El grupo al que esta artista perteneció, los Once Antioqueños, fue para la ciudad y para el país un nuevo concepto dentro de la producción artística de esta localidad, pues significó un distanciamiento de la escuela de acuarelistas antioqueños, de su visión del paisaje y lo que lo rodea. Por estas razones, las obras realizadas durante los años setentas y ochentas por los artistas de este movimiento constituyeron un nuevo aire en las galerías, los museos y el ambiente cultural; casi todos ellos fueron docentes en diversas áreas y han marcado un camino para las nuevas generaciones.
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