Este grupo interdisciplinar, que reúne estudiantes de Ingeniería, Ciencia Política y Psicología; de las maestrías en Estudios del Comportamiento y Ciencia de Datos y Analítica, además de egresados y profesores, se dedica a reflexionar actualmente en torno a tres asuntos de interés: filosofía y ciencias de la decisión; riesgo existencial: naturaleza, información y tecnología, y mentes posibles: ética en inteligencia artificial y analítica comportamental.
En principio, hace cerca de seis años, se dieron las bases para el surgimiento de este espacio de encuentro e investigación, cuando se creó el grupo de estudio de Economía conductual para el desarrollo humano, que poco después se convirtió en un semillero de investigación y evolucionó al grupo de Ciencias de la Decisión, hasta llegar a Delfos: datos, ética y comportamiento, donde se combinan los intereses por la conducta humana y su relación con la manera en la que el contexto informacional digital está cambiando dramáticamente la forma en la que tomamos decisiones. Un proceso en constante cambio que, como afirma el profesor Jonathan Echeverri, del área de Cultura, “fue un proceso de maduración que se fue tejiendo en la conversación con los estudiantes y con las personas que estuvieron, porque no hay ningún lío en ser flexibles e ir modificando nuestras ideas en la medida en que esas conversaciones vayan apareciendo”.
Conócete a ti mismo
Basado en un oráculo de la antigua Grecia, en el templo del dios Apolo, donde las personas iban a recibir consejo cuando debían tomar decisiones complejas, Delfos se centra en la idea de “conócete a ti mismo”, uniendo ese concepto antiguo a la vida actual, en la que se busca en la tecnología nuevas formas de mejorar los procesos de toma de decisiones, es decir, Delfos sugiere una vuelta sobre sí mismo como evaluación crítica del uso socialmente responsable de la tecnología. Para este grupo, la inteligencia artificial, por ejemplo, puede ayudar a resolver muchas cosas, pero es necesario primero revisar que necesita cada persona para usar de forma adecuada estas tecnologías que hoy están revolucionando el mundo como lo conocemos.
El pensamiento flexible del zorro
El grupo tiene por imagen y mascota a un zorro, haciendo referencia a su estilo de pensamiento flexible, a la conexión de ideas que provienen de diferentes horizontes disciplinares. Sobre esto, el profesor Echeverri nos cuenta que se identifican con este animal, porque también hace “referencia a una literatura sobre el zorro y el erizo, un famoso ensayo de Isaiah Berlin, y Stephen Jay Gould también tiene un texto reciente muy divertido que se llama Érase una vez el zorro y el erizo: las humanidades y la ciencia en el tercer milenio”, en las que también puede entenderse al zorro como un ser con un interés especial por la sabiduría, la creatividad y la ciencia.
«Los enérgicos erizos sabían mucho de un gran tema y buscaron, bajo la bandera de la parsimonia, extender el poder explicativo de ese gran tema para “cubrir” nuevos casos; a los zorros, más eclécticos, que sabían poco de muchos temas, no les importó improvisar soluciones ad hoc para seguir el ritmo de un mundo en constante cambio. (…) Los zorros fueron más sensibles al modo en que fuerzas contradictorias pueden producir equilibrios estables y, como resultado, “sobrepredijeron” pocas desviaciones, para bien o para mal, del statu quo. Pero los zorros no predijeron mecánicamente extrapolando el pasado. Reconocieron la precariedad de los diferentes equilibrios e hicieron sus apuestas sin descartar nada como “imposible”.» (Philip Tetlock, El juicio político de los expertos)
… Y llega la inteligencia artificial
Actualmente. desde Delfos están enfocados en desarrollar investigación en tres grandes áreas de trabajo con asistentes de inteligencia artificial.
Por un lado, están revisando literatura técnica en torno a los chatbots y las implicaciones que estas formas de conversación y búsqueda de información tienen en el comportamiento de las personas; además, están aprendiendo a crear chatbots y asistentes propios para revisar información y automatizar procesos con el fin de que ellos analicen información y ayuden a automatizar algunos procesos de investigación y de consultoría.
Por otro lado, dos equipos de trabajo están concentrados en revisar asistentes de IA generativa, que crean contenido sintético de video, audio y escritura y demás.
Finalmente, el tercer enfoque se centra en la automatización, es decir, la revisión de asistentes de inteligencia artificial que permitan automatizar procesos y tareas que usualmente demandan mucho tiempo, con el fin de revisar cómo se puede, según el profesor, tener después mayor “energía cognitiva para poder pensar y evaluar, por ejemplo, el resultado de los productos de esos asistentes y hacer uso de la deliberación consciente con tareas no rutinarias”.
Así, Delfos: datos, ética y comportamiento, se convierte en un espacio de investigación y creación de nuestra Escuela que trabaja con problemas y asuntos actuales que están afectando la forma en la que vivimos, trabajamos, nos relacionamos y tomamos decisiones.
Además de la creación de los chatbots y el análisis de información, están trabajando en tres artículos académicos; una reseña crítica de tres textos relacionados con la tecnología y la inteligencia artificial, y esperan, en el futuro, poder ofrecer consultorías a organizaciones y gobiernos que tengan intereses en estos asuntos, pues se han dado cuenta de que hay organizaciones que están encantadas con estos temas, pero no saben muy bien qué hacer al momento de utilizar tecnología para resolver sus problemas o para recopilar y sistematizar sus datos sobre clientes y colaboradores. Y aquí estará Delfos para ofrecer soluciones creativas.