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Una oportunidad para mejorar la calidad del aire en Colombia

Mientras Bogotá, Medellín y Cali tienen los modelos más completos, Barranquilla carece de historial de mediciones. El material particulado, producto de la combustión, es el contaminante que más afecta la salud.

Camiones, volquetas y motos de cuatro tiempos son los responsables del 79 por ciento de las emisiones de material particulado –el más dañino para la salud– en el Valle de Aburrá. Foto: Róbinson Henao.

​​​​​​​​​Olga Cecilia Guerrero Rodríguez
Colaborador​​a

La declaratoria de alerta roja por contaminación atmosférica en Medellín, en marzo de este año, puso al país a reflexionar sobre la calidad del aire que respira. Por segunda vez –la primera fue en marzo de 2016– esta ciudad colombiana entró en contingencia debido a que el material particulado ha superado en repetidas ocasiones los niveles máximos permitidos, en varias de las estaciones de monitoreo.

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“Podemos decidir tomar agua o no si vemos que no es pura. Con el aire, si está contaminado, no hay opción de dejar de respirar”: Jorge E. Pachón.​​​

La alerta que llegó a toda el área metropolitana del Valle de Aburrá ocasionó una serie de restricciones que modificaron el ritmo de vida de sus pobladores con el fin de disminuir las emisiones de material particulado, el tráfico y el impacto a la salud.

Dicha situación se convirtió en noticia mundial y en Colombia generó un fuerte impacto y debate sobre la calidad del aire en las principales ciudades.
No es un tema volátil, por el contrario, analizar las características físicas y químicas de este gas vital es una apuesta para solucionar problemas urgentes de movilidad, composición de los combustibles, control de emisiones, aplicación de normas, ajuste de criterios de medición del esmog, entre otros factores.

Una tarea que convoca a todos los sectores el país.Tan urgente es mirar este asunto en profundidad que el último informe del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) sobre calidad de aire en Colombia (2011-2015) advirtió que,
pese a ser necesario para la salud y el bienestar de los colombianos, el recurso aire no ha tenido la atención adecuada en todas las regiones y faltan avances en su monitoreo.

Bogotá y Medellín, una excepción

Colombia cuenta con las herramientas necesarias para hacerlo. Desde 2010 tiene la Política Nacional de Prevención y Control de la Contaminación del Aire, creada mediante documento Conpes, que además estableció la Comisión Técnica Nacional Intersectorial para la Prevención y el Control de la Contaminación del Aire (Conaire).

También está vigente el Protocolo para el Monitoreo y Seguimiento de la Calidad del Aire y este año se activó la Mesa Permanente de Calidad de Aire que reúne a los ministerios de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MinAmbiente), Minas y Energía, Transporte y Salud y Protección Social, junto con otras entidades del Estado. Así mismo, pronto iniciará como proyecto piloto el Protocolo de Vigilancia Sanitaria y Ambiental frente a los efectos de la contaminación en la salud. Eso sin mencionar la amplia normatividad existente.

Precisamente, una de estas normas –la Resolución 2154 de 2010 del MinAmbiente– obliga a que los municipios colombianos con más de 50.000 habitantes instalen sistemas de vigilancia del aire, pero en ciudades como Barranquilla, Cartagena, Sincelejo, Villavicencio, Riohacha, Tunja, Barrancabermeja, Buga, Palmira, Tuluá, Florencia, entre otras, aún no comienzan las mediciones.

Las ciudades que sí los tienen hacen parte del Subsistema de Información sobre Calidad de Aire (Sisaire), administrado por el Ideam. Este se encarga de capturar los datos de los 21 sistemas de vigilancia que agrupan 163 estaciones de monitoreo en 20 departamentos y 66 centros urbanos. Pero, según el Ideam, existen poblaciones de menos de 50.000 habitantes que, dada la intensa actividad de emisiones, necesitarían también un monitoreo y estudio.

Mónica Espinosa Valderrama, ingeniera ambiental e investigadora de la Universidad de los Andes, indica que Bogotá y Medellín tienen las redes de monitoreo más robustas: “Esto en el país sigue siendo una excepción, la mayoría de los centros urbanos no cuentan con dichas condiciones, que podrían considerarse el primer paso en la gestión de la calidad del aire. Además, el monitoreo y diagnóstico del aire están establecidos en la normativa nacional. La reglamentación es importante, como lo es su actualización, pero igual de relevante es que la legislación se aplique”. 

En efecto, Luis Gilberto Murillo Urrutia, ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, lo ratificó recientemente cuando dijo que, exceptuando a Medellín,
Bogotá y un área del Cesar, las condiciones del aire en Colombia son aceptables, pero “se debemejorar la infraestructura de monitoreo porque la mayoría es manual o semiautomática. La idea es ir remplazándola con el apoyo del Ideam y de Corea”.

El MinAmbiente y la Agencia de Cooperacion de Corea (Koica) entregaron nueve estaciones en 2016 para Santa Marta (Magdalena), Barranquilla (Atlántico) y Sogamoso (Boyacá). Al Ideam le aportaron un centro de cómputo que recibe datos en tiempo real de dichas estaciones. Respecto a la normatividad sobre medición de calidad de aire, en agosto de este año el MinAmbiente entrega los ajustes a las normas que rigen en la actualidad. Según anunció el Distrito, Bogotá será la primera en implementarlas.

¿Qué contaminantes se miden?
Por Resolución 610 de 2010 del MinAmbiente, Colombia estableció siete contaminantes criterio, es decir, los que se ha comprobado que causan riesgos en la población y deben tener control de niveles máximos permisibles.

Son estos: partículas suspendidas totales (PST), material particulado menor a 10 micrómetros (PM10) y menor a 2.5 micrómetros (PM2.5), monóxido de carbono (CO), ozono (O3), óxidos de azufre (SOx) y óxidos de nitrógeno (NOx). (Ver ‘Niveles máximos permisibles
para contaminantes criterio’).

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“Si uno mira los reportes de Medellín, todas las semanas se tienen índices ICA Naranja,eso está afectando a la población sensible”: Carmen Zapata.

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“El contaminante que ha sido y sigue siendo de mayor preocupación nacional es el material particulado o PM. No es ni un sólido ni un gas, sino un aerosol producto de la mezcla de restos de erosión, partículas de suelo, metales pesados, carbón que no se alcanza a quemar, entre otros”, explica Jorge E. Pachón, director del Centro Lasallista de Investigación y Modelación Ambiental (Clima).







Así lo ratifica el Ideam, al indicar que este es el contaminante de mayor importancia en Colombia, por sus potenciales efectos sobre la salud. (Ver ‘¿Qué es el material particulado (PM)?’). El último boletín sobre Contaminación Atmosférica (2011-2015) del Ideam advirtió que, en 2014, el 25 por ciento de las estaciones del país superó los límites máximos permisibles de este material, siendo la localidad de Kennedy (suroccidente de Bogotá), la zona más afectada por la contaminación en Colombia. 

Bogotá tiene dos zonas críticas

Los promedios de los últimos 10 años indican una tendencia a la baja en concentración de material particulado, manteniéndose por debajo de la norma, según la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA).

“Es una situación diferente a Medellín. Hay una heterogeneidad muy grande en Bogotá porque tiene dos zonas críticas de acumulación de material particulado: el sur y el occidente, donde confluyen industrias, vías, tráfico, alta población y procesos de erosión. El área nororiental es una zona limpia. Al hacer el promedio se tiene niveles de concentración aceptable, pero es claro que hay problemas en el suroccidente”, afirma el investigador Jorge Pachón.

Por su parte, Mónica Espinosa expresa que “es inapropiado concluir que la calidad del aire está bien al usar como único criterio la comparación de los niveles de concentración registrados en las estaciones de la red de monitoreo con la normativa nacional. El nivel de referencia establecido por la ley es laxo y, además, no es el único criterio que debería usarse. Bogotá tiene la libertad de definir valores más exigentes”.

Adicionalmente, existe el Plan Decenal para la Descontaminación del Aire a 2020, desarrollado por la SDA y las universidades de los Andes, Nacional, La Salle y de Cundinamarca.

¿Qué es el material particulado (PM)?

  • Es un compuesto contaminante sólido o líquido que queda suspendido en la atmósfera.
  • Se clasifica según su tamaño, las más importantes son las partículas menores de 2.5 micrómetros (PM2.5) y las de tamaño menor a 10 micrómetros (PM10). Se deduce, por tanto, que el PM2.5 es una fracción del PM10.
  • PM10 cuando tiene un diámetro igual o inferior a 10 micrómetros por metro cúbico (μm/m3).
  • El PM2.5 es menor a 2.5 μm/m3 y comprende sustancias como los sulfatos, nitratos y el hollín. Este causa mayor afectación en el organismo porque penetra hasta las áreas más profundas del pulmón y el sistema cardiovascular, lo que causa deterioro en la salud de las personas.


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Barranquilla, Cartagena, Sincelejo, Villavicencio, Riohacha, Tunja, Barrancabermeja, Buga, Palmira, Tuluá, Florencia o Soledad, entre otras, aún no comienzan las mediciones.

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“El plan se diseñó como base de un programa integral, una herramienta que requeriría revisión y ajustes, pero han pasado más de 10 años y no ha tenido cambios, programas más ambiciosos o actualización de las metas propuestas”, manifiesta la investigadora Espinosa Valderrama, quien hizo parte del equipo que lo creó.

En esto coincide el profesor Pachón, quien advierte que ha sido muy difícil cumplirlo: “La autoridad ambiental tiene muchas limitaciones, está de brazos cruzados frente a la movilidad y en otras áreas donde hay que tomar medidas. Hasta que no sea un plan de ciudad donde todas las entidades distritales tengan una responsabilidad, y no únicamente de Secretaría, no se podrá desarrollar”.

Soluciones para Medellín

“He venido haciendo un análisis desde hace tiempo y puedo decir que el problema de la concentración de material particulado en el Valle de Aburrá se ha ido agudizando. Si uno mira los reportes, todas las semanas se tienen índices ICA Naranja y eso está afectando a la población sensible”, asegura Carmen Elena Zapata Sánchez, coordinadora del Laboratorio de Calidad del Aire (Calaire), de la Universidad Nacional (sede Medellín).

Al citar el Inventario de Emisiones de Fuentes Móviles PM2.5 realizado por la Universidad Pontificia Bolivariana en 2015, se halló que los vehículos son los responsables del 79 por ciento de las emisiones de este tipo de material particulado, el más dañino para la salud. Los camiones generan 538 toneladas al año, las volquetas, 394; las motos de cuatro tiempos, 233; los buses, 149; los automóviles, 113, y los taxis, 30. Las fuentes que menos contaminan son los camiones articulados, con 23 toneladas, y Metroplús, con 0 toneladas, porque es a gas.

“La ciudad debe centrarse en estas fuentes, en las que más contaminan. Por eso mi propuesta es que deberíamos generar una medida hasta el 31 de diciembre de 2018 en la que se prohíba la circulación a todos los vehículos mayores de 30 años y para 2020 todos los vehículos de más de 20 años”, recomiendaCarmen Zapata.

Como segunda medida propone reducir los vehículos a diésel, debido a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró en 2014 este combustible como cancerígeno. Por ejemplo, “París no permite estos carros en el centro, solo en anillos exteriores. De ahí la necesidad de hacer control de vehículos a diésel en la entrada y salida del Valle de Aburrá con el fin de que cumplan con las emisiones”, enfatiza la coordinadora de Calaire.

La tercera medida que ella recomienda es reducir el azufre de los combustibles: el diésel se logró bajar a 50 (ppm) partes por millón, pero el mundo ya va para menos de 10 ppm. También propone mantener la alerta naranja en la ciudad y el pico y placa ambiental
entre las 6:00 y las 10:00 a.m.

“No queremos llegar a ser como Ciudad de México, pero si no se toman medidas vamos a estar peor.Lo que se busca es que no se llegue a ese punto. Hay que trabajar contra la contaminación para proteger la salud pública, eso es lo primero”, puntualiza la investigadora Carmen Zapata.

Los retos de la academia

“Lo ocurrido en Medellín debe ser usado comoalerta para otros centros urbanos del país”, opina la profesora de Uniandes, Mónica Espinosa, magíster en Ingeniería Civil y Ambiental, quien considera que Colombia está en un punto en el cual el aumento de la actividad industrial y de la flota vehicular excede los esfuerzos por mejorar la calidad ambiental de las ciudades.

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El MinAmbiente obliga a los municipios con más de 50.000 habitantes instalar sistemas de vigilancia del aire. Pero, según el Ideam, hay poblaciones de menos de 50.000 habitantes que, dada la intensa actividad de emisiones, también necesitarían monitoreo.

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“La declaratoria en Medellín abrió de nuevo el debate en Bogotá y en general en el país, sobre la importancia de la calidad del aire. Esto es una oportunidad”, indica Mónica Espinosa, profesora del Departamento de Antropología de Los Andes.

Al respecto, Geovany Bedoya Sanmiguel, jefe del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad EAFIT, señala que para aportar a las soluciones se debe asumir un compromiso moral y ético, tanto desde cada individuo como desde la sumatoria de todos los sectores: el transporte –servicio público (buses, taxis, sistema de transporte masivo y bicicleta) y vehículos particulares–, el Estado, la industria y los gremios.

Advierte el investigador de EAFIT que desde el punto de vista científico se debe profundizar porque en el caso de Medellín se tienen los datos de nueve años, pero eso no es suficiente y hay que ajustar los mecanismos de medición: “Es una tarea de todas las universidades del Valle de Aburrá”.

De la contingencia reciente, la mayoría de las universidades de la ciudad comenzaron a debatir y a desarrollar acciones conjuntas. Surgieron eventos abiertos al público como Café de ciudad, liderado por el Departamento de Ingeniería de Procesos de EAFIT, y SOS por el aire, estrategia de las instituciones de educación superior que conforman el G8 en Medellín: las universidades EAFIT, EIA, Pontificia Bolivariana, CES, Nacional de Medellín y de Antioquia, y la Corporación Universitaria Lasallista.

“La academia tiene una responsabilidad en la generación de debate que posibilite avanzar hacia soluciones efectivas”, manifiesta Carlos Cadena Gaitán, coordinador académico del Centro de Estudios Urbanos Ambientales (Urbam), quien anuncia que próximamente desarrollarán un nuevo ciclo de Mesas Urbam para contribuir a la identificación e implementación de soluciones ante la contingencia. Con la RedAire, iniciativa de las universidades del Valle de Aburrá, vincularon profesores de distintas facultades para optimizar el aporte de la Universidad.

A lo anterior se suma que “desde que nació la carrera de Ingeniería de Procesos, hace 20 años, se ha tenido la preocupación ambiental y se ha trabajado en materias como Cero emisiones, Ecología industrial, Pensamiento sistémico, el área sobre Cultura ambiental, Desarrollo sostenible y Ecología. A estas últimas asisten 800 estudiantes que se sensibilizan sobre el cuidado del ambiente como soporte social y económico”, acota Alejandro Álvarez Vanegas, docente de Ingeniería de Procesos de EAFIT.

En conclusión, el aporte de EAFIT a Medellín está en que todos los proyectos encaminados a la optimización de recursos y la eficiencia energética están relacionados con su impacto positivo en el aire.

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Contaminación del aire exterior es carcinógena para el ser humano: OMS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que cada año ocurren tres millones de muertes relacionadas con la exposición a la contaminación de aire en
espacios exteriores. Cerca del 90 por ciento de estos fallecimientos se produce en países de ingresos bajos y medianos, y casi dos de cada tres corresponden
a Asia Sudoriental y el Pacífico Occidental.

La OMS estima que un 72 por ciento de las defunciones prematuras relacionadas con la contaminación del aire exterior en 2012 se debieron a cardiopatía
isquémica y accidente cerebrovascular, mientras que un 14 por ciento se debieron a neumopatía obstructiva crónica o infección aguda de las vías respiratorias
inferiores, y un 14 por ciento a cáncer de pulmón.

Dice también que algunas muertes pueden atribuirse a más de un factor de riesgo, por ejemplo, el consumo de tabaco y la contaminación del aire pueden
provocar cáncer de pulmón.

En efecto, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la OMS determinó en 2013 que la contaminación del aire exterior es carcinógena
para el ser humano y que las partículas del aire contaminado están estrechamente relacionadas con la creciente incidencia del cáncer, especialmente el
cáncer de pulmón. También se ha observado una relación entre la contaminación del aire exterior y el aumento del cáncer de vías urinarias y vejiga.

En cuanto a los riesgos que ofrecen los espacios cerrados, la OMS informa que en el mundo hay 3.000 millones de personas que respiran sustancias nocivas al cocinar y calentar sus hogares con combustibles como leña y carbón.

Fuentes que más contaminan

Para dicha organización las fuentes que más contaminan el planeta son los medios de transporte ineficientes, la quema de combustible en hogares, la quema de desechos, las centrales eléctricas, la industria y las tormentas de arena, en áreas cercanas a desiertos.

Sin embargo, para el Instituto Max Planck de Química de Maguncia (Alemania) –en un estudio liderado por el químico Johannes Lelieveld y publicado en la revista Nature (2005)–, las mayores fuentes de contaminación son los incendios domésticos y la agricultura.

La exposición a la contaminación atmosférica es particularmente aguda en Asia, especialmente en China y la India, donde ocurren las tres cuartas partes de las muertes relacionadas con la contaminación en
el mundo, revela la investigación.

Para Johannes Lelieveld, la otra causa es la agricultura, que contamina en Europa, Rusia, Turquía, Japón y el este de los Estados Unidos. “El amoníaco entra en la atmósfera como resultado del uso de fertilizantes y la ganadería intensiva. A continuación, experimenta varias reacciones para formar sulfato de amonio y nitrato de amonio. Estas sustancias, a su vez,
son un factor importante en la formación de pequeñas partículas aerotransportadas. En Ucrania, Rusia y Alemania esa cifra supera el 40 por ciento”, explica.

El trabajo reporta 3.3 millones de muertes prematuras cada año como resultado de la contaminación del aire. De estas, 1.4 millones en China y 650.000 personas en India. En la Unión Europea, la exposición a partículas finas y ozono afecta 180.000 vidas al año, de las cuales 35.000 están en Alemania. “En muchos países, la contaminación atmosférica representa
aproximadamente 10 veces más muertes que los accidentes de tráfico”, concluye.

Analistas

Óscar Geovany Bedoya Sanmiguel
Geólogo, Universidad EAFIT; magíster en Ciencias, Colorado State University. Jefe del Departamento de Ciencias de la Tierra. Áreas de interés: geología ambiental y desastres naturales.

Alejandro Álvarez Vanegas
Ingeniero de procesos, Universidad EAFIT. Magíster en Ciencias de Sostenibilidad, Universidad Leuphana (Luneburgo, Alemania). Núcleo de Formación Institucional en Cultura Ambiental. Docente del Departamento de Ingeniería de Procesos de EAFIT.

Carlos Cadena Gaitán
Profesional en Negocios, Reinhardt University (Estados Unidos); magíster en Administración Pública, Georgia State University (Estados Unidos), y PhD en Políticas Públicas y Análisis de Políticas, Maastricht University (Holanda). Profesor y coordinador académico del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) de EAFIT.

Mónica Espinosa Valderrama
Ingeniera ambiental y magíster en Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad de los Andes, donde es estudiante del doctorado en Ingeniería. Profesora del Departamento de Antropología de Uniandes. Investigadora y consultora en temas de emisión de contaminantes atmosféricos.

Jorge Eduardo Pachón Quinche
Ingeniero químico y magíster en Ingeniería Ambiental, Universidad
Nacional de Colombia (sede Bogotá); magíster y PhD en Ingeniería Ambiental, Georgia Institute of Technology. Profesor asociado y director del Grupo Centro Lasallista de Investigación y Modelación Ambiental (Clima), de la Universidad de La Salle (Bogotá). Es líder del proyecto Fortalecimiento de las capacidades de modelación de calidad del aire en Colombia.

Carmen Elena Zapata Sánchez
Ingeniera de Petróleos, Universidad Nacional de Colombia. MSc Water Environment Management, University of Bournemouth. Profesora del Departamento de Geociencias y Medioambiente de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín. Coordinadora del Laboratorio de Calidad del Aire (Calaire). Áreas de interés: Control y monitoreo ambiental, Modelamiento de la contaminación y Estudios de impacto ambiental.