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Universidad EAFIT
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Relación profesor-alumno




La relación profesor-estudiante se cimienta en un ejercicio de reciprocidad donde se comparten conocimientos, valores, actitudes y experiencias. Es pues, una relación de corresponsabilidad creativa, cimentada en el marco de los objetivos educativos y los principios promovidos por la Universidad en su Proyecto Educativo Institucional (PEI).

Esta relación, mediada por el currículo y sus fines formativos, es también una relación naturalmente académica y profesional. Por consiguiente, no debe sobrepasar nunca, por razón diferente alguna, los hechos y los efectos propios de la finalidad para la cual originalmente se establece.

La relación profesor- alumno es, además, una relación interpersonal y por consiguiente susceptible a la empatía intelectual y afectiva entre los protagonistas de la misma, lo cual aporta al establecimiento de vínculos recíprocos de admiración y confianza, necesarios para un buen desempeño académico y una experiencia de aprendizaje significativa y transformadora. En muchas investigaciones sobre educación se afirma que cuando en las relaciones establecidas en torno al aprendizaje existe compromiso afectivo, las personas involucradas suelen corresponder con mayor nivel de proactividad, compromiso y desempeño.

No obstante, esta relación -que de todas maneras tiene una condición de verticalidad y autoridad, dada por el conocimiento, la experiencia del docente y la potestad de calificar-, se encuentra lógicamente supeditada a los límites de su propia naturaleza, y en forma adicional, muy especialmente, por los criterios de la prudencia y el mutuo respeto entre profesores y estudiantes.



Retos y lecciones aprendidas

Dentro de los principios de la Universidad, el reconocimiento del otro, concebido desde la pluralidad, es fundamental en la creación de una cultura de respeto. En ese sentido, la Universidad se ha caracterizado durante sus seis décadas de existencia por ser una institución abierta, donde confluyen distintas corrientes de pensamiento y donde hay cabida para muchas maneras de concebir el mundo.

Dentro de esa diversidad existen, sin embargo, unos mínimos éticos (en términos de la filósofa española Adela Cortina), que se deben garantizar para hacer posible una convivencia armónica. Por ello, es importante observar unos límites en la relación con el otro para evitar transgresiones, que tienen aún mayor relevancia en aquellas relaciones asimétricas, como es el caso de la relación profesor-estudiante.

Dentro de esos mínimos éticos e interpretando los temas esenciales de la agenda pública mundial y acontecimientos recientes en la Universidad, consideramos oportuno compartir las siguientes reflexiones dirigidas a revisar conductas tradicionalmente aceptadas y normalizadas en nuestra sociedad, pero que hoy resultan inadecuadas en el marco del respeto y la dignidad humana, como se expresa en el Protocolo para la Equidad de Género y la Sexualidad Diversa, aprobado por el Consejo Académico de la Universidad EAFIT en octubre de 2018.​​

P​rotocolo para la equidad y la sexualidad diversa de género en la Universidad EAFIT​


Guía y recomendaciones relación profesor-estudiante​

La Universidad EAFIT confía en la integridad moral y académica de sus profesores, confianza que obedece a la ética en las conductas que habitualmente han caracterizado al cuerpo docente, demostradas a lo largo de los años. Sin embargo, dados los movimientos civiles que invitan a la sociedad a revisar costrumbres y prácticas cotidianas es necesario continuar trabajando en el aseguramiento de entornos confiables.

Así, las siguientes recomendaciones se formulan a partir de los casos que conoce el Comité de Inclusión y Equidad, y que coinciden con lo señalado en los lineamientos que han generado universidades de otros países como la Pontificia Universidad Católica de Chile, el Tecnológico de Monterrey, la Universidad de Harvard, entre otras.

 

Ch​istes sexuales, sexistas y discriminatorios

Dentro y fuera del aula, se deben evitar los chistes, las charlas y los comentarios racistas, xenófobos, irrespetuosos con las creencias religiosas, los relacionados con la apariencia física y con las competencias que cultural y erróneamente descalifican a las mujeres y a la población LGTBI, así como las referencias sexuales innecesarias.























Comunicación e interacción en redes sociales​

Dada la apropiación masiva de las redes sociales en la última década, se ha vuelto más frecuente encontrar en diferentes tipos de organizaciones que la comunicación que en un principio se genera en el ámbito del trabajo o del estudio esté migrando a asuntos más personales e íntimos, propiciado justamente por las dinámicas de las redes.

Así, cuando un/una profesor/a sigue a un/una estudiante por Whatsapp, Twitter, Instagram o Facebook, se genera la posibilidad de que los contenidos que se compartan y a los que se tiene acceso no sean solo de índole académica. Es un lindero que fácilmente puede cruzarse y prestarse para malentendidos, comentarios no bienvenidos y una transgresión del límite que en un momento determinado puede incomodar y afectar al estudiante, al pasar de una relación académica a una relación más personal, pues estaría en el orden del ámbito privado.

En ese sentido, es importante discernir cuidadosamente la pertinencia de seguir a un/ una estudiante en sus redes sociales, así como la conveniencia de entablar la comunicación entre profesor-alumno por los medios institucionales (correo electrónico, Interactiva 2020 y Teams). De hecho, este último permite la mensajería instantánea y el trabajo en red y colaborativo, evitando así invadir los espacios privados de los integrantes de la comunidad.

 

Espacio personal​

Si bien en la cultura nuestra se han considerado aceptables o al menos tolerables algunos comportamientos de cercanía personal e informal entre profesores y estudiantes, resulta fundamental ser consciente del espacio físico y personal del otro para no trasgredirlo. Así, los roces o tocamientos en cualquier parte del cuerpo, los abrazos y los besos -aún en la mejilla- se pueden percibir por parte de los/las estudiantes como un exceso de confianza que incomoda a quien lo recibe, dado que lo sienten como inadecuado e innecesario en esa relación asimétrica, con la imposibilidad de expresar por lo mismo su rechazo frente a esos gestos.​








Ámbito profesional y personal

Ciertos eventos académicos o dinámicas sociales en la Universidad pueden inducir a que en un determinado momento se generen encuentros, salidas y celebraciones por fuera de la Institución. En estos eventos, dada la costumbre social, es factible que se incurra en el consumo de licor, e incluso de drogas psicoactivas, que modifican el comportamiento de las personas. La evidencia muestra que es precisamente en este tipo de situaciones donde se pueden generar transgresiones delicadas, intercambios desafortunados e interacciones que se salen de control, bien sea porque se presume del consentimiento del otro para una aproximación de índole sexual o porque se violenta sutil o directamente a la persona.

​Así, los lineamientos que se han encontrado en otras universidades y que cobran sentido para la nuestra, incluyen asegurar que todas las personas lleguen y salgan a la misma hora de los lugares de encuentro y que acudan a la prudencia siendo conscientes de los riesgos que se pueden generar si no se procede de esta manera.

 

Relación profesor-alumno