Cada logro de la ciencia no es un punto de llegada, sino el lugar donde surgen los nuevos interrogantes. "Sólo sé que nada sé", decía Sócrates con humildad. "Yo me las sé todas", farfulla con arrogancia el avispado. El avispado está conforme con el mundo mientras no le afecte su estatus. Por el contrario, el arte y la ciencia nacen de la inconformidad. Aquel que está insatisfecho con el mundo decide reinterpretarlo o recrearlo. El espíritu crítico permite que la humanidad avance. Por eso, la Universidad no puede perder jamás el espíritu de indagación. La Universidad, es la ventana por la cual nos asomamos a indagar el universo, a extraerle con cuentagotas sus arcanos secretos, sus leyes más profundas.
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