Estudio explora las estrategias corporativas de empresas multinegocios en Colombias

Enero 26, 2025

Una investigación liderada por dos profesoras de la Escuela de Administración de EAFIT describe la forma en que empresas multinegocios del país diseñan y adaptan sus estrategias corporativas desde la alta dirección.

Adentrarse al corazón de las grandes empresas representa un desafío desde el campo de la administración debido a que sus administradores suelen ser renuentes a revelar información de la estrategia corporativa.

De ahí el mérito de un estudio realizado por dos profesoras de la Universidad EAFIT que analiza a las compañías multinegocios colombianas de seis regiones, con hallazgos que nutren el debate académico y trazan un camino para profundizar sobre el modo en que son administradas.

La investigación describe a las multinegocios como aquellas empresas con una diversidad de negocios desde la propiedad, con portafolios cruzados, una administración central y unas formas determinadas de seguimiento al desempeño (se reconocen organizaciones privadas, de origen familiar y hasta estatales).

Entre otros aspectos, sus resultados muestran la forma en que pasan a convertirse en multinegocios, la compleja configuración de la estrategia, aspectos sobre la gestión de sus portafolios y, principalmente, cómo se administran conjuntamente desde sus centros corporativos (una especie de oficina central).

Tal exploración fue realizada por las profesoras Luz María Rivas Montoya y Diana Londoño Correa, del Departamento de Organización y Gerencia, de la Escuela de Administración de EAFIT, a partir de su interés de ampliar estudios llevados a cabo en sus tesis de doctorado con empresas del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA).

Las investigadoras consideraron que era necesario seguir indagando para entender, más allá de los aspectos financieros y económicos –que consideran muy importantes– el cómo lo hacen, es decir, la complejidad de la administración de estos conglomerados.

De acuerdo con Rivas Montoya, el hallazgo más importante tiene que ver con el momento en que pasan a convertirse en multinegocios y la dirección debe definir la estrategia competitiva para cada uno de esos negocios y la corporativa para toda la empresa; esto implica una paradoja: fortalecer la singularidad competitiva de cada negocio, mientras crean nuevo valor económico para toda la empresa multinegocios.

“Se reconoce que la empresa multinegocios compite en varios sectores y ello es muy importante para entender que no se puede tener una estrategia competitiva por empresas, sino por negocio. Hay compañías que no entienden eso y definen una estrategia para toda una empresa, cuando en realidad tienen negocios distintos”, apunta la investigadora.

Una vez están operando como multinegocios, otro reto que aparece es la toma de decisiones, que depende en gran medida del porcentaje de participación de la propiedad en cada negocio. Lo anterior implica que se presenten diferentes formas de administrar. Las académicas relacionan que la gerencia se torna más fácil cuando los dueños tienen el cien por ciento de la propiedad porque permite centralizar funciones como el pago de la nómina o de los impuestos, el uso de tecnologías, la optimización del manejo financiero, entre otros aspectos.

“Pero encontramos que esas empresas tienen distintas participaciones en las sociedades y, dependiendo del grado de propiedad, es que pueden tomar decisiones sobre algunas funciones corporativas o no, tales como la definición del portafolio, la gestión interna y la gestión externa”, explica la profesora Rivas Montoya.

Diversas formas de generar valor

Otro aspecto fundamental que revela el estudio es la importancia de las estrategias de no mercado y de acción política corporativa, que tienen que ver con la gestión externa que realizan con sus grupos de interés y ante el Estado; una particularidad que, suponen, obedece al entorno del país.

En esta gestión son claves actores como los dueños, en empresas más pequeñas o familiares, y los vicepresidentes de asuntos corporativos, en las más grandes.

“El tema de la acción política y el compromiso con las regiones es muy valioso, y es muy diferente al de otras partes del mundo porque los problemas son muy distintos: se trata de otros contextos”, explica la investigadora Diana Londoño Correa.

Este tipo de relacionamiento con la sociedad se da, en la mayoría de casos, a través de fundaciones empresariales. Asimismo, en las acciones políticas con el Estado se busca participar en la definición de legislaciones que pueden afectar a los negocios.

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También, se identifica que la administración conjunta es orientada a generar sinergias que logren que los negocios sean más competitivos, mejorando su eficiencia y creando nuevo valor. Desde la alta dirección también se impulsa el diseño de programas para pensar cómo hacer cosas diferentes y generar nuevos ingresos.

“Nuestras empresas son muy creativas en generar nuevas formas de valor al administrar conjuntamente esos negocios. De hecho, en uno de los artículos mencionamos ejemplos de nuevas formas de generar ese valor”, menciona Rivas Montoya. Sin embargo, no todas operan a partir de centros corporativos. Algunos negocios, pese a tener portafolios cruzados, pueden ser más independientes.

El hallazgo más importante tiene que ver con el momento en que las empresas pasan a ser multinegocios y la alta dirección debe definir la estrategia
corporativa: cómo reconfigurará sus portafolios (invertir y desinvertir) y cómo administrará esos negocios de manera conjunta.

Aportes de la investigación

De acuerdo con las profesoras, este proceso representa tres aportes para el campo de la administración en Colombia. El primero, el llevar a los entrevistados a la reflexión sobre el cómo desarrollan sus estrategias corporativas.

“Cuando hacíamos las entrevistas generábamos consciencia de cosas que los gerentes hacen sin preguntarse tanto. En el día a día del negocio no surgen esas reflexiones porque las empresas viven en la carrera de la productividad y la competitividad. Cuando uno como investigador les hace esas preguntas y los lleva a pensar, lo van haciendo consciente”, dice Rivas Montoya.

Asimismo, se destaca que el estudio presenta un referente local de cómo se administran estas empresas porque lo usual es que estos análisis abarquen casos de estudio de empresas radicadas en otras partes del mundo.

“Para nosotras es muy importante tener información propia. No es lo mismo administrar aquí que en Nueva York o en Tokio. Son conceptos que tienen que marcar porque la administración es muy compleja y tiene muchos factores contextuales y culturales; contexto de momento y de historias, de la forma cómo se ha hecho. Todo eso es relevante”, plantea la docente Londoño Correa.

La discusión que se ha suscitado en espacios académicos con el estudio también ha generado un interés por parte de estudiantes de posgrado por seguir indagando sobre las particularidades de las formas de administración de este tipo de empresas.

Algunos, sobre todo de maestría, laboran en esas compañías y se empiezan a interesar por profundizar sobre estos aspectos en sus trabajos de grado. Lo otro es que llevan los hallazgos a la práctica de sus entornos laborales.

“Los estudiantes que vienen de esas empresas en que pudimos hacer el trabajo, al ver estos casos, pueden hacer comparaciones sobre qué ha cambiado y qué no, y ello suscita discusiones muy valiosas en las clases”, comenta Londoño Correa.

Una veta para seguir indagando

También se destaca el aporte del estudio a la literatura académica sobre las particularidades de la administración de este tipo de empresas en el contexto local.

“Hay poca literatura porque las empresas son reacias a entregar este tipo de información y porque la investigación en Colombia en administración es joven. EAFIT ha hecho esfuerzos en este sentido y esto enriquece profundamente la docencia y la investigación aplicada. En el mundo, lo más frecuente es el estudio de las fusiones y las adquisiciones, con un mirada
económica y financiera, pero de la etapa de integración, que sigue a una adquisición, hay literatura interesante pero aún hay preguntas abiertas”, asegura Rivas Montoya.

Según Diana Londoño, el estudio también evidencia que hay multinegocios que no son de tipo familiar, como se ha enfatizado en algunas investigaciones similares en América Latina.

Las profesoras Diana Londoño Correa y Luz María Rivas Montoya. Foto: Róbinson Henao.

 

“Si yo quisiera hablar de los grupos coreanos, japoneses o alemanes encuentro artículos. De los latinoamericanos y colombianos hay algunas referencias alrededor de lo familiar, pero no todos están configurados así”, sostiene.

Los hallazgos, que han sido consignados en diferentes publicaciones académicas, también han dado cabida a otros trabajos de investigación sobre la variedad de alternativas para administrar empresas multinegocios en Colombia y que se encuentran en un estado de avance importante.

Se espera que como el ya presentado, sirva para seguir comprendiendo las estrategias corporativas de las poco estudiadas empresas multinegocios del país.

 

Nuevas líneas de investigación

La indagación sobre empresas multinegocios en seis regiones de Colombia permite evidenciar un espectro amplio para seguir realizando este tipo de estudios en el país.

La profesora Diana Londoño dice que el tema sigue abierto y hay cabida para indagar por diferentes aspectos que permitan enseñar cómo funcionan estas empresas desde la alta dirección, un asunto que compete específicamente al campo de la Administración.

“Es muy del tejido interno y de las decisiones que se toman dentro de la organización. Todas esas decisiones son cosas que le interesan al administrador. Las otras miradas son valiosas e importantes, pero son diferentes”, menciona.

Entre otras líneas de investigación, las docentes consideran de interés: la identificación de sinergias en las empresas multinegocios, la acción política corporativa,
las configuraciones de portafolio y el fenómeno multinegocio en empresas pequeñas.

Las académicas están realizando actualmente un estudio con el Grupo Éxito con el cual buscan entender cómo se materializaron las sinergias en esa firma.

 

Autores

Daniela Milena Ramírez

Colaboradora Revista Universidad EAFIT.

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Autor
Daniela Milena Ramírez
Edición
Edición 177

De cuerpos impermanentes y reflejos de agua

Marzo 7, 2025

¿Qué imaginas cuando digo agua? ¿En tu imaginación cabe un río completo con sus formas caprichosas, sus sonidos y todo lo que lo alimenta? ¿Puede acaso un río completo tener lugar en tu imaginación, o en la de cualquiera?

Cuerpos impermeantes

 

Cuando digo agua ¿aparece en tu mente un río del que bebes, en el que chapoteas juguetonamente y te bañas? ¿Ves el contraste de su azul y del verde de los árboles que nos enseñaron a pintar en la infancia? Y si pregunto por el agua con la que te duchas y cocinas tus alimentos, ¿cambia en algo tu respuesta?

¿Piensas en la empresa que permite que salga agua por las llaves de tu casa? ¿Puedes ver las bocatomas, los espejos de agua artificiales, los muros de presa, los canales, los túneles de conducción o los turbogeneradores de pasada para la generación de energía? ​¿Ves construcciones humanas o ves agua? ¿Ves el agua o lo que queremos y necesitamos que ella sea?

¿Empiezas a dudar de lo que ves cuando digo agua? ¿Tienes ahora la impresión de que en tu imaginación caben muchas aguas? ¿Cómo te conectas con el agua? ¿Puedes ver tu reflejo en ella? ¿Te imaginas vinculado a ella o como un usuario de sus servicios? ¿Esa agua que imaginas tiene muchos que la usan y pocos que la cuidan? ¿Qué significa cuidarla?

Cuando digo agua, ¿imaginas el río, la lluvia o la nieve?

¿Y si también somos agua? ¿Y si el río soy yo? ¿Dónde nazco? ¿Qué digo? ¿Qué daños he sufrido? ¿Qué llevo y traigo en mis aguas? ¿Cuál es mi camino al mar? ¿Con cuáles otros ríos, bosques, montañas, páramos, animales y personas me conecto?

Conozco el mundo desde la cima de la montaña, desde los bosques hasta las desembocaduras. Corro surcando caminos caprichosos, fluyo a veces tranquila y flexible, otras apasionada y decidida. Me adapto a otras formas y colores. Mi suavidad y blandeza es fuerza. No me rompo, me escabullo y serpenteo para marcar coordenadas.

En mis aguas traigo vida. Llevo conmigo lo que me ofrece la montaña y, a mi paso, recojo lo que cada quien me entrega. Algunas personas me ofrendan las memorias de su pueblo, me adoran, me honran como parte suya, me escuchan y siguen mi sonar. Beben y cantan en mi orilla, en donde observan el fluir de la vida.

En otras orillas, los ojos que miran me dan la espalda. Creen que soy invisible, pero existo sin sus miradas. Han olvidado que vivo en sus entrañas. Habito como un fantasma su cotidianidad. No tomo venganza: sobreviven en un estado de desmemoria.

Intentan contener mi fluir. ¡Niegan mi libertad! Creen que al represarme van a gobernarme. Desconocen que somos uno en cada momento. Aquí y ahora estamos unidos y, al frenar mi andar, obstruyen las venas del cuerpo de la tierra, interrumpiendo los caminos entretejidos de la naturaleza.

¡Pero soy libre! ¡Fluyo libre entre lo vivo! Penetro las profundidades de la tierra y me elevo en altos cúmulos. Alimento la vida. Habito el cuerpo humano, el vientre de la tierra y la columna de los árboles. Fluyo también en ríos aéreos que el viento lleva a otras tierras.

En medio de mi danzar, subo y bajo al compás de la naturaleza. Me relaciono con otros seres. Seres que buscan agua, agua que busca al río, río que busca al mar.

El agua que usamos depende de otras personas, de otros ríos, de otros bosques. ¿Tienes derecho al agua? ¿Conoces de dónde viene el agua de tu ciudad? ¿Cómo te relacionas con ella? ¿Te has preguntado si el agua es más que el río? ¿Le debemos cuidado, atención y gratitud a ese “algo más" que el río? ¿Y si el río y todo lo que coexiste con él tiene derecho a estar sano? ¿Y si es el río el que tiene derecho al agua? ¿Por qué los derechos son entonces sólo para la humanidad?

Afirmamos que, como humanidad, debemos satisfacer nuestras necesidades básicas mediante extensos abastecimientos de agua y, cuando resulta insuficiente para nuestro bienestar, proclamamos el derecho humano a ella.

¿Agua limpia y saneamiento para quién? Pretendemos que la calidad del agua sea adecuada para la vida humana. Agua para nuestro consumo, pero olvidamos que otras especies también la habitan y dependen de ella, otras vidas que tienen otras formas de medir y sentir si su ecosistema se encuentra en bienestar y equilibrio.

Reconocemos múltiples derechos con la aspiración de mejorar nuestra calidad de vida. Pensamos en nuestro derecho humano al medio ambiente sano, pero ¿nos cuestionamos si es la naturaleza la que tiene derecho a estar sana?

Los imaginarios del agua viven en la conciencia colectiva y, como imaginarios, también los podemos cambiar, repensar las formas en que queremos relacionarnos con el agua y permitirle vernos a través de ella. Cuando respetamos los caminos del agua todo fluye, todo pasa en la impermanencia de la vida. En el movimiento cíclico de las aguas todo vuelve y todo retorna. Reconozcámonos en el agua, libres, flexibles y llenos de fuerza para encontrarnos con el mar.​​​

Autores

Irene Agudelo Saldarriaga

Doctora en Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Profesora asistente de la Escuela de Derecho, Universidad EAFIT.

Correo: ​nmontoy5@eafit.edu.co

Luis Miguel Ocampo Marin

Correo: ​locampo8@eafit.edu.co​​​​

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​Pensamientos poco artificiales

Marzo 6, 2025

Siempre he pensado que mi principal activo es mi cerebro y su capacidad de crear un texto desde cero, por ejemplo.

Pero, si esto ya lo hace un modelo computacional, como ChatGPT, ¿para qué estoy yo?

La respuesta me la da Juan David Pineda, ingeniero de sistemas y experto en computación, con una frase sencilla: “[la inteligencia artificial] nos tocó la fibra de la existencia".

Y es que, aunque convivimos hace años con ella (Spotify y Waze son dos buenos ejemplos), parece que hemos abierto los ojos a una nueva sensación: podemos ser reemplazables. Y esto es cierto, pero también puede no serlo.

Las máquinas al servicio de los humanos

El acto de poner la tecnología a nuestra disposición no es nuevo, aunque así se sienta.

Si nos devolvemos a la antigua Grecia, Talos podría considerarse la primera inteligencia artificial.

Talos fue un gigante de bronce construido por Hefesto, dios del fuego y los inventos, para defender su territorio de piratas e intrusos. El problema es que fue creado con una vena, para dotarlo de vida. Esa vida lo hizo consciente de su existencia y, por ende, le hizo tener miedo a morir.

Esa consciencia es lo que también nos lleva a temerles a las inteligencias artificiales: si logran pensar, entonces son casi humanas. Si son casi humanas, entonces ¿qué nos diferencia de ellas? Si no nos diferencia nada, entonces ¿qué les impide reemplazarnos y adueñarse de todo el mundo y de nuestros trabajos y de qué vamos a vivir y…? Bueno, ustedes ya saben el resto.

Esta línea de pensamiento es tentadora y, hasta un punto, tiene cierta lógica. Pero no tan rápido: los carros se inventaron y no dejaron de existir los caballos.

¿Realmente estamos en peligro? 

A la fecha, y aunque no parece, no es rentable reemplazarnos por máquinas.

En un estudio[1] reciente analizaron el impacto económico de cambiar la mano de obra humana por inteligencia artificial en algunos trabajos que podrían ser automatizados por medio de lo que se conoce como visión computarizada.

Los resultados fueron claros: aunque la adopción de nuevas tecnologías como esta podría disminuir inicialmente algunos costos empresariales, tomaría mucho tiempo entrenar a un algoritmo lo suficiente para que reemplace por completo a un empleado de una manera eficiente en términos económicos.

Otra arista de la que poco se habla es del impacto ambiental que dejan las inteligencias artificiales.

Algunas estimaciones[2] revelan que sistemas como ChatGPT consumen más de medio millón de kilovatios/hora para responder a doscientos millones de peticiones diarias. Con la energía consumida durante una hora se podrían satisfacer las necesidades energéticas de 263 viviendas colombianas promedio durante un año.[3]

 

​El arte –no tan sutil– de interpretar las respuestas 

Está claro que las inteligencias artificiales aún necesitan de un humano para funcionar. Como diría alguien más técnico: el output (resultado) depende del input (insumos) que ponga la persona.

¿Qué me sugeriría Spotify si no le enseño que mi género musical favorito es el rock en español? Me daría respuestas que no me sirven de nada (o me asombrarían del todo).

Ese criterio, ese análisis, es, por ahora, netamente humano. Una inteligencia artificial no puede discernir si son datos ciertos o bromas, si es algo ofensivo o sarcástico. Solo toma la información para responder a un pedido.

Un buen ejemplo es lo que sucede con IA Overview, la nueva experiencia de búsqueda de Google con la que pretenden ofrecer respuestas generadas por IA.

Aunque solo está disponible en Estados Unidos, varios usuarios ya reportaron respuestas absurdas, como que las palomas “pueden hacer una gran variedad de trabajos, entre esos arquitecto, cocinero, fabricante de juguetes y ama de casa".

¿Por qué sucede esto?

​Por dos razones. Primero, porque la inteligencia artificial recolecta información de búsquedas anteriores para generar una respuesta y, segundo, porque se alimenta de lo que nosotros hemos puesto en internet.

También tenemos el caso de Tay,[4] una inteligencia artificial de Microsoft lanzada en 2016 para interactuar con jóvenes y mantener con ellos una conversación informal y divertida.

No tuvieron que pasar veinticuatro horas para que Tay estuviera escribiendo mensajes misóginos, racistas y xenofóbicos. ¿Culpa de ella? No. Tay solo se nutrió de la información que había en la plataforma.

 

Sin humanos no hay datos. Sin datos, ¿para qué inteligencia artificial?

En el sector salud, por ejemplo, se están implementando sistemas de inteligencia artificial que puedan “leer" tomografías, radiografías y otras imágenes para detectar un diagnóstico.

Hay también varios desarrollos alrededor de la detección de estados afectivos en las personas.

Carlos Salazar, ingeniero de control, doctor en humanidades e investigador de EAFIT, ha trabajado en la creación de varios modelos matemáticos para estos usos.

Por ejemplo, explica que los nuevos polígrafos no solo analizan la saturación, la respiración o el pulso. También, a través de sistemas de reconocimiento de imágenes, están analizando las microexpresiones faciales.

Otro uso de este tipo de sistemas es la validación de metodologías de aprendizaje. A través del análisis de los gestos de las personas se puede identificar cuánta atención están prestando y si la metodología que se está usando cumple o no con su objetivo.

Al final del día, es importante tener en cuenta que todos los sistemas de inteligencia artificial tienen márgenes de acierto y de desacierto.

Preguntas hay muchas y seguirán apareciendo en el camino. ¿Qué haremos, por ejemplo, cuando las inteligencias artificiales sean autogenerativas? ¿Cuando ellas mismas generen la información a procesar?

Conoce HuMath, un proyecto que desarrolla tecnologías en diversas áreas del conocimiento, como el sector de salud, inteligencia artificial e ingeniería

[4] BBC Mundo. (2016). Tay, la robot racista y xenófoba de Microsoft. BBC Mundo.

 

Mientras tanto, ¿qué estamos haciendo?

​ Nodo es el centro de formación en nuevas tecnologías de EAFIT. Su propósito es brindar soluciones a los desafíos tecnológicos que presenta el mundo en la actualidad. En resumen: vuelven al saber hacer, se enfocan en las habilidades para el trabajo. Para esto, han tenido dos anclas en su norte: a) la resolución de problemas reales de la industria como parte del proceso formativo, y b) la consciencia de que el acceso a la tecnología y a la información no es el mismo para todos, lo cual implica un trabajo para cerrar brechas sociales y de género. Nodo cuenta con alianzas con corporaciones como Manos Visibles, en donde mujeres de origen afro y raizal pueden acceder a becas para formarse como desarrolladoras web; y con ERA, una fundación con la que logran que jóvenes de Jardín y Tapartó reciban educación en nuevas tecnologías sin tener que salir de sus municipios. Además, cuentan con el Laboratorio de Inteligencia Artificial (AI LAB), en alianza con Microsoft, Universidad CES y EIA.​​

[1] Svanberg, M., Li, W., Fleming, M., Goehring, B., & Thompson, N. (2024). Beyond AI Exposure: Which Tasks are Cost-Effective to Automate with Computer Vision? SSRN. http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4700751 

[2] Vries, de A. (2023). The growing energy footprint of artificial intelligence. Joule, 7(10). https://doi.org/10.1016/j.joule.2023.09.004 

[3] Unidad de Planeación Minero-Energética [UPME]. (2019). Primer balance de Energía Útil para Colombia y Cuantificación de las Perdidas energéticas relacionadas y la brecha de eficiencia energética. UPME. 

Unidad de Planeación Minero-Energética.

Autores

Valeria Querubín

Texto.

Comunicadora social.

Cuervo de Tinta​

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​El nomadismo digital se estaciona en Medellín

Marzo 5, 2025
En el último año, Medellín se ha convertido en uno de los principales destinos para los nómadas digitales, personas de diferentes partes del mundo que vienen a trabajar a la ciudad por un periodo corto. Esto ha traído consigo consecuencias positivas y negativas, y nuevos retos para la ciudad. ​

Aunque no hay una definición clara, se dice que los nómadas digitales son personas que trabajan de manera remota mientras viajan y cambian su lugar de residencia constantemente.

Este concepto empezó a tener reconocimiento en 1997.[1] En su momento, no tuvo buena recepción por parte de la población, principalmente en Estados Unidos.

Sin embargo, hoy es esa la nación con más trabajadores remotos[2] y el nomadismo digital es un fenómeno que cada vez toma más fuerza.

Medellín es considerada la cuarta ciudad de Latinoamérica preferida para los nómadas digitales, según Nomad List, un sitio web especializado en el tema.

Este es un destino atractivo por la vida nocturna, el clima agradable, el internet de alta velocidad y por lo económico que resulta vivir, para los extranjeros, en la “ciudad de la eterna primavera".

Sin embargo, también destacan aspectos negativos como la inseguridad, el tráfico vehicular, el bajo nivel de inglés de los locales y la mala calidad del aire.

A través del aeropuerto internacional José María Córdova ingresaron cerca de 221,000 turistas entre enero y abril de 2024,[3] con lo cual se llenaría cinco veces el estadio Atanasio Girardot.

Entre quienes nos visitan mensualmente, 8,300 son nómadas digitales. Uno de ellos es Futoshi Takeuchi, o “Toshi", de Japón.

Él está radicado en Sao Paulo, Brasil, pero decidió venir a pasar un tiempo en Medellín. “Tengo varios proyectos, pero lo que me gusta [de ser nómada digital] es que puedo administrar todo desde mi computador, puedo trabajar desde cualquier lugar", dice.

 

¿Llegaron para quedarse?

Debido al crecimiento de este fenómeno, Colombia y muchos otros países ofrecen visas especiales solo para nómadas digitales. En este caso, se trata de la “Visa V".[4]

Dicho visado lo pueden obtener aquellas personas extranjeras que trabajen de manera remota y tiene una vigencia máxima de dos años.

La llegada de estos nómadas ha tenido impactos tanto positivos como negativos en la ciudad.

Por el lado de la vivienda, Juliana Gómez, arquitecta del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) de la Universidad EAFIT, mencionó que en la ciudad se evidencian cambios en algunas dinámicas urbanas y un fenómeno de desplazamiento de población local. Esto ha sido ocasionado, en parte, por la llegada de los nómadas digitales, especialmente en zonas como Laureles, El Poblado, Provenza y Manila.

Cuando una población con mayor poder adquisitivo desplaza a quienes han habitado tradicionalmente un lugar porque, entre otras cosas, puede pagar un canon más alto de arrendamiento, se habla de gentrificación.

Sin embargo, descargar la responsabilidad de todo lo que está pasando en la ciudad únicamente sobre los nómadas digitales es una aproximación facilista que puede llevar a discursos xenofóbicos y discriminatorios, como argumenta la especialista.

En el plano económico, este fenómeno también ha generado repercusiones. “Yo creo que [la llegada de nómadas digitales a Medellín] es imparable", precisó Mery Patricia Tamayo, profesora de la Escuela de Finanzas, Economía y Gobierno de la Universidad EAFIT.​

“Sin lugar a duda, esto cambia los sectores y dinamiza la economía de una forma diferente".

La revista Forbes[5] resalta cómo impactan estos nómadas la dinamización de otros sectores, como restaurantes, movildad, consumo masivo, entretenimiento y espacios de trabajo flexible.
 

¿Cómo los estamos viendo?

A pesar de que los medellinenses ya están acostumbrados a recibir una gran cantidad de turistas, parte de la población local no tiene una imagen favorable de ellos.

“Hay una noción abstracta del extranjero que lo sataniza. No hay un solo tipo de extranjero que llega a la ciudad y no todos tienen impactos negativos en su cotidianidad. De cierta manera, muchos hemos sido extranjeros que viven en otra ciudad y hemos sufrido discriminación a causa de miradas injustas o simplistas", señaló Juliana Gómez.

La verdad es que muchos buscan, generalmente, la manera de integrarse a las dinámicas de la ciudad y de eso da fe Habacuc Flores Romero, otro nómada mexicano: “Yo nada más venía de paso. Llegué a Medellín y dije 'Oh, esta es una ciudad muy cultural'. La infraestructura es buena, por lo que decidí quedarme un tiempo".

Indiscutiblemente, este es un tema que se instaló tanto en la agenda mediática como en las percepciones de la gente. El gobierno tiene que actuar de manera efectiva para que problemas como la gentrificación, por ejemplo, no se vuelvan insostenibles.

La llegada de los nómadas digitales seguirá dando de qué hablar en la ciudad y plantea nuevos retos sociales, económicos y culturales para Medellín, si lo que quiere es continuar en el podio mundial de la atracción turística.

[1] Makimoto, T., & Manners, D. (1997). Digital Nomad. Wiley.

[2] NomadList. (s.f.). The 2024 State of Digital Nomads. NomadList. https://nomadlist.com/digital-nomad-statistics 

[3] Quiceno Ramírez, J. (2024). Nómadas digitales dejan millones a Medellín, pero hay que cuidarlos. El Colombiano. https://www.elcolombiano.com/negocios/que-son-los-nomadas-digitales-en-medellin-OO23878723​​​​​ 

[4] Cancillería. (s.f.). Visa V Nómadas digitales. Cancillería. https://www.cancilleria.gov.co/v/nomadadigital 

[5] Forbes. (2023). ¿Cuánto le aporta ser nómada digital a la economía colombiana? Forbes. https://forbes.co/2023/09/14/capital-humano/cuanto-aporta-nomada-digital-a-la-economia-colombiana  

Autores

Laura Lopera Zapata, Santiago Palomino Ochoa y Natalia Penagos Mesa.​

Estudiantes del pregrado en Comunicación Social e integrantes del Semillero de Investigación y Creación en Narrativas Periodísticas de EAFIT.

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La historia de las montañas contada por sus rocas

Septiembre 10, 2020

El estudio de rocas de las cordilleras Occidental y Central permite a investigadores de EAFIT reconstruir la evolución de los Andes del norte, en Antioquia, desde hace millones de años hasta el último medio siglo. Conoce esta interesante historia.

El Centro de Monitoreo de la Conservación del Ambiente, del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, declara a Colombia como un país megadiverso. Y esto se debe, en gran parte, a los miles de millones de años de procesos geológicos que han dado lugar a cordilleras, valles, sistemas de fallas
y condiciones climáticas que propician que esta sea una de las 17 naciones que albergan el 70 por ciento de la biodiversidad del planeta.

Por eso, Colombia no solo es un país megadiverso, también es geodiverso. Esta afirmación se evidencia en todos los paisajes que componen el territorio nacional incluido, por supuesto, el del Valle de Aburrá, donde se levanta Medellín. No es gratuito, por ejemplo, que la vista desde el parque Arví, con sus colinas y altiplanos, sea tan diferente de la que se aprecia desde uno de los miradores de la avenida Las Palmas.

Otra cosa es observar la ciudad desde alguno de sus tres cerros tutelares de la parte plana (El Volador, Nutibara y La Asomadera), en comparación con lo que se ve desde el Alto de la Virgen, en Guarne, o la geografía para quien está en el Alto de San Miguel, donde nace el río Medellín. Y todo eso es muy diferente a lo que
ve alguien que se lanza en parapente desde San Félix en dirección Occidente-Oriente.

¿Por qué el Valle de Aburrá se comporta tan diferente, cómo se formó y cómo sigue reacomodándose?, ¿por qué no se puede comprender como una unidad sino como un territorio geológicamente diverso?, ¿por qué tenemos el paisaje actual? y ¿cuál es la historia tras la formación de las montañas que lo conforman?

La asimetría del Valle de Aburrá lleva a los investigadores a pensar que no se puede seguir entendiéndolo desde el punto de vista geológico como se ha hecho hasta ahora.

Foto: Róbinson Henao

El trabajo de los "médicos de la Tierra"

Las anteriores son algunas de las preguntas que intenta responder la investigación Historia de la erosión en el corto, mediano y largo plazo de las cordilleras Central y Occidental de los Andes del norte, departamento de Antioquia.

Se trata de un estudio que adelanta el Grupo de Investigación en Geología Ambiental e Ingeniería Sísmica de EAFIT, liderado por la profesora María Isabel Marín Cerón, y en el que participa un grupo interdisciplinario de estudiantes y docentes del Departamento de Ciencias de la Tierra e investigadores de la Universidad Nacional de Colombia-Sede Medellín y de otras instituciones educativas de España, Suiza, Australia y Estados Unidos, entre otros. 

Para hacerlo diseñaron una ruta de escalas que va desde el largo plazo (miles de millones de años) hasta el corto (de 50 años a algunos miles).

“Los geólogos somos como los médicos de la Tierra y si queremos hacer una buena práctica con lo que tenemos en este momento en la superficie, tenemos que mirar su historia clínica primero. Esas escalas de tiempo corresponden a dicho propósito”. 

Esto comenta Santiago Noreña Londoño, ingeniero geólogo de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín y estudiante del doctorado en Ciencias de la Tierra de EAFIT.

Él es uno de los investigadores de este proyecto y explica así la importancia de trabajar en estas tres escalas, que son una oportunidad para entender el pasado y predecir el futuro desde la geología.

Para él, otra de las posibilidades que permite el estudio evolutivo es que cuando se trata de investigaciones geológicas estas se hacen, por lo general, desde escalas muy grandes que no incluyen la dimensión humana.

“Se invierten muchos recursos humanos, económicos y tecnológicos, pero no hay una aplicación real –asegura Noreña–. Lo que nosotros queremos es entender la evolución de los Andes del norte, de las montañas de Antioquia, pero respondiendo a las necesidades locales de generar un producto de información científica de calidad que responda a problemas concretos como la pérdida de áreas productivas, la estabilidad de la infraestructura o los riesgos sísmicos, por mencionar algunos”.

La orogenia es la ciencia de la geología que estudia la formación de las montañas y es fundamental para comprender sistemas complejos como las montañas.

La tarea de ponerle nombre y edad a una roca

Colombia se encuentra en la zona de subducción entre las placas tectónicas de Nazca y Sudamericana, es decir, cada vez que la primera empuja a la segunda (en el proceso que se conoce como de “pulsión”) genera un aumento de presión y temperatura que desencadena una serie de procesos geológicos en la Tierra. Uno de ellos fue, precisamente, el origen de la cordillera de los Andes hace más de 60 millones de años.

“En nuestro grupo queremos entender, en primer lugar, la geodinámica interna y externa de esas montañas, es decir, los factores internos y externos de la Tierra que originaron los paisajes geológicos que tenemos ahora”, señala la profesora María Isabel Marín Cerón, investigadora líder de este proyecto.

Y continúa: “Yo siempre les digo a mis estudiantes que es como si alguien prendiera un fogón. Al calentar la corteza los magmas, volátiles y/o fluidos que se generan tienen dos opciones: quedarse ahí o salir a través de algunas de las fallas geológicas. Ese material se enfría al interior de la corteza (rocas plutónicas) o al exterior (rocas volcánica), cuando sale y entra en contacto con diferentes factores de la superficie, por ejemplo la lluvia, se erodan y se depositan estos materiales. Todo esto se puede encontrar ahí, en las cordilleras y valles que tenemos”.

El nombre técnico de este proceso se conoce como cooling exhumation. Es decir: qué se formó en la profundidad, cuánto tiempo ha pasado para que vaya subiendo y quede expuesto, el tiempo de enfriamiento durante el proceso de ascenso y su exposición en la superficie.

“¿Y cómo lo estudiamos? A través de muestras de rocas de esas montañas, tomando rocas desde el valle del río Cauca hasta el páramo de Belmira para observar cómo ha sido esa evolución”, manifiesta la investigadora.

Ella agrega que son esos procesos de exhumación (ascenso) y enfriamiento de las rocas los que cuentan la historia de la formación de las montañas actuales.

“A una roca no podemos preguntarle cómo se llama, pero sí usar diferentes herramientas y técnicas para llamarla, darle una edad, saber dónde y cuándo se formó, cuándo salió a la superficie y cuánto tiempo lleva expuesta. Eso permite tener una idea aproximada de la orogenia, que es el estudio de la formación de las montañas”.

Poder observar cómo esas montañas se han reacomodado con los diferentes pulsos de exhumación y ver las respuestas de los bloques tectónicos que conforman las cordilleras de los Andes del norte, en función de la presión que se dirige de Occidente a Oriente, motivó a los investigadores a ir un paso más allá y entender cómo esa historia del paisaje se refleja en escalas de tiempo más cortas. Para ese fin tomaron el Valle de Aburrá como uno de sus casos de estudio. 

Foto: Róbinson Henao 

De la orogenia andina a cómo se formó ese hueco

Si una persona observara desde el aire el río Medellín se encontraría con que este, en un punto del valle, da un giro abrupto y cambia su curso. Y así se repite a lo largo de su recorrido.

Es más, al levantar un perfil de este mismo río desde su nacimiento en el alto de San Miguel (Caldas) y luego a través de su paso por diferentes zonas como La Aguacatala, Tricentenario, El Hatillo y Porce se pueden identificar en su curso otra serie cambios (en especial los llamados gargantas o puntos de quiebre).

Según la docente María Isabel, cada uno de esos puntos parece estar asociado a que por ahí pasan sistemas de fallas. 

Y es entonces donde entran otras ramas de la geología como la orfotectónica y la neotectónica, entre otras, para analizar cómo el paisaje ha respondido y sigue respondiendo a esas fallas.

“Es decir, cómo se abrió o cómo se formó este ‘hueco’ en el que estamos. Este es un valle muy ‘raro’ y su asimetría nos muestra que no podemos seguir entendiéndolo como lo hemos hecho hasta ahora, sino como la respuesta a procesos tectónicos que, sumados a factores del clima, nos generan regiones muy diferentes entre sí”, explica la investigadora líder del proyecto.

Resultados prácticos

De esta manera, dividieron el valle en cuatro sectores o subcuencas téctónicas y avanzaron a una escala mucho más reducida –aproximadamente 50 años–, para reconstruir la historia geológica reciente de la región. Solo que, en esta ocasión, el narrador de dicho relato son los diferentes depósitos de rocas que deja el río Medellín tras su paso o las cicatrices con las que estas marcan los árboles cercanos.

A través de estas muestras, además de informes de EPM durante los últimos 50 años y perfiles longitudinales del río, los investigadores lograron identificar, por ejemplo, cuáles lugares eran más susceptibles de que se formaran avenidas torrenciales, cómo es la zonificación de la región de acuerdo con la distribución de los fenómenos naturales y cuál es la probabilidad de que estos se repitan en determinada zona.

Al respecto, el estudiante de doctorado Santiago Noreña ratifica que entender cómo funcionan las rocas se traduce, también, en grandes oportunidades para la región en temas de gestión del riesgo: “Una roca fresca es estable, una descompuesta no es tan estable. Por eso comprender cómo una roca se va transformando a lo largo del tiempo permite saber si un suelo es más peligroso o estable que otro”.

Y ese mismo proceso, en sus palabras, también podría usarse para entender la dinámica del río o la frecuencia con la que se desborda, o incluso la amenaza sísmica. “Nuestra intención es construir una base de datos muy sólida que nos permita, a todos, estar muy atentos con los fenómenos locales que nos afectan”, afirma Noreña.

Finalmente, otro de los impactos de la investigación se relaciona con temas de geoconservación y geoturismo. Como explica la profesora María Isabel Marín, la idea es que la gente pueda realizar una “parada bonita” en alguno de los puntos del Valle de Aburrá y, al mismo tiempo, aprender algo sobre geología. 

Autores

Jonathan Andrés Montoya Correa

Periodista Información y Prensa de EAFIT.

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Caoba y los cazadores de datos de EAFIT

Septiembre 10, 2020

Explorar el big data para tomar mejores decisiones en empresas y el Estado es uno de los objetivos del Centro de Excelencia Caoba que se especializa en extraer información valiosa de los datos a gran escala para analizarlos y generar valor agregado para múltiples usos.

En medio de la avalancha de datos que se producen todos los días en internet, una de las mayores unidades para el almacenamiento de información hasta ahora conocidas es el Zettabyte (ZB). Equivale a mil  trillones de bits, la unidad mínima empleada en informática.

Su capacidad es tal que en un ZB se podrían alojar más de 17 mil millones de iPhone de 64 gigas y una película en alta definición duraría cerca de 36 millones de años. Para el año 2021 se pronostica que el tráfico de los centros de datos en el planeta, gran parte almacenados en la nube computacional, podría superar los 20 ZB anuales, más del doble del peso actual de la red mundial.

Firmas internacionales como Cisco, líder en transformación digital y estudio de big data, han visualizado este panorama en la producción de información en su Índice Global de la Nube.

En este mar de datos, literalmente, navegan los data scientist que son profesionales en áreas convergentes como matemática, modelación, estadística y computación dedicados a auscultar la inmensidad de datos producidos a diario. Por medio de técnicas de data mining hallan información valiosa que sirve para tomar mejores decisiones tanto en el sector privado como en políticas públicas.

Son los científicos de la era de la información que se dedican a pensar, principalmente desde la ingeniería y la abstracción matemática, aplicaciones para hurgar en los recovecos del big data y crear algoritmos que solucionen problemas que afectan la cotidianidad desde el sector financiero hasta el medioambiente.

Edwin Montoya Múnera es ingeniero de sistemas y doctor en Telecomunicaciones de la Universidad Politécnica de Valencia (España). En la actualidad es profesor investigador de EAFIT y coordinador del Centro de Excelencia y Apropiación en Big Data y Data Analytics de la Alianza Caoba, una iniciativa público-privada impulsada por el Gobierno Nacional para promover investigación aplicada en estas áreas. La iniciativa opera desde el año 2016 en el cuarto piso del bloque 18 de EAFIT.

“La ciencia de datos necesita de dos grandes insumos: uno son los grandes datos, lo segundo es la infraestructura para procesarlos. La Universidad cuenta con infraestructura tecnológica de alto nivel, desde el supercomputador Apolo hasta servidores intermediarios en el Laboratorio de Sistemas, que hemos usado para procesar los datos masivos”, comenta Edwin Montoya, quien es además jefe del Departamento de Ingeniería de Sistemas de la Universidad y líder de Caoba".

Los datos, el nuevo petróleo

La minería de datos, una de las técnicas para la extracción de información y conocimiento a partir del big data, se popularizó durante la década de 1990 con la masificación de las redes informáticas. El término se refiere al data analytics fundamentado en métodos estadísticos y de aprendizaje computacional como el machine learning, técnicas que se perfeccionan con el avance tecnológico.

Para el coordinador del Centro de Excelencia Caoba, durante los cinco años en que se ha establecido la plataforma se han generado distintas soluciones mediante la investigación aplicada, consultoría, formación y transferencia de conocimiento en estos campos, contribuyendo a la competitividad del país.

“El análisis de datos es una tecnología relativamente vieja, es decir, tiene más de 20 años en los cuales las empresas ya hacían analítica”, recuerda Montoya. “Las fuentes de datos eran los mismos datos de las compañías y no se habían desarrollado modelos tan sofisticados de computación que permitieran sacarles más provecho. Con el aumento del procesamiento y la mayor diversidad de generación hubo una explosión de datos”, complementa.

Este fenómeno ha venido creciendo de manera exponencial en la última década. En la actualidad, un gran volumen de big data se produce a diario de manera frenética: correos electrónicos, transacciones bancarias, interacciones en redes sociales, fotos, trinos, audios y sensores de vehículos y satélites, entre otros dispositivos, transmiten en forma continua data apreciable para organizaciones públicas y privadas.

Grafico de medidas sobre el COVID-19..

La pandemia del COVID-19 ha sido monitoreada gracias a la transmisión continua de abundante data desde todos los países.

 

“Algo muy importante ha sido la democratización de los datos. Una de las iniciativas del Centro Caoba ha sido que estas disciplinas no sean conocidas solo por personas avanzadas en matemáticas, sino por cualquiera cercano a los datos”, comenta la magíster en ingeniería Silvia María Lozano Argel, investigadora del Centro de Excelencia, quien trabaja en la consolidación de una comunidad de datos en el país.

Olga Lucía Quintero Montoya, doctora en Ingeniería de Sistemas de Control de la Universidad Nacional de San Juan (Argentina), fue una de las gestoras de Caoba desde el Departamento de Ciencias Matemáticas de EAFIT.

Como experta en asimilación de datos e inteligencia artificial ha aplicado su conocimiento a la solución de distintos problemas.

En la actualidad, con la cooperación del Grupo de Investigación de Matemáticas y Física del Departamento de Matemática Aplicada en TU Delft (Países Bajos), apoya a estudiantes de doctorado en sus avances.

“El mundo real tiene dinámicas no lineales y a veces hay fenómenos que suceden que no son gaussianos –explica–. Las técnicas matemáticas aplicadas para la construcción de modelos, a partir de los datos, constituyen un área que viene desde la teoría de control y sistemas que se llama identificación de sistemas dinámicos. De ahí nació la inteligencia artificial, construir modelos que se acerquen a la manera en que los humanos razonan. Un científico de datos debe conocer la ley de los grandes números y la probabilidad para poder entender esas relaciones”.

Solo el 65 % de los datos producidos en Colombia es recolectado. De ellos, 58 % es relevante, según el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.

Asimilación de datos para calidad del aire

Andrés Yarce Botero es ingeniero físico y doctor en Ingeniería Matemática de EAFIT y Matemática Aplicada en TU Delft (Países Bajos), quien recibe la tutoría de Olga Lucía. Es experto en simplificación de datos para construir modelos basados en grafos mediante la asimilación de datos satelitales. Trabaja en un modelo matemático basado en redes libres de escala para explicar las dinámicas de tráficos de ciudades como Medellín.

Con una perspectiva de cálculos de densidades, velocidades y flujos tiene como fin construir un modelo de actividad humana que se integre al modelo de gran escala de MAUI (Medellín Air Quality Iniciative), para pronosticar la dinámica de las emisiones contaminantes.

Información de satélites y estaciones de monitoreo.

Información de satélites y estaciones de monitoreo permiten al Sistema de Alerta Temprana del Valle del Aburrá el seguimiento de diversos  fenómenos hidrometeorológicos en esta zona.

 

El estudio se llama Esquemas de asimilación de datos en geodinámica colombiana: plan de investigación cooperativa para 2017-2020 entre la Universidad EAFIT y TU Delft, en el cual apoyan la Universidad de Antioquia y la Universidad Nacional de Colombia -Sede Medellín.

“Por los problemas en calidad del aire, con la técnica de asimilación de datos buscábamos una fuente apta para ingresar a ese modelo y mejorarlo. Hay muchos sensores concentrados en ciudades de Colombia, pero en todo el territorio no hay buenas mediciones. Por eso los satélites se volvieron una muy buena fuente de datos. Utilizamos datos que vienen de satélites que miden componentes de la atmósfera como el dióxido de nitrógeno, entre otros”, señala Andrés Yarce.

El estudio, aunque no se origina dentro del proyecto Caoba, usa las herramientas de la analítica avanzada en EAFIT para generar conocimiento que permite la toma de decisiones y crear soluciones para el medio ambiente. “Cuando tengamos un modelo incorporando datos de observaciones reales podemos tener la capacidad de predecir el día a día de lo que va a pasar con los contaminantes”, concluye el experto.

La conciencia de estas urgencias y de las necesidades todavía sin resolver llevaron a que en el documento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, suscrito por Naciones Unidas como continuación de los Objetivos del Milenio, se incluyera el de “garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos”.

Análisis de redes

"Mi tesis está fundamentada en la teoría de grafos y el análisis de redes, que pueden ser nombres diferentes para lo mismo. Lo que trato es modelar objetos del mundo real que podrían ser, por ejemplo, las características de las personas, una secuencia de ADN o una imagen digital”, menciona Leandro Fabio Ariza Jiménez, investigador del Centro de Excelencia Caoba y uno de los estudiantes que hizo el doctorado en Ingeniería Matemática como parte de la Alianza.

Su trabajo, a través del uso masivo de datos, es modelar los objetos del mundo real como elementos de una red que se interconecta. Esto permite ver las relaciones entre el conjunto de datos del mismo tipo, pero representando los datos sueltos como objetos de una red. Estos grafos se basan en el concepto de entropía.

"Es un asunto que es transversal porque mis datos del mundo real pueden ser muestras de ADN, estados financieros de clientes o señales del cerebro para agrupar lo datos que dispara una neurona”, comenta Leandro Ariza, profesor del Departamento de Ciencias Matemáticas de EAFIT.

Proyectos del Centro de Excelencia

El Departamento Nacional de Planeación, Bancolombia y la empresa Nutresa fueron instituciones que implementaron la analítica de datos en sus organizaciones mediante las investigaciones de Caoba. Algunas de ellas fueron:

Sistema de integración y análisis para medios digitales de Siamed Nutresa

Proyecto de analítica descriptiva y predictiva aplicado al mercadeo de la compañía mediante el monitoreo de sus consumidores.

Comunidades financieras

Se realizó un análisis para determinar las redes de interacción comercial y pronosticar el riesgo de los usuarios con la implementación de modelos econométricos y algoritmos.

Calidad del servicio de agua potable

Adelantado por el Departamento Nacional de Planeación. Su objetivo fue desarrollar una herramienta para el análisis de redes y cuantificar de forma diferenciada las inversiones públicas en el servicio de acueducto en los municipios de Colombia.

Autores

Santiago Higuita Posada

Colaborador.

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Descifrando más enigmas sobre el aguacate Hass

Enero 26, 2022

EAFIT ejecuta tres investigaciones con el Grupo Cartama, empresa agrícola dedicada a producir y exportar aguacate Hass. Los logros beneficiarán la productividad del sector y la calidad de la fruta. Las comunidades cercanas a los lugares de cultivo han recibido ya los nuevos conocimientos.

EAFIT y el Grupo Cartama desarrollan, desde 2019, tres proyectos que tienen relación e incidencia directa con el cultivo del aguacate Hass (Persea americana Mill). Como ha sucedido con otros proyectos de consultoría e innovación conjuntos entre la academia y la empresa privada, los logros han sido de gran trascendencia.

En los estudios participan investigadores de la Escuela de Ciencias de la Universidad. Cartama es una empresa dedicada al cultivo y comercialización de esta variedad de aguacate. Fue fundada en el año 2000 por un grupo de empresarios antioqueños y su primer lugar de producción fue en el municipio de Rionegro, en este departamento.

La compañía se dedica a toda la cadena de producción, desde la siembra del árbol en los viveros, cultivo, cosecha del fruto, embalaje en su planta ubicada en
Pereira (Risaralda) y el envío a los clientes finales.

En 2015 comenzó a exportar y en los últimos años ha ingresado a mercados como el japonés y el chino. Tiene unidades productivas en Rionegro, Sonsón, Amagá, Caramanta, Támesis, Jericó y Concordia (Antioquia), Anserma, Riosucio, Salamina y Aranzazu (Caldas), y Quinchía y Guática (Risaralda).

Cuenta con sellos y reconocimientos por la calidad de su producción y espera que las investigaciones con varias universidades, ente ellas, EAFIT, le permitan acceder a otras certificaciones.

Estas labores conjuntas entre Universidad y sector privado permiten que compartan conocimientos e investiguen con fines comunes. Además, los inversores o ejecutores reciben estímulos como deducciones y descuentos tributarios, lo que facilita también el acercamiento del empresariado a los grupos de investigación universitarios.

Proyecto Construcción de inventarios ecológicos para la gestión sostenible de los agroecosistemas de las unidades productivas de aguacate Hass

Con este se identificó la biodiversidad de cuatro unidades productivas (el Grupo Cartama denomina así sus fincas y terrenos de cultivo), ubicadas en los municipios de Quinchía, Riosucio y Guática.

Dentro de los logros más significativos está el haber registrado, según datos que aún están en verificación, cerca de 610 especies en la zona: 243 plantas, 30 herpetos (anfibios y reptiles), 30 mamíferos, 168 aves, 95 taxones de diptera y 40 taxones de hymenoptera, es decir, grupos de ambos tipos de insectos.

Susan Saavedra Porras, jefa de Investigación, Desarrollo e Innovación del Grupo Cartama, explica que el monitoreo a la biodiversidad se extendió un año y se efectuó en dos épocas para poder tener también datos de migraciones de aves y conocer las comunidades de insectos asociadas a efectos polinizadores.

“También se monitoreó la microbiota del suelo. Fueron análisis y estudios muy completos. El informe final presenta una propuesta para hacer una reconexión de los relictos de bosques (remanentes de bosques) en estas unidades productivas y favorecer la conservación de las especies identificadas”, agrega.

Preservación de la biodiversidad

El profesor Juan Fernando Díaz Nieto, integrante del Grupo de Investigación en Biodiversidad, Evolución y Conservación (BEC) de EAFIT, indica que el proyecto analizó la biota en las zonas de cultivos y los bosques. Ejecutaron esa caracterización biótica, a nivel de macro y microorganismos principalmente de suelo, analizaron y compararon zonas de producción aguacatera, áreas cultivadas y áreas de bosques.

Con este conocimiento podrán decidir acciones para preservar esa biodiversidad y aplicar mejores prácticas para contribuir y aumentarla potencialmente. Así mismo, en el laboratorio realizaron caracterizaciones que posibilitaron establecer los índices de diversidad filogenética.

Otro logro fue la generación de una estrategia de apropiación social del conocimiento. Consistió en elaborar materiales de apoyo para actividades pedagógicas en las instituciones educativas de básica primaria en el sector de influencia del proyecto.

Esos materiales sirven como vehículo de aprendizaje en procesos de aprendizaje y la base de la información es la biodiversidad local.

Las especies identificadas se categorizaron para saber cuáles son vulnerables o están en peligro de extinción, como el loro orejiamarrillo y la palma de cera

Proyecto Propagación de material de siembra de aguacate cv. Hass con diferentes portainjertos clonales

Ante la demanda mundial de aguacate, el desarrollo comercial del cultivo en Colombia ha aumentado también en forma considerable, lo que requiere nuevas áreas y material de siembra.

Este proyecto busca una metodología para la propagación clonal in vitro de aguacate Hass vía morfogénesis y microinjertación, utilizando como patrones o portainjertos criollos y copa cv. Hass que la empresa ha caracterizado y utiliza para la obtención de material de alta calidad.

Para esto se usan técnicas de propagación mediante cultivo in vitro de tejidos y se obtuvieron plántulas microinjertadas que pueden ser propagadas masivamente bajo condiciones de laboratorio.

El profesor Diego Fernando Villanueva Mejía, investigador principal y quien hace parte del Grupo de Investigación CIBIOP y la spin-off Natural Vitro de EAFIT, explica que, generalmente, el aguacate tiene una base, conocida como patrón, y una copa, que es la que se injerta sobre ese patrón.

A diferencia de otros países, ese injerto no ha respondido de la mejor manera en territorio colombiano. En esto incide la diversidad de climas, plagas y enfermedades.

“Dentro de los retos interesantes de este cultivo en Colombia están explorar, identificar y caracterizar materiales criollos y sobre ellos injertar en la parte superior el aguacate Hass”. Estas situaciones motivaron la caracterización desde el punto de vista genético.

Terminada la primera fase

El proyecto sufrió retrasos debido a los confinamientos producto de la llegada del COVID-19. Hubo restricciones para ingresar a los laboratorios y dificultades para acceder a las yemas que provienen de un proceso de etiolación (cultivo de plantas con ausencia parcial o total de luz).

Con esas yemas se obtienen los futuros árboles en un proceso que se ejecuta en cuartos de etiolación y posteriormente en laboratorios, pero hubo dificultadesen el acceso a material suficiente para los ensayos.

Este proyecto, luego de tres años de trabajo, cerró ya su primera fase. En la segunda, se evaluará el proceso de aclimatación o endurecimiento de las primeras plantas producidas bajo condiciones de laboratorio (microinjertación) y pasarán luego al invernadero.

Se evaluarán en condiciones de vivero y después en campo. Además, se incrementará la cantidad de plantas producidas en el laboratorio para ampliar en un mediano plazo la oferta de material vegetal élite de aguacate para el país.

A pesar de ser el mismo fruto, las características del cultivo de aguacate Hass son distintas en cada país e, incluso, cambian entre regiones relativamente cercanas.

Proyecto Estudio de factores ambientales y nutricionales que determinan la calidad de la fruta del aguacate cv. Hass

Está enfocado en determinar los factores ambientales y nutricionales que afectan la calidad de la fruta en poscosecha, para plantear soluciones que garanticen una calidad que sea competitiva en el mercado internacional.

El creciente consumo mundial del aguacate ha demandado más producción. Sin embargo, el rendimiento del cultivo colombiano está por debajo del potencial productivo y la fruta cosechada ha presentado problemas de calidad y madurez heterogénea.

Estos problemas están asociados al manejo nutricional y fitosanitario del cultivo que no se ha optimizado para los suelos y las condiciones ambientales del país.

El proyecto se ha centrado en caracterizar el daño de la lenticela, que consiste en el deterioro de la lenticela (estructura que permite el intercambio de gases entre el interior y el exterior de la planta). Se ha creído tradicionalmente que el daño de la lenticela se presenta por daños mecánicos (físicos) o bióticos (organismos vivos). Por tal motivo, el proyecto ha caracterizado la comunidad microbiana asociada.

“Con esa caracterización, y definiendo si hay posibles efectos causales de ese daño, evaluaríamos los mecanismos para el control y así mejorar la calidad de la fruta”, especifica Valeska Villegas Escobar, investigadora y
docente de la Escuela de Ciencias de EAFIT.

Cambios significativos

Entre los logros del proyecto se halló que las unidades productivas del Grupo Cartama registran diferentes niveles de daño de la lenticela, varían de una cosecha a otra, lo que sugiere que cada cosecha presenta condiciones diferentes y que pueden ser más o menos conductivas para el daño.

Además, la afectación incrementa el tiempo de almacenamiento en frío. Eso sucede en ambas unidades productivas y para todas las cosechas evaluadas.

“Las comunidades fúngicas asociadas al daño a la lenticela contienen géneros fúngicos que podrían estar asociados a enfermedades en plantas”, dice la profesora Valeska.

Las evaluaciones evidencian cómo algunos de esos hongos lograban causar algún daño en frutos sanos de aguacate. Y aunque varían de una unidad productiva a otra, tienen algunos hongos que son comunes.

Las conclusiones de esta investigación permitirán determinar las causas del daño de la lenticela y facilitarán la intervención para lograr un aguacate totalmente sano y, por consiguiente, más apetecido en el mercado.

Autores

Juan Carlos Luján y Felipe Sosa.

Colaboradores Revista Universidad EAFIT.

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¿Qué supone la inconstitucionalidad de las normas que crearon el MinCiencias?

Enero 26, 2022

Hace algunos meses, la Corte Constitucional declaró “inexequible con efectos diferidos a dos legislaturas completas, contadas a partir del 20 de julio de 2021, la Ley 1951 del 24 de enero de 2019, ‘por medio de la cual se crea el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, se fortalece el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y se dictan otras disposiciones’.”

Del mismo modo, declaró inexequibles los artículos 125 y 126 de la Ley 1955 de 2019, “por la cual se expide el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022, Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad”. Esta decisión judicial se adoptó en la Sentencia C-047, con ponencia del magistrado Antonio José Lizarazo Ocampo y fue anunciada en comunicado del 4 de marzo de 2021.

La Ley 1951 del 24 de enero de 2019 había creado el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, ordenando su entrada en funcionamiento dentro del año siguiente y asignándole la función principal de impulsar la participación de la comunidad científica para incrementar el nivel de la investigación científica y social, así como el desarrollo tecnológico de las instituciones de educación superior, los centros de investigación, los parques industriales y las empresas. Así mismo, la mencionada ley indicó que esta nueva entidad gubernamental no podía generar gastos generales o de personal adicionales a los que tenía presupuestado el Departamento de Ciencia, Tecnología e Innovación (Colciencias).

Posteriormente, se promulgó la Ley 1955 del 25 de mayo de 2019 que expidió el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 y complementó –en los artículos 125 y 126– aspectos asociados a la estructura y competencias del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación que no habían quedado definidos en su ley de creación.

La Ley 1951 de 2019 fue demandada ante la Corte Constitucional que, a su vez, integró al proceso los artículos 125 y 126 de la Ley 1955 de 2019, por guardar relación con la fusión, la denominación y los objetivos del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. En la demanda se argumentó que: i) se infringió el artículo 154 de la Constitución, que establece que los proyectos de ley dirigidos a crear, suprimir o fusionar ministerios solo pueden ser presentados por el Gobierno Nacional, y esto no fue lo que sucedió en el caso analizado; y ii) se contravino el artículo 150, numeral 7, de la Constitución, por no establecerse en la ley la estructura del Ministerio que se creó.

La Corte Constitucional acogió estos argumentos indicando que “no es posible adoptar medidas que no correspondan a la función de planeación y que no tengan por finalidad impulsar el cumplimiento del Plan para el correspondiente período presidencial”. En tal sentido, precisó que no era viable subsanar a través de la ley del Plan Nacional de Desarrollo los vacíos relacionados con la estructura del Ministerio porque dicho asunto debía determinarse a partir del procedimiento democrático previsto en la Constitución.

Es más, para la Corte, los artículos 125 y 126 de la Ley 1955 de 2019 ni siquiera subsanaron el vacío en la estructura del Ministerio, pues se limitaron “a otorgarle al Gobierno facultades que la propia Constitución le confería para modificar la estructura de los ministerios, pero no para determinarla (artículo 189.16 de la Constitución)”.

Ahora bien, ¿qué implica que la Corte Constitucional haya declarado inexequibles las disposiciones normativas por las cuales se había creado el Ministerio? ¿Significa que desde la expedición de la Sentencia C-047 de 2021 dicho Ministerio desapareció?

De conformidad con el artículo 45 de la Ley 270 de 1996, “las sentencias que profiera la Corte Constitucional sobre los actos sujetos a su control en los
términos del artículo 241 de la Constitución Política, tienen efectos hacia el futuro a menos que la Corte resuelva lo contrario”. Usualmente, estos efectos se producen desde el mismo momento en el que se publica la sentencia, de manera que, si declara inexequible una norma, esta queda expulsada inmediatamente del ordenamiento jurídico. Sin embargo, tanto el artículo al que se ha hecho referencia, como la jurisprudencia constitucional reconocen la potestad de la Corte de modular los efectos de sus fallos, es decir, de establecer desde qué momento se producen tales efectos y en qué sentido.

Pues bien, con la Sentencia C-047 de 2021, “la inexequibilidad se declaró con efectos diferidos a dos legislaturas completas, contadas a partir del 20 de julio de 2021”. Según la Corte, “la medida del diferimiento se adoptó al tener en cuenta la necesidad de no afectar la continuidad en el cumplimiento de las finalidades constitucionales del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación en los términos del artículo 70 de la Constitución, y los derechos de las personas vinculadas a la entidad y a los programas y proyectos que desarrolla en materia de ciencia, tecnología e innovación”.

Esto significa que con la decisión de la Corte Constitucional el Ministerio no desapareció. Más aún, puede seguir ejerciendo sus funciones. Pero el Congreso de la República cuenta con dos legislaturas, contadas a partir del 20 de julio de este año, para regular de manera completa la estructura de dicho Ministerio, pues una vez cumplidas aquellas, tanto la Ley 1951 de 2019 –que lo creó– como los artículos 125 y 126 de la Ley 1955 de 2019 –que complementaron sus funciones–, saldrán del ordenamiento jurídico y quedará sin fundamento normativo tal Ministerio.

Según el artículo 138 de la Constitución, una “legislatura” se conforma por dos períodos legislativos: el primero va del 20 de julio al 16 de diciembre y el segundo del 16 de marzo al 20 de junio. De acuerdo con lo anterior, el plazo para que el Congreso subsane los defectos en la estructura del Ministerio, siguiendo el trámite legislativo adecuado, vence el 20 de junio de 2023. Hasta esa fecha, dicho Ministerio puede continuar desarrollando sus actividades.

A pesar de que con el plazo concedido por la Corte Constitucional para remediar la situación el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación conserva temporalmente su vigencia y operatividad, un tema estratégico del Estado, como lo es la creación de un ministerio, debería contar con un procedimiento legislativo adecuado y tener claramente definida su estructura desde el momento de su concepción.

Debe recordarse que los ministerios y los departamentos administrativos, como órganos del Gobierno Nacional, cumplen funciones cruciales para la concreción de las políticas públicas. En tal sentido, la creación, modificación y supresión de aquellos debe obedecer a un razonable ejercicio de planeación y no a decisiones improvisadas.

La sentencia de la Corte Constitucional también es un llamado a que se respete el principio democrático en la creación de los órganos del Estado. El Congreso de la República no puede renunciar a su competencia para establecer la estructura de un ministerio, encomendando este asunto al Gobierno Nacional, pues ello no garantiza el grado óptimo de deliberación y afecta la legitimidad de este tipo de decisiones.

Autores

Cristian Andrés Díaz

Profesor de Derecho Administrativo, Universidad EAFIT.

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“La universidad es el lugar propicio para la conversación entre ciencia y cultura”

Septiembre 10, 2020

Hoy, a la Universidad se le entiende conectada con la investigación científica y la divulgación del conocimiento. Lee esta interesante entrevista a Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT. 

A Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, le gusta el origen etimológico de la palabra “cultura” por la relación que tiene con el mundo universitario: viene del latín cultus que significa cultivo o cultivado.

“La cultura es el cultivo de la inteligencia y del espíritu humano. Y el espacio donde se hace es, ante todo, la universidad. La sociedad le encargó a ese espacio llamado universidad el cultivo de la inteligencia en todas sus manifestaciones”, explica. Por eso, asegura que hay una conexión inseparable entre cultura y universidad, y que en una institución como  EAFIT  se  materializa  con  un  abanico de actividades tan amplio y numeroso que no pasa un día en que no haya varias de ellas, desde eventos académicos  hasta  presentaciones  artísticas.

En un año como 2020, marcado por la contingencia de la pandemia del COVID-19, el desafío ha sido continuar con esa dinámica de manera remota utilizando las  tecnologías de la información, cosa que se ha venido haciendo con la presentación de conferencias, ciclos de cursos, conciertos de la Orquesta Sinfónica EAFIT e, incluso, lectura de cuentos por parte de los autores que fueron publicados por la Editorial EAFIT.

“Hoy la red nos permite ser no solamente un epicentro local, como nos jactamos de ser, sino que la virtualidad nos da la oportunidad de tener esa presencia mayor. Ya no nos estamos refiriendo a un público local, sino a uno más universal”, precisa el Rector.

Pero el asunto va más allá, tiene que ver con el sentido de lo cultural y su imbricación con todas las ciencias. En la siguiente entrevista, el rector Juan Luis Mejía Arango explica el soporte conceptual que guía la política cultural de la Universidad EAFIT y su enlace con los procesos de descubrimiento y creación.

¿Cuál es la filosofía que ha orientado el trabajo de la Universidad EAFIT en el campo cultural y que la ha convertido en un epicentro cultural?

“Hay que entender la cultura en un sentido muy amplio. Me preocupa que se ha segmentado la palabra ‘cultura’ solo a las expresiones de las bellas artes cuando ella es una representación de todas las manifestaciones del ser humano. En ese sentido, la ciencia, por ejemplo, hace parte de la cultura. Una  escuela teológica que me encanta dice que Dios dejó inconclusa la Creación para que el Hombre la continuara y que por eso le dio el don de crear. Considero que ese es el gran deber del ser humano: complementar la Creación de una manera permanente y positiva.

La universidad, a lo largo de los 800 años que tiene este concepto, ha sido ante todo un epicentro de cultura, el lugar desde donde se irradian la inteligencia, la ciencia y las expresiones del pensamiento. Una educación pensada solo  como  un  engranaje  más  del  sistema  productivo  empobrece la idea de universidad.

Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT. Foto: Róbinson Henao.

 

Por eso insistimos en que la universidad debe ser una experiencia plena de vida en la que, obviamente, brindamos todas las competencias para un ser profesional, pero que no se limita solo a eso: ante todo, damos las oportunidades para despertar las potencialidades del ser humano, tanto como creador como receptor de cultura.

Porque ahí aparece otro error y es que creemos que la cultura es únicamente para los creadores y no es así: ellos son unos pocos elegidos de la sociedad, pero los ciudadanos del común son quienes disfrutan de la cultura y eso también hay que cultivarlo. La institución universitaria no solo debe despertar las potencialidades creativas, también aquellas para disfrutar todo eso que nos engrandece como humanos.

¡Qué triste será terminar la vida sin haber disfrutado de aquello que las más brillantes mentes nos han dado en el campo de la música, la literatura, la filosofía, la poesía...! Esa es una posibilidad que también ofrece la universidad: entrar en contacto con las mentes más validosas de la existencia humana”.

Si conectemos esto con las ideas de descubrimiento y creación que está manejando EAFIT y que implican, por ejemplo, ampliar la presentación de resultados de investigaciones por medio de expresiones ligadas al arte, estamos hablando también de un cambio de paradigma en la generación y en la difusión del conocimiento.

“Eso lo resumo con un ejemplo: Einstein era un gran violinista. Yo no comprendo a un científico que no lea literatura, como tampoco comprendo a un literato que deseche la ciencia. En esto último sigo a Antonio Muñoz Molina, quien cuestiona que la literatura ha dejado a un lado la ciencia.

El ser humano, cuando se siente insatisfecho, decide recrear o reinterpretar la naturaleza y de ahí nacen la ciencia y el arte. Cuando estamos insatisfechos con lo que sabemos a través de la ciencia, buscamos seguir descifrando los misterios del Universo a través de la creación artística.

La universidad es el lugar propicicio para la conversación entre ciencia y cultura, es donde ese diálogo se da de una manera fructífera. Lo que sale de ahí es mucha más humanidad y sentido del ser humano.Y existe otra dimensión importante que es la protección de la memoria. Si lo generado por la Humanidad no logra fundarse en las raíces profundas de la memoria colectiva, la universidad tiene el deber de hacerlo, tiene igualmente una responsabilidad con la memoria.

Si nosotros no le legamos a las futuras generaciones todo lo que hemos construido a través de nuestra historia, ellas crecerán sin comprender lo que han sido como colectivo.

Una de las enfermedades que más me impacta es el Alzheimer porque veo en muchos casos a una persona físicamente bien, pero perdida en el espacio y el tiempo. Y hago ese símil con la sociedad: un grupo humano que deja de tener sus referentes en el tiempo y el espacio se pierde en su historia.Por eso mi obsesión con nuestra Sala Patrimonial; quiero que nuestra universidad sea un epicentro de memoria.

No tenemos los recursos para dedicarnos a todas las áreas del patrimonio, pero sí al patrimonio manuscrito e impreso de nuestra región. Ese es uno de los legados que vamos a dejar en EAFIT”.

“Hay que inundar de contenidos de las Humanidades a las Ciencias, así como de Ciencias a las Humanidades”. Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT.

En momentos como el actual, cuando las Humanidades están siendo cuestionadas por personas e instituciones que pretenden negarlas o restarles peso en la formación profesional, ¿qué valor tiene fortalecer los campos del saber que las Humanidades agrupan?

“Es un deber de todos los universitarios defender la idea de universidad como universalidad. Hoy han aparecido incluso otras ideas igualmente complejas, como que la universidad puede ser reemplazada por cursos que capacitan a las personas en dos meses y por cien dólares.

¿La situación de esta pandemia la va a resolver gente capacitada durante dos meses en un curso virtual? ¿O son los grandes científicos formados en centros de investigación los que van a dar las respuestas? ¿Uno se sometería a una cirugía de corazón abierto con alguien que se capacitó dos meses en internet? ¿Se le entregaría la construcción de un túnel a alguien capacitado en esa clase de cursos? ¿O se estaría tranquilo con una sucesión familiar que adelanta un abogado que se formó de esa manera?

Esas erosiones en la idea de universidad me preocupan muchísimo y es un deber de todos nosotros defender la noción de universidad que ha perdurado. Obviamente esos cursos son un complemento en la formación profesional. Nuestra universidad tendrá que entrar en ese tema, pero como lo que son: un complemento del modelo de universidad, no como un sustituto de ella”.

Cómo luchar contra algo que usted ha cuestionado mucho: que los ránquines y sistemas de clasificación de las universidades no consideren la dimensión cultural para darle puntaje en un proceso de acreditación y otorgar el reconocimiento a lo que se hace en ese campo.

A veces parecería que los enemigos están dentro del propio sistema universitario.

“Esa ha sido una lucha que hemos dado desde hace tiempo porque tanto las acreditaciones como los ránquines han reducido la idea de universidad solo a producción científica.

Hemos logrado que en la última reglamentación del Consejo Nacional de Acreditación se incorporara la producción cultural como parte de la acreditación.

Dimensiones de la cultura en la Universidad EAFIT

Preservación de la memoria

Fomento a la creatividad

Diseminación de actividades artísticas

Relacionamiento con otras instituciones

Promoción de la cultura ciudadana

Siempre me he quejado de eso: para EAFIT tener un orgullo como su Orquesta Sinfónica, su Editorial o una Sala Patrimonial no le significan ni un solo punto en su acreditación. Por fortuna tenemos un Consejo Superior que entiende todo eso, pero podríamos tener uno que algún día diga que es mejor invertir en aquello por lo que nos miden... Qué pobre sería la sociedad el día que pase eso”.

 

Un convenio suscrito entre EAFIT y la empresa Terrasos permitirá monitorear el segundo banco de hábitat en Colombia: el bosque seco tropical de 647 hectáreas ubicado en los municipios de Titiribí y Armenia, en Antioquia. Un acto cultural acompañó la presentación de la iniciativa. Foto: Róbinson Henao.

 

¿Cómo ve el futuro de la relación entre descubrimiento y creación en EAFIT?

“Creo que nos va a potenciar mucho porque estamos en la defensa de este concepto de universidad que he expuesto, juntar esas dos áreas que hacen parte de ese solo corpus de las potencialidades creativas del ser humano, unos hacia la ciencia y otros hacia la cultura o la creatividad en las artes y las letras.

Es deber de la universidad, como gran lugar de la conversación, como gran campus de cultivo de la inteligencia humana, poner a dialogar a ambos. De ahí solo pueden salir cosas buenas”.

Tratar de fusionar con mayor fuerza estas ideas, ¿implicará cambios en los programas curriculares de pregrados, maestrías y doctorados?

“Más que cambios se requiere la integración de áreas. No me gusta mucho la palabra ‘transversalidad’, pero hay que inyectar, inundar de contenidos de las Humanidades a las Ciencias, así como de Ciencias a las Humanidades.

Es el gran reto que tenemos, cómo permear ambos mundos, cómo retroalimentarlos para que los dos germinen. Ese es verdaderamente el sentido de universidad como universalidad”.

 

Autores

Juan Gonzalo Betancur

Editor Revista Universidad EAFIT.

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León de Greiff, el poeta que se volvió transmedia

Septiembre 10, 2020

Conoce este proyecto que combina una diversidad de formatos narrativos y de recursos tecnológicos para recuperar la obra de uno de los bardos más importantes de Colombia para las nuevas generaciones. 

Llegaron a la Sala de Patrimonio Documental de EAFIT como archivos originales en soportes que requerían de una impecable atención para conservar su valor histórico y como otra colección para preservar. Se trataba de documentos que hacen parte la obra de León de Greiff, uno de los poetas colombianos más reconocidos del Siglo XX por transgredir los cánones establecidos en su época, por intentar renovar la poesía nacional con la fuerza de un huracán.

Pero, ¿qué tal convertirlos en un proyecto de narrativa transmedia con el objetivo de que niños, niñas y jóvenes pudieran acceder a esos contenidos a través de formatos atractivos e innovadores, cercanos a ellos, de tal manera que permitieran su apropiación por parte de los chicos?

La idea cobró vida gracias a Mauricio Vásquez Arias, profesor del Departamento de Comunicación Social, quien en compañía de sus estudiantes y el Semillero de Investigación en Narrativas Transmedia decidió articular este proyecto de investigación-creación para su tesis doctoral en Diseño y Creación de la Universidad de Caldas, con los trabajos que hace el MediaLab de la Institución y el Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas.

El proyecto se denominó Diseño Transmedia para experiencias de apropiación de archivos culturales y cuenta con financiación de la Universidad a través de la Vicerrectoría de Descubrimiento y Creación.

El proyecto se presentó en la Fiesta del Libro 2019. Foto: Salón de Nuevas Lecturas, Fiesta del Libro.

 

La colección consta de 2345 piezas entre libros, partituras, folletos y algunos documentos personales del poeta. De ellos se tomaron algunos escritos, un mapa hecho por mano del autor y elementos diversos de caráter gráfico, así como fragmentos de su obra poética seleccionados para proporcionar diversos tipos de experiencia a los usuarios.

La colección fue donada a la Universidad por la familia del escritor, en cabeza de Hjalmar de Greiff, hijo del poeta.

El archivo de este bardo antioqueño de raíces suecas se empezó a pensar para ser difundido por medio de diferentes plataformas y dispositivos que permitieran la creación de experiencias dirigidas a niños y jóvenes.

En este proceso participan estudiantes del pregrado en Comunicación Social,  la maestría en Comunicación Transmedia e integrantes del grupo de investigación en Comunicación y Estudios Culturales. Sus adelantos pueden ser consultados en internet bajo el nombre de La Fanfarria Farragosa.

El profesor Mauricio Vásquez explica que “uno de los aspectos más interesantes del diseño transmedia es que, a través de múltiples plataformas, proporciona a las personas acercamientos diversos a la vida y obra de León de Greiff, los cuales se mueven entre la información y el entretenimiento, lo ficcional y lo no ficcional. Todo esto, articulando tecnologías analógicas y digitales, medios tradicionales y nuevos medios”.

Integración institucional

El  proyecto  ha  logrado  asuntos  metodológicos interesantes e integrar unidades académicas y de apoyo y gestión  de  la  Universidad. “Lo  que  mostramos es cómo se articulan la docencia  y  la  investigación  con  un  proceso de creación, con la Biblioteca y la Sala de Patrimonio Documental, con archivos históricos a través de nuevos formatos.  Es  interesante  porque  se  convierte en un modelo que implica muchos  saberes  y  capacidad  para  adaptar un tema histórico al lenguaje de las nuevas generaciones y provocar una lectura diferente del contenido poético”, explica el profesor Vásquez.

Recientemente se vincularon al proyecto la Editorial EAFIT, en cabeza de Claudia Ivonne Giraldo, y Área de Comunicación Creativa del Departamento de Comunicación. Así mismo, ha logrado tener a estudiantes en el proceso de conceptualización y diseño como Natalia Moreno y Sara Melissa  Gallego,  de  la  maestría  en  Comunicación Transmedia; Juan Pablo Castaño, de la maestría en Estudios Humanísticos, y Susana Morales, del pregrado  en  Comunicación  Social,  entre muchos otros participantes.

El proyecto permite una sinergia entre unidades académicas y de apoyo de EAFIT, investigación y creación, participación de estudiantes, acciones de proyección social y alianzas con entidades externas.

Origen y crecimiento de la idea

El  investigador  recuerda  que  hizo  una primera inmersión en el archivo de De Greiff acompañado de María Isabel Duarte, coordinadora de la Sala Patrimonial, y de Patricia Ospina, jefa del Centro Cultural Biblioteca, aliadas vitales desde el inicio del proyecto. Posterior a esto iniciaron varios procesos de experimentación y creación con estudiantes de pregrado y la maestría mencionados, y la media técnica en Producción de Contenidos Digitales de la Institución Educativa y Cultural Jesús Amigo, del barrio Doce de Octubre (noroccidente de Medellín).

“Decidimos  buscar  una  obra  significativa en términos históricos y estéticos que pudiéramos explorar y adaptar. El archivo de León de Greiff nos  permitió  realizar  un  proceso  de  diseño  transmedia  que  incluye  elementos de una obra esencialmente poética  y  aspectos  biográficos  del  autor”, añade. La  investigación,  que  tiene  una  duración de tres años y finaliza este 2020, ha evolucionado hasta lograr un trabajo conjunto con la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín para llegar a públicos más amplios.

En ese evento cultural, los estudiantes de pregrado y posgrado vinculados no solo compartieron buena parte de sus aprendizajes, sino que se convirtieron en codiseñadores de las experiencias que vivieron los asistentes al evento.

En la edición de 2019, cerca de 17 mil visitantes vivieron durante los 10  días de la Fiesta  del Libro una experiencia física sobre la obra de De Greiff en el Salón de Nuevas Lecturas, en cuyo diseño y ejecución participó EAFIT: la creación de un pueblo, una villa imaginaria de muchos nombres (una de las características del poeta que  usaba  diferentes  seudónimos  para identificarse) y una experiencia de realidad virtual en la que se podía vivir un viaje imaginario entre Bolombolo (Antioquia) y Korpilombolo (Suecia) como ciudades que representan parte de la vida del autor.

Ese trabajo se hizo en conjunto con un equipo de entidades en el que estaban Comfenalco Antioquia, el  Parque  Explora,  el  Sistema  de  Bibliotecas Públicas de Medellín, la Red de Casas de la Cultura de Medellín y la Universidad Pontificia Bolivariana.

Una articulación de saberes

Los jóvenes del colegio Jesús Amigo desarrollaron una mini serie audiovisual sobre el autor como forma de poner en práctica sus aprendizajes y competencias transmediales, a la vez que se apropiaron de un nuevo conocimiento relacionado con la historia de León de Greiff.

Este empeño de proyección social es otro aspecto importante de la investigación.

“Otra articulación en proceso quiere volver un producto físico en un objeto digital. Para ello estamos configurando un oráculo con 13 panidas [en alusión a los miembros del movimiento literario del que hizo parte De Greiff], 13 temas, 13 lugares y 13 acciones que permiten configurar una serie de cartas y así tener la posibilidad de escribir, dibujar o cumplir la acción que resulte del juego. Todo esto será posible a través de una aplicación para celular que permitirá ver los fragmentos de la obra de acuerdo con las cartas”, cuenta el profesor Mauricio.

 

El proyecto armonizó la obra de León de Greiff con el lenguaje de los jóvenes de hoy. Foto: Salón de Nuevas Lecturas, Fiesta del Libro.

Del mismo modo, así como es Alexa para Amazon o Siri para Apple, tiene su propio asistente de voz con inteligencia artificial para generar interactividad con los usuarios: tendrá disponibles gran cantidad de datos biográficos vistos desde la perspectiva de su esposa, Matilde Bernal.

Una estrategias de difusión en redes sociales, un disco producido en colaboración con Agroarte, Ultrasonido Studio y raperos de la Comuna 13 de Medellín, un juego de mesa y la sistematización de la experiencia de diseño, investigación y creación hacen parte de las acciones en las que vienen trabajando durante este 2020 el profesor y su equipo.

Unión de fuerzas y recursos

“Encuentro muy interesante cada una de las estrategias construidas durante este proceso para generar las dinámicas de apropiación del conocimiento sobre la obra de De Greiff. La producción de contenidos con nuevas tecnologías es costosa, pero con alianzas y una buena relación con otros actores se logran resultados de calidad que impactan en la sociedad”, explica el docente.

Él considera que trabajos de este tipo evidencian que una investigación académica se puede potenciar más allá de los espacios universitarios si se relaciona con el medio social en el cual está inmerso. Y que, por fortuna, “como academia venimos desarrollando procesos de ese tipo”.

La reacción de las personas cuando se enfrentan a experiencias como la de realidad virtual, la sinergia entre las áreas de la Universidad y los aportes de cada una de las personas que han participado, llena de satisfacción al equipo liderado por Vásquez pues logran conectar un tema histórico con el mundo actual en una experiencia de inmersión.

Autores

Karen Osorno Valera

Colaboradora

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