir las conversaciones, los análisis y propuestas de los niños: “Quedé sorprendida porque saben muchas cosas y se cuestionan mucho. No me esperaba que ellos entendieran tan fácil, por ejemplo, que lo que utilizamos viene de materiales que están en la naturaleza. Es algo que a los adultos nos cuesta comprender”.

Para Arizmendi, realizar un manifiesto es una manera de sensibilizar a los participantes del evento y, aunque considera que “no va a cambiar las decisiones que se tomen en la IPBES, o en el mundo en general, sí es útil porque su voz se suma y hace mella en los tomadores de decisiones. Es una gotica que va llenando un vaso, donde se recogen todas las cosas que todos queremos que se hagan. ¡Ellos lo van a leer!”.


Otra de las actividades del día incluyó un recorrido por el campus de la Universidad EAFIT. En este ejercicio, los niños le preguntaron a varios universitarios sobre el consumo responsable y establecieron sus propios hallazgos: “nos pareció muy curioso que la gente no es consciente de lo que come ni le interesa saberlo; y a los vendedores tampoco les importa” comentó Simón Vélez.
 
Para Ana María Londoño, jefa de la Universidad de los niños, este esfuerzo se justifica porque las decisiones que se toman “están relacionados con el presente y el futuro de los niños, están vinculadas a sus hábitos; y ellos tienen la capacidad y el derecho de observar y opinar sobre estos temas para proponer soluciones”.

Las ideas, críticas y propuestas de Simón, Samuel, Mariana y todos los asistentes serán finalmente recopiladas en este manifiesto que será llevado a la plenaria IPBES, una idea que se ajusta al destacado papel que desempeña la Universidad EAFIT en los temas medioambientales en la ciudad y el país. Y también llegará a todos los que se animen a leerlo: