Informe de EAFIT revela que el 63 % de los empleadores en Colombia tiene dificultades para cubrir vacantes
El reporte Educación superior y mercado laboral en Colombia, elaborado por el Observatorio Imaginar Futuros de la Dirección de Estrategia de EAFIT, señala una desconexión crítica entre lo que enseñan las universidades y lo que demandan las empresas. El 17 % de los jóvenes busca trabajo sin éxito y uno de cada cuatro no estudia ni trabaja.
Los hallazgos sugieren implementar modelos flexibles como microcredenciales y formación modular, integrar la inteligencia artificial, fortalecer alianzas entre universidad, empresa y Estado, y certificar competencias prácticas que faciliten la empleabilidad.

El diagnóstico es contundente: existe una desconexión profunda entre lo que enseñan las universidades y lo que demandan las empresas en el país. Mientras el 63 % de los empleadores asegura que no encuentra el talento que necesita en áreas como tecnología, ventas e ingeniería, solo el 16.5 % de los estudiantes nuevos se matriculó en programas STEM en 2023. Todo esto de acuerdo con el reporte Educación superior y mercado laboral en Colombia, elaborado por el Observatorio Imaginar Futuros de la Dirección de Estrategia de EAFIT
La situación de los jóvenes es preocupante. La tasa de desempleo juvenil se ubicó en 17,1 %, el doble de la de los adultos, y uno de cada cuatro jóvenes en Colombia no estudia ni trabaja. Aunque 8 de cada 10 jóvenes reconoce que la educación es clave para la movilidad social, las barreras de acceso y la informalidad laboral dificultan su inserción en el mundo productivo.
La brecha de género sigue siendo un obstáculo en la formación y el empleo. En los programas STEM, apenas cuatro de cada diez estudiantes son mujeres, lo que limita su participación en campos estratégicos para el desarrollo del país. La desigualdad se acentúa en el sector TIC, donde solo tres de cada diez empleados son mujeres, un dato que evidencia cuánto falta para cerrar la distancia en innovación y tecnología.
Flexibilizar la educación
El documento también destaca que la idea de una carrera profesional única ha perdido vigencia. Hoy la prioridad no es solo obtener un título, sino desarrollar competencias que permitan aprender continuamente y adaptarse a nuevas realidades. En este escenario, la flexibilidad en los programas académicos y la educación modular aparecen como estrategias clave.
“El informe ofrece una visión integral de cómo la educación superior debe adaptarse a cambios rápidos en el mercado laboral, las tecnologías y la demografía. Además, permite a universidades, empresas y gobiernos tomar decisiones informadas para desarrollar talento pertinente, reducir la brecha de habilidades y anticipar tendencias de formación y empleo”, explica María Salomé Arango Bustamante, líder del Observatorio Imaginar Futuros de la Dirección de Estrategia.
Las microcredenciales, por ejemplo, se consolidan como una alternativa de formación en ascenso: el 71 % de las universidades en Latinoamérica planea adoptarlas hacia 2030. Estos modelos permiten certificar competencias prácticas, acumular conocimientos y facilitar la empleabilidad, respondiendo a las exigencias de un mercado en constante cambio.
A pesar de lo anterior, la transformación enfrenta barreras significativas. El 50 % de las universidades de la región señala la falta de inversión como un obstáculo crítico, y el 45 % reporta dificultades de acceso a internet confiable. A ello se suma que solo una de cada cinco instituciones se siente preparada para integrar la inteligencia artificial, a pesar de que los estudiantes ya la incorporan en sus procesos de aprendizaje.
El informe propone, en consecuencia, un modelo basado en ecosistemas de colaboración entre universidad, empresa, gobierno y sociedad civil. Estas alianzas permitirían diseñar programas conjuntos, fortalecer la formación en habilidades críticas y garantizar la pertinencia de la educación en relación con las necesidades del país.
“Ahí es donde tenemos que pensar qué nos hace distintos, cuál es nuestro valor agregado y, desde nuestros diferentes roles, qué podemos hacer para contribuir a estos desafíos”, señala Isabel Gutiérrez Ramírez, directora de Estrategia de EAFIT.
En definitiva, Colombia atraviesa un momento decisivo, donde el bono demográfico, es decir, una alta proporción de personas en edad de trabajar hasta 2047, representa una oportunidad única para impulsar el desarrollo a través de la educación. Sin embargo, aprovecharlo dependerá de la capacidad del sistema educativo para transformarse, incorporar tecnologías emergentes, cerrar brechas y conectar de manera efectiva la formación con el empleo.
Conoce el informe completo aquí.
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Última actualización
Septiembre 19, 2025