Omitir los comandos de cinta
Saltar al contenido principal
Inicio de sesión
Universidad EAFIT
Carrera 49 # 7 sur -50 Medellín Antioquia Colombia
Carrera 12 # 96-23, oficina 304 Bogotá Cundinamarca Colombia
(57)(4) 2619500 contacto@eafit.edu.co

Las voces que se volvieron memoria

El Laboratorio de comunicación, memoria y territorio terminó su primera fase de trabajo en la vereda La Loma de San Cristóbal (Medellín), donde identificó diversos ​mecanismos de resistencia de los habitantes para hacer frente a la violencia.

Foto: Camilo Tamayo​​

El Laboratorio de comunicación, memoria y territorio terminó su primera fase de trabajo en la vereda La Loma de San Cristóbal (Medellín), donde identificó diversos mecanismos de resistencia de los habitantes para hacer frente a la violencia.​​


Rafael González Toro
Colaborador

El eco en las casas dejó de retumbar. Las fachadas y los muros, de a poco y como desperezándose del letargo de los días tristes de abandono y destierro, volvieron a tener color. Por eso cada madrugada, cuando las nubes suben y dejan ver el valle, en La Loma se levantan miles de ilusiones.

Por las calles empinadas de esta vereda bajan a prisa los estudiantes de colegio con sus caras lavadas y uniformes pulcros. También se ve a los trabajadores bien arreglados y a los universitarios que, tras saludos breves, abordan el transporte público buscando su destino.

Así se vive hoy en La Loma, un sector de la ciudad golpeado por la violencia ejercida por grupos armados ilegales y de delincuencia común, quienes desplazaron, entre 2011 y 2013, a más de 200 familias* que tuvieron que dejar sus casas y las cotidianidades que llevaban durante décadas en este sector.​

En ese contexto, en julio de 2015 comenzó a desarrollarse el Laboratorio de comunicación, memoria y territorio de la Escuela de Humanidades de la Universidad EAFIT, dentro del informe de memoria histórica Medellín ¡Basta ya! del Centro Nacional de Memoria Histórica, el Museo Casa de la Memoria y la Unidad Municipal de Atención a Víctimas.

​​Procesos de resistencia​

Para recuperar la memoria histórica de La Loma, el Laboratorio eafitense utilizó diferentes estrategias​ de comunicación para construir y reconstruir las memorias no oficiales de este territorio de la ciudad.

“Este trabajo se hizo en la vereda La Loma, del corregimiento de San Cristóbal (Medellín), porque en los últimos siete años se dieron esplazamientos interurbanos como consecuencia de la violencia. Cuando hablamos con el proyecto Medellín ¡Basta ya!, decidimos visibilizar esa problemática que es invisible en la ciudad. No había una mirada para esas personas que se desplazan en una misma urbe”, asegura Camilo Andrés Tamayo Gómez, coordinador de la especialización en Comunicación Política, del Departamento de Comunicación Social de la Universidad EAFIT.

“Los habitantes de la vereda, sin distingo de edad, empezaron a contar sus historias y las de sus familias desde sus visiones y con sus lenguajes”: ​Iván Darío Restrepo, habitante de La Loma.​​

Así, los trabajos se enfocaron en reconstruir la memoria y mostrar los procesos de resistencia que la comunidad de La Loma ha efectuado en ese territorio debido a esa problemática. La formación brindada por el Laboratorio se centró en cuatro componentes, a través de seis módulos de formación. (Ver ‘Forman 38 vecinos de La Loma en habilidades comunicativas’).

“Llegamos con muchas expectativas a los talleres. Tomamos muchas fotos y me gustó que se hablara sobre las tradiciones, porque cada día se pierden más esas historias. Una de las que más me alegraron fue volver a contar cómo se hacían y se elevaban los globos en diciembre. Me trajo recuerdos muy bonitos de esas épocas. Queremos que la cultura vuelva a ser muy fuerte y que se queden atrás esos momentos de violencia”, dice Aristides Álvarez, carpintero y profesor de danzas, quien hace 52 años llegó al sector San José de La Loma.

Para Iván Darío Restrepo Cano, asistente al Laboratorio y coordinador de la Mesa de Trabajo de La Loma, uno de los aspectos más destacados de las capacitaciones fue que los habitantes de la vereda, sin distingo de edad, empezaron a contar sus historias y las de sus familias desde sus propias visiones y con sus lenguajes.

“La Loma ha sido una vereda que ha tenido grandes exponentes de la música y las danzas. Es una tradición que ha pasado de los viejos a los jóvenes. Y es muy importante que, a través de estos espacios, se conozca ese empuje que se ha tenido y que se vean estos esfuerzos. La mayoría de la gente tiene una idea equivocada de los que vivimos acá”, sostiene Restrepo.

Los resultados

Entre los principales resultados que obtuvo el Laboratorio se destaca que lograron identificar los mecanismos de resistencia elaborados en la última década por los habitantes de La Loma para poder sobrellevar los embates de esa violencia. Y, especialmente, que esa manera de resistir de las personas estaba fundamentada, en muchos casos, en procesos de comunicación.

“Una de las estrategias utilizadas por la comunidad fue la resignificación del espacio público a través del grafiti. En los muros que usaban los grupos armados para poner mensajes intimidatorios, de uno u otro bando, los pobladores pintaron murales. Esta es una estrategia simbólica usada por ellos para resistir al conflicto”, comenta Tamayo.

A través de la música, también se destacan iniciativas como la Banda de Música Paniagua, que lleva décadas en La Loma ofreciendo espacios de resistencia a esas violencias a través del arte. Y desde la cultura religiosa, por ejemplo, la celebración en vivo de la Semana Santa, se convirtió en un factor de cohesión social para hacerles frente, de manera pacífica, a los violentos.

“Rescato también de este trabajo el haber traído esas experiencias sociales a la Institución porque son iniciativas muy importantes para la construcción de la paz. Creo que lo que más nos afecta a nosotros en la Universidad es que a veces somos lejanos a este tipo de procesos. Me fortalece el ver que las personas, después de haber tenido experiencias tan duras por la violencia, son capaces de restaurarse por intermedio de la comunicación”, dice Danielle Navarro Bohórquez, estudiante de noveno semestre de Comunicación Social y quien realiza su práctica profesional en la especialización en Comunicación Política de EAFIT.

Otro resultado importante es que la ciudadanía trabajó de manera fuerte, mediante un proceso de solidaridad social, para darle un nuevo significado al espacio público a través de los grafitis, los murales y las reuniones comunitarias en espacios abiertos de La Loma. Había muchos lugares (“fronteras invisibles”) donde la gente no podía ir, pero los habitantes se empezaron a apropiar de esos espacios y los recuperaron.

Con base en la experiencia que entregó el Laboratorio, se identificaron unas memorias no oficiales a través de más de 30 entrevistas, dos cartografías, cuatro videos de stop-motion (técnica de animación foto a foto), una línea de tiempo y un videojuego​ que cuentan la historia del conflicto armado desde el punto de vista de las víctimas.

Esas memorias, que se integran a un proyecto transmedia para la movilización social denominado #noescomolapintan, muestran procesos de dignificación desde la gente y, así, se desvirtúan esas narrativas oficiales que estigmatizan a sus habitantes.

Por todo lo anterior, el trabajo en campo encontró que los pobladores de La Loma han instrumentalizado muchas formas de comunicación simbólica expresiva para resistir al conflicto y enviar un mensaje a los grupos violentos de que la comunidad quiere vivir tranquila.​

Ciudadanías en resistencia


El pasado 6 de mayo se realizó en la Universidad EAFIT el evento Ciudadanías en resistencia, en el que se presentaron los resultados de esta primera fase del Laboratorio. En la actualidad, asegura Tamayo, se diseña la segunda fase del trabajo que ahondará en la reconstrucción social del territorio y en cómo desestigmatizar poblaciones que han sido víctimas del conflicto, como la gente de La Loma.​

Después de ver y explicar sus trabajos logrados en el Laboratorio, cerca de 30 habitantes de La Loma salieron orgullosos del campus por el trabajo realizado. Entre ellos estaba María del Socorro Álvarez, habitante hace 47 años del sector Primavera. “Fueron muy duros los desplazamientos. Los violentos se tomaron hace algunos años esto a la fuerza. Algunos familiares se tuvieron que ir”, recuerda.​

“Una de las estrategias utilizad​as por la comunidad fue la resignificación del espacio público a través de diversas formas expresivas de​ acción colectiva como grafitis o murales”. Camilo Tamayo Gómez, profesor de EAFIT.​​

Ese 6 de mayo, tras ver lo que junto con sus compañeros trabajó en el Laboratorio, María del Socorro regresó contenta a su barrio. Ella, al igual que sus vecinos sabe que los tiempos malos se quedaron, de una buena vez, atrás. Que el eco de las casas vacías es un recuerdo entrecortado y que las paredes, por fortuna, volvieron a tener color.​​

Forman 38 vecinos de La Loma en habilidades comunicativas

El proceso educativo del Laboratorio de comunicación, memoria y territorio, de la Escuela de Humanidades de la Universidad EAFIT, benefició a 38 habitantes de La Loma, quienes participaron en 10 talleres basados en estos cuatro componentes:
1) Académico-comunicativo: para desarrollar habilidades comunicativas para aprox​imarse a su territorio, mediante la realización de cartografías (sonoras o físicas) o líneas de tiempo, para construir la historia de la vereda con sus voces.
2) Producción: para realizar piezas y productos comunicativos como animaciones en stop-motion, sitios web o fotografías georreferenciadas.
3) Reconocimiento: para visibilizar los procesos de construcción de memoria con voces subalternas que conllevan el reconocimiento de historias “no oficiales del territorio”.
​4) Difusión: para dar a conocer esas narrativas de memoria colectiva a diversos públicos que conforman la estructura social de Medellín.​

Los habitantes trabajaron en estos componentes a través de seis módulos de formación: Memoria y comunicación, los 38 vecinos; Exploración fotográfica, 29 de ellos; Exploración sonora, 25; Exploración audiovisual, 20; Exploración de diseño web, 15, e Integración transmedia, 13.​

Investigador

CAMILO ANDRÉS TAMAYO GÓMEZ

Comunicador Social, Pontificia Universidad Javeriana; magíster en Ciudadanías Globales, Identidades y Derechos Humanos, Universidad de Nottingham (Reino Unido), y PhD en Ciencias Políticas y Estudios Internacionales, Universidad de Huddersfield (Reino Unido). Coordinador de la especialización en Comunicación Política, del Departamento de Comunicación Social de la Universidad EAFIT. Áreas de interés: relación entre ciudadanías, movimientos sociales, derechos humanos y ciudadanías comunicativas desde una perspectiva sociopolítica y cultural.​

​​

Última modificación: 24/03/2017 17:40