Omitir los comandos de cinta
Saltar al contenido principal
Inicio de sesión
Universidad EAFIT
Carrera 49 # 7 sur -50 Medellín Antioquia Colombia
Carrera 12 # 96-23, oficina 304 Bogotá Cundinamarca Colombia
(57)(4) 2619500 contacto@eafit.edu.co

Los papás y mamás de la Universidad de los niños

Los Garcés Botero obsesionados por desbaratar cosas

Gabriel Garcés y su esposa Alejandra Uribe administran un negocio familiar dedicado al comercio de telas, que entre otras, les permite sacar tiempo para compartir y estrechar lazos de afecto con sus hijos Daniel, de 14 años, y Tomás, de 11, ambos inscritos en la Universidad de los niños EAFIT, y a quienes han acompañado en esta experiencia.

Daniel Garcés ingresó a la Universidad de los niños en 2009; su hermano menor, Tomás, lo hizo este año a pesar de la política del colegio al que ambos pertenecen, de negar la participación de dos miembros de la misma familia en el programa.

Sus padres la consideraron una política injusta y por poco retiran a Daniel de la Universidad de los niños, pero una iniciativa aseguró la continuidad de uno y el ingreso del otro a las sesiones y encuentros mensuales.

Gabriel Garcés: “No estaba de acuerdo en que el colegio, donde estudian, le cerrara las puertas de un programa tan bueno a Tomás. Hablé con mis dos hijos y les expliqué que si el hecho de pertenecer a una misma familia era motivo para que solo uno participara, entonces la solución más sensata sería el retiro de Daniel de la Universidad de los niños. Por supuesto que él no apoyó mi idea”.

Alejandra Botero: “Tomás tenía unos deseos inmensos de participar. Por iniciativa propia, sin consultarnos, buscó a una coordinadora de la Universidad de los niños y le confesó que su sueño era ingresar al programa. Después de unos días, le confirmaron que había sido aceptado. ¡No se imaginan la felicidad de ese niño! Quizás por la forma cómo se dieron las cosas, por ser un lugar tan disputado, es que mi hijo disfruta tanto el asistir cada mes”.

Gabriel y Alejandra comparten con sus hijos la alegría y emoción después de cada encuentro o sesión, a través de relatos y descripciones de las experiencias vividas en compañía de asesores investigadores durante una jornada. Espacios educativos con estas características hacen que esta pareja de esposos considere muy valiosa la asistencia de Daniel y Tomás a la Universidad de los niños.

GG: “Cuando nos ofrecieron la posibilidad de inscribir a Daniel, indagamos y descubrimos que esta idea ya se realizaba en otros lugares del mundo con una esencia interesante que encamina a los niños hacia la investigación, la ciencia y la curiosidad; por esto nos llamó la atención”.

AB: “En nuestros hijos vemos entusiasmo; disfrutan y les encanta asistir a la Universidad de los niños. La primera vez que Daniel regresó de Encuentros con la pregunta, dijo: “¡Mami, los laboratorios  son grandes; hay un montón de cosas que puedo hacer, tocar, ver!”, no paraba de hablar, y la expresión en sus ojos y en el rostro será inolvidable. En el caso de Tomás, recuerdo que contó: “¡Valió la pena mami hablar con la señora; por lo menos me dejó entrar!” Comparto con ellos esa alegría y satisfacción”.

Que Gabriel hoy pueda conversar con sus dos hijos sobre lo que aprenden en la Universidad de los niños es otra pieza en el engranaje de la transformación. Momentos como estos no ocurrían antes; por ejemplo, con Tomás, pues él se marginaba al considerar que poco o nada tenía para aportar a las discusiones, circunstancia que cambió a partir de su participación en la Universidad de los niños.

GG: “La transformación en relación con el conocimiento es más notoria en Tomás, pues en este programa encuentra temas que lo atraen, que pican su curiosidad hasta llevarlo a investigar, profundizar y hallar respuesta a cosas que antes no entendía. En la Universidad de los niños conoce, se inquieta; en casa investiga para llegar a conclusiones. Y lo mejor es que comparte lo que descubre. Antes era impensable que leyera un libro, lo hurgara; prácticamente no existían, o sí, pero solo para rayarlos. Este año nos descresta el verlo consultar más en libros y menos en Internet, porque ya entendió dónde están las fuentes de información confiables”.

AB: “Identifico en Daniel una transformación en el contexto social porque conoció niños y jóvenes de otras instituciones educativas, distintas en nivel social y económico; aquí conversa, establece relaciones e identifica que si bien las personas tienen necesidades distintas, todos somos iguales. En cuanto a la relación con el conocimiento, estoy segura que si el programa no se le cruza en el camino, su inquietud por la ciencia sería más débil”.

En la familia Garcés Botero el hábito de aportar es frecuente; no es extraño verlos en turnos hacer la limpieza de platos después de comer, realizar inventarios del negocio, o descomponer algo para repararlo juntos. Cualquier pretexto es oportuno para involucrarse y aprender que los detalles más sencillos educan.

GG: “El programa es una posibilidad de mejorar el nivel académico de niños, jóvenes e instituciones de educación. Esta es una propuesta excelente; yo les sugeriría que no limiten la cobertura, porque de alguna manera vuelve excluyente al programa”.

AB: “Este es un espacio para que nuestros hijos encuentren en otras personas cosas afines a sus intereses. Daniel ha hecho amigos aquí y se relaciona más con los jóvenes del programa que incluso con sus compañeros de clases. Mis hijos han generado un sentido de pertenencia a EAFIT”.

Las familias:

 

Compartir esta página
Última modificación: 05/12/2012 12:05