Pero los niños lo tienen muy presente. Para ellos, sus mamás son su mundo, su primer y eterno maestro, su consolador de penas, consejeras incondicionales y lectoras de cerebros. Y cada una de ellas tiene una especialidad; seguramente desarrollada según las necesidades de su retoño.
Por eso, a ellos les dejamos la tarea de dibujarlas y contarnos qué hace especial a su progenitora. He aquí los resultados de tan maternal iniciativa. ¡Feliz día mamá!