Esta es una vitrina para la proyección y divulgación del libro universitario

Septiembre 19, 2025

Seguimos viviendo la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín y, antes de que se acabe este 21 de septiembre, recorrimos el Salón Iberoamericano del Libro Universitario (SILU) para conocer cómo se debate el futuro de las ediciones generadas por las editoriales de instituciones educativas de ocho países del continente y de España.

La Universidad, a través de la Editorial EAFIT, acude cada año a esta cita, afianzando los vínculos con otras instituciones de la ciudad y el país, y ayudando a consolidar este tipo de editoriales como generadoras de patrimonio intelectual, y actores estratégicos en la proyección internacional de la ciencia.

Si bien el inglés continúa siendo la lengua predominante en la circulación del conocimiento científico, en los últimos años, desde Iberoamérica, ha surgido una propuesta que busca cambiar eso: el Acuerdo de Guadalajara. Este pacto, construido gracias a la colaboración y asociación entre editoriales universitarias de la región, busca visibilizar al español y al portugués como lenguas científicas, con más de 75 mil referencias, provenientes de 324 editoriales que evidencian que la producción científica en estos dos idiomas está llamada a tener un lugar destacado en el escenario internacional.

Sayri Karp Mitastein, directora de la Editorial de la Universidad de Guadalajara, y Esteban Duperly Posada, jefe de la Editorial EAFIT, guiaron una conversación sobre este tema, que hizo parte de la amplia programación del Salón Iberoamericano del Libro Universitario (SILU), uno de los espacios protagonistas de la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín.

Se trata de un espacio que surgió gracias a la participación de EAFIT y otras universidades de la región, y que se estrenó con la presentación de la Colección Bicentenario, en la que estas instituciones unieron esfuerzos para celebrar, con libros, los 200 años de la independencia del departamento.

¿Qué hace especial el SILU?

La importancia del portugués y el español como lenguajes científicos no fue el único tema que se ha abordado en esta carpa, ubicada sobre la carrera Carabobo, justo a la entrada de la Fiesta. El papel de la inteligencia artificial en la edición de los libros, los derechos de autor en los tiempos actuales o la importancia de consolidar redes de trabajo en el continente también han sido protagonistas en este lugar que, desde su creación en 2015, está dedicado a tejer y fortalecer las relaciones en torno a los temas de edición, publicación, divulgación y circulación de los libros generados por las editoriales universitarias.

“Lo que hace especial este espacio universitario es que es una vitrina para los libros que siempre han sido considerados muy técnicos, especializados o de nicho, pero que también es necesario que existan y sean de utilidad para esas personas que se especializan en estos temas”, expresa Esteban Duperly, jefe de la Editorial EAFIT.

Además, el eafitense destaca que, si bien al comienzo los libros universitarios estaban orientados a saberes específicos, hoy en día la edición abarca diferentes frentes como la historia, la filosofía o la literatura. La Editorial EAFIT, por ejemplo, llega cada año a este encuentro con una selección de su catálogo, que abarca poesía, cuento, novela y otros géneros.

Y fruto de esa persistencia, Esteban señala que han surgido alianzas con las universidades de Los Andes, Nacional de Colombia o Externado, entre otras. Justamente algunas de las conversaciones este año estuvieron orientadas a la creación de una red iberoamericana de editoriales y de otra serie de plataformas que faciliten la circulación de las publicaciones, con el objetivo de resaltar el valor de las editoriales universitarias, no solo como productoras de libros, sino también como generadoras de patrimonio intelectual, y como actores estratégicos en la proyección internacional de la ciencia que se hace en la región, tanto en español como en portugués.

Este año, además, el Salón contó con un auditorio para charlas y conversaciones, y el tradicional túnel con la muestra comercial que reunió editoriales de diferentes universidades locales y nacionales, así como otros fondos similares de Brasil, Chile, Argentina, Ecuador, Perú, México y España.

Junto al SILU, la Fiesta del Libro cuenta con proyectos especiales como el Salón de las Editoriales Independientes, el Salón del Libro Infantil y Juvenil, y el Salón de Nuevas Lecturas. 

Las voces de los participantes

Este es el primer año en el que Cristian Suárez Giraldo, jefe del Sello Editorial de la Universidad Católica de Oriente, participa en el Salón Iberoamericano del Libro Universitario. 

Para él, se trata de una oportunidad única para reflexionar sobre los desafíos de su profesión, especialmente frente a temas como la inteligencia artificial, el avance de la tecnología o las mismas dinámicas de la edición universitaria.

“Pude encontrar una muestra enriquecida con el catálogo de tantas editoriales y fondos de instituciones nacionales e internacionales. Además de conversar sobre la importancia de fortalecer la Red de Editoriales Universitarias de Antioquia”, expresó el editor, quien además destacó la importancia de acercarse a diferentes tendencias del sector y establecer conversaciones con colegas editores para continuar apostándole a la literatura científica y cultural.

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Seguimos viviendo la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín y, antes de que se acabe este 21 de septiembre, recorrimos el Salón Iberoamericano del Libro Universitario (SILU) para conocer cómo se debate el futuro de las ediciones generadas por las editoriales de instituciones educativas de ocho países del continente y de España.
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El Salón Iberoamericano del Libro Universitario está ubicado en Carabobo, justo a la entrada de la Fiesta del Libro y la Cultura.
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La vida poética de Darío Jaramillo y su encuentro con León de Greiff

Septiembre 12, 2025

El escritor colombiano recibe este viernes 12 de septiembre el Premio León de Greiff al Mérito Literario 2025, un homenaje a una obra que ha sabido entrelazar sensibilidad, memoria y palabra, dejando una huella profunda en generaciones de lectores.

En esta entrevista en video comparte la historia de cómo nació su amor por la literatura, los vínculos entrañables que lo han unido a León de Greiff desde la adolescencia y su manera de entender la inspiración como un misterio que irrumpe para transformar la vida.

Darío Jaramillo Agudelo tenía apenas 12 años cuando un libro de poesías completas de León de Greiff llegó a sus manos. Aunque confiesa que en ese entonces no entendía del todo lo que decían aquellos versos, recuerda con nitidez que lo invadía una extraña y poderosa satisfacción al leerlos, como si entre las palabras se abriera un territorio secreto en el que podía habitar. 

Esa experiencia temprana sembró en él una necesidad de escribir que con los años se convertiría en vocación, y desde entonces la obra de De Greiff ha sido una presencia constante, un faro que lo ha acompañado en distintas etapas de su vida y de su carrera literaria.

Hoy, esas páginas que lo formaron en la adolescencia encuentran un eco renovado en la entrega del Premio León de Greiff al Mérito Literario, un galardón que la Universidad EAFIT y la Secretaría de Cultura Ciudadana de Medellín conceden, en el marco de la Fiesta del Libro y la Cultura, para reconocer la fuerza y la vigencia de una obra que ha enriquecido la tradición poética y narrativa de Colombia.

En esta conversación, Darío abre la puerta a su mundo creativo y evoca las lecturas y autores que lo marcaron, al tiempo que comparte su visión de la inspiración, que —según él mismo afirma— es “completamente arbitraria, surge cuando le da la gana”. Sus palabras nos recuerdan que la literatura es un espacio vital en el que lo cotidiano, lo íntimo y lo universal se entrelazan para dar forma a la experiencia humana.

Conoce a Darío Jaramillo

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La vida poética de Darío Jaramillo y su encuentro con León de Greiff
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Darío Jaramillo es el ganador del V Premio León de Greiff al Mérito Literario 2025​

Agosto 19, 2025

• El galardón, organizado por EAFIT y la Secretaría de Cultura Ciudadana de Medellín, se le otorga a Darío Jaramillo por su obra poética consolidada y de amplio espectro, el trabajo renovador del lenguaje, su voz intimista y reflexiva, así como su influencia en generaciones de escritores, y su trayectoria en narrativa, ensayo y crítica.

• El anuncio se realizó este 19 de agosto y su entrega oficial se realizará en la inauguración de la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, en septiembre. Este reconocimiento regresa para destacar a autores con una vida y obra consolidadas y reafirmar el compromiso de la ciudad con la literatura y la palabra escrita.
 

El premio León de Greiff al mérito literario tiene un nuevo ganador: Darío Jaramillo Agudelo, una de las voces más reconocidas de la poesía colombiana contemporánea. Nacido en Santa Rosa de Osos en 1947, este poeta, narrador y crítico literario colombiano se ha convertido uno de los exponentes más reconocidos de la llamada generación de los desencantados, integrada por escritores que comenzaron a publicar en la década de 1970 y que, según la crítica, expresaron el desasosiego frente a la violencia bipartidista y las transformaciones sociales de la época.

Y como autor de más de 30 libros de poemas, entre los que se destacan Historias (1974) y el célebre Poemas de amor (1986), ha incursionado también en la narrativa y en la crítica literaria, lo que le ha permitido obtener, a lo largo de su recorrido literario, distinciones como el Premio Nacional de Poesía, y el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca, entre otros.

El acta de este reconocimiento resalta, como méritos de Darío, “su obra poética consolidada y de amplio espectro; el trabajo renovador del lenguaje y su voz intimista y reflexiva; su trayectoria en la novela, el ensayo y la crítica literaria; el impacto de su obra en los ámbitos nacional e internacional y la influencia en generaciones posteriores de poetas; y su labor decidida como gestor, promotor cultural y editor”.​
 

La voz de los jurados​


Elkin Restrepo, poeta y ganador de este mismo reconocimiento en 2018; la escritora Andrea Cote Botero; y Alejandra Toro Murillo, doctora en estudios hispánicos y latinoamericanos y profesora del pregrado en Literatura de EAFIT, integraron el grupo de jurados del Premio León de Greiff. Su decisión se dio a conocer, este 19 de agosto, durante el lanzamiento de la Fiesta del Libro y la Cultura, en la terraza de la Casa de la Música, en el Parque de Los Deseos.

La obra de Darío es muy importante para la literatura colombiana e internacional porque no se queda únicamente en la mirada histórica, sino que también explora una poesía profundamente interior, reflexiva y marcada por la conciencia de sí mismo, de la existencia y de la relación con el mundo”, expresa Alejandra Toro.

Y a estas palabras se suma Valeria Mejía Echeverría, directora de Narrativas y Cultura de EAFIT, quien lo define como “uno de los más grandes poetas colombianos y latinoamericanos, tanto del siglo XX como del XXI”.

Creo que muchos, en momentos de despecho o soledad, hemos leído sus poemas, especialmente Poemas de amor. Pero Darío no solo es un referente de la poesía; también es una de las figuras más interesantes de la cultura en este país y un gran conocedor de la canción latinoamericana. Poesía y canción van de la mano, y él, además de su trayectoria poética con temas tan particulares como los gatos, ha sabido narrarnos muy bien a esa Latinoamérica a través de la música”, explica, Valería Mejía Echevarría.
 

Así se eligió al nuevo ganador del Premio León de Greiff​


En esta ocasión el Premio permitió que entidades culturales, academias, bibliotecas, editoriales y ONGs, entre otras instituciones de Colombia y el exterior, realizarán sus postulaciones. En el caso de Darío, este fue postulado por el Banco de la República y el Parque Biblioteca Tomás Carrasquilla-La Quintana.

Junto a Jaramillo también fueron tenidos en cuenta otros autores finalistas como Juan Manuel Roca, Felipe García Quintero, Inés Posada Agudelo, Marta Lucía Quiñonez, Rómulo Bustos Aguirre y Cristina Peri-Rossi.

Se trató, en palabras de los jurados que firmaron el acta, de un grupo excepcional de poetas con obras y trayectorias de cualidades suficientes para optar por este premio y que dan cuenta de la heterogeneidad y calidad de la poesía hispanoamericana en la actualidad.

La profesora y jurado Alejandra Toro resaltó el impacto que la obra El cuerpo y otra cosa tuvo en su vida: “Ese me pareció muy bueno e interesante, porque también muestra el progreso del escritor. Él siempre ha tenido temas para su poesía y no es alguien que se repita o caiga en fórmulas. Por el contrario, es un autor que se va renovando con las inquietudes de la existencia y de la experiencia misma”, señala.

Valeria Mejía Echeverría destaca el papel que tiene este premio para fortalecer el ecosistema cultural de la ciudad, especialmente ahora que Medellín está postulada a convertirse en Capital Mundial del Libro en 2027. Iniciativas como esta, dice, permiten avanzar en ese anhelo de convertir a la ciudad en epicentro de los libros y la literatura.

Además, resalta el hecho de que es un galardón que reconoce escritores con una vida y obra consolidadas, en un contexto que tiende a premiar únicamente a los jóvenes talentos. “Queremos que esos escritores que han dado tanto a la literatura y a la cultura del país y de Latinoamérica no se queden por fuera, y encontramos en la Alcaldía de Medellín a un aliado para seguir replicando sus voces. Lo que estamos diciendo a la sociedad es que nos importa la palabra escrita y que tenemos que seguir narrándonos y contándonos desde diferentes escenarios y perspectivas”.

Con el apoyo de EAFIT hemos revivido el Premio León de Greiff, algo que nos llena de muchos orgullo porque el tema de este año es el mañana y que bueno que podamos seguir propiciando, juntos, la construcción de un mejor mañana a través de los libros, los encuentros y el reconocimiento de los autores nacionales y latinoamericanos", concluye Santiago Silva Jaramillo, secretario de Cultura Ciudadana.
 

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EAFIT y la Alcaldía de Medellín, a través de la Secretaría de Cultura Ciudadana y la Fiesta del Libro y la Cultura, unieron esfuerzos por traer de vuelta el reconocimiento. En la imagen Darío Jaramillo Agudelo. Fotografía: Juan Cristóbal Cobo​.

Acerca de la quinta edición del Premio León de Greiff ​

En 2016, el primero en recibir este galardón fue el poeta venezolano Juan Calzadilla por su amplia trayectoria artística mezclando poesía y dibujo; en 2017 la argentina Luisa Valenzuela fue seleccionada por sus cuentos y novelas que cuestionaban el rol actual de la mujer en la sociedad y la realidad misma del lenguaje; en 2018 fue para el misterio, el amor, la cotidianidad y lo onírico en los poemas del antioqueño Elkin Restrepo; y, en 2019, el turno fue para Edgar Rodríguez y su particular visión de la identidad de Puerto Rico y el Caribe hispanohablante.

Desde su creación el Premio León de Greiff reconoce, de manera intercalada, a un escritor en poesía y a un autor destacado en el campo de la narrativa. Este año el galardón premia, en su quinta edición, al poeta Darío Jaramillo con la oportunidad de publicar una antología representativa de su trayectoria, o una obra inédita, por parte de la Editorial EAFIT.

En este 2025, EAFIT y la Alcaldía de Medellín (a través de la Secretaría de Cultura Ciudadana y la Fiesta del Libro y la Cultura) unieron esfuerzos por traer de vuelta el reconocimiento, que se entregará de manera oficial, al autor, en el evento de inauguración de la Fiesta del Libro y la Cultura, en septiembre.

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¿Por qué leer a Darío Jaramillo?​

“Como profesora de poesía siempre recomiendo leer poesía. Me parece que la poesía despierta el espíritu, nos invita a preguntarnos por más cosas y a mirar el mundo de otra manera, de forma contemplativa pero también reflexiva.

En ese sentido, sugiero leer a todos los poetas posibles. Sin embargo, si hablamos de poetas colombianos Darío Jaramillo debe estar en la lista. Es un poeta en el que uno logra encontrarse a sí mismo, y ese es el gran impacto de su obra.

Su lenguaje es sencillo; no abusa de la retórica, lo que permite que cualquier lector se acerque a sus textos. Aun así, sigue siendo una lectura inteligente y profunda, a pesar de la sencillez de su expresión”.

Alejandra Toro Murillo, profesora del pregrado en Literatura de EAFIT y jurado del V Premio León de Greiff.​​

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Regresa el Cineclub EAFIT con lo mejor de Alfred Hitchcock

Julio 10, 2025

Desde este lunes 14 de julio, el Cineclub EAFIT regresa con una programación dedicada al maestro del suspenso: Alfred Hitchcock. Serán quince películas y una selección de episodios de la serie Alfred Hitchcock presenta

Es la primera vez que el Cineclub EAFIT le rinde homenaje a un autor con una temporada completa. La cita será todos los lunes, a las 5:00 p.m., en el bloque 38, auditorio 110. La entrada es gratuita.

Dirigió 53 películas entre 1925 y 1976; le tocó el paso del cine mundo al sonoro; fue nominado cinco veces al Óscar, aunque no ganó ni una sola vez; y se convirtió en el más celebre director del género de suspenso. Con una carrera así, sorprende que uno de los datos más curiosos sobre Alfred Hitchcock es que nunca asistió a los estrenos de sus propias películas porque para él, como lo dijo en algunas entrevistas, “ya las había visto todas en su cabeza”.

Y fue gracias a ese nivel de cuidado en cada plano, reacción y emoción de los actores que, más de medio siglo después, algunas películas como Psicosis, Los Pájaros o Vértigo se han convertido en clásicos de culto y siguen siendo revisitadas, de manera continua, por espectadores de todas las generaciones.

Ahora el turno, desde este lunes 14 de julio, será para los asistentes al Cineclub de EAFIT, que regresa este semestre con una programación completa dedicada a Hitchcock, el maestro del suspenso.

“Es, además, la primera vez que en más de 15 años de trayectoria este espacio cultural le rinde homenaje al cine de autor y lo hace con otra novedad, el regreso al auditorio 38-110, un lugar ligado al origen del Cineclub”, así lo expresa Clara Cristina Acosta Ossa, programadora Cultural de la Universidad.

En el ciclo llamado Alfred Hitchcock, maestro del suspenso, los asistentes tendrán la oportunidad de ver quince películas del inicio de este género, así como selección de episodios de la serie Alfred Hitchcock presenta, muy popular en los años 60s.

“Esta será una oportunidad para disfrutar en la pantalla grande imágenes clásicas y memorables, sonidos inolvidables, miedos inesperados. Esperamos que se animen, se apropien de este espacio y vengan a conocer otros mundos o a hacer amigos cinéfilos. El Cineclub de EAFIT tiene un público que se ha ido renovado, otros que son más asiduos y eso hace que para la Universidad sea una prioridad contar una programación que abarque todos esos intereses. Los esperamos”, puntualiza Clara.

La cita con la obra de Hitchcock será todos los lunes, a las 5:00 p.m., en el auditorio 38-110. La entrada es gratuita.

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Regresa el Cineclub a EAFIT con lo mejor de Alfred Hitchcock
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La imagen corresponde a una de las presentaciones del Cineclub EAFIT.

Esta es la programación completa 

Julio


14     Los 39 escalones, 1935
21     La dama desaparece, 1938
28    Rebeca, 1940

Agosto

4     La sombra de una duda, 1943
11    El caso Paradine, 1947
25   Alfred Hitchcock presenta (selección de episodios)

Septiembre

1       La soga, 1948 
8       Extraños en un tren, 1951 
15     Yo confieso, 1953 
22     Con M de muerte, 1954 
29     Atrapa un ladrón, 1955 

0ctubre

6       ¿Quién mató a Harry?, 1955
20     El hombre que sabía demasiado, 1956
27     Psicosis, 1960

Noviembre

10     Los pájaros, 1963
24     Frenesí, 1972
 

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Bienvenidos nuevos tesoros del maestro Carlos Vieco a la Sala de Patrimonio Documental de EAFIT

Junio 26, 2025

Más de tres mil partituras, cartas, condecoraciones, documentos y fotografías del compositor colombiano se sumaron recientemente a los otros objetos del músico que ya eran custodiados por la Universidad. Los nuevos tesoros, entre los que se encuentra la partitura original de Echen pal morro, fueron donados por su familia.

Gloria Vieco y Tulia Marín Vieco, hija y sobrina nieta del maestro, respectivamente, nos cuentan en este video más sobre la vida del compositor y los documentos, mientras que el investigador musical Fernando Gil ayuda a entender su trascendencia para la historia cultural del país.

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Bienvenidos nuevos tesoros del maestro Carlos Vieco a la Sala de Patrimonio Documental de EAFIT
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La más reciente donación complementa el Fondo Carlos Vieco, una colección que reúne miles de partituras y otros objetos de gran valor cultural.
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De Barichara a EAFIT: La Universidad inaugura Doméstico, una exposición sobre saber ancestral, hogar y sostenibilidad

Mayo 28, 2025

Con el hogar como espacio de creación, memoria y transformación como eje central, 23 artistas de todo el país y 11 artesanas del Taller de Papel Fundación San Lorenzo de Barichara unieron esfuerzos para plasmar sus reflexiones a través de obras gráficas, instalaciones y esculturas. 

Este trabajo hace parte de la exposición Doméstico, que se inaugura en el Centro de Artes de EAFIT, este miércoles 28 de mayo a las 5:00 p.m. Se trata de una muestra que invita a reflexionar sobre la sostenibilidad desde el arte y el saber ancestral.

Al entrelazarlas cuidadosamente a mano, las fibras largas extraídas de las plantas de fique, plátano, algodón o piña pueden crear una superficie de papel única resistente al lápiz o al pincel. Desde 2001 el Taller de Papel Fundación San Lorenzo de Barichara no solo encontró una oportunidad para explorar este material, sino también para convertirlo en un proceso sostenible que rescata saberes tradicionales y propone una nueva alternativa artística comprometida con el entorno, la cultura y la sostenibilidad.

Como parte esta exploración, 23 artistas de todo el territorio nacional viajaron hasta el municipio santandereano para hacer un trabajo colaborativo con 11 artesanas de esta región, generando un intercambio de saberes, herramientas, recursos y sensibilidades. El resultado lo podremos ver, desde este miércoles 28 de mayo, desde las 5:00 p.m., cuando se inaugure la exposición Doméstico, en el Centro de Artes de EAFIT.

El concepto de lo doméstico, eje central de esta exposición, se centra en la manera como se habita y se transforma el espacio del hogar. Invitamos a los artistas a compartir con el público su manera de abordar el entorno íntimo, de explorarlo desde perspectivas personales y colectivas. Lo doméstico, como dimensión vital, puede convertirse en un refugio o en un encierro, en un escenario de liberación o de tensión constante, expresan los encargados de la muestra.

Para la Universidad se trata de una muestra que se alinea con el compromiso institucional de promover reflexiones profundas sobre la sostenibilidad, entendida no solo desde lo ambiental, sino también desde lo social, lo cultural y lo ético. Es un proyecto en el que confluyen prácticas artísticas conscientes, procesos colaborativos y miradas críticas sobre la vida cotidiana que permiten repensar las formas en que las personas habitan el mundo y se relacionan con los recursos, los saberes locales y los vínculos comunitarios.  

Uno de esos diálogos lo propone Jorge Julián Aristizábal, creador de la escultura Hogar, que refleja su reflexión sobre la violencia doméstica. Para el artista la experiencia de trabajar con comunidades como la de Barichara le permitió enriquecer su visión como artista con el conocimiento ancestral de las hacedoras de papel, al mismo tiempo que ellas pudieron acercarse a su trabajo plástico.

Para la artista Cristina Castagna, quien tuvo la oportunidad de realizar una residencia artística en el taller de papel de Barichara, de estas experimentaciones “surgieron diversos desafíos técnicos que, paradójicamente, dieron lugar a piezas desgastadas y rasgadas. Estas obras adquirieron una dimensión casi arqueológica como si fueran vestigios de tiempos antiguos”. En lugar de desechar estas obras, decidieron acogerlas como parte integral del proceso de reconocimiento “en estos accidentes de belleza del error y el valor de lo imprevisto", reflexiona.

Otra integrante del grupo de artistas es Camila Botero, y quien estará con su obra Closed Captions. Se trata de un trabajo que explora la intersección entre lo visual, lo sonoro y lo lingüístico, proponiendo una nueva lectura del paisaje y del entorno cotidiano.  La instalación consiste en palabras y sonidos de fondo que provienen del espacio doméstico, como risas, murmullos o cantos, y que, al ser transcritos y leídos, despliegan un nuevo relato a partir del tejido sonoro.

“La obra fue realizada sobre papel hecho a mano por las artesanas de lo taller de papel San Lorenzo en Barichara, con quienes tuve el privilegio de trabajar. Fue una experiencia enriquecedora, no solo por la maestría y sensibilidad que ponen en su oficio, sino por el diálogo humano y creativo que se tejió a lo largo del proceso”, explica.

La exposición Doméstico, que estará abierta hasta el mes de julio, contó con la curaduría de los artistas Jorge Julián Aristizábal y Luz Ángela Lizarazo, y está integrada por obras gráficas, instalativas y escultóricas, todas realizadas con este papel artesanal como matriz y base.

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La exhibición de obras elaboradas en papel artesanal contó con la curaduría de Jorge Julián Aristizábal y Luz Ángela Lizarazo. En la imagen la artista Ana María Rueda, finalizando la instalación de su obra.
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La exhibición de obras elaboradas en papel artesanal contó con la curaduría de Jorge Julián Aristizábal y Luz Ángela Lizarazo. En la imagen la artista Ana María Rueda, finalizando la instalación de su obra.
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EAFIT custodiará parte del archivo personal del General Rafael Uribe Uribe

Noviembre 8, 2024

​Discursos, telegramas, correspondencias, proclamas, manifiestos e informes de batallas escritos por el general Rafael Uribe Uribe, podrán ser consultados por estudiosos de la historia de Colombia e interesados en la vida de este personaje. 

Los documentos, que tienen más de un s​​iglo de antigüedad, serán conservados en la Sala de Patrimonio Documental de la Biblioteca de EAFIT, dotada de las condiciones ambientales específicas que permiten la permanencia en el tiempo de este tipo de documentos.

“Muy estimado doctor y amigo: correspondo con el mayor placer el atento saludo de bienvenida que ha tenido la bondad de enviarme en su carta del mes pasado y deseo que usted y su familia gocen de cumplido bienestar”, así comienza una carta escrita a máquina en la ciudad de Bogotá el 3 de abril de 1909, con destino a Chiquinquirá. El destinatario era Tito Simón Rojas, médico y amigo del general Rafael Uribe Uribe, cuya firma a mano alzada se deja leer al final de la misiva. 

De Rafael Uribe Uribe se sabe que fue un militar, diplomático, profesor y combatiente colombiano que vivió entre mediados del siglo XIX y principios del XX.  Pero quienes se han interesado en ir más allá en la vida de este polifacético personaje y su época, como el profesor e investigador Adolfo León Maya Salazar, reconocen en Rafael Uribe Uribe a “un polemista y deliberante liberal del siglo XIX sobre los problemas y avatares de la formación y construcción del Estado y la sociedad colombiana. Él debatió y luchó en campos diversos en torno a los problemas más álgidos de la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Un eje muy fuerte de su vida y obra lo relacionaron polémicamente con las relaciones entre la Iglesia católica y el Estado, las relaciones entre el liberalismo y el catolicismo, además, fue un actor muy visible en el contexto de las relaciones internacionales de Colombia”. El profesor Maya agrega que tuvo un papel diplomático relevante en los tratados con Estados Unidos, a raíz de la pérdida de Panamá, 1903.  

Es natural conocer algunos datos de su quehacer como pensador o integrante del Partido Liberal Colombiano, pero contadas personas saben que el mismo general se ocupaba del teclado a la hora de redactar sus cartas, que tenía una letra menuda y pulida que ocupaba menos de la mitad de un renglón. Una de esas personas es don Rafael Uribe Uribe, nieto del general que además de heredar nombre y apellidos, custodió durante varias décadas parte de la correspondencia y algunas anotaciones a puño y letra de su abuelo.  

“Cuando se murió mi papá asumí la administración de la Hacienda Gualanday que era la Hacienda del general. Allá me encontré una biblioteca con muchos archivos originales y yo me los traje para Medellín”, recuerda don Rafael. Desde entonces se ha ocupado no solo de conservar los documentos, sino que ha buscado caminos para divulgar la memoria de esta personalidad, como algunos homenajes en el centenario de su nacimiento y muerte, o la publicación de una serie de libros que muestran las diferentes facetas del general, construidos a partir de la documentación conservada por él. 

 

Discursos, telegramas, correspondencias, proclamas, manifiestos e informes de batallas conservados y clasificados en carpetas, de alguna manera resultan una ficha clave del rompecabezas de la historia de Colombia pues  “dan cuenta del pensamiento social y político de  Rafael Uribe Uribe, un hombre muy connotado de la historia política y cultural del país, sobre todo en aquella tensión en la segunda mitad del siglo XIX con la Iglesia Católica, que tenía una permanente alusión a los liberales, a los masones y a los materialistas, que era la base de confrontación ideológica con la iglesia. Esto permite atisbar la mentalidad, la pugnacidad de la Colombia de la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del XX”, explica el profesor Maya. 

De archivo familiar a patrimonio cultural 

Este conjunto de documentos, que sobrepasan el siglo de existencia, pasará de ser un archivo familiar a un bien público, pues su conservación estará a cargo de la Sala de Patrimonio Documental de EAFIT. Patricia Ospina Ospina, jefa de la Biblioteca de la Universidad, expresa que “para la Institución, tener estas cartas significa un honor y una responsabilidad, en primer lugar, porque es una materialización de la credibilidad que la Biblioteca tiene ante la ciudadanía tanto en la conservación como en la difusión de estos contenidos”.   

Pero muchas cosas pasaron antes de que don Rafael Uribe Uribe, nieto, decidiera entregar “una belleza de documentos, que son un tesoro” como él les llama, a EAFIT. Luego de pensar en enviarlos a una universidad en el extranjero, supo de la posibilidad de conservación en la Sala de Patrimonio de EAFIT. “Me descrestó. ¿En qué sentido? En que tienen una organización muy nítida, tienen la conservación de los papeles en excelente estado, vi todos los archivos, por ejemplo de Ospina Rodríguez, vi otros documentos antiguos, más viejos que estos, en perfectas condiciones y dije ‘este es el sitio’, así tomé la decisión. Obviamente consulté toda la familia y a todos, sin excepción alguna, les pareció excelente la idea de que los pusiéramos allá”. 

Una vez que los documentos lleguen a EAFIT, y antes de que estudiosos e investigadores de la historia de Colombia puedan consultar estas fuentes primarias, se inicia un protocolo de conservación que consiste en “inventariarlas, describirlas y organizarlas como un fondo de archivo que permita su identificación y control. Adicionalmente, para facilitar su consulta e implementar otras acciones, se digitalizan y se mantienen en medios electrónicos mientras que las cartas originales físicas se conservan con todas las condiciones que exige la normatividad para estos casos y con los que cuenta en la biblioteca”, expresa Santiago  Zapata Restrepo Coordinador Sala de Patrimonio Documental. ​

 

Don Rafael complementa diciendo que “es una joya histórica que tiene que estar donde se pueda ver, donde tenga acceso a historiadores y personas que realmente quieran conservar la historia de Colombia, y a mí me interesa sobremanera que la historia del general no desaparezca”. Y en eso no se equivoca este descendiente del general Uribe, pues la idea es que en pocos meses se inicien procesos de divulgación, apropiación  y consulta, claro está con las condiciones de uso de las colecciones patrimoniales. 

El general Rafael Uribe Uribe murió asesinado por dos campesinos el 15 de octubre de 1914, mientras caminaba de la Plaza de Bolívar hacia el Capitolio Nacional. Dicen que llevaba en sus manos un proyecto de ley para favorecer a los trabajadores colombianos, en el que se les protegía en caso de accidentes de trabajo.   

110 años han pasado desde su muerte, pero parte de su legado permanecerá por muchos años más en la sala patrimonial de EAFIT, donde aplicaría la frase de cierre que el general usaba al final de muchas de sus cartas: “Consérvese bien. Su afectísimo amigo. Rafael Uribe Uribe”.  

Mayores informes
Alejandro Gómez Valencia
Área de Contenidos EAFIT
Departamento de Comunicación
Teléfono: 57 604 2619500 ext. 9931
Correo electrónico: jgomez97@eafit.edu.co 

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Fotografía de una hoja de papel escrita a mano relacionada con la noticia: EAFIT custodiará parte del archivo personal del General Rafael Uribe Uribe
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​Estos documentos serán sometidos a un protocolo de conservación que consiste en realizar inventario, descripción y organización como un fondo de archivo que permita su identificación y control. Luego serán conservados con las condiciones ambientales que exige la normatividad.
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Así será la presencia de EAFIT en la Fiesta del Libro y la Cultura 2025

Septiembre 9, 2025

• Presentaciones de libros, conferencias, conversaciones, paneles y talleres son algunas de las actividades a través de las cuales EAFIT tendrá presencia en este evento de ciudad. Además de la participación de la Editorial y la Librería institucionales, se destaca la presencia del pregrado en Literatura con el Seminario de Formación de Editores.

• El acto inaugural de esta edición de la Fiesta del Libro y la Cultura será también el espacio donde se entregará, al poeta Darío Jaramillo Agudelo, el premio León de Greiff, organizado entre EAFIT y la Alcaldía de Medellín.

2007 es el año en que un grupo de libreros tuvo la iniciativa de realizar un pequeño festival en el Jardín Botánico de Medellín. 18 años más tarde en lugar de festival hay una fiesta, tan grande es que los límites del Jardín resultaron insuficientes y se ha extendido en los alrededores atrayendo a todo tipo de lectores. Algunos llegan atraídos por los libros mientras que otros van tras la pista de todo tipo eventos donde los temas suelen estar asociados a los libros. 

De sus orígenes la fiesta del libro conserva el espacio para los libreros, pero poco a poco se han ido vinculando diferentes entidades, entre ellas las universidades, con una oferta que va mucho más allá de los libros. 

Entrega del Premio León de Greiff

El acto de apertura de la fiesta, que se realizará este viernes a las 6:00 de la tarde, en el Auditorio de Explora, será también la entrega del premio León de Greiff al escritor Darío Jaramillo Agudelo. Esta quinta edición del premio, organizado por EAFIT y la Secretaría de Cultura Ciudadana de Medellín, destaca, entre otras cosas, la obra poética consolidada autor, así como su trayectoria en novela, ensayo y crítica literaria. Con respecto a este reconocimiento Darío Jaramillo expresó que, “esos honores son muy gratos sobre todo para la gente que lo quiere a uno. Yo gozo por lo que gozan mi familia y mis amigos con lo bien que me va. Es la gran ratificación de que hay afectos, gente que me quiere, gente que se emociona porque me va bien. Sentir eso es muy grato”.

Lo que trae la Editorial

Al igual que en ediciones anteriores las editoriales universitarias tendrán presencia en el Salón Iberoamericano del Libro Universitario, ubicado a lo largo de la calle Carabobo. EAFIT, con sus novedades editoriales, ocupará el estand U15. Además de la muestra comercial, habrá lanzamientos y presentaciones de libros. 

La programación académica, que invita a reflexionar sobre diversas temáticas asociadas al universo de los libros, también tendrá espacio en esta fiesta. Una de las conversaciones más relevantes, liderada por EAFIT, será la que se ha titulado El acuerdo de Guadalajara: nuevo punto de partida. Según Esteban Duperly, jefe de la Editorial EAFIT, “se trata de un espacio muy importante, no solo porque la ciudad invitada es Jalisco y la editora invitada es Sayri Karp directora de la Editorial de la Universidad de Guadalajara de México, sino también porque hablaremos sobre un acuerdo firmado en 2024 entre las asociaciones de editoriales universitarias de Iberoamérica, para considerar a los idiomas español y portugués como lenguas científicas”. Esta conversación tendrá lugar el lunes 15 de septiembre, a las 3:00 de la tarde, en el Salón del Libro Universitario.

En cuanto a lanzamientos de libros y conversaciones estos son algunos de los más relevantes:

Imagen Noticia EAFIT
Así será la presencia de EAFIT en la 19 fiesta del libro y la cultura
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El acto de apertura de la fiesta del libro será también la entrega del premio León de Greiff al escritor Darío Jaramillo Agudelo.

Viernes 12 de septiembre

Lanzamiento del libro: El diálogo y la paz. Mi perspectiva de Rocío Vélez de Piedrahíta


María Paulina Domínguez, jefa de proyectos de Valor Público de EAFIT y Humberto de la Calle, exjefe del equipo negociador en el Proceso de Paz con las FARC, conversan con Esteban Duperly, jefe de la Editorial EAFIT.

Lugar: Auditorio Aurita López
Hora: 7:00 p.m.

Domingo 14 de septiembre

Conversación: Dónde nos hemos leído: Publicaciones periódicas, 146 años de prensa en Antioquia


María Cristina Arango, escritora, conversa Sandra Barrientos, productora ejecutiva de Universo Centro.

Lugar: Salón La Piloto
Hora: 5:00 p.m.
 

Jueves 18 de septiembre

Lanzamiento del libro: Lanzadera. Antología Facsimilar de Mario Escobar Velásquez


Jairo Morales, escritor, y Margarita Isaza, periodista, conversan con Esteban Duperly, jefe de la Editorial EAFIT.

Lugar: Auditorio Aurita López
Hora: 6:00 p.m.

Jueves 18 de septiembre

Lanzamiento del libro: El bosque de Serafina: La tití cabeza de algodón


Brígida Tobón, escritora, y Adriana Ramírez, ilustradora, conversan con Adriana Cooper periodista.

Lugar: Auditorio Salón del libro universitario
Hora: 6:00 p.m.
 

Viernes 19 de septiembre

Lanzamiento del libro: Mientras llegan por mí de Rodrigo Pérez Gil


Daniel Rivera, director de Revista Generación y Jorge Iván Agudelo, escritor conversan con Gabriela Pupo, Comunicadora Social.

Lugar: Auditorio Aurita López
Hora: 8:00 p.m.

Sábado 20 de septiembre

Lanzamiento del libro: Kafka de Jorge Alberto Naranjo 


Presenta: Nicolás Naranjo, escritor.

Lugar: Salón del libro universitario
Hora: 2:00 p.m.

 

Pregrado en Literatura de EAFIT presente con el Seminario de formación de editores


La octava edición del Seminario de Formación para Editores tendrá como premisa el libro: un bien común, considerando que el libro no solo es resultado de un trabajo colectivo-comunitario en el que intervienen los diferentes agentes y oficios que lo crean, materializan, financian, distribuyen, regulan y leen, sino también que tiene una importante función en la sociedad y la cultura. En esta oportunidad se busca que los editores se pregunten, antes de publicar, ¿Qué tienen sus libros para decirle al mundo? 

Este seminario, que es organizado por el pregrado en Literatura de EAFIT, la Editorial EAFIT, Comfama y eventos del libro, Medellín, “demuestra la importancia de la articulación entre  universidad, empresa y estado, en este caso para cualificar el ecosistema del libro a través de conversaciones, formaciones e invitados, pues el Seminario de Formación de Editores está concebido como una plataforma de encuentro y formación para personas que se dedican a los oficios del libro con énfasis en la edición”, comenta Danielle Navarro Bohórquez, jefa del pregrado en literatura.

Un curso, varias conferencias y tres estudios de caso son los componentes de este seminario.

Los días 17, 18 y 19 de septiembre se realizará el curso central Curar con sigilo o cómo hacer un catálogo editorial para el bien común, a cargo de Maximiliano Papanderea, editor de la editorial Sigilo de Argentina.


Conoce la programación de los estudios de caso:
 

Miércoles 17 de septiembre

Al otro lado de las estrellas. Crear una colección bibliográfica con autoras no tan reconocidas


Invitadas: Natalia Mejía y Ana Lucía Barros, editoras de la Biblioteca de Escritoras Colombianas (Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes de Colombia).

Presenta: Sofía Mendoza (Pregrado en Literatura de EAFIT)

 

Jueves 18 de septiembre


Corregir como latinoamericanos, no como españoles. Prácticas de edición y corrección de estilo a la luz de la valoración de nuestro patrimonio lingüístico


Invitada: Andrea Palet, editora de Laurel (Chile)
Presenta: Sofía Sánchez (Pregrado en Literatura EAFIT)

Viernes 19 de septiembre

Mover el tarro. Crowd founding y otras ayudas para editores

Invitado: Emiliano Becerril (Elefanta, México)
Presenta: Camila Muñoz (Pregrado en Literatura de EAFIT)

 

Salón de nuevas lecturas

El salón de nuevas lecturas está concebido como un espacio dinámico, donde la palabra “hacer” se vuelve protagonista. Estos son algunos de los eventos en los que tendrá presencia EAFIT.

Domingo 14 de septiembre

Taller: Diseño de mundos y experiencias para aprender. De las lecturas fragmentadas al aprendizaje transmedia
 

Convoca: Escuela de Artes y humanidades

Lugar: Salón de nuevas lecturas
Hora: 2:00 p.m.



 

Jueves 18 de septiembre
 

Taller: El futuro no está adelante. Un porvenir sin centro ni destino fijo

Convoca: Escuela de Artes y humanidades

Lugar: Salón de nuevas lecturas
Hora: 2:00 p.m.




 

Viernes 19 de septiembre

Charla: Discursos de plataformas. Lecturas fragmentadas de la opinión política en redes sociales

Daniel Mejía, Paola Atehortúa, Laura Rojas, Alejandra Arcila y Júlder Gómez (docentes de la Escuela de Artes y Hunanidades)
Convoca: Escuela de Artes y humanidades

Lugar: Salón de nuevas lecturas
Hora: 6:00 p.m.


Novedades y descuentos en la Librería Acentos


La participación de la Universidad como EAFIT también se da a través de la Librería Acentos, que estará ubicada en el stand L9 de la Villa de Libros nuevos. “En el estand tendremos material para todos los gustos. También las novedades que se han lanzado a lo largo del año, y no podrán faltar los más vendidos como los de Fernando González y Gonzalo Arango. También las novedades de las grandes editoriales como Penguin Random House y Planeta”, comenta Deisy Natalia Hernández Gómez, coordinadora de la librería Acentos. Como es de esperarse habrá descuentos para el público general y afiliados a las Cajas de Compensación familiar Comfama y Comfenalco. Si se trata de público eafitense habrá descuento diferencial. 

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Entre lo íntimo y lo común: el cine como experiencia del tiempo

¿Qué tienen en común un recuerdo, un sueño y una película? Los tres juegan con el tiempo, lo doblan, lo esconden, lo transforman. El cine no solo cuenta historias: las encierra, las suspende, las deja vibrando en la mente de cada espectador. 

Como una cápsula de tiempo en movimiento, el cine nos permite vivir lo imposible, habitar otras vidas y sentir emociones que no sabíamos que podíamos sentir. Aunque todos miremos la misma pantalla, nadie ve exactamente la misma película. ¿Y si el cine fuera también una forma de recordar lo que aún no hemos vivido?

Entre lo íntimo y lo común: el cine como experiencia del tiempo

El cine es una experiencia única, incluso cuando compartimos la misma sala, pantalla y horario. Cada uno de nosotros, en calidad de espectadores, llevamos nuestra propia historia, nuestro propio tiempo y nuestra propia sensibilidad al asiento, convirtiéndonos también en protagonistas. 

Como el tiempo, el cine no transcurre: se construye, se recuerda y se siente. El cine es una máquina de emociones, de recuerdos posibles, de vidas que no son nuestras pero que, por un momento, habitamos como propias. Como una cápsula del tiempo que viaja con todos dentro, el cine guarda lo que fuimos, lo que somos y lo que tememos ser. Tal vez por eso, cuando salimos de una película, no salimos siendo los mismos: porque el cine, como la memoria, nos revela. 

La escritora Anaïs Nin, solía decir que no vemos las películas como son, sino como somos. En efecto, si revisamos nuestras experiencias frente a una pantalla, podemos comprender que ahí está su magia. Porque el cine, como el tiempo, es colectivo e íntimo a la vez. 

Pese a que la película es la misma, los espectadores nunca lo son. Cada uno la interpreta desde su biografía emocional, desde lo que ha vivido, lo que teme, lo que ama y lo que ha perdido. Una escena que para alguien es conmovedora, para otro puede ser incómoda o indiferente. Además, esas percepciones pueden variar según las circunstancias o la época, lo que hace que una historia que alguna vez nos movió, otro día nos parezca insulsa. 

El cine puede sacar nuestro cuerpo y nuestra mente de eso que queremos poner en pausa, para luego tirarnos —sin compasión— a una realidad que no da tregua. Pero es más que eso: el cine activa la memoria, la imaginación y el deseo.  

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una mujer se sienta a ver una película en una sala de cine
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Una mujer se sienta a ver una película en una sala de cine

Todavía se habla de los contenidos audiovisuales como "películas" o "cintas", términos que hacen referencia al medio analógico donde se imprimen una serie de imágenes fijas que, al ser reproducidas a una tasa de 16, 24 o más fotogramas por segundo, dan la ilusión de imagen en movimiento.

 

Memoria, imaginación y deseo 

Pensemos en esas películas que, con solo una imagen, un diálogo o un sonido, nos han llevado de vuelta a nuestro pasado, a repensar el presente que vivimos o a soñar con un futuro diferente. Esas películas están cargadas de situaciones que, creadas con los códigos del lenguaje audiovisual, logran que las emociones surjan, no solo por lo que sucede en la historia, sino también por lo que pasa en nosotros mientras la vemos. 

El lenguaje audiovisual es ese sistema de signos y convenciones utilizados para comunicar ideas, emociones y narrativas a través de imágenes, sonidos y montaje. Gracias a sus códigos, el lenguaje audiovisual puede sumergir a los espectadores en una historia, provocar identificación con los personajes, crear deseo y tensión dramática, marcar ritmos y significados, y en última instancia, crear experiencias únicas y compartidas. 

Juan Diego Mejía, escritor antioqueño, así lo retrata en su libro El cine era mejor que la vida (1997). Esta novela narra la relación entre un hijo y su padre a través del cine, que se convierte en un espacio donde los sueños y los afectos no dichos encuentran forma. Como un ritual, el cine les permite escapar desde una realidad asfixiante hacia un lugar en el que —juntos y solos— habitan otros mundos posibles. Cada función, que comparten en silencio, confirma el poder del cine para transformar su vida cotidiana en relatos dignos de ser contados. 

 

Una cápsula de tiempo en la que cabemos todos 

Desde lo experiencial, el cine huele a crispetas. Sus hileras de sillas todavía esperan a que nos sentemos frente a la pantalla gigante y nos dejemos envolver por el sonido y las imágenes cada que deseamos vivenciar otros mundos.  

Pero hoy también buscamos esa experiencia en la sala de televisión de nuestra casa, a través de plataformas de video bajo demanda o VOD —del inglés video on demand—, donde disfrutamos de esas historias que tanto cautivan nuestra atención. Con la llegada de Netflix, HBO Max o Prime Video, los espectadores tenemos mayor control sobre qué ver, cuándo y cómo, en una forma más individual y flexible de consumir contenidos cinematográficos.

 

En la actualidad muchas personas eligen consumir contenidos audiovisuales en plataformas de video bajo demanda o VOD como YouTube, Netflix o HBO Max en lugar de ir a las salas de cine.

 

Esta forma de contar historias con imágenes —que gracias a las plataformas digitales hoy podemos disfrutar, sufrir, repetir una y otra vez—, empezó a tomar forma hacia 1895, gracias a los hermanos Auguste y Louis Lumière, inventores del cinematógrafo, un innovador aparato con el que no solo se podían capturar imágenes en movimiento, sino también reproducirlas ante una audiencia.  

¿Te imaginas qué sintieron las personas que vieron por primera vez la proyección de La salida de la fábrica Lumière en Lyon en 1895? Esa fue la primera función de cine en la historia de la humanidad: la primera vez que se vio la vida proyectada en una pantalla. También fue la primera demostración de una realidad reproducible, de la inmortalidad de quienes fueron registrados en la imagen. 

Sin embargo, fue el ilusionista Georges Méliès fue quien descubrió el verdadero potencial narrativo de la imagen en movimiento. Además de retratar la realidad, Méliès creó con el cinematógrafo historias inexistentes, mundos imposibles y sueños. Para ello, propuso un arte de la fantasía, del montaje y la escenografía. Prueba de esto fue su película Viaje a la Luna (1902), la obra más reconocida de Méliès, y desde entonces el cine ha sido ese universo que acoge lo posible y lo imposible en todos los tiempos existentes. 

 

Fotograma de la película de Georges Méliès, Viaje a la Luna (1902). En esta escena, personajes mitológicos que representan planetas observan a los viajeros espaciales dormidos. 

 

El tiempo en el que delimitamos nuestra existencia 

El cine nació para atrapar el tiempo, domesticarlo y moldearlo a nuestro antojo, pues más allá de contar historias, nos permite vivirlas desde dentro, manipulando emociones y percepciones. El tiempo en el cine no es real, es un territorio narrativo que se explora y se transforma a cada segundo, condensando la necesidad del ser humano de contar, ver y compartir historias. 

En el podcast de literatura y ciencia ¿Es el tiempo una ilusión?, se argumenta que nuestra percepción del tiempo no es una verdad física absoluta, sino una construcción mental y narrativa. Aunque como sociedad compartimos convenciones temporales —como los relojes o los almanaques—, cada uno organiza su pasado, presente y futuro según su memorias, emociones y conciencia. Dicho de otra forma, todos vivimos “en el tiempo”, pero no necesariamente en el mismo tiempo. 

En cerebro organiza el tiempo de forma no lineal, según vamos viviendo cada experiencia y con base en nuestra memoria, atención y emoción. Percibimos el tiempo como una serie de situaciones que se agrupan según su significado subjetivo. Por eso recordamos lo impactante y olvidamos lo rutinario, o distorsionamos la duración según el contexto: no es lo mismo un minuto feliz que un minuto de angustia.

 

Tiempo y cine no lineal 

Pese a que el cine comenzó narrando historias lineales, la necesidad de representar la memoria, el deseo, el trauma o la conciencia —que no se viven cronológicamente—, llevó a varios directores del siglo XX a dar un salto al vacío proponiendo narrativas no lineales.  

Un ejemplo de narrativa no lineal en el cine es el Ciudadano Kane (1941) de Orson Welles, pero este recurso se consolidaría más tarde con películas como Hiroshima mon amour (1959) de Alain Resnais, y más recientemente con Pulp Fiction (1994) de Quentin Tarantino o Memento (2000) de Christopher Nolan.  

La mente recuerda, imagina y reorganiza el tiempo según la emoción. No sigue el orden cronológico de los acontecimientos ni una secuencia clásica—inicio, nudo y desenlace— sino que presenta las historias de forma fragmentada. En el cine esto se puede reproducir a través del montaje con analepsis o flashbacks (escenas del pasado), prolepsis o flashforwards (anticipaciones del futuro), elipsis (saltos temporales que omiten información) y puntos de vista múltiples.

 

En la actualidad se utilizan herramientas para la edición digital de contenidos audiovisuales como CapCut, Adobe Premiere, Davinci ResolveFinal Cut Pro, Avid Media Composer, y Lightworks, entre otros. Estas herramientas de software facilitan la tarea de cortar, pegar y reorganizar fragmentos de video y audio para construir una narración cinematográfica.

 

El uso de estos recursos narrativos para el montaje no lineal representó nuevos retos para los espectadores de cine, que debían reconstruir la historia mentalmente, identificar saltos temporales y asumir un rol más activo. Ya no bastaba con “ver”: había que interpretar el orden de los sucesos, conectar las piezas y navegar el tiempo desde la emoción, como lo hace el cerebro con los recuerdos.  

Todo esto rompió con la ilusión de que el tiempo solo se narra en línea recta y permitió mostrar la complejidad de la mente humana —sus recuerdos, traumas, deseos y saltos emocionales— con una fidelidad mucho mayor a la de las narrativas cronológicas. 

Al alterar el orden de los hechos, el cine ganó profundidad psicológica y poética, revelando lo esencial antes que lo literal, jugando con el suspenso, o haciendo que una historia tuviera múltiples capas temporales superpuestas. La no linealidad transformó al espectador en un intérprete activo, y al cine en una forma de pensar, no solo de contar. 

 

Directores recomendados 

Michel Gondry

Director francés de cine y videos musicales. En su película "Eternal Sunshine of the Spotless Mind" (2004), titulada en español como "Eterno resplandor de una mente sin recuerdos", narra cómo el protagonista intenta borrar de su memoria a su expareja, reviviendo en el proceso lo más profundo de su vínculo. Representa la memoria como algo fragmentado, emocional y no lineal, donde recordar y olvidar se entrelazan con el deseo, el dolor y el amor.

Alain Resnais

Cineasta francés clave en el movimiento de la Nueva Ola Francesa o "Nouvelle Vague", conocido por sus narrativas no lineales y su exploración de la memoria, el tiempo y el olvido en películas como "Hiroshima mon amour" (1959) y "El año pasado en Marienbad" (1961).

Jean-Luc Godard

Director francosuizo célebre por romper las reglas del cine clásico y reinventar el lenguaje cinematográfico con libertad formal y política, como lo hizo en su película "À bout de souffle" (1960) conocida en la esfera hispana como "Sin aliento", una obra clave del cine moderno.

Christopher Nolan

Director británico reconocido por sus estructuras narrativas complejas y no lineales, como en "Memento" (2000), donde la historia se cuenta en orden inverso para reflejar la confusión de la memoria.

Quentin Tarantino

Director estadounidense célebre por su estilo audaz y narrativas no lineales, como en su película "Pulp Fiction" (1994), donde mezcla violencia, humor y referencias cinéfilas con una estructura narrativa fragmentada.

 

 

Autora

Paula Arredondo

Maestra en literatura, profesora de cátedra de la Escuela de Artes y Humanidades EAFIT

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Autor
Paula Arredondo
Edición
Agustín Patiño Orozco

Al ritmo del beat: ¿Qué significa el tiempo en la música?

En música, denominamos tempo —literalmente “tiempo” en italiano—, a la velocidad e intención general de una composición musical, la cual se mide en pulsos por minuto o bpm —del inglés beats per minute—. Sigue leyendo y descubre cómo los grandes maestros de la música han entendido el tempo y cómo este ha evolucionado con los avances artísticos y tecnológicos.

El tempo medieval 

Sabemos que existen algunos registros de las músicas seculares de la Europa medieval, pero vamos a empezar hablando de la música sacra de la época, pues en ella podemos evidenciar la notación o escritura musical temprana. 

Los músicos medievales escribían “neumas” —signos escritos encima del texto a cantar— como una guía de los sonidos y su situación relativa dentro de la escala musical. Pero a diferencia de la notación moderna basada en fracciones del pulso, la notación neumática no anotaba el tempo ni el ritmo de la música, por lo que era necesario conocer previamente la melodía. 

Hoy conocemos a la música litúrgica medieval como “cantos gregorianos”, considerada la música más apropiada para el culto por la Iglesia católica, por lo que su influencia todavía se puede escuchar en las misas actuales. 

El Rorate Coeli, un canto que habla sobre la venida del Mesías, será la primera composición que veremos. Debido a que la notación musical se encontraba en desarrollo, no se anotaban los valores rítmicos matemáticos que representan la subdivisión del pulso, por lo que el ritmo era casi improvisado. 

 

Imagen Noticia EAFIT
Fotografías de la Orquesta Sinfónica EAFIT
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Orquesta Sinfónica de la Universidad EAFIT interpretando la obra Carmina Burana (1937) de Carl Orff con motivo del cumpleaños número 65 de la Universidad.

Partitura de Rorate Coeli. Imagen: Chorus Newman (2021). 

 

Es evidente la poca información rítmica que nos provee la partitura del Rorate Coeli[1], por lo que inferimos que era imposible interpretar esta obra musical de manera consistente en repetidas ocasiones. 

Como la música estaba al servicio del culto, la prioridad era que los fieles comprendieran los textos religiosos. En consecuencia, el tempo al momento de interpretar la obra debía ser moderado, incluso más lento que el habla normal, para enfatizar y meditar el mensaje bíblico. 

En suma, no sabemos con exactitud la velocidad del Rorate Coeli, pero podemos suponer que la interpretación histórica era cercana al tempo del habla humana en una conversación. En la actualidad, diríamos que esta obra debe seguir un tempo moderato —unos ochenta pulsos por minuto u 80 bpm—, o quizás un poco más lento: un tempo andante de 60 bpm.  

 

El tempo barroco 

Johann Sebastian Bach, uno de los más grandes compositores del barroco, dedicó gran parte de su música a Dios y al servicio de la Iglesia luterana. Por eso, es lógico suponer que Bach abordó el tempo desde una perspectiva ligada a su retórica musical y al contexto litúrgico en el que se interpretaba su obra.  

Como en el siglo XVII todavía no se había inventado el metrónomo, la medición precisa en bpm era imposible. Los músicos de la época indicaban la velocidad de sus obras recurriendo a términos más o menos subjetivos como adagio, andanteallegro o presto, que indican el “sentir” que debe tener la interpretación musical. 

El tempo se entendía en función del afecto —la emoción y/o el carácter— de la música, por lo que los términos italianos ya mencionados eran vitales para transmitir la información interpretativa que de otra forma se perdería. 

 

Symbolum Nicenum de la Misa en B menor BWV 232, de J. S. Bach. Imagen: International Music Score Library Project

 

En esta partitura podemos ver la indicación “andante”[2], que señala un tempo similar al de una persona que camina a paso moderado: no muy rápido, pero tampoco muy lento, de forma que se entienda el discurso musical y lírico de la obra. Por ejemplo, aquí se habla del credo niceno, el cual declara las creencias de la fe cristiana según el Concilio de Nicea del año 325. Esta prioridad demandaba regular el tempo para hacer énfasis en el mensaje recitado por el coro.  

 

El tempo para Beethoven 

Ludwig van Beethoven vivió gran parte de su vida antes de que se inventara el metrónomo, por lo que debió recurrir a los recursos conocidos en su época para indicar el tempo en el que se deberían interpretar sus obras.  

Sin embargo, durante la segunda mitad de la vida de Beethoven se popularizó en Europa el metrónomo, un instrumento que les permitiría a los músicos medir con mayor precisión, en pulsos por minuto, o sea en bpm, el tempo de sus obras. 

Esto no significó el abandono de las indicaciones en italiano que aún conocemos, ya que estas no solo indican un tempo, sino también un “sentir”, una emoción o carácter que se le debe dar a la obra.  

Por ejemplo, scherzando se traduce como “bromeando” o “jugando”, mientras que allegro agitato, significa “alegre agitado”, y adagio e poco rubato quiere decir “lento y con poco rubato”, es decir, con poca flexibilidad para ligeras variaciones expresivas en el tempo a criterio del intérprete musical. 

La quinta sinfonía de Beethoven —una de las obras más importantes, famosas e interpretadas de este compositor—, fue concebida, terminada y estrenada años antes de la invención del metrónomo. Sin embargo, en las ediciones actuales de esta obra podemos ver una indicación de tempo puesta por el mismo Beethoven años después. El tempo es allegro con brio, lo que nos da a entender que es un movimiento rápido, con fuerza y carácter. 

Indicación del tempo a 108 bpm en Sinfonía n.º 5 en C menor, Op. 67, de Ludwig van Beethoven. Imagen: International Music Score Library Project

 

Lo interesante aquí es que la indicación del tempo está a 108 bpm, mucho más rápido de lo que se pensaría para un allegro con brio, tan rápido que algunos intérpretes sugieren que se trata de un error del propio Beethoven, e incluso existen grabaciones de la obra siendo interpretada bastante más lento de lo indicado por su autor. 

Contradictores del supuesto error de Beethoven argumentan que, al final del segundo movimiento de la Sinfonía n.º 6 en F mayor, el compositor incluye frases musicales que simulan el canto del ruiseñor, la codorniz y el cuco, y que siendo la pretensión del músico sonar lo más parecido posible a estas aves en su entorno natural, la indicación del tempo debe ser la correcta y no implicaría un fallo en el metrónomo o una definición diferente de “pulsos por minuto”.

 

Canto del ruiseñor en la Sinfonía n.º 6 en F mayor, Op. 68, de Ludwig van Beethoven. Imagen: International Music Score Library Project

 

Canto de la codorniz en la Sinfonía n.º 6 en F mayor, Op. 68, de Ludwig van Beethoven. Imagen: International Music Score Library Project

 

Canto del cuco en la Sinfonía n.º 6 en F mayor, Op. 68, de Ludwig van Beethoven. Imagen: International Music Score Library Project

 

El tempo espectral 

Gérard Grisey fue un compositor francés del siglo XX que vivió tiempos tumultuosos y de grandes rupturas con respecto a la tradición musical clásica, en los que surgieron numerosas escuelas y estéticas, como por ejemplo la escuela “espectralista” que tuvo auge a mediados de los años setenta. 

De acuerdo con Grisey, el espectralismo “surgió curiosamente alrededor del mismo tiempo que la geometría fractal[3]” y como escuela de composición propuso “una organización formal y materiales sonoros inspirados directamente por la física del sonido, gracias a la ciencia y el acceso a micrófonos[3]”. 

Vale la pena decir que el sonido tiene cuatro cualidades esenciales: el tono o altura —si el sonido es agudo o grave—, la intensidad —si el sonido es suave o fuerte—, el timbre —una cualidad de los armónicos que hacen parte de un sonido y le dan su carácter distintivo— y la duración —cuánto tiempo duran las vibraciones del sonido—.  

El timbre es de especial interés para los compositores espectralistas, gracias a la posibilidad técnica de descomponer el espectro de un sonido para comprender los armónicos que determinan su timbre. 

Pero la duración también es clave si hablamos de tempo. Según Grisey, “los compositores del siglo XX especularon mucho sobre las duraciones. Aplicaron al tempo las proporciones de conceptos espaciales: los números primos —Messiaen—, el número áureo —Bartók—, la serie de Fibonacci —Stockhausen—, los binomios de Newton —Risset—, e incluso procedimientos probabilísticos como la Teoría Kinética de los gases —Xenakis—[4]”. 

En su artículo Tempus Ex Machina, Grisey habla de un “esqueleto del tiempo”, al que define como las divisiones temporales que un compositor utiliza para organizar los sonidos[4]. Esta propuesta no divide el tiempo en unidades metronómicas, como los pulsos por minuto o bpm, sino en unidades cronométricas, como el segundo.  

Las partituras de Grisey son muy interesantes visualmente y están llenas de símbolos a los que muchos no estamos acostumbrados. En su obra Periodes de 1974, vemos un ejemplo de lo que Grisey llamaría luego “esqueleto del tiempo” que demarca la duración de esa sección musical. 

 

Partitura de Periodes (1974), de Gérard Grisey. Imagen: International Music Score Library Project

 

Esta partitura muestra un sonido que debe durar unos treinta segundos como mínimo, y es posible que dure un poco más, porque contar treinta segundos exactos es imposible para los seres humanos, o por lo menos muy difícil, por lo que Grisey decide dar un rango de tiempo con el que se puede jugar. También es notable que la música no inicia en el segundo cero, sino un poco después. 

En consecuencia, aquí la unidad de tempo no está en pulsos por minuto o bpm, sino que es “unos treinta segundos”. Esta unidad temporal es difícil de fraccionar o subdividir en unidades más pequeñas, al menos en una representación escrita, mientras que en la notación tradicional se puede ver cada pulso dividido en mitades, tercios, cuartos, octavos, etc.  

La falta de subdivisiones visualmente exactas del pulso le hace imposible al intérprete dividir el tempo con absoluta precisión, y eso era justo lo que buscaba Grisey en este caso, al igual que muchos de sus contemporáneos espectralistas. 

Debido a que Periodes es una pieza para siete instrumentistas, y debido a la notación del tempo utilizada, se necesita que el director musical ayude a los intérpretes a medir el tiempo de cada pasaje, para que ellos mismos no estén contando los segundos y puedan enfocarse en la música.  

Veamos un ejemplo más con Grisey, la obra Prologue (1976) para viola solista. Vemos que para la “célula musical” —la frase melódica y rítmica que se escribe dentro del cuadro— el compositor nos indica que debe interpretarse a 70 bpm, acelerando de manera gradual hasta los 90 bpm

 

Partitura de Prologue (1976), de Gérard Grisey. Imagen: International Music Score Library Project.  

 

La comilla sobre el pentagrama nos indica una respiración, pero con la expresión “ad lib.” también nos dice que la duración de esa respiración está al criterio del intérprete.  

Además, junto con la unidad metronómica “pulso = 70”, Grisey utiliza una notación proporcional justo después de la respiración. Mejor dicho, nos indica que hay tres notas cuya duración total debe ser de un segundo: la primera nota más corta que la siguiente, y la tercera nota solo al finalizar la unidad cronométrica de un segundo, y esto se sabe por el símbolo slash sobre la última nota, usado para indicar una duración casi inmediata.   

La música hindú, por ejemplo, también combina varios estilos para la notación del tempo, aunque sus desarrollos preceden lo visto en Grisey y otros compositores occidentales del siglo XX.  

En suma, a través de los años y con los avances tecnológicos y artísticos, hemos logrado ser más precisos en las indicaciones de tempo para interpretar obras musicales. Muchos compositores deciden no ser exactos siempre, pero sí dar indicaciones que les permitan a los intérpretes acercarse al tempo en su obra, como lo hace Brahms en su Cuarteto de cuerda n.° 1 en C menor al indicar allegreto molto moderato e comodo, o Bach con tan solo un andante

 

Orquesta Sinfónica de la Universidad EAFIT interpretando la obra Carmina Burana (1937) del compositor alemán Carl Orff con motivo del cumpleaños número sesenta y cinco de la Universidad en 2025. Foto: Robinson Henao.

 

Otros tiempos en la música 

Tiempo... del Latin Tempus “extensión o medida”, que significa la duración de las cosas que se encuentran sujetas al cambio. El tempo en la música es mucho más que una simple indicación de velocidad: anuncia puentes emocionales que a veces nos conectan y otras nos acogen en un abrazo sonoro. El tempo es el ritmo que nos une, el latido invisible que guía nuestra experiencia musical y nos invita a sincronizarnos con la obra y con quienes la interpretan. 

Al igual que pasa con el lenguaje, el tempo es un viajero, recorre geografías, adopta acentos y se adapta a distintas personalidades culturales. Cada región, cada tradición musical imprime en el tempo un sello propio, una manera particular de sentir y expresar el tiempo. Sin embargo, a pesar de estas diferencias, el tempo tiene una cualidad universal: nos permite pensar en el colectivo, en la comunidad que comparte la experiencia musical. 

Trabajar en una Orquesta Sinfónica como la de la Universidad EAFIT permite estar cerca de términos, como allegro, lento, molto o acelerando, propios de la música sinfónica y que representan diferentes indicaciones que guían la interpretación y la emoción de la obra. Sin embargo, más allá de estas formas clásicas de marcar el tempo, existen otras maneras de acoger y vivir el ritmo musical, que invitan a transitarlo de manera más libre y a fijar nuestros pensamientos en esa experiencia sonora para transformar, conectar y reflejar identidades culturales diversas. Así, descubriremos cómo el tempo es a la vez un lenguaje personal y un puente hacia el encuentro colectivo. 

 

El tempo en la música africana 

La música africana, especialmente la subsahariana, se caracteriza por su riqueza rítmica basada en la polirritmia, que es el diálogo superpuesto de varios patrones rítmicos diferentes, interpretados simultáneamente por distintos instrumentos y voces. En un canto ceremonial pueden haber hasta seis u ocho patrones rítmicos distintos, ejecutados a la vez por tambores, palmas y cantos. El maestro del tambor guía al conjunto, estableciendo un pulso constante que sirve de referencia para todos, mientras los demás músicos entrecruzan sus ritmos, creando una textura compleja y dinámica. La repetición y la variación generan secuencias de llamada y respuesta que pueden prolongarse durante horas, manteniendo el trance y la participación colectiva.  

 

El tempo en el joropo 

Colombia y Venezuela comparten la llanura y la práctica del "contrapunteo", que es un duelo musical entre dos o más copleros que improvisan versos al ritmo del joropo, un género musical ejecutado principalmente con arpa, cuatro y maracas. El ritmo del joropo es ágil y sincopado, pues alterna compases de 3/4 y 6/8 que le dan un carácter saltarín y vivaz, mientras que el contrapunteo exige que los copleros mantengan el pulso y no pierdan el compás mientras improvisan los versos que le dedican a su contrincante en tiempo real.  

 

El tempo en el jazz 

En el jazz, el ritmo se expresa a través del swing y la síncopa. Oscar Peterson, uno de los pianistas más influyentes del jazz, es conocido por mantener un pulso constante mientras introduce complejas variaciones rítmicas y acentuaciones inesperadas. El swing consiste en dividir el tiempo de manera desigual, generando una sensación de movimiento y fluidez que invita al oyente a moverse con la música. Peterson, por ejemplo, podía mantener un tempo estable durante largas improvisaciones, jugando con la anticipación y el retardo de las notas para crear tensión y liberar energía, lo que produce un efecto hipnótico con la complejidad armónica y melódica propia del jazz. 

 

 

Referencias
  1. Chorus Newman. (2021) Partituras de canto gregoriano. Disponible en: https://matematicas.unex.es/~sancho/gregoriano/gregoriano.pdf
  2. International Music Score Library Project (IMSLP): https://imslp.org/
  3. Grisey, G., & Fineberg, J. (2000). Did you say spectral? Contemporary Music Review, 19(3), 1–3. https://doi.org/10.1080/07494460000640311
  4. Grisey, G. (1987). Tempus ex Machina. Traducción: Nora García. Disponible en: https://es.scribd.com/doc/210688833/Gerard-Grisey-Tempus-Ex-Machina  
 

 

Autores

Juan José Galindo Ramírez

Estudiante del Pregrado en Música de EAFIT

Susana Palacios David

Maestra en Música, Jefe de la Orquesta Sinfónica EAFIT

Robinson Henao

Fotografías

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Juan José Galindo Ramírez; Susana Palacios David
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