Gracias a un portafolio de servicios que integra las dimensiones físicas, mentales, psicosociales y afectivas; a la creación de la Oficina de Género, Diversidad e Inclusión; al fortalecimiento de los protocolos frente a violencias y discriminación; y a la ampliación de la oferta e infraestructura deportiva, el bienestar continuó consolidándose, en los últimos años, como una prioridad institucional.
Y, justamente para hablarnos de las fortalezas y las oportunidades de aprendizaje en este factor, Ricardo Uribe Marín, director de Desarrollo Humano y Bienestar, nos comparte cómo este eje transversal en la Universidad impacta de manera directa la calidad de vida y el desarrollo de todos los integrantes de la comunidad universitaria.
El informe completo sobre este y el resto de los factores del proceso de Autoevaluación Institucional, se puede consultar en este enlace.