Daniela, quien también es
egresada del
pregrado en Geología de la Universidad, desarrolla su labor investigativa desde hace un año y medio, tiempo en el que se ha dedicado a
determinar la contaminación que registra el aire de Medellín, puntualmente en lo que se refiere a material particulado magnético, a través de una especie de plantas: Tillandsia recurvata.Y su trabajo sobre
técnicas de magnetismo ambiental para determinar la contaminación ha sido reconocido: la investigadora, quien estudió su carrera universitaria apoyada por la
beca Fondo Social Andi-EAFIT, realizó una ponencia durante la
XVIII Reunión científica de la Asociación Argentina de Geofísicos y Geodestas, en la sala temática de geofísica aplicada y ambiental, y aprovechó para comentar con sus colegas sobre la
problemática de contaminación ambiental que actualmente afecta al Valle de Aburrá.
Al final del evento, realizado en la ciudad de La Plata (Argentina) entre el 17 y el 21 de abril de 2017, los organizadores realizaron la premiación y eligieron a los mejores de cada sala temática por la calidad de su investigación y por el desempeño durante la respectiva ponencia. Daniela recibió el reconocimiento dentro de su sala temática y un pequeño obsequio de parte del comité organizador.
La experiencia de Daniela
Daniela cuenta cómo comienza su proyecto de investigación con la Tillandsia recurvata: "Cuando estaba haciendo la tesis del pregrado, conocí a un investigador argentino, Marco Adrian Eduardo Chaparro, quien trabaja con técnicas de magnetismo para determinar contaminación (magnetismo ambiental). Con él trabajé en un proyecto para determinar contaminación en sedimentos sobre la bahía de Cartagena. Luego supe que también se podía aplicar la técnica en otros ambientes y que Marcos trabajaba sobre contaminación atmosférica por medio de las Tillandsias, así que decidimos aplicarlo en Medellín".
Según la investigadora, las Tillandsias son plantas que por su naturaleza tienen la capacidad de retener el material particulado presente en el lugar donde crecen y, por esta razón, han sido utilizadas en estudios como biomonitores de la calidad del aire. "Lo particular de estas plantas es que son epifitas y crecen en cualquier parte -hasta en los cables-: lo que hacen es 'alimentarse del aire', acumulando en su superficie el material particulado. La Tillandsia retiene este material gracias a su textura escamosa, además va creciendo en forma esférica y eso hace que los contaminantes se resguarden en el centro", explica.