La Dirección de Desarrollo Humano y Bienestar centra sus esfuerzos en el bienestar de la comunidad, entendiendo al ser humano desde la complejidad que denota sus múltiples dimensiones, pero que para efectos de este marco filosófico toma las más básicas y evidentes: la biológica, la psicológica, la social y la espiritual.
El ser humano es un ser biológico que responde a ciertos comportamientos heredados, ya sea por obra de la genética o por su desarrollo comportamental adquirido a lo largo de patrones que lo vinculan con su entorno. Con el ingreso en el lenguaje, en la cadena significante, el ser humano hace un tránsito de lo biológico a lo simbólico, y se reconoce como un ser psicológico; desde allí se gesta la tarea de nombrarlo, delimitarlo, y, de ser posible, intentar comprenderlo. Así mismo, y como todos los de su especie, el hombre se une a otros para constituir grupos con situaciones e intereses similares, de tal manera que pueda delimitar un territorio (sea éste geográfico, moral, económico, ético...) en el cual se comunica, crea, resuelve problemas, se preserva a sí mismo y a su entorno o realiza alianzas de intercambio. De ello se extrae la dimensión de ser social, conformado por individuos reunidos por circunstancias propias y ajenas que se derivan de su historia y les permiten elegir cómo vivir y cómo construir el entorno en que deviene su existencia.
Direccionamiento estratégico
De acuerdo con la Ley 30 del Ministerio de Educación, expedida en diciembre de 1992, el Acuerdo 03 de marzo 21 de 1995, establecido por el Consejo Nacional de Educación Superior —CESU— y las Políticas Nacionales de Bienestar Universitario, acogidas mediante Acuerdo 05 de 2003 del Consejo Nacional de Rectores de ASCUN y los Lineamientos de Políticas de Bienestar para Instituciones de Educación Superior expedido por el Ministerio de Educación Nacional de diciembre de 2016, el bienestar universitario apunta al desarrollo humano de cada uno de los miembros de la comunidad, al mejoramiento de la calidad de vida de cada persona y del grupo institucional como un todo compartido, incluyendo realidades de mayor proyección como son la realización de las múltiples capacidades de la persona humana, en todas las dimensiones de su ser, como individuo y como miembro activo de la sociedad.
La Prestación de programas y servicios que se ofrecen desde la Dirección de Desarrollo Humano - Bienestar Universitario de la Universidad EAFIT, se llevan a cabo a partir de tres líneas de acción:
Vida Universitaria
Servicios dirigidos al cuidado, bienestar y mejoramiento de
la calidad de vida estudiantil y laboral.
Representación Universitaria
Acompañamiento para la participación y representación universitaria.
Formación y Desarrollo
Servicios de apoyo que contribuyen al mejoramiento
académico, laboral y a la formación integral.
Políticas del bienestar universitario
El bienestar debe ser una construcción social permanente en la Institución, lo cual implica una integración entre estudiantes, docentes, empleados, egresados, jubilados y directivos, procurando una cohesión entre la Visión, la Misión y los propósitos institucionales.
El concepto de bienestar en la Universidad EAFIT es pensado como una búsqueda común de responsabilidades compartidas, en las que todos y cada uno de los miembros de la comunidad deben contribuir al desarrollo de sus capacidades, al logro de su autonomía, y a la consecución de un equilibrio emocional que les permitan asumir y resolver problemas de forma creativa, dentro de un ambiente solidario y respetuoso de la singularidad.
En un ambiente pluralista, y de acuerdo con la Misión Institucional, Bienestar Universitario promueve en la comunidad eafitense una cultura reflexiva, mediante programas que posibilitan en el participante hacerse responsable por el cuidado de su cuerpo, ligándolo a sus procesos psíquicos, al descubrimiento de sus habilidades estéticas, al buen uso y aprovechamiento del tiempo libre, y a la vivencia de su propia espiritualidad.
La difusión e interiorización de los valores institucionales entre los miembros de la comunidad se considera como fundamental para la formación de hábitos de convivencia y de estudio, llevando al reconocimiento del otro y al respeto por las opiniones y la diferencia, así como a la formación de actitudes de solidaridad.
EAFIT entiende al ser humano como ese individuo bio-psico-social que se ubica en el ámbito de la educación, y cuya realización se produce no sólo en el aula de clase, sino también en el interior de una comunidad que ofrece espacios competentes al bienestar individual, como el derecho cotidiano al disfrute del tiempo, la atención, el espacio, la tranquilidad, el medio ambiente, la seguridad, la salud y la estética.