La incongruencia salarial en el mercado laboral entre hombres y mujeres tiene dimensiones globales. Según explica Gustavo Canavire Bacarreza, director del Centro de Investigaciones Económicas y Financieras (Cief) de EAFIT, los datos existentes en la literatura indican que “en las economías hay cierto diferencial de salarios entre los hombres y las mujeres, lo que genera una brecha entre ambos”.
Datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) muestran, por ejemplo, que en Colombia la brecha salarial, a 2014, fue de cerca del 20 por ciento, mientras que el Banco Interamericano de Desarrollo ha manifestado que en América Latina los hombres ganan un 17 por ciento más que las mujeres de la misma edad y el mismo nivel educativo.
De otro lado, el Informe Mundial sobre Salarios 2014 - 2015, presentado por la Organización Internacional del Trabajo, señala que “los salarios promedios de las mujeres son entre 4 y 36 por ciento inferiores a los de los hombres pero la brecha salarial aumenta en términos absolutos para las mujeres que ganan más”.
Aunque Hugo Alberto López Castaño, docente de la Escuela de Economía y Finanzas de EAFIT, y exgerente de la sucursal del Banco de la República en Medellín, cree que la situación laboral de las mujeres ha mejorado, reconoce que tienen una vulnerabilidad muy alta, sobre todo por las costumbres matrimoniales y de divorcio, lo que hace que solo la mitad lleguen con pareja a los 60 años de edad.
“Las mujeres tienen en su contra ser jefas de hogar, sin la ayuda del cónyuge. Ellas tienen a cargo cerca de un tercio de los hogares colombianos y las poco educadas tienen a cargo el 25 por ciento de los hogares del país. De manera que a esas mujeres, y sobre todo a las poco educadas, les toca aceptar cualquier tipo de empleo para atender el sostenimiento de sus hijos”, sostiene el profesor.
Lo más preocupante para el catedrático es que, a futuro, las mujeres además de quedar solas tienen bajas probabilidades de pensionarse, debido a que trabajan en la informalidad y no cotizan las semanas necesarias.
Causas
De acuerdo con Gustavo Canavire Bacarreza, esta brecha laboral entre hombres y mujeres tiene distintos motivos, entre ellos las diferencias en educación, experiencia y tipo de trabajo, además de atribuirle cierto grado de discriminación.
“Cuando uno piensa que las mujeres tienen mayores niveles de educación en promedio y aún sigue existiendo esa diferencia salarial, esto se puede deber a distintos factores, entre ellos un componente discriminatorio”, señala.
Paula Andrea Tamayo Castaño, secretaria de las Mujeres de la Alcaldía de Medellín, afirma que si bien es fácil identificar la mayor participación de las mujeres en el mercado laboral, al igual que un significativo incremento en su nivel educativo, existen brechas ligadas a los sectores económicos en los que se labora, lo mismo que fisuras en los programas de educación superior que los hombres y las mujeres prefieren para definir su perfil profesional.
“A pesar de los avances, las mujeres siguen escogiendo programas relacionados con los temas de cuidado, enseñanza, sociales, o denominadas ciencias blandas, que culturalmente se han vinculado con el quehacer de las mujeres y que, además, no son remunerados de manera satisfactoria en el mercado”, refiere la Secretaria.
Como consecuencia, advierte que ciertos sectores de la economía suelen estar feminizados o masculinizados, lo que además de agudizar las brechas entre los géneros impide el acceso a las oportunidades laborales.
No obstante, según ella, no se busca que haya una igualdad en los sectores económicos, sino que las características de género no sean el impedimento para que ambos accedan a los mismos derechos y oportunidades.
De esa forma, plantea que sí se puede y se debe hablar de discriminación laboral hacia las mujeres, en tanto no existan condiciones de equidad de género dentro de una organización empresarial pública o privada, se desconozcan las realidades de mujeres y hombres desde sus características individuales y no se implementen acciones en respuesta a sus necesidades, como sala cunas, horarios flexibles, teletrabajo, rutas de atención de acoso laboral y sexual, y sistemas de prevención y protección ante violencias basadas en género.
Acciones
En el país existe el Programa Nacional de Equidad Laboral con Enfoque Diferencial de Género, una política pública integral a través de la cual se busca prevenir las discriminaciones e inequidades en el ámbito laboral por razones de género, así como disminuir las brechas de desempleo entre hombres y mujeres, reducir la informalidad laboral de las mujeres, entre otras iniciativas.
En el entorno local, la Secretaría de las Mujeres de Medellín, a través de la Subsecretaría de Derechos, trabaja en la promoción de la autonomía económica, como un derecho, y en acciones para disminuir esa brecha salarial.
“El proyecto Autonomía Económica tiene como objetivo garantizar las condiciones para el empoderamiento económico de las mujeres a partir de la promoción y el fortalecimiento de sus capacidades y habilidades, desde el reconocimiento y tramitación de las violencias basadas en género, la generación de ingresos y el control de los mismos, y la autogestión de la fertilidad”, precisa Paula Andrea Tamayo Castaño, secretaria de las Mujeres de la Alcaldía de Medellín.
En sus palabras, la Secretaría de las Mujeres trabaja en varios ámbitos siempre en la búsqueda de la transformación de imaginarios culturales que impiden la realización profesional plena de las mujeres en los ámbitos del empleo, el emprendimiento y la generación de ingresos, a partir de diversos proyectos.
Mayores informes
Alejandro Gómez Valencia
Periodista Área de Información y Prensa EAFIT
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