Fuente: Energy Information
Admistration (EIA). Elaboración propia.
Durante los últimos cuatro meses la
producción de crudo se ha incrementado por parte de la Organización de Países
exportadores de Petróleo (OPEP) luego de anunciar recortes en cerca de 1,8 millones
de barriles por día (BPD) en el primer semestre de 2017 procurando reducir una
sobreoferta de crudo. Frente a este hecho la EIA estableció un mínimo de 75% en
el nivel de cumplimiento de los acuerdos para el mes de julio.
La producción de petróleo en EEUU
tuvo un incremento anual de 8% para el mes de agosto representando la cifra más
alta desde julio de 2015 con una extracción de 15.77 (MBPD). En cuanto a los
inventarios se redujeron en 5,4 millones de barriles y se situaron en 457,8
millones en lo que concierne a la última semana de agosto. Cabe resaltar para
este mismo periodo una moderada contracción en el conteo de plataformas activas
en 7 unidades en relación a la semana anterior.
En este orden de ideas, la EIA
sostiene sus proyecciones para el precio del WTI y Brent en 50.71 y 48.88 para
el 2017, respectivamente. En cuanto a la proyección de producción la entidad
incrementó en 95 mil barriles diarios totalizando 98.4 millones de barriles
diarios para el 2017. Es importante resaltar el equilibrio que se evidenció en
el mes de julio en la producción de crudo y otros combustibles.
Fuente: ANH, Banco de la República, ACP,
SICODIS.
En Colombia, la producción de crudo
ha venido contrayéndose de manera acelerada durante los últimos dos años con
una extracción promedio de 849 MBPD en lo corrido del año. Para el mes de junio
las exportaciones del sector petrolero registraron un saldo de 946.4 Millones
de dólares FOB, lo que representa una variación negativa de 10% respecto al
mismo mes del año anterior. Para el primer trimestre de 2017 se registró un
incremento de 35% en el flujo de inversión extranjera del sector petrolero en
relación al mismo trimestre del año anterior. En consecuencia, las reducciones
en las rentas minero energéticas no se han hecho esperar registrando
variaciones negativas superiores al 15% durante los últimos 2 años.
En síntesis, el mercado minero
atraviesa por una crisis estructural caracterizada por fuertes caídas en la producción,
reducción en los descubrimientos de pozos y de contratos de exploración, y el
rechazo manifiesto en las consultas populares de muchas regiones que se
resisten en la explotación de recursos mineros en sus territorios. Ante la
difícil situación del sector, el gobierno expidió el Decreto 2041 del 2014
buscando la posibilidad de explotar combustibles no convencionales (fracking) reformando
las licencias ambientales. Las intensas polémicas acerca de la viabilidad
técnica del procedimiento y sus impactos ambientales auguran un escenario
difícil en la discusión del tema, lo que pone en riesgo del futuro de las
exportaciones petroleras y de las rentas públicas que se derivan de ellas.
La difícil coyuntura por la que
atraviesa la economía colombiana debe servir como insumo para replantear nuevos
modelos de desarrollo económico que permitan dejar la dependencia de la
extracción de recursos naturales que desafortunadamente no dejó mejoras en infraestructura,
innovación y en los niveles de ahorro, ¡Aprovechamos mal el boom minero que
trajo la primera década del nuevo milenio!. Pero, la salida no puede ser
excluyente, por un lado, se hace necesario diseñar estrategias de desarrollo
que implementen e identifiquen nuevas estructuras productivas con creación de
empleos y mayores encadenamientos productivos, y por el otro reestructurar el
marco institucional minero energético de forma tal que se reduzcan los riesgos
ambientales y se aproveche adecuadamente la explotación de los recursos no
renovables y públicos que hacen parte de la propiedad y el bienestar de las
familias colombianas.
José García Guzman
jgarci85@eafit.edu.co
Docente de cátedra del Departamento de Economía, EAFIT