El miedo realiza lo temido
Ingmar Bergman (Upsala 1918-Fårö 2007)
A cien años del nacimiento del cineasta sueco
Bergman ocupa un sitial de honor en la historia del cine. Con sus casi cincuenta películas capturó la esencia de su tiempo. En ellas invirtió sus obsesiones intimas y la inquietud frente al silencio. En Un verano con Mónica (1953), Harriet Andersson encarna a una joven desenfrenadamente inconforme y sensual: fue un hálito de liberación e insignia de una nueva modernidad en el cine. En El séptimo sello (1957), evoca la fe y la muerte. Persona (1966) es una de las representaciones más poderosas de la ambigüedad del mal. Con Secretos de un matrimonio (1974) Bergman escenifica la transformación de una pareja de la atracción reciproca a la destrucción. En cambio, Fanny y Alexander (1982) es una soberbia y nostálgica evocación de los recuerdos de la infancia. La última película de Bergman, Saraband (2003), es una obra maestra sobria, una lección práctica sobre cómo se hace una película y una indagación existencial.