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Cuenca del Magdalena, en alerta ambiental

En los últimos 50 años, la tala acelerada del 70 por ciento de bosques de la cuenca de la principal arteria fluvial de Colombia generó su erosión en 78 ​por ciento y, con esto, la pérdida de la capacidad productiva de sus suelos.

cuenca-magdalena.jpgFotos​: Róbinson Henao
En los últimos 50 años, la tala acelerada del 70 por ciento de bosques de la cuenca de la principal arteria fluvial de Colombia generó su erosión en 78 por ciento y, con esto, la pérdida de la capacidad productiva de sus suelos.​


Alejandro Arboleda Hoyos
Colaborador

La cuenca andina más grande de Sudamérica y la más importante de Colombia es la del río Magdalena, que tiene una extensión de 1.540 kilómetros y una superficie de 257.438 kilómetros cuadrados del 1’141.748 que tiene el país.

En torno a esta cuenca se agrupa el 80 por ciento de la población del país, cerca de 38 millones de habitantes, y se genera el 86 por ciento del PIB nacional: porcentaje representado por la producción agrícola, de carbón, petróleo y de energías hidroeléctrica y térmica.

No obstante, esas actividades y asentamientos humanos transformaron el paisaje, no solo por la creación de zonas ganaderas y la expansión urbana, agrícola y minera, sino especialmente por la deforestación del 70 por ciento, en los últimos 50 años, de su cobertura boscosa natural.

Esta alteración acelerada del paisaje, que ha generado inundaciones, deslizamientos y sedimentación, generó una crisis ambiental nacional debido a la erosión del 78 por ciento de la cuenca, es decir, aproximadamente 20’080.164 de 25’743.800 hectáreas perdieron los suelos y su capacidad productiva.


Incidencia humana

Aunque esta problemática ambiental se agravó con el aumento en la frecuencia y la magnitud de las emergencias invernales como las registradas entre 2010 y 2011 por el Fenómeno de la Niña, que afectó a 2’400.000 colombianos, no se le puede atribuir al calentamiento global su causa principal.

Así lo asegura Juan Darío Restrepo Ángel, investigador y docente del Departamento de Ciencias de la Tierra de EAFIT, para quien la causa principal es el hombre con el uso que le ha dado a los suelos desde que iniciaron los asentamientos humanos en esta cuenca.

Se estima que cada año se deforestan 340.000  hectáreas, una extensión similar al departamento del Atlántico, que abarca una superficie de ​338.800 hectáreas.

En la época colonial, alrededor del año 1.500, 90 por ciento de la cuenca era bosque, y se redujo drásticamante a 10 por ciento hasta la fecha. Lo alarmante no solo es que el 43 por ciento se taló entre finales de los 80 y 90, sino que hoy se estima que cada año se deforestan 340.000 hectáreas, una extensión similar al ​departamento del Atlántico, que abarca una superficie de 338.800 hectáreas, expresa Juan Darío.

Por todo esto, en su investigación Causas naturales y humanas de la erosión en la Cuenca del río Magdalena. Resumen para tomadores de decisión, el profesor Restrepo estima que con sus acciones el hombre contribuye a este proceso de deterioro ambiental en un 34 por ciento y el porcentaje restante es de origen natural, que involucra variables de relieve, climáticas y geológicas.

Como el accionar humano reduce la capacidad de los sistemas naturales de reponerse ante lluvias intensas, el investigador Restrepo llama la atención del Gobierno Nacional para que emprenda acciones que contrarresten esta alteración acelerada del paisaje, que no solo disminuye los servicios ambientales de bosques y suelos en la cuenca hidrográfica del Magdalena, sino en todo el país.​


Transformación del paisaje

En zonas andinas como la del Magdalena, con relieve pronunciado, los bosques y sus suelos actúan como una “esponja hídrica” que almacena el exceso de lluvias y amortigua naturalmente la escorrentía o agua superficial que fluye hacia los ríos.

Por eso, al eliminar la vegetación, los suelos quedan expuestos a los excesos de lluvias que no logran filtrarse en las cuencas fluviales. Esto conlleva que el caudal aumente su capacidad erosiva y transporte sedimentos, con eventuales inundaciones aguas abajo, manifiesta el profesor Restrepo Ángel. 

Mediante la aplicación de un modelo numérico para estimar las causas naturales y humanas de la erosión, con investigadores de la Universidad de Colorado, los resultados indican que en los últimos 10 años se generaron 560 millones de toneladas de sedimentos en el río Magdalena, de las cuales 56 millones de toneladas al año fueron generadas por la tala masiva de bosques. 

Esto aumenta la probabilidad de desastres ambientales como derrumbes, deslizamientos, inundaciones, sequías, desertificación, pérdida de la biodiversidad y aumento del calentamiento global. 

Además, se afecta el sostenimiento de la calidad del aire a través de la fotosíntesis de los bosques, así como la capacidad de los suelos de almacenar agua en temporadas de lluvias para liberarla en periodos de baja intensidad, con el fin de estabilizar el caudal de los ríos.​


Decisiones con criterios científicos

Con base en lo anterior, se evidencia que las emergencias invernales ocurridas en los últimos años en Colombia no han dependido únicamente del cambio climático, sino también de acciones humanas. “Cada año que pasa se incrementará la explotación económica de los suelos y, a su vez, aumentará exponencialmente la vulnerabilidad frente a eventos climáticos extremos y a desastres naturales”, dice Restrepo Ángel. 

Por eso, entre las recomendaciones formuladas a partir de los resultados de investigación, el docente Juan Darío enfatiza en que las estrategias para mitigar los desastres ambientales en Colombia no deben apuntar solo al cambio climático, sino también a controlar la degradación de los suelos. 

Esto requiere inversiones por parte del Gobierno lo antes posible, pero sustentadas con estudios ambientales sobre las causas de las inundaciones de los ríos colombianos para brindar soluciones de largo plazo. 

Dichos análisis deben optimizar las decisiones técnicas de las instituciones ambientales como el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el Sistema Nacional Ambiental y las corporaciones regionales que tienen injerencia en la cuenca del Magdalena. 

​En este sentido, “Colombia no solo debe implementar políticas de ríos y de recursos hídricos, sino que los proyectos de desarrollo realmente se basen en criterios científicos ambientales, mas no en los de multinacionales y grandes inversionistas, donde entran en juego intereses económicos”, concluye el investigador Juan Darío Restrepo.​

Cambio en el uso de los suelos (1980-2000) para la cuenca del Magdalena

En el periodo de 2000 se registró un incremento de las áreas de agricultura (amarillo) y una reducción de las áreas de bosques (verde).​​


Coberturas boscosas en la cuenca del Magdalena y en Colombia para los periodos (A) 2000, (B) 2005 y (C) 2012:​




Diez países con mayor pérdida neta anual del área de bosque, 2000-2005


Colombia representa el 5 por ciento de la deforestación global, a pesar de que ocupa solo el 0,1 por ciento del área continental del planeta, es decir, está entre los primeros 10 países con más deforestación. En la actualidad, la tasa de deforestación de Colombia se estima entre 335.000 y 340.000 hectáreas taladas cada año.​​

Proyectos de investigación en el río Magdalena

Los estudios sobre las causas de la erosión en la cuenca del río Magdalena han sido financiados por Colciencias (2004-2008). También con fondos de la Nasa para la simulación del transporte de sedimentos mediante el proyecto Interdisciplinary Research in Earth Science program (NNH06ZDA001N-IDS*) con la Universidad de Colorado Boulder (2009-2014) y por el proyecto Unesco de Ríos Tropicales IGCP 582 (2007-2013). 

Los resultados presentados en este documento sobre la simulación del aporte de la deforestación en el transporte de sedimentos de la cuenca del Magdalena para el periodo 1980-2010 están financiados por el proyecto actual titulado La erosión en el río Magdalena debida a la deforestación 1950-2010: tasas históricas y simulación, financiado por el Fondo para la Investigación de la Ciencia y la Tecnología del Banco de la República (No. 3.276, periodo 2014-2015). 

*Referencia de financiación del proyecto con la Nasa.​

Investigador: Juan Darío Restrepo Ángel

Biólogo marino, Universidad Jorge Tadeo Lozano; PhD en Oceanografía, Universidad de Carolina del Sur (Estados Unidos). Profesor investigador del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad EAFIT, donde dirige el doctorado en Ciencias de la Tierra y es integrante del grupo de investigación Área de Ciencias del Mar. Es Miembro Correspondiente de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. En la actualidad es científico y profesor visitante de las universidades de Colorado, en Boulder, y Texas, en Austin.​

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Última modificación: 24/03/2017 17:46