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EAFITCiencia, Tecnología e InnovaciónInvestigación / Revista Universidad EAFITRevista Universidad EAFIT 166Crisis financiera mundial, examinada desde la concentración de la riqueza

Crisis financiera mundial, examinada desde la concentración de la riqueza

​​​​​​​​Thomas Goda, profesor de Economía, alerta sobre el riesgo de que el aumento de la desigualdad en el mundo podría causar otra crisis financiera en el futuro, similar a la de 2008. Como los flujos de capital ya no tienen barreras, recomienda enfrentar el problema de manera global.​​​

​Para disminuir la concentración de la riqueza en el mundo, tendrían que aplicarse medidas por bloques regionales, entre varios países, o​ adoptarse un esquema global.

Róbinson Úsuga Henao​​​​​​
Colaborador​​ / Proyectos de Investigación

A finales de 2007 los mercados de valores de Estados Unidos comenzaron una precipitada caída hasta que un globo de desconfianza crediticia reventó en 2008 e impactó el sistema financiero internacional. La banca grande se estremeció, hubo derrumbes bursátiles y aparecieron las crisis de liq​​uidez y económica a escala mundial.

La culpa fue, en parte, por la amplia política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos, que llevó “a que la tasa de interés fuera realmente muy baja y eso, de alguna manera, impactó las expectativas de los agentes. Ellos creyeron que había dinero en abundancia y disponibilidad para pagar. Estas ideas se convirtieron en incentivos para la especulación”, ​afirma Iván Montoya Gómez, director de la Facultad de Economía de la Universidad Pontificia Bolivariana.

​Concentración de la riqueza​

En palabras de Thomas Goda, profesor de Economía de la Universidad EAFIT y doctor en Economía de la Universidad
Metropolitana de Londres, para explicar la gran crisis financiera es necesario analizar la alta concentración de la riqueza en los diferentes países del mundo, tal como lo ha abordado desde su tesis de doctorado Income inequality and wealth concentration as a root cause of the subprime crisis y ​en sus investigaciones recientes (ver recuadro: ‘A​​​portes científicos de Thomas Goda’).

“Mi supervisor de tesis, el profesor Photis Lysandrou, tenía la idea, pero faltaba comprobarlo. Mi trabajo consistió en analizar los datos y verificar si esta hipótesis era correcta”, explica este docente alemán radicado en Medellín. Por eso, gran parte de su trabajo consistió en recabar datos investigativos y técnicos sobre la concentración de la riqueza en el mundo en años precrisis.​

“Existe un rie​​sgo de que la concentración ​de riquezas cause otra crisis en el futuro”, Thomas Goda.​​


Entre algunas de sus conclusiones están que en el periodo 2002-2007 la riqueza global de las personas que tenían por lo menos un millón de dólares netos se incrementó cerca de 50 por ciento. Por ejemplo, millonarios que tenían 26,7 billones de dólares incrementaron su capital a 40,7 billones de dólares.​

Apetito de bonos​
A partir de su investigación, Goda señala: “el hecho de que en Estados Unidos bajaran las tasas de rendimiento de los títulos de deuda tradicionales –emitidos por una empresa o por el Estado–, causó que los millonarios buscaran instrumentos alternativos en renta fija que proveyeran mayor utilidad”. 

Una de esas alternativas a las que acudieron son 
los Collateralized Debt Obligations (CDO), en español Obligaciones de Deuda Garantizada. Estos son intereses convertidos en títulos que se transan en el mercado. Sus activos se llaman collateralized, representados en préstamos y otros instrumentos de deuda, entre estos las hipotecas.

Estos nuevos títulos financieros fueron comprados especialmente por los hedge funds, que presionaron a las instituciones financieras para que emitieran más y más CDO, ya que tenían fondos suficientes para invertir por parte de sus clientes principales: los millonarios. De esta manera, se ofrecieron masivamente hipotecas subprime (o de alto riesgo) como alternativas de inversión fiable. De hecho, los hedge funds compraron alrededor del 50 por ciento de los CDO.

Los hedge funds son fondos de inversión que, para generar el más alto rendimiento posible, reinvierten el dinero de los inversionistas de manera especulativa en instrumentos financieros sofisticados cuyo valor se basa en el precio de otros activos como materias primas, bonos, acciones, divisas o tasas de interés.

El “negocio” inmobiliario​

Iván Montoya Gómez explica que la crisis también comenzó cuando los norteamericanos dispararon el sector de la construcción, el hipotecario en particular, para dinamizar la economía. Muchas personas obtuvieron créditos hipotecarios con facilidad y los bancos crearon una innovación financiera para diversificar los riesgos y no esperar hasta 20, 25 o 30 años para recuperar los préstamos otorgados. Desde 2002 se empezaron a otorgar esos préstamos masivos para comprar viviendas y propiedades sin regulación ni control.

La concentración de riqueza es un problema que debe enfrentarse de manera global, por ​bloques de países.​​

“Los bancos invertían esas hipotecas en pequeños títulos, dosificando esa cartera y empaquetándola en un portafolio donde se incluían activos o bonos de empresas con buen prestigio. De hecho esa innovación, combinada con una baja regulación a ese tipo de actividades, fue lo que de alguna manera ocasionó
la crisis de 2008”, dice Montoya.


Los créditos eran con intereses variables, que 
aumentaban o disminuían sin previo aviso. Cuotas de 1.000 dólares aumentaban a 4.000 dólares como por arte de magia. Y cuando la clase media comenzó a verse en aprietos para pagar, las propiedades ​empezaron a regresar a los bancos.​

El colapso llegó el 9 de agosto de 2007, cuando el banco más grande de Francia, BNP Paribas, dejó de avaluar más los CDO por su alto riesgo. Un año más tarde se vino abajo otro banco de los grandes, el Lehman Brothers, declarado en quiebra. Al igual que el Merrill Lynch. Estos bancos no poseían flujo de capital, pero tenían las propiedades de los ciudadanos que las habían perdido para rematarlas a bajo costo.

Entonces surgió una desconfianza generalizada entre los inversionistas en los principales mercados de capitales al desconocerse la magnitud de la exposición a las pérdidas.

Acuerdos globales​

El profesor Thomas Goda señala que la crisis de las hipotecas subprime (de alto riesgo) demuestran que el aumento de la desigualdad puede acarrear consecuencias negativas para el conjunto de la economía y alerta sobre el riesgo de que este problema cause otra crisis en el futuro.

“La gente rica necesitará seguir invirtiendo su aumento de riqueza, entonces se innovarán mecanismos inestables en el tiempo”, afirma.​

Para enfrentar este problema, dice Goda, es necesario disminuir la concentración de la riqueza a través de mayores impuestos, tal y como lo han recomendado algunos premios nobel de economía, como Joseph Stiglitz, Robert J. Shiller y Robert Solow.

Al respecto, Goda indica que “se puede, pero es difícil. Sucede que cuando un país aumenta los impuestos, muchos individuos mandan su dinero a otro país”. A esto se le debe sumar que los millonarios también tienen mucho poder de lobby en las instituciones públicas.

Como ejemplo pone a Colombia, donde las personas naturales no tienen que pagar impuestos sobre los dividendos que reciben de las empresas. Y aunque pudieran tomarse medidas en los países, el problema debe enfrentarse de manera global porque los flujos
de capital ya no tienen barreras, argumenta.

“Era un negocio de ricos, por tanto, ​los países más ricos se vieron más afectad​​​os. Los que no participaron de ese negocio, inicial y directamente, no fueron afectados”: Iván Montoya Gómez.​​



Para disminuir la concentración de la riqueza en el mundo, tendrían que aplicarse medidas por bloques regionales, entre varios países, o adoptarse un
esquema global. Thomas Goda lo ve difícil, pero cree que es el mejor mecanismo para traer mayor equilibrio a la economía y procurar un mayor bienestar de
la gente en el mundo.

Para lograr lo anterior, además de políticas redistributivas a escala global, el investigador eafitense sugiere aplicar una tributación más progresiva –por
ejemplo, un impuesto anual de 10 por ciento por patrimonios que superen 1.000 veces el patrimonio medio de la población–, restaurar la relación ​entre productividad y crecimiento real del salario y ampliar las políticas sociales de los gobiernos.​

Formación con ética y valores

Mauricio López González, docente e investigador del grupo de Macroeconomía aplicada de la Universidad de Antioquia, propone observar a la ética y a los valores como factores cruciales para evaluar estos fenómenos. 

“Las personas que estaban a cargo de esas instituciones financieras, y generaron todo este descalabro en Estados Unidos, procedían de prestigiosas universidades y, al parecer, carecían de​ valores éticos y morales necesarios o acordes a la realidad del mundo de hoy. Creo que se necesita regulación por parte del Estado y formación universitaria co​n ética y valores”, concluye.

Investigador

fabiola.jpgT​homas Goda​

Negociador internacional, Universidad de Ciencias Aplicadas de Leipzig (​Alemania); máster en Economía Internacional y Desarrollo, Universidad de Ciencias Aplicadas de Berlín (Alemania), y PhD en Economía, Universidad Metropolitana de Londres (Reino Unido)​. Profesor de Economía en la Universidad EAFIT. Sus principales intereses de investigación son la desigualdad económica, economía internacional y economía de desarrollo.


​Aportes científicos de Thomas Goda​

La investigación de Thomas Goda sobre la crisis económica y la concentración del ingreso se basa en los resultados de
dos artículos científicos:
- “The Contribution of Wealth Concentration to the Subprime Crisis: A Quantitative Estimation” (with P. Lysandrou),
Cambridge Journal of Economics, 38 (2): 301-27, 2014.
- “The Contribution of US Bond Demand to the US Bond Yield Conundrum of 2004 to 2007: An Empirical Investigation”
(with P. Lysandrou and C. Stewart), Journal of International Financial Markets, Institutions & Money, vol. 27,
pp. 113-136, 2013.

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Última modificación: 24/03/2017 16:56