Gráfico 1
De otra parte, la tasa de devaluación anual (últimos 12 meses) ya es significativa, 4,24% anual, pero había sido negativa (apreciación nominal del peso) o nula desde el segundo semestre de 2016 (gráfico 2).
Gráfico 2
Aunque el foco central de este informe es la relación entre la inflación y la política monetaria, conviene detenernos un instante en un asunto de microeconomía: el comportamiento del precio relativo de aquellos bienes y servicios clasificados por el DANE como regulados, es decir, productos cuyos precios son regulados por el gobierno. El gráfico 3 muestra la evolución de este precio relativo medido como el cociente entre el índice de precios de este grupo de bienes y el índice de precios de los bienes y servicios clasificados por dicha entidad como (internacionalmente) “transables” o susceptibles de ser comercializados internacionalmente gracias a costos de transporte y comercialización internacional relativamente pequeños.
Gráfico 3
El grupo “Regulados” comprende los siguientes rubros: gas, energía eléctrica, acueducto, alcantarillado y aseo, combustible y los asociados a servicios de transporte urbano e intermunicipal.
A partir de abril de 2017 el aumento del precio relativo de los regulados ha sido extraordinario. Dos motores han impulsado tal evolución: problemas de oferta en la generación de energía eléctrica y el aumento del precio internacional del petróleo.
Pasando al tema central de este informe, cabe anotar lo siguiente: la devaluación está aumentando. Este fenómeno podría prolongarse en el futuro si la política monetaria colombiana no se altera.
En efecto, las tasas externas de interés nominales y reales están aumentando, en particular la tasa que se constituye en objetivo a alcanzar por la autoridad monetaria de Estados Unidos (“federal funds rate”), y las tasas de rendimientos de los títulos de la deuda federal de Estados Unidos de largo plazo (gráficos 4 y 5).
Gráfico 4 Gráfico 5
Aún así, la tasa de intervención de política de la autoridad monetaria colombiana ha permanecido constante desde mayo de 2018, y tiene, ahora, un nivel bajo en términos reales (grafico 6), bien sea si tenemos en cuenta la inflación observada o una expectativa de inflación (gráfico 7).
Gráfico 6
Gráfico 7
Las tasas reales de intervención bajas han contribuido a que las reales de captación de fondos de los bancos colombianos sean demasiado bajas y, usualmente, negativas (gráfico 8).
Gráfico 8
Dadas pues las condiciones y circunstancias actuales de la política monetaria de Estados Unidos y la evolución de los mercados financieros externos (principios de noviembre de 2018) se puede decir que la actual política monetaria colombiana está contribuyendo positivamente a la depreciación del peso por la vía de permitir que se presente y prolongue un incentivo a la salida neta de capitales de corto plazo. Dicho de otra forma, la tasa actual de intervención de política ha dejado de ser un factor que contribuya a generar entradas de capitales de corto plazo o, al menos, neutral al respecto, y se ha vuelto en un factor que fomenta los movimientos en la dirección contraria (gráfico 9). Cuanto más tiempo se prolongue este estado de cosas más probable será el ascenso persistente de la inflación en respuesta a mayores y persistentes ritmos de devaluación.
Gráfico 9
Anexo: dos cálculos
1. El cálculo de la tasa de intervención de política "neutral"
Definimos la tasa de intervención "neutral",
tin, de Colombia así:
Siendo: tusa : "target" de la autoridad monetaria de EEUU para la tasa de fondos federales, y:
tin es la tasa de intervención que sería neutral con respecto a eventuales flujos de capital de corto plazo a la caza de oportunidades de arbitraje. Esto significa que una tasa de intervención efectiva ("observada") superior a esta crea un incentivo a la entrada de capitales (lo que induciría,
ceteris paribus, apreciación del peso) mientras que lo contrario incentiva la salida de capitales (induciendo,
ceteris paribus, la depreciación del peso).
El cálculo supuso: meta puntual de inflación de Colombia: 3%; meta de EEUU: 2%;
;
(promedio; esta estimación es nuestra pero es compatible con lo que se observa en el gráfico 10 [serie de tasa de interés en dólares sobre endeudamiento externo privado de corto plazo] del informe
Deuda externa de Colombia, Subgerencia de Política Monetaria e Información Económica - Sección Sector Externo, Septiembre de 2018, Banco de la República.
2. La tasa esperada de inflación[1]
Esta tasa se calcula teniendo en cuenta la tasa de rendimiento nominal de títulos de la deuda pública colombiana con vencimiento a un año y la de rendimiento de títulos similares pero indexados. El cálculo consiste en comparar el retorno a igual plazo de títulos TES "cero cupón" nominales y los indexados a la inflación (en UVR). La comparación refleja la rentabilidad demandada por los inversionistas para hacerlos indiferentes entre invertir en términos nominales o reales bajo la misma prima de riesgo. Lo anterior se consigue mediante una aplicación de la ecuación de Fisher:
S
iendo
Pi
el
a tasa esperada de inflación implícita en la indiferencia entre ambas alternativas,
i, el plazo de vencimiento,
y la tasa de rendimiento de los títulos de valor nominal y
r la tasa de rendimiento de los indexados.
Referencia
[1] Este anexo se basa en el informe especial de coyuntura:
Inflación, expectativas de inflación y devaluación en Colombia: 2003-2018 (Carlos Esteban Posada P. y Matheo Arellano M.), Universidad EAFIT, septiembre, 2018.
Autor
Carlos Esteban Posada P.
Profesor del Departamento de Economía de la Universidad EAFIT
cposad25@eafit.edu.co