EAFIT y Grupo Bios desarrollan una alternativa biotecnológica para producir proteína de origen vegetal
Mediante cultivos in vitro de plántulas de especies leguminosas, como soya, frijol y arveja, EAFIT y Grupo Bios adelantan un proyecto de investigación para producir una proteína alternativa de origen vegetal con alto valor nutricional, con el objetivo de utilizarla como fuente de alimentación sostenible.
Esta tecnología tiene un impacto significativo en la mitigación del cambio climático y en el avance hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Al proponer una forma más eficiente de producir alimentos, se contribuye a la seguridad alimentaria y a la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero.

Para miles de personas, contar con un plato de comida diario es una meta casi inalcanzable. Los conflictos, la crisis climática, la pobreza y la disminución de la producción de alimentos han contribuido a su escasez y al aumento de los precios. Por estos motivos, el diseño de alternativas eficientes y sostenibles se hace indispensable para avanzar en la erradicación del hambre.
Desde febrero de 2023, investigadores de EAFIT y Grupo Bios establecieron una alianza para desarrollar una proteína de origen vegetal destinada a la alimentación humana. El proyecto utiliza biotecnología aplicada que, mediante técnicas de cultivo in vitro de especies como soya, frijol y arveja, crea suspensiones celulares capaces de generar biomasa rica en proteínas, que podría utilizarse en el futuro para reemplazar materias primas de alto costo y permitir la elaboración de productos veganos como salchichas, hamburguesas, entre otros.
Esta iniciativa ayudaría a disminuir la emisión de gases de efecto invernadero generados por los procesos asociados con la producción de proteína animal. El profesor Diego Fernando Villanueva Mejía, investigador de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería de EAFIT y líder de este proyecto, considera que “viendo hacia el futuro, en la medida en que no tengamos que usar tanta tierra y tantos recursos para alimentar animales, tener una fuente de proteína alternativa tiene un impacto en la mitigación del cambio climático y contribuye a los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
Según el investigador, diversos análisis indican que, aunque la mayoría de las personas no están dispuestas a adoptar una dieta completamente vegetariana o vegana, sí estarían dispuestas a incluir en su alimentación proteínas diferentes a las de origen animal. Por ello, este proyecto busca desarrollar varios productos que podrían convertirse en ingredientes funcionales para el consumo masivo.
Menos tierra, menos agua
Aunque en el mercado ya existen productos basados en proteínas vegetales, el uso de técnicas de cultivo in vitro de células vegetales es un factor diferenciador en esta propuesta. El término in vitro se utiliza en ciencias para referirse a experimentos o procedimientos realizados fuera de un organismo vivo, en un entorno controlado como un laboratorio.
Danna Susunaga Gómez, investigadora junior de EAFIT, explica: “Este es un proceso mucho más eficiente en términos de recursos, porque se reduce el uso de agua, tierra y otros insumos agrícolas. Además, estamos innovando en la forma de obtener ingredientes base para la industria de productos veganos”. En este caso, las proteínas se producen en un ambiente artificial a partir de cultivos celulares, no en una planta completa en el suelo.
Para Alexandra Torres Ospina, líder del Centro de Investigación Aplicada Bios, el proyecto está enfocado en el desarrollo de futuro. “Si el proceso de biotecnología de cultivos vegetales es satisfactorio y se puede escalar, en un futuro vamos a pasar de necesitar hectáreas de tierra para producir grandes cantidades de semillas y proteínas vegetales, a hacerlo en un laboratorio, utilizando espacios mucho más pequeños y de manera óptima”, dice.
También, agrega que las materias primas con alto contenido de proteínas, como la soya, la arveja y el frijol, son importadas, lo que incrementa significativamente los costos de consumo para los colombianos. Si el país tuviera la capacidad de producir la cantidad de proteína vegetal necesaria, se podría cubrir la demanda de alimentos que actualmente provienen de otros lugares. “Hoy lo que se siembra está destinado a otro tipo de producciones que no son específicas para cárnicos o proteínas de alto valor nutricional, sino que en general son cultivos utilizados para alimentos ultraprocesados”, destaca Alexandra.
En conclusión, este proyecto no solo representa un avance significativo en la biotecnología vegetal y en la producción sostenible de proteínas, sino que también está formando un recurso humano altamente capacitado y comprometido con la solución de desafíos globales. La participación de estudiantes, jóvenes investigadores y profesionales fortalece la capacidad para alcanzar los objetivos propuestos y continuar avanzando en la transformación del sistema alimentario.
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Alejandro Gómez Valencia
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Última actualización
Mayo 27, 2025