Así lo demuestran los docentes Alejandro Torres García y Thomas Goda, del Departamento de Economía de la Universidad EAFIT, quienes en su investigación Global Trends in Relative and Absolute Income Inequality dan cuenta de cómo ha cambiado la desigualdad absoluta en el mundo.
En dicho enfoque radica el aporte de este trabajo, cuya novedad es que es el primero en el ámbito mundial que analiza la desigualdad absoluta entre 1850 y 2010, que tradicionalmente se ha estudiado a partir de la desigualdad relativa, medida desde el coeficiente de Gini que desconoce cómo cambian las brechas de ingreso en términos monetarios (absolutos).
De esta manera, encontraron que la desigualdad dentro de los países explica en gran medida la desigualdad absoluta mundial en la actualidad, y que la desigualdad entre países se ha estancado, afirma el profesor Thomas Goda.
Por su parte, el comportamiento de la desigualdad “dentro de los países”, indican los profesores Torres y Goda, ha crecido especialmente en las últimas décadas de manera acelerada: en términos absolutos, a partir de 1950, y en términos relativos, desde 1975. Respecto a la “desigualdad global” en términos absolutos, los profesores eafitenses señalan que también se incrementó de manera sustancial después de 1950. No obstante, en términos relativos disminuyó ligeramente en dicho periodo.
A partir de los 80 se incrementó la desigualdad absoluta en el mundo, promovida por su aumento “dentro de los países”, y solo disminuyó al final de la década de 2000 cuando ocurrió la crisis financiera global.
Otro hallazgo destacado es que, entre 1929 y 1950, sí fue posible disminuir la desigualdad absoluta y promover el crecimiento económico, un fenómeno que había sido cuestionado por muchos economistas, puntualiza el docente Goda.
De hecho, enfatiza Alejandro Torres, ese fue un periodo de gran prosperidad, especialmente para los países más desarrollados, lo que demuestra que tener mejor distribución del ingreso no riñe con tener más crecimiento económico.
Camino recorrido
Obtener esos resultados implicó recorrer un largo camino que inició con la tesis doctoral del profesor Goda, Income inequality and wealth concentration as a root cause of the subprime crisis, en la que trabaja temas de desigualdad, la concentración de la riqueza y la crisis financiera de 2007-09 en Estados Unidos.
Simultáneamente, conocieron varios estudios en los que se señalaba cómo América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo y se preguntaron si este fenómeno se presentaba solo en términos relativos o también absolutos. “Los insumos de nuestra investigación son otros trabajos existentes que miden en el contexto global la desigualdad relativa y, con base en estos, estudiamos los cambios de la desigualdad absoluta”, comenta el profesor Goda.
Así surgió la idea de analizar las tendencias de la desigualdad del ingreso mundial en términos absolutos y no solo en términos relativos como se había estudiado tradicionalmente desde el coeficiente de Gini. (Ver ‘Cuestionamientos al coeficiente de Gini’).
En el análisis también incluyeron la distribución absoluta de los ingresos en 29 países, equivalentes aproximadamente al 70 por ciento de la población global.
Utilidad del trabajo
La aplicación práctica de este trabajo es de gran utilidad no solo para la discusión de la economía en torno a la distribución absoluta del ingreso, sino, por ejemplo, para definir políticas públicas orientadas a reducir la desigualdad en países como Colombia.
Así lo señala el investigador Alejandro Torres, quien advierte que aunque los economistas y la sociedad se han concentrado más en cómo crecer y aumentar la capacidad de la producción, este mecanismo de crecimiento económico no favorece por igual a toda la sociedad y eso es lo que ha generado un aumento en la brecha entre ricos y pobres.
“Antes eso era tolerable porque en general la sociedad en su conjunto mejoraba, así los más ricos lo hicieran más que los más pobres. Por eso, la pregunta en la actualidad –y que Thomas Piketty puso en el centro de la discusión académica gracias a su libro El Capital en el siglo XXI– es que el crecimiento económico se está deteniendo y ya no es suficiente solo con crecer, sino que hay que volver a pensar la redistribución de la riqueza. Esto significa que la desigualdad absoluta sí importa”, asegura el docente Torres.
“A partir de los 60 se ha acelerado el ritmo en el que se están ampliando las brechas entre quienes son muy ricos y quienes son muy pobres”:
Alejandro Torres.
Este investigador afirma que la desigualdad y la redistribución de la riqueza no son asuntos solo de justicia social, ética o moral, sino que también deben pensarse en términos prácticos porque “las sociedades más desiguales presentan problemáticas ligadas que pueden entorpecer el bienestar e, incluso, el crecimiento económico”.
De esta manera, el trabajo llena un vacío sobre cómo ha cambiado en el tiempo la distribución del ingreso en el mundo dentro de los países de la muestra y entre estos.
Los investigadores
Thomas Goda
Máster en Economía Internacional y Desarrollo, Universidad de Ciencias Aplicadas de Berlín (Alemania), y PhD en Economía, Universidad Metropolitana de Londres (Reino Unido). Profesor de Economía en la Universidad EAFIT. Áreas de interés: desigualdad económica, economía internacional y economía de desarrollo.
Alejandro Torres García
Economista y magíster en Economía, Universidad de Antioquia. Doctor en Economía, Universidad del Rosario (Colombia). Ha sido docente e investigador en las universidades de Antioquia, Católica de Pereira y del Rosario. Áreas de interés: macroeconomía, macro-finanzas, modelos de equilibrio general dinámicos estocásticos y el desarrollo económico.