Integrante de muchas juntas directivas, entre ellas algunas de la organización Corona, a las que llegó merced a la gran amistad que sostuvo con los hermanos Echavarría Olózaga, su labor fue callada pero persistente. Fue uno de los más entusiastas fundadores de EAF en 1960 y consejero sin tregua de sus directores y rectores.
Así mismo, en los primeros años de funcionamiento de la sede de La Aguacatala se distinguió por facilitar contactos con embajadas y organismos internacionales para obtener becas para la formación profesoral y auxilios diversos de dinero, libros y dotación. Fue además un incansable promotor de los jardines, especialmente de rosales.
Fue designado miembro honorario del Consejo Superior; aunque sus quebrantos de salud en los últimos años no le permitían asistir a las reuniones del organismo, se mantenía al tanto de todos los desarrollos de la Universidad.
Alberto Vásquez Lalinde está entre personas dotadas de visión para los negocios, persistencia, audacia e innovación que han dado vida al mítico prototipo del empresario antioqueño: pragmático, hábil y muy ingenioso para hacer dinero.
Apartes del libro Universidad EAFIT 50 años.