Hernán Herrera EcheverriPh.D. en Administración Financiera, Universidad de los Andes, Colombia // Profesor investigador de la Escuela de Finanzas, Economía y Gobierno y consultor asociado del Centro de Innovación y Consultoría de la Universidad EAFIT
Dentro del mercado de toma de control de empresas, se dice que un inversionista está ejecutando una estrategia de abrazo del oso cuando hace una oferta que ejerce presión sobre el equipo gerencial y la junta directiva, a veces contactándolos u otras veces intentando ir directamente a los accionistas con una oferta porque saben que una negociación con los primeros no será favorable. Existen dos tipos de abrazos de oso: el abrazo del osito teddy, cuando no se incluye un precio o términos específicos de la oferta y esto significa que no se hará publica, esta estrategia se usa cuando es posible negociar un acuerdo entre el inversionista interesado y la junta para evitar los daños colaterales de una toma hostil.
Por otro lado, está el abrazo rompe-costillas, que obliga a la junta a reaccionar sobre una oferta pública de carácter hostil, dirigida directamente a los accionistas y que viene acompañada de un conjunto de daños y potenciales demandas, entre otras cosas, por faltar a la responsabilidad fiduciaria frente a los accionistas, que podrían seguir al rechazo de la oferta. Cualquier parecido con la realidad, en este caso no es coincidencia, si analizamos la OPA de Gilinsky inicialmente por Nutresa y ahora por Sura.
Muchos habíamos coincidido en que la oferta sobre Nutresa podría tratarse de una movida distractora, para posteriormente avanzar por Sura y Bancolombia, dada la trayectoria de banqueros de los oferentes y la historia transaccional entre las partes: un abrazo de oso de brazos largos. Analicemos cuáles factores pueden brindar la oportunidad para que un inversionista hábil pueda aplicar esta estratégica financiera sobre un grupo económico de una trayectoria brillante y tan sólidamente enrocado como el GEA.
Desde un punto de vista estrictamente racional, las tomas hostiles se dan cuando un “Rider” (en este caso Gilinsky) piensa que la empresa vale más en sus manos que en las que está, y está dispuesto a compartir parte de ese valor adicional con los dueños actuales con el fin de que estos le permitan tomar el control para implementar las decisiones que producirán tal incremento de valor. Si seguimos con el enfoque racional, este solo hecho constituye un llamado de atención a la junta y la administración actual acerca del potencial de generación de valor de la estrategia que sigue Nutresa; porque no importa si la OPA es un artilugio para hacerse al control de otras empresas del grupo, de igual forma es muy ingenuo pensar que un inversionista hábil haría una oferta de este tipo intentado compensar con movimientos futuros, una pérdida inmediata.
En ese sentido y dado de que no hay un proceso de negociación, la tensión del Rider está en que la oferta tiene que ser lo suficientemente alta para seducir al 51% de la propiedad actual (piso de la OPA de Nutresa, aunque el de Sura es cerca del 30%) a vender, pero lo suficientemente bajo para que quede valor para reclamar después de la toma de control.
Haciendo caso omiso de potenciales oportunidades de arbitraje y hablando puramente desde un ángulo fundamental, el sector de alimentos y bebidas en América Latina ha negociado alrededor de 9.4 veces el EV / EBITDA según el reporte reciente de ScotiaBank. Por lo tanto, un múltiplo de 9x para el EBITDA normalizado sería un valor de mercado justo para una empresa que cotiza en bolsa. Sin embargo, se debe tener en cuenta que los múltiplos calculados sobre valores de patrimonio en el mercado asumen el supuesto de descuento de minorista, por tanto, en el caso de Nutresa se debe adicionar una prima de control. La misma fuente establece un promedio histórico de prima de 40%, lo que nos lleva u un múltiplo mas o menos de 13. Sin embargo, quienes estamos al tanto de transacciones de este tipo, hemos visto como los múltiplos han venido subiendo particularmente en esta época por la depresión de los ebitdas debido a la pandemia, la devaluación y el costo de las materias primas.
Así las cosas, el premio del 37% ofertado no parece muy atractivo y denota como el Rider está utilizando la confluencia de los factores antes mencionados y su efecto en la cotización a la baja de las empresas de alimentos para resolver la tensión antes mencionada a su favor. Más, sabiendo que parece que paulatinamente vamos superando temas como la pandemia y los paros. Las empresas en Colombia en general se están recuperando a pesar de la marginalidad subyacente al riesgo político de la próxima elección presidencial.
Se trata entonces de una oferta estratégicamente dispuesta en el momento adecuado y por la puerta adecuada de entrada, para tratar de hacerse a una participación en uno de los conglomerados económicos mas importantes del país. Pero al margen de lo anterior y mas allá de las posturas tropicalistas, hay varias moralejas: primero, desde la perspectiva económica y financiera esta operación hace parte de la dinámica natural de los mercados financieros y muestra que nuestro país proporciona reglas de juego claras para el fomento de la libre inversión y un contexto adecuado para el desarrollo de la libre competencia, pilar del crecimiento económico y social.
Segundo, El GEA es mundialmente reconocido por su caracteristica de excelente ciudadano corporativo, se resalta de manera sobresaliente su contribución sostenida al desarrollo social, la sostenibildad de nuestra región y su su impacto muy positivo en el ecosistema de innovación en Colombia. Esperamos que sea cual sea el desenlace de esta operación, esa directriz se mantenga, pero como diría mi señora madre: “Lo cortez no quita lo valiente”, cobra gran significancia mantener esta visión de negocio siempre armonizada con la generación de valor financiero para los accionistas. No se puede compartir el valor si primero no se genera. Y, tercero, generación de valor mata el enroque. No hay mayor defensa contra este tipo de estrategias que se evidencie en la cotizacion de la acción, como se está fortaleciendo el patrimonio de los accionistas con la ejecución de la estrategia de la empresa.