El grupo social de los jóvenes normalmente ejerce una presión muy alta en cada uno de ellos, incluso superior a la de los padres, los profesores y otras autoridades. Aunque existe una enorme confianza entre ellos, por diversas razones, debe aprenderse desde muy temprano, que siempre se debe considerar la fuente de cualquier información, antes de aceptarla como una verdad. Dicho de otra manera, las personas o instituciones con el adecuado conocimiento en cada campo, deben ser las que informen o eduquen en cada uno de los mismos.
La situación no es diferente en el aspecto de la educación sexual que idealmente debe ser manejada por personal entrenado en temas de salud. La expresión de la sexualidad, si bien normalmente no presenta aspectos nocivos para la salud, en un porcentaje de casos se pueden presentar dos situaciones que muchas veces las personas no tenemos presente y por tanto no tomamos medidas para prevenirlas: las enfermedades de transmisión sexual y el embarazo no deseado. En esta breve revisión, nos referiremos solo a las primeras, las cuales al momento actual, son denominadas como Infecciones de Transmisión Sexual (ITS).