10 de septiembre de 2020 |
REVISTA UNIVERSIDAD EAFIT - ENERGÍAS RENOVABLES
Ante el creciente consumo de energía y la necesidad de una producción más limpia y menos contaminante, el país se propone generar en los próximos cuatro años 2250 megavatios de energías renovables o no convencionales. Eso equivale a lo que producirá la central hidroeléctica Hidroituango y 20 veces lo que consume al año una ciudad como Villavicencio.
El asunto implicará que el país pase de producir 50 megavatios de energías renovables en el año 2019 a esos 2250, lo que representará un salto importante en la meta de contar con el 10 % de este tipo de energías en el Sistema Interconectado Nacional.
Para hacer un comparativo del rumbo que está tomando esta transición energética en el ámbito global, Naciones Unidas estima que en el año 2050 el 87 % de la energía que consumirá el mundo será de fuentes renovables.
Para algunos, las condiciones actuales del sistema energético del país hacen que esa meta del 10 % pueda parecer improbable, pero el exministro de Minas y Energía Carlos Gustavo Cano Sanz sostiene que las ventajas comparativas del país permitirán que esa cifra se supere con creces.
Colombia consume cada año unos 70.000 megavatios de energía y espera, según la demanda, que esta cifra tenga un incremento del 2 % anual en la próxima década. El exministro Cano Sanz, economista de la Universidad de los Andes, con maestría en economía de la Universidad Lancaster, de Inglaterra, e integrante del Consejo Superior de la Universidad EAFIT, plantea en esta entrevista que Colombia superará sin problema la meta trazada:
¿Cuál es hoy el panorama energético en el país?
“Colombia, como buena parte del mundo, entró en la era de la transición energética. El país tiene una industria petrolera solvente y fuerte. Ecopetrol es la empresa más grande del país y ha empezado a dar pasos hacia las energías alternativas". "Además, la última subasta convocada por el Ministerio de Minas y Energía (contrato para garantizar suministro de energía al país) le asegura a Colombia que en el año 2022 habrá una generación, por esa vía, de 2250 megavatios de energías renovables. Eso es el equivalente, por ejemplo, a lo que producirá Hidroituango, calculado en 2400 megavatios”.
¿Cómo ha sido ese crecimiento de Colombia?
“En los últimos tres años la generación de energías alternativas, en especial la solar, representó más del 50 %. Son señales que demuestran que el país va en el camino de la renovación, hecho que contribuirá a mitigar los efectos del
cambio climático”.
La decisión de construir hidroeléctricas de gran tamaño es cada vez más
Foto: Róbinson Henao
La magnitud de la propuesta
Con la subasta de energías renovables a la que hace alusión el exministro Cano, realizada a principios de 2019, el Ministerio de Minas y Energía asignó esa cuota de generación a ocho proyectos en los que participarán siete empresas generadoras y 22 comercializadoras.
Esos proyectos, de los cuales cinco son de energía eólica y tres solares, demandarán una inversión cercana a 2200 millones de dólares, dice el Gobierno Nacional, mucha de ella de inversión extranjera, pues en los ganadores de la subasta hay compañías foráneas.
La incidencia de la subasta y la de otros 215 proyectos que se ejecutan en diversas partes del país diversificará la matriz eléctrica, ayudará a mitigar los efectos del cambio climático, evitará vulnerabilidades como el Fenómeno El Niño y permitirá llegar a la meta del 10 % de producción de energías renovables, anunció la ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez.
Y aunque Colombia apenas entra en la onda de esa transición, debido a las exigencias y preferencias de los consumidores que ahora piden modos más limpios de producción, solo es superado en Latinoamércia, en proyectos e infraestructura, por países como Brasil, Chile, Costa Rica y México, según un informe de WWF (World Wide Fund for Nature – Fondo Mundial para la Naturaleza), una de las organizaciones más prestigiosas del mundo en la lucha por la conservación ambiental.
Esta organización no gubernamental recogió diez mil firmas para pedirle al Gobierno Nacional de Colombia que establezca un objetivo ambicioso de energías renovables a 2030 y defina una estrategia que le permita alcanzarlo, más allá de lo que se planteó con la subasta.