Atreverse a pensar
¿Qué fue Atreverse a Pensar?
Atreverse a Pensar inicia su construcción hacia finales de 2010 a raíz de la preocupación de representantes estudiantiles, directivas y docentes de la Universidad EAFIT, en torno al incremento en las prácticas deshonestas en las diferentes comunidades académicas en el país y en el mundo. Adicionalmente, en los últimos años las diferentes instituciones de educación superior en Colombia han visto cómo el plagio, manifestado sobre todo en copiar y pegar de Internet o de libros, sin la apropiada citación, se ha vuelto una práctica frecuente entre los estudiantes, e incluso, entre algunos pocos docentes.
Para esto, se decidió abordar el fraude académico más ampliamente partiendo de la tesis de que éste es una manifestación de un problema sociocultural y de un sistema de valores y creencias de los colombianos, y no obedece solo una conducta específica. En ese sentido, se planteó la siguiente hipótesis: El culto a la viveza, tan imperante en esta sociedad, lleva a justificar en gran medida el incumplimiento de normas, aludiendo a decenas de razones, que en últimas hacen que cada quien defina su código moral y que la ética termine siendo relativa a cada individuo. En ese contexto, la ética, la integridad y la responsabilidad son valores que se ven amenazados diariamente, tanto en el contexto académico como en el de la vida cotidiana.
Aunque no hay evidencia científica de que quien comete fraude académico necesariamente será un corrupto, o quien tira basura a la calle llegará a ser un empleado deshonesto, no es aventurado afirmar que quien no acata las normas y a menudo encuentra caminos para evadirlas – tengan éstas o no sanción de alguna naturaleza – desarrolla dentro de sí un sistema de creencias y unos hábitos que lo influenciarán en distintos momentos y contextos de su vida a actuar en forma poco íntegra, incluso sin ser consciente de que lo está haciendo.
Por lo tanto, se crea este programa institucional orientado a la prevención y erradicación de cualquier forma de fraude académico o administrativo, y a garantizar el pleno respeto de los derechos de autor por parte de estudiantes y profesores, en todas las actividades académicas, a través de la deliberación y reflexión sobre estos diferentes fenómenos que tanto daño le están haciendo al país.
Según Juan Luis Mejía, exrector de EAFIT, la Universidad, en su papel de formador de profesionales y educador de ciudadanos, cree que debe hacer un alto en el camino y abrir un espacio para poner estos asuntos en la conversación y el análisis de la comunidad eafitense. Si bien la Universidad es consciente de que en la ética de los ciudadanos influyen un sinnúmero de factores, sí cree urgente que la posición de nuestra comunidad universitaria frente a conductas como la corrupción, la deshonestidad, la mal entendida viveza paisa y el engaño, sea cuestionada.