Por: Sol Astrid Giraldo Escobar, curadora
Esta exposición realiza una mirada retrospectiva a la obra de Flor María Bouhot (Bello, 1949), quien desde hace 50 años se ha dedicado a su "deseo inmenso de pintar". Egresada de Bellas Artes (1975) y de la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia (1981) surge en los pictóricos años 80. Una década en la que los artistas locales están redescubriendo apasionadamente la pintura, pero desde inéditas perspectivas. A nivel internacional, la Transvanguardia italiana y el Neoexpresionismo alemán propiciaban también una renovada reconexión con lo pictórico. Este es el contexto que nutre directa e indirectamente a la artista y a su generación. En una época en la que ya todo es posible, acude al pastiche, se apropia de imágenes de la alta y la baja cultura, bebe de estrategias expresionistas y pop, para sazonar finalmente su trabajo con una desenfadada estética kitsch.
La curaduría propone leer su obra como la afirmación de un inédito cuerpo urbano. Es el tema que explora en series como "Los amantes", "Instancias del éxtasis" y sus múltiples representaciones de mujeres y seres de género ambiguo y colores improbables. Los cuerpos de la serie "Carnaval", por su parte, desafían el industrial tiempo urbano con la lentitud subversiva del goce y la fiesta. Tendría que hablarse de cuerpo además en sus eróticos bodegones donde sus frutas dialogan con las flores lujuriosas de Georgia O'Keeffe y reclaman provocadoramente una mirada táctil y concupiscente.
Flor no ha concebido al cuerpo como una realidad biológica o un motivo puramente estético, sino como un producto social, histórico y político. Así se empeñó en darle imagen al de los excluidos, desde una absoluta conciencia sobre las marcas de género y raza como un ejercicio de poder. Son, pues, el cuerpo, el deseo y la vida urbana los temas centrales de una obra que plantea, además, una agresiva carta de color como parte esencial de su propuesta conceptual, como lo demuestra el que sus contemporáneos se quejaron entonces tanto del impudor del tema como de su escala cromática.
Esta exposición busca, por un lado, realizar un merecido homenaje a sus 70 años de vida, pero también intenta poner a circular su obra en un contexto contemporáneo donde por primera vez los temas de género, raciales y multiculturales están en el centro de los debates nacionales. Una escena en la que este intrigante conjunto de imágenes construido desde los márgenes tiene, sin duda, mucho que aportar.