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Universidad EAFIT
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Microscopios, lentes para conocer lo que no vemos

​Sherlock Holmes llevaba consigo un microscopio básico: la lupa, un instrumento que con el tiempo ha dado paso al descubrimiento de partículas celulares, proteínas y virus y a un tipo de anteojos vital para la ciencia y la investigación. 

​​Percibir estructuras celulares y descubrir tejidos en organismos vivos y muertos son procedimientos que científicos y expertos en todo el mundo realizan a diario gracias al microscopio, un instrumento que hace posible la obtención de imágenes ampliadas que el ojo humano no capta a simple vista.

Su invención se le atribuye a Zacharias Jansen, en 1590, quien descubrió que la superposición de un lente con otros, iguales o diferentes, aumenta el tamaño del objeto reflejado. Este hallazgo dio paso al nacimiento de la Microbiología, con los primeros estudios del bacteriólogo holandés Anton Van Leeuwenhoek, quien a mediados del siglo XVII, después del descubrimiento de los protozoarios (organismos con células de un solo núcleo) utilizó lentes convexos (aquellos con el centro más grueso que los bordes) para observar muestras de sangre, y  posteriormente bacterias y hongos.

Con el paso del tiempo el microscopio se ha perfeccionado, pasando de su forma más básica (la lupa, un único lente de uso cotidiano que permite aumentar hasta 40 veces el tamaño del objeto observado), a la creación de microscopios binoculares u ópticos, con sistemas mecánicos (piezas que sirven de soporte a los lentes), ópticos (lentes encargads de reproducir las imágenes) y de iluminación (dirige la luz para ver el objeto).

Al uso de este instrumento para fines científicos se le denomina microscopía, técnica en la que es más común el microscopio óptico, utilizado principalmente en los laboratorios farmacéuticos y de Histología, para el bioanálisis de diferentes muestras sanguíneas y de tejidos humanos y animales.

Este tipo de microscopio también es común en los laboratorios de formación básica escolar, así como los electrónicos (utilizan electrones en lugar de luz visible para formar imágenes).

Además de la Biología y la Medicina, el microscopio se usa para investigaciones en el campo de la Química (para el estudio de elementos cristalinos), la Física (para el conocimiento de las propiedades de los materiales) y en la Geología (para la observación de composiciones mineralógicas y de las texturas rocosas).  

En la Universidad EAFIT, por su parte, los estudiantes de las escuelas de Ingeniería y Ciencias, utilizan microscopios ópticos en los laboratorios de Procesos y de Biología para el estudio de procesos de calidad y de los metabolismos microbianos. También se aplican técnicas de microscopía avanzada con instrumentos electrónicos, para análisis topográficos, de muestras orgánicas e inorgánicas, entre otros usos. ​
Última modificación: 08/09/2015 10:59