El gran filósofo y pedagogo Alain, con claridad premonitoria, afirmaba: instruir no es arrullar. ¿La educación contemporánea no ha cedido demasiado a la facilidad de arrullar en lugar de afrontar las duras exigencias del instruir? De ser así, ¿qué damos, en nuestra condición de ciudadanos, a nuestras naciones con este modelo educativo? ¿A quién beneficia cultivar, cada vez a escala más amplia, civilizaciones de la incultura? Civilizaciones de la incultura, porque a fuerza de tecnificar y hacer estrictamente utilitarias casi todas nuestras enseñanzas, se han eliminado la cultura y las humanidades de los bancos de la escuela, con el pretexto falaz de que no constituyen un aporte directo a la producción y al crecimiento económico...
Problemas de la enseñanza y, particularmente, problemas de la enseñanza de la administración, temas obligados del pensamiento, son explorados en este libro por Aktouf, con claridad y respeto hacia los procesos didácticos.
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