Para asombro de quienes consideran que las humanidades son solo erudición, no es esta la palabra; tampoco cultura, ética o literatura. La palabra es la “pluralidad” que se ha venido construyendo a lo largo de los siglos grano a grano, como un collar de cuentas seleccionadas. Pluralidad no es revoltijo, ni caos, sino depuración de visiones de lo humano, aspiraciones al bien obrar, celebraciones en la palabra del ascenso del buen sentido, la comprensión y el humanismo.
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