Oportunidades y debilidades para el campo colombiano

Septiembre 10, 2020

Jorge Enrique Bedoya Vizcaya. Presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC).

Colombia puede convertirse en una potencia en producción agropecuaria porque tiene muchas condiciones favorables para lograrlo. Para empezar, la frontera agrícola del país es de 40 millones de hectáreas de las cuales solo se están utilizando siete, es decir, posee un potencial muy importante representado en buena cantidad y calidad de tierras y aguas.

Una de las ventajas que tenemos, y que de pronto puede sonar demasiado holística, si se permite la expresión, es la resiliencia del pueblo colombiano. El campo fue tal vez el sector más afectado por la violencia debido a medio siglo de conflicto armado, al terrorismo, presencia del narcotráfico, de bandas criminales...

Y a pesar de eso, tiene una producción que, en muchos casos, es competitiva en el ámbito internacional, pero que igualmente ha demostrado liderazgo para llegar a la mesa de los colombianos.

Eso se debe a la tenacidad de la gente, por lo que yo apelo a esa primera característica como una de las mayores ventajas del país. Lo segundo es que tenemos dos costas, más de cinco puertos marítimos grandes, una infraestructura de aeropuertos en la que hemos avanzado, por lo que ahí está una opción enorme de llegar a los mercados internacionales. Tercero, la democracia colombiana es vibrante, obviamente con los problemas que todos conocemos; pero es un sistema que respeta el derecho a la propiedad privada y eso facilita la inversión nacional y la presencia de la inversión extranjera.

Tenemos muchas dificultades, pero menciono las más críticas y están en lo que en la SAC hemos llamado “la deficiencia de los bienes públicos rurales”. Una de las restricciones más complejas es la falta de carreteras: el país tiene 175.000 kilómetros de vías terciarias para esos 40 millones de hectáreas y solo el 10 % está en buen estado. Esa falta de comunicación entre lo rural y urbano, si no se resuelve, va a ser un cuello de botella que siempre tendremos como lastre.

Otro punto es la conectividad de internet y la señal de telefonía celular para dispositivos inteligentes porque hoy, más que nunca, debemos impulsar para que lleguen la educación, la telemedicina, las nuevas tecnologías que apoyan la producción agropecuaria...

En conjunto, esos factores son clave para permitir la buena calidad de vida de los habitantes rurales. El momento actual ha permitido que el mundo urbano esté dando una mayor importancia a lo que pasa en la ruralidad.

En ese marco, las univesidades, junto a otras entidades como el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) y los gremios de la producción pueden jugar un papel interesante en el empeño de impulsar el campo colombiano a niveles superiores.

La educación puede fortalecer a quienes trabajan en el campo, a los emprendedores nuevos y futuros, en tanto la investigación científica conduce a la mejora de tecnologías para que podamos hacer un campo más productivo y rentable.

Otro problema es la alta tasa de informalidad laboral, una restricción que se puede volver una oportunidad: la mano de obra de la ruralidad se ha envejecido, los jóvenes se han ido para las ciudades y la tasa de informalidad laboral es del 86 %. Esto último tiene solución en una serie de reformas sencillas que requieren la decisión política por parte del Estado. Si se resuelven estos cuellos de botella, sumados a la resiliencia mencionada y a las fortalezas institucionales, podemos dar un impulso fuerte.

En este marco, todos los subsectores agropecuarios tienen una gran oportunidad porque Colombia tiene una clase media emergente y eso significa que consume productos de mayor valor agregado. Asimismo, nuestra ubicación  en  el  trópico  permite  la  producción de muchos alimentos y frutas que son una maravilla no solo para el mercado doméstico sino para el internacional. Y en este último, con los acuerdos comerciales que hemos negociado, hay oportunidades para todos los sectores de la producción agropecuaria.

El mercado interno como lo conocemos en Colombia, donde la fruta, los hortalizas y las proteínas de origen animal son principales en la dieta alimentaria, representa oportunidades y nichos de mercado a los que se les puede apostar en función de las regiones con vocación productiva. Eso redundará en la generación de empleo, bienestar, divisas por vía de las exportaciones y una mejor nutrición para nuestra población.

Frente a los temas de la seguridad jurídica de la propiedad rural tenemos un proyecto de ley que trabajamos con el gobierno anterior y que este gobierno adoptó. Es el proyecto de Ley de Tierras que, sin embargo, no ha sido discutido por el Congreso de la República: la Comisión Quinta del Senado lo dejó morir en el período previo al comienzo del nuevo gobierno y hasta el momento no se ha movido.

Esa ley daría claridad jurídica en relación con temas como la expropiación de tierras, la claridad para los ocupantes de buena fe y la extinción del derecho de dominio por inexplotación, por mencionar algunos puntos álgidos. Pero el país también debe trabajar en los sistemas de titulación de tierras y en la identificación de los baldíos de la Nación.

De ese modo, además de ir de la mano de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, se permitirá que campesinos sin tierra se vuelvan propietarios y, por esa misma vía, tener una ley de crédito que favorezca a la ruralidad en su conjunto. Si juntamos todas las posibilidades y potencialidades, el campo dará un salto muy importante porque es un territorio promisorio para el desarrollo.

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Ciencia, tecnología e innovación para dinamizar relaciones en el entorno

Enero 26, 2022

Bienvenidos a la nueva edición de la Revista Universidad EAFIT, con la cual los invitamos a conocer los más recientes procesos y resultados de investigación de una institución que le apuesta al desarrollo científico y tecnológico. Antonio Copete, Vicerrector de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Universidad EAFIT.

Apreciados lectores de la Revista Universidad EAFIT – Descubre y Crea, en esta primera ocasión en que me dirijo a ustedes como vicerrector de Ciencia,
Tecnología e Innovación quiero agradecerles su interés en este trabajo de periodismo científico que busca recoger una muestra representativa de la riqueza intelectual de nuestra Universidad y presentarla de una manera pedagógica y atractiva para ustedes.

Al mismo tiempo, queremos que marque la apertura de una nueva era para el Ecosistema de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTeI) de EAFIT en la que buscamos construir sobre lo construido en etapas anteriores y trazar un nuevo rumbo con la llegada de nuestra rectora Claudia Restrepo Montoya, acompañada de un renovado equipo directivo que quiere reimaginar nuestra Universidad desde sus fundamentos.

En esta era buscamos consolidar el Ecosistema de Ciencia, Tecnología e Innovación de EAFIT, anclado en la investigación como la actividad fundacional que busca definir y expandir las fronteras del conocimiento, pero que se afianza a través de las actividades de uso, transferencia y apropiación social del conocimiento, así como las de formación en capacidades y saberes en CTeI.

Para lograr su mayor potencial, estas actividades no deben ser vistas como aisladas e independientes entre sí, sino como interdependientes, en diálogo e interacción constante, desde la misma etapa de concepción de políticas, planes, programas y proyectos. En otras palabras, el éxito en una actividad de CTeI necesariamente contribuirá y requerirá del éxito en las otras.

Esta edición de la Revista Universidad EAFIT – Descubre y Crea encapsula en buena parte lo que me atrajo a hacer una apuesta personal por EAFIT y a convertirme en miembro de esta comunidad. Por una parte, recoge una muestra de la actividad científica e investigativa de nuestra Universidad, con una fuerte conexión a problemas tangibles de nuestra sociedad, a través de sus comunidades y organizaciones, en este caso con énfasis en las ciencias del cuidado, en el contexto de una pandemia que ha supuesto un gran reto para todos como humanidad.

En consonancia con lo que nos identifica, lo hace desde el abordaje de diferentes áreas del conocimiento, incluyendo la salud física y mental, las ciencias sociales, la economía, el medio ambiente, entre otros, conexiones que buscaremos seguir estimulando a través de una aproximación transdisciplinar a los retos que
presenta nuestra sociedad.

Esta revista busca abrir una ventana que estimule diálogos y conversaciones tanto dentro como fuera de nuestra institución sobre el rumbo de nuestro quehacer intelectual y su impacto en nuestro entorno. En la búsqueda de ese objetivo, quiero reafirmar el compromiso de la Vicerrectoría de Ciencia, Tecnología e Innovación de ser un catalizador y un vehículo para dinamizar estas actividades en nuestra comunidad, de cara a las organizaciones de diferente naturaleza con las que nos relacionamos con las cuales buscamos generar valor en diversas dimensiones.

Espero que encuentren este número tan estimulante como lo he encontrado yo y que no solo nos continúen leyendo, sino que nos hagan llegar todas las observaciones y aportes que busquen fortalecer el desarrollo de nuestra misión.

Autores

Antonio Copete

Vicerrector de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Universidad EAFIT

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Patentes: una clara evidencia del desarrollo científico y tecnológico de EAFIT

Enero 26, 2022

Diversos proyectos de la Universidad EAFIT siguen demostrando su compromiso con los desafíos del entorno. Agencia de noticias EAFIT.

Inspirados en la naturaleza y con el fin de alcanzar una mayor protección, flexibilidad y resistencia contra cargas explosivas de alta energía, investigadores de EAFIT y de la empresa Tecnologías Marte crearon un novedoso material sintético que se asemeja a las escamas de los peces.

Aplicaciones en productos industriales como chalecos antibalas y trajes antiexplosivos, el caso de unas plantillas para botas que absorben la energía de las minas antipersona, así como equipamiento deportivo que requiera de implementos de seguridad con estas características son algunas de las potencialidades de esta tecnología desarrollada por la spin off, un avance que es producto del asocio entre la Universidad y la empresa privada.

"Entendiendo cómo funcionan y qué beneficios tienen nos dimos cuenta de que las escamas son un sistema, una especie de grabado si se quiere en la piel del animal, que tiene la configuración de un material compuesto y que permite la protección contra el ataque de depredadores. Al estudiar esto, empezamos a trabajar en busca de materiales sintéticos que se parecieran a lo que fueran las escamas, buscando flexibilidad y disminución de peso en sistemas de protección balística", explica Alexander Ossa, doctor en Materiales Compuestos Particulados y coordinador del Grupo de Investigación en Materiales de Ingeniería de EAFIT.

El proceso comenzó desde el año 2011 cuando el grupo de investigación y Tecnologías Marte se encontraron trabajando de forma independiente en el diseño de subsistemas de blindaje, coincidiendo en convocatorias científicas para el desarrollo de nuevos dispositivos con este enfoque.

"Vimos que había sinergia porque estábamos en el desarrollo de materiales nuevos, muy enfocados a cargas de alta potencia en munición. Nosotros en ese momento estábamos diseñando lo que sería el desarrollo nacional de los pisos para el helicóptero Arpía y él estaba trabajando en biomimética, en absorber los impactos de explosiones", recuerda Javier Mauricio Betancur, gerente de Tecnologías Marte.

Así lucen los prototipos de los chalecos. Foto: Róbinson Henao.

Desde este momento, los inventores se conectaron y empezaron a buscar la financiación de un proyecto que tenía el objetivo de desarrollar blindajes biomiméticos, algo finalmente aprobado por Colciencias (actualmente Ministerio de Ciencias, Tecnología e Innovación).

"La invención es muy buena porque permite hacer varias cosas. Si se compara con blindajes del mismo nivel con un impacto de la misma fuerza, podemos bajar al mismo tiempo el peso del blindaje y la fuerza que llega al cuerpo
de la persona. Hemos visto que tiene aplicaciones en blindajes de vehículos y puede tener, incluso, aplicaciones en absorción de impactos de otro tipo, no solo disparos. En teoría, esto lo podríamos usar hasta para deportes extremos
o motocicletas".

Así lo destaca Javier Mauricio, quien señala que luego de recibir la patente la empresa continúa el proceso habitual de certificación y manufactura para comercializar los productos.

Basado en la bioinspiración

“Esta patente nos parece muy interesante por su concepto de bioinspiración y por cómo los investigadores tomaron los patrones y la inteligencia de la naturaleza para diseñar elementos de protección para hacer blindajes de todo tipo: chalecos, plantillas, insertos, placas para vehículos o helicópteros. Dada su versatilidad, desempeño y bajo peso es una tecnología con gran potencial”, afirma Sara Hernández Hernández, jefa de Transferencia de Tecnología y Conocimiento en Innovación EAFIT.

Con este dispositivo contra impactos, una de las posibles aplicaciones es el diseño de chalecos antibalas biomiméticos, que han evidenciado ser un sistema de protección no tan rígido como otros existentes en el mercado, es decir, con menor peso, mucho más flexible y cómodo para los usuarios, manteniendo a su vez un nivel alto de protección a impactos balísticos y antiexplosivos.

"Consiste en un material compuesto que es polimérico con unos grabados superficiales. Estos grabados se hacen dependiendo de la zona en la que se quiere que haya mayor flexibilidad. Este sistema de material lo hemos ensayado en chalecos antibalas y también desarrollamos unas plantillas antiexplosivos para minas antipersona. También está pensado para ser utilizado, por ejemplo, en puertas de blindaje de vehículos", comenta Alexander Ossa, profesor del Departamento de Ingeniería de Producción de EAFIT, quien se ha especializado en biomimética y en observar las ventajas evolutivas de la naturaleza para diseñar nuevos productos.

Una de las investigadoras que participó de este avance, la doctora en Ingeniería Susana Estrada, quien en el momento del desarrollo era estudiante de la maestría en Ingeniería de la Universidad, destaca las características de este dispositivo de protección que combina la rigidez de las fibras sintéticas con la flexibilidad apropiada de otros materiales naturales.

"Es muy bueno que proyectos que se hacen en laboratorio tengan realmente un impacto sobre la industria. Es un material que, en comparación con el material sin grabar, es más resistente y flexible, lo que es maravilloso para aplicaciones básicamente de impacto pero que requieren de movimiento, como los chalecos antibalas o chaquetas de motociclistas, e incluso otros elementos deportivos", resalta Susana Estrada, experta en ciencia de los materiales y biomimética, quien se vinculó al grupo de investigación en Materiales de Ingeniería para trabajar en el proyecto de Protección Antiexplosivos Biomimética (PANEB), como parte
de la convocatoria promovida por la Gobernación de Antioquia en 2011, llamada Por una Antioquia sin MAP –Minas antipersona–.

La invención tiene aplicaciones en chalecos antibalas y trajes antiexplosivos, así como para equipamiento deportivo que  requiera de implementos de seguridad con estas características como, por ejemplo, el motociclismo.

Biopesticida para el control biológico de plagas de banano

Un nuevo biopesticida que puede emplearse para el control de algunos hongos y bacterias patógenos de las plantas de banano, que mejora la producción en este cultivo en la agroindustria, fue patentado por investigadores del grupo de investigación en Ciencias Biológicas y Bioprocesos (Cibiop) de EAFIT y de la
Asociación de Bananeros de Colombia (Augura) a través del Centro de Investigaciones del Banano (Cenibanano).

La patente de invención es un pesticida que tiene como ingrediente activo la cepa bacteriana bacillus subtilis EA-CB0015 y sus metabolitos o compuestos químicos que resultan de su metabolismo, lo que difiere del estado de la técnica más cercana y es susceptible de aplicación industrial.

Este desarrollo biotecnológico podría favorecer a algunos agricultores, en particular aquellos que cultivan banano ya que es donde más estudios han adelantado como parte de la alianza entre EAFIT y Augura. También podría emplearse en otros cultivos, aunque se necesitarían más evaluaciones que respalden su eficacia.

"Si se logra comercializar y poder llevar el pesticida a los agricultores sería una alternativa entre las ya existentes para el control de algunas enfermedades. Se estaría aportando un ingrediente activo adicional, de mucha utilidad, porque podría emplearse en ocasiones donde algunas moléculas químicas no son permitidas o se tienen altas presiones de patógenos resistentes", explica la investigadora Sandra Mosquera.

Ella explica que si bien el desarrollo del producto terminó, aún trabajan en la caracterización de la cepa bacteriana y tratan de producirla a mayores escalas para su evaluación en otros cultivos.

"Esta patente, en este momento, nos permite entrar en mejores conversaciones con posibles licenciatarios de la tecnología porque está más protegida", indica Valeska Villegas Escobar, doctora en biología e investigadora del Departamento de Ciencias Biológicas de EAFIT y del grupo de investigación Cibiop.

En el desarrollo de este tipo de proyectos, de acuerdo con Adriana García Grasso, directora de Innovación EAFIT. dependencia que acompaña la transferencia de conocimiento y tecnologías al mercado, se conjugan las capacidades de investigación y formación de la Institución con la experiencia en el cultivo agrícola de Augura. "La articulación de la industria con la Universidad ha sido uno de los factores que ha permitido potenciar el desarrollo de esta y otras tecnologías al servicio de la agricultura", dice Adriana García.

El proceso investigativo se origina en 2008 como parte de un proyecto financiado por Colciencias, actualmente Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (Minciencias), que surgió de la necesidad del sector bananero por reemplazar los fungicidas químicos empleados habitualmente en los cultivos agrícolas.

 

Colombia terminó el año 2020 con un total de 51.454 hectáreas sembradas de banano. El 69% de las exportaciones de la fruta son a países de la Unión Europea, 16 % a Estados Unidos y 15% al Reino Unido. Foto: Pixabay.

"En esta colaboración Augura fue clave pues propone y da un conocimiento muy puntual acerca del cultivo de banano. La Universidad ayuda en la búsqueda de alternativas para la solución. Esta dinámica de identificación del problema y de ayudar a su solución es fundamental, pues la investigación que se desarrolla en la Universidad debe estar enfocada en solucionar problemas reales de los diferentes sectores productivos del país", dice Sandra Mosquera. La investigadora, actualmente, integra dos proyectos de investigación en la Universidad, uno en aguacate con colaboración de Cartama y otro en cacao. Ambos se desarrollan con hongos fitopatógenos de estos cultivos.

Una alianza fructífera

Desde 2008, las instituciones a través de sus grupos de investigación y laboratorios, como el Centro de Investigaciones del Banano (Cenibanano), trabajan en el desarrollo de nuevos productos biológicos a partir de microorganismos de la biodiversidad nativa colombiana. Su propósito es com batir los principales patógenos que afectan a los cultivos cumpliendo con la normatividad internacional respecto al uso de productos químicos.

"Ha sido un trabajo constante en el tiempo. Augura siempre ha planteado la necesidad de desarrollar esos productos para su gremio y lo visualizaron desde hace más de una década. Hoy en día se dan cuenta de la importancia que tiene esto bajo la presión internacional en cuanto a la regulación de muchos pesticidas químicos que van a salir del mercado", indica Valeska Villegas.

Esta alianza tiene antecedentes de registro de propiedad intelectual por el desarrollo de nuevos antibióticos para combatir patógenos como el moko (Ralstonia solanacearum), una bacteria considerada problema fitopatológico en las regiones productoras de banano en Urabá y Magdalena.

Así mismo, en 2019 ambas entidades recibieron patente por la invención del Proceso para incrementar la producción de biomasa y esporas de bacterias promotoras del crecimiento vegetal del género Bacillus -Bioestimulante. Este bioestimulante, que se aplica a cultivos agrícolas y estimula la producción de banano, ya había obtenido en 2017 el registro de invención por parte de la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos.

"Ha sido un trabajo de investigación e innovación de largo aliento que nos ha dejado muchos aprendizajes, no solo desde la perspectiva de propiedad intelectual, también desde el punto de vista de transferencia de tecnología y conocimiento, con la búsqueda y gestión de potenciales licenciatarios que sean los aliados para la producción y comercialización de este nuevo biopesticida", comenta Adriana García.

 

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Las relaciones entre universidad, empresa y paz

Septiembre 10, 2020

Fui nombrado en la mesa de negociación entre el Gobierno Nacional y las entonces Farc-EP hacia finales de 2014 y participé en este grupo negociador hasta la firma de los acuerdos definitivos que hoy se encuentran en vía de implementación.

En ese contexto, la Universidad EAFIT, en conjunto con la Asociación Nacional de Industriales (ANDI) y Proantioquia, hizo una importante contribución a los empresarios y al proceso de paz aportando insumos y construyendo redes para el intercambio de ideas y experiencias que fuesen tenidas en cuenta en la mesa de negociación de La Habana, siempre en una posición de respeto neutral frente a lo que allí se trató.

No puedo de forma simple describir lo que significa para alguien como yo, que viene del sector privado, estar en la mesa de negociación de una posible paz en una nacion que prácticamente durante toda su existencia ha estado sumida en un conflicto complejo y de profundas consecuencias sociales y económicas.

Me sentí solo y casi desbordado por la profundidad de los temas, su amplitud, por requerir una formación multidisciplinaria y por la gran responsabilidad que ello conllevaba. Era un trabajo que no se podía hacer mal informado o sin preparación en cada tema, y en el que el estudio y la lectura permanente eran obligatorios.

Si bien fui nombrado como negociador representante de todos los colombianos, no me fue posible evitar que tanto el equipo al que pertenecí como el de otro lado de la mesa me consideraran representante de los empresarios. Por eso se acentuaban las miradas sobre mí cuando se trataba de temas que de alguna forma tuviesen que ver con la empresa y con su participación en el desarrollo de la vida nacional.

Ya retirado de mis actividades como administrador, por mi participación como miembro del Consejo Directivo de Proantioquia y exalumno de EAFIT, acudí a estas dos instituciones para que me brindaran soporte y material de estudio y análisis. Ambas se acercaron también a la ANDI, que representa a tantos empresarios, y que se sumó a ese esfuerzo.

Para aportar material objetivo y basado en análisis, me apoyé igualmente en los insumos de otras universidades y tanques de pensamiento. La tarea de un negociador no puede llevarse solo a la arena política y ninguno de ellos es experto en tantos y tan bastos temas, por lo que las horas de sueño se tuvieron que cambiar muchas veces por el estudio y una escucha inteligente sobre innumerables asuntos que van desde lo histórico hasta los problemas de la tierra, el narcotrafico, la economía, el sistema legal, lo económico y lo social.

Me sobran agradecimientos para el rector de la  Universidad, el director de Proantioquia, el presidente de la ANDI, la Escuela de Humanidades de EAFIT y muy especialmente para su entonces decano, Jorge Giraldo, por el profesionalismo y disposición siempre abierta y permanente. Gracias a ellos, la mesa contó con estudios sobre Justicia Transicional, la cuestión rural y la construcción de paz en Colombia, el Consejo Nacional de Paz en la implementación de los acuerdos, y los desafios para la transición hacia la paz, entre muchos más.

De especial importancia fue el compendio histórico titulado Los retos de los empresarios en la construcción de paz que, de algún modo, llamaba a los empresarios a no marginarse de su participación en la construcción de una paz ya visiblemente posible, aportando un material que invito a estudiar y a leer con detenimiento.

Todo ello, sumado a mis constantes visitas a EAFIT, me permitió recoger material de otras experiencias de paz y sopesar perspectivas sobre lo que en ese momento existía como una posibilidad. Aprendí de las ciencias sociales y descubrí que mi experiencia de vida y una carrera empresarial de más de 40 años no eran por si solas suficientes para asumir semejante reto.

EAFIT ha hecho este y muchísimos otros aportes al mundo de la empresa como proveedor de conocimiento, facilitador de intercambios y gestor del desarrollo y el cambio en diversos campos científicos y humanísticos.

Con todos sus problemas, Colombia ha progresado. Pero ese progreso no es suficiente y afloran nuevos retos. La atención al medio ambiente nos obliga a todas las empresas, pues aquellas que no participen de este esfuerzo no estarán en el mapa.

Y deberán adaptarse a un nuevo enfoque de empresa que ya no se justifica solo con ganancias: hoy es necesario que su accionar se ocupe, además, por humanizar el lugar de trabajo, por su contribución a crear valor en sus comunidades y su sociedad con cero corrupción, nadando en ecosistemas digitales y ofreciendo a sus clientes productos que aportan valores realmente funcionales y sanos, tal como se condensó en la última reunión de Davos.

La sostenibilidad será un imperativo de las empresas de todos los dominios y los ojos de clientes, accionistas y empleados estarán en sus aportes al largo plazo y en el propósito de construir naciones y un mundo más justo para todos.

La rapidez de los cambios nos exige cada vez más como individuos y sociedad, pero no debemos perder el sentido de las prioridades: en un país como Colombia la paz es esquiva, pero por ella y por la convivencia debemos luchar siempre, así como debemos hacerlo por una mayor equidad y más posibilidades para todos.

Hoy, si alguien me preguntara qué es lo primero que yo haría, respondería: debemos hacer sin más dilaciones el catastro multipropósito sobre todo en las zonas rurales. Toda la nación y todos los poderes deben ponerse en ello y trabajar para sacar una iniciativa que permita una mejor y más formal asignación de la tierra y que dé la oportunidad para que millones de compatriotas logren acceso a ella y cumplan su sueño de ser copartícipes de una nación inmensamente rica en recursos.

Ello es complejo, pero no imposible. Y para hacerlo contamos con la ayuda de numerosos países que ya lo han hecho y nos darían su conocimiento y experiencia.

Pero debemos alinear nuestro sistema legal, nuestros departamentos de estadística, nuestros recursos y, sobre todo, nuestra voluntad. Si vamos en este orden seremos capaces de resolver problemas y sobre-pasar obstáculos que ahora se ven imposibles. Porque siempre nos será posible progresar y generar mejor calidad de vida. Porque si hacemos lo justo, lo lógico y lo humano, basados en un concepto de mayor igualdad y dentro de una democracia disciplinada e incluyente, no podrá ser de otra manera.

Autores

Gonzalo Restrepo López

Empresario y ex negociador de paz en La Habana.

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Movilidad urbana sostenible: ciudades benignas

Septiembre 10, 2020

En el reporte de la Conferencia de Estocolmo, en 1972, se lee que “el hombre [el ser humano] es a la vez obra y artífice del medio ambiente que lo rodea, el cual le da el sustento material y le brinda la oportunidad de desarrollarse intelectual, moral, social y espiritualmente”.

La muestra por excelencia de nuestra condición de artífices del medio ambiente que nos rodea es la ciudad. Y es desde las ciudades que la humanidad debe generar las soluciones más contundentes para enfrentar la actual crisis ecológica y lograr un desarrollo sostenible.

En otras palabras, en el ámbito urbano deben materializarse pasos valientes hacia una sociedad en la que la búsqueda de una vida digna y de buena calidad (para todas las personas) se dé en armonía con la naturaleza. Esto no solo por el valor intrínseco que tienen las otras especies y el planeta en general, sino también porque, siendo los seres humanos naturaleza misma, al destruirla irremediablemente nos destruimos.

Uno de los temas más relevantes que pueden tratarse desde la convergencia entre ciudades y sostenibilidad es la movilidad. Y aunque no cabe duda de que la infraestructura y las tecnologías disponibles para el transporte juegan un papel determinante en la sostenibilidad urbana, estas no lo abarcan todo: el comportamiento de quienes ocupamos las ciudades (el hábito como forma de habitar) es también un asunto que vale la pena analizar, a pesar de que de manera usual se pone en un segundo plano. O precisamente debido a ello.

Y no hay que dar muchas vueltas para llegar a una lista de cambios de comportamiento fundamentales para una movilidad sostenible: se trata, en lo esencial, de desmotorizar la cotidianidad y de valorar más las alternativas colectivas.

Los motores son máquinas asombrosas que, sin duda, han posibilitado el alcance de una mejor calidad de vida y, claramente, sería un sinsentido pretender renunciar por completo a ellos. Pero es igualmente claro que la movilidad urbana ha llegado a unos niveles dañinos de dependencia del motor.

Asimismo, es comprensible que se opte por las alternativas privadas pero, de nuevo, el exceso ha conducido a una hiperindividualización en la movilidad que, sobre todo combinada con la adicción al motor, es problemática (tanto como pronunciar la palabra hiperindividualización).

Se necesita una ciudadanía dispuesta a caminar, a montar en bicicleta y a usar el transporte colectivo; personas que, si usan el carro, traten de compartirlo. Caminar o usar la bicicleta son formas de movilizarse que cuentan con la gran ventaja de que no se gasta combustible y, además, producen un placer adicional: como es nuestro propio esfuerzo el que nos lleva de un punto a otro, hay una sensación marcada de satisfacción y orgullo.

Y a ello se le suma el disfrute de evitar los trancones, de sentir la ciudad en forma más directa, de entenderse como parte de ella.Existen  razones  de  índole  ética  para realizar los cambios de comportamiento en la movilidad (en general, para propender por un estilo de vida sostenible), pues se trata del cuidado de la vida.

No hay que hacer más que mirar la cantidad de muertes asociadas a la mala calidad del aire o los impactos del cambio climático (ambos problemas derivados en gran medida de la piromanía global) para concluir que debemos reorientar la forma en que nos movilizamos.

En ocasiones tiende a confundirse la mitigación del abuso del carro particular –que es necesaria– con la eliminación de su uso –que es imposible–. Dejar el carro un día a la semana en la casa. Hacer teletrabajo de vez en cuando. Ir en bus o en metro y luego caminar. Todo suma: cualquier paso que se dé es una contribución importante y se puede avanzar de manera gradual, cada quien yendo hasta donde le sea posible, según su situación particular.

No hay que renunciar a todas las comodidades, pero sí es imprescindible reflexionar sobre el esfuerzo personal que podemos hacer.

Por último, si bien el esfuerzo personal es importante, para lograr adquirir y mantener los hábitos de una movilidad sostenible necesitamos también estrategias eentornos capaces de inspirarlos y permitirnos practicarlos. Se unen entonces los comportamientos y el asunto de la infraestructura. Caminar, montar en bici o tomar el bus: ninguno de estos debería ser un acto heroico.

Nuestras ciudades deberían estar diseñadas para ello, pero hay que aceptar que en la actualidad en Colombia ese no es el caso. Por eso la inversión en infraestructura debe ser coherente con los principios de la movilidad sostenible, tanto para reformar lo existente como para construir lo nuevo.

Mediante la inversión en educación e infraestructura sostenibles tenemos la posibilidad de hacer emerger un círculo virtuoso: entre más gente opte por la desmotorización y la mitigación de la hiperindividualización, menos contaminación, ruido y ocupación del espacio tendremos; lo que conducirá a un entorno urbano más amigable y atractivo, a una ciudad más capaz de invitar a más gente a conectarse de manera más cercana con la ciudad y a optar por lo colectivo... Y así sucesivamente.

No se pueden aplazar los esfuerzos personales e institucionales para humanizar las ciudades, entendiendo la humanización como una derivación de dos acepciones de humanidad: conjunto de personas, por un lado, y benignidad o afabilidad, por el otro. Las ciudades deben ser benignas, afables, más para las personas que para los motores.

Autores

Alejandro Álvarez Vanegas

Profesor de Ingeniería de Procesos – Coordinador del Núcleo de Formación Institucional de EAFIT en Cultura Ambiental

Agustín Patiño Orozco​​

Periodista, Comunicador del Laboratorio de Divulgación Científica EAFIT.​

Correo: apatino@eafit.edu.co​

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¿Qué supone la inconstitucionalidad de las normas que crearon el MinCiencias?

Enero 26, 2022

Hace algunos meses, la Corte Constitucional declaró “inexequible con efectos diferidos a dos legislaturas completas, contadas a partir del 20 de julio de 2021, la Ley 1951 del 24 de enero de 2019, ‘por medio de la cual se crea el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, se fortalece el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y se dictan otras disposiciones’.”

Del mismo modo, declaró inexequibles los artículos 125 y 126 de la Ley 1955 de 2019, “por la cual se expide el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022, Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad”. Esta decisión judicial se adoptó en la Sentencia C-047, con ponencia del magistrado Antonio José Lizarazo Ocampo y fue anunciada en comunicado del 4 de marzo de 2021.

La Ley 1951 del 24 de enero de 2019 había creado el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, ordenando su entrada en funcionamiento dentro del año siguiente y asignándole la función principal de impulsar la participación de la comunidad científica para incrementar el nivel de la investigación científica y social, así como el desarrollo tecnológico de las instituciones de educación superior, los centros de investigación, los parques industriales y las empresas. Así mismo, la mencionada ley indicó que esta nueva entidad gubernamental no podía generar gastos generales o de personal adicionales a los que tenía presupuestado el Departamento de Ciencia, Tecnología e Innovación (Colciencias).

Posteriormente, se promulgó la Ley 1955 del 25 de mayo de 2019 que expidió el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 y complementó –en los artículos 125 y 126– aspectos asociados a la estructura y competencias del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación que no habían quedado definidos en su ley de creación.

La Ley 1951 de 2019 fue demandada ante la Corte Constitucional que, a su vez, integró al proceso los artículos 125 y 126 de la Ley 1955 de 2019, por guardar relación con la fusión, la denominación y los objetivos del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. En la demanda se argumentó que: i) se infringió el artículo 154 de la Constitución, que establece que los proyectos de ley dirigidos a crear, suprimir o fusionar ministerios solo pueden ser presentados por el Gobierno Nacional, y esto no fue lo que sucedió en el caso analizado; y ii) se contravino el artículo 150, numeral 7, de la Constitución, por no establecerse en la ley la estructura del Ministerio que se creó.

La Corte Constitucional acogió estos argumentos indicando que “no es posible adoptar medidas que no correspondan a la función de planeación y que no tengan por finalidad impulsar el cumplimiento del Plan para el correspondiente período presidencial”. En tal sentido, precisó que no era viable subsanar a través de la ley del Plan Nacional de Desarrollo los vacíos relacionados con la estructura del Ministerio porque dicho asunto debía determinarse a partir del procedimiento democrático previsto en la Constitución.

Es más, para la Corte, los artículos 125 y 126 de la Ley 1955 de 2019 ni siquiera subsanaron el vacío en la estructura del Ministerio, pues se limitaron “a otorgarle al Gobierno facultades que la propia Constitución le confería para modificar la estructura de los ministerios, pero no para determinarla (artículo 189.16 de la Constitución)”.

Ahora bien, ¿qué implica que la Corte Constitucional haya declarado inexequibles las disposiciones normativas por las cuales se había creado el Ministerio? ¿Significa que desde la expedición de la Sentencia C-047 de 2021 dicho Ministerio desapareció?

De conformidad con el artículo 45 de la Ley 270 de 1996, “las sentencias que profiera la Corte Constitucional sobre los actos sujetos a su control en los
términos del artículo 241 de la Constitución Política, tienen efectos hacia el futuro a menos que la Corte resuelva lo contrario”. Usualmente, estos efectos se producen desde el mismo momento en el que se publica la sentencia, de manera que, si declara inexequible una norma, esta queda expulsada inmediatamente del ordenamiento jurídico. Sin embargo, tanto el artículo al que se ha hecho referencia, como la jurisprudencia constitucional reconocen la potestad de la Corte de modular los efectos de sus fallos, es decir, de establecer desde qué momento se producen tales efectos y en qué sentido.

Pues bien, con la Sentencia C-047 de 2021, “la inexequibilidad se declaró con efectos diferidos a dos legislaturas completas, contadas a partir del 20 de julio de 2021”. Según la Corte, “la medida del diferimiento se adoptó al tener en cuenta la necesidad de no afectar la continuidad en el cumplimiento de las finalidades constitucionales del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación en los términos del artículo 70 de la Constitución, y los derechos de las personas vinculadas a la entidad y a los programas y proyectos que desarrolla en materia de ciencia, tecnología e innovación”.

Esto significa que con la decisión de la Corte Constitucional el Ministerio no desapareció. Más aún, puede seguir ejerciendo sus funciones. Pero el Congreso de la República cuenta con dos legislaturas, contadas a partir del 20 de julio de este año, para regular de manera completa la estructura de dicho Ministerio, pues una vez cumplidas aquellas, tanto la Ley 1951 de 2019 –que lo creó– como los artículos 125 y 126 de la Ley 1955 de 2019 –que complementaron sus funciones–, saldrán del ordenamiento jurídico y quedará sin fundamento normativo tal Ministerio.

Según el artículo 138 de la Constitución, una “legislatura” se conforma por dos períodos legislativos: el primero va del 20 de julio al 16 de diciembre y el segundo del 16 de marzo al 20 de junio. De acuerdo con lo anterior, el plazo para que el Congreso subsane los defectos en la estructura del Ministerio, siguiendo el trámite legislativo adecuado, vence el 20 de junio de 2023. Hasta esa fecha, dicho Ministerio puede continuar desarrollando sus actividades.

A pesar de que con el plazo concedido por la Corte Constitucional para remediar la situación el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación conserva temporalmente su vigencia y operatividad, un tema estratégico del Estado, como lo es la creación de un ministerio, debería contar con un procedimiento legislativo adecuado y tener claramente definida su estructura desde el momento de su concepción.

Debe recordarse que los ministerios y los departamentos administrativos, como órganos del Gobierno Nacional, cumplen funciones cruciales para la concreción de las políticas públicas. En tal sentido, la creación, modificación y supresión de aquellos debe obedecer a un razonable ejercicio de planeación y no a decisiones improvisadas.

La sentencia de la Corte Constitucional también es un llamado a que se respete el principio democrático en la creación de los órganos del Estado. El Congreso de la República no puede renunciar a su competencia para establecer la estructura de un ministerio, encomendando este asunto al Gobierno Nacional, pues ello no garantiza el grado óptimo de deliberación y afecta la legitimidad de este tipo de decisiones.

Autores

Cristian Andrés Díaz

​Profesor de Derecho Administrativo, Universidad EAFIT

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Medellín debe reenfocar su política contra grupos delictivos

Marzo 22, 2021

Si bien la política criminal contra bandas y combos ha dado frutos, es hora de reenfocarla, mejorarla y adecuarla a la realidad actual. Investigadores aseguran que es la forma de acabar con el llamado “gobierno criminal”, fenómeno que ocurre en sectores afectados por la acción de grupos armados.

En las tres últimas décadas, desde que era considerada la ciudad más violenta del mundo hasta hoy, Medellín ha diseñado y desarrollado una serie de políticas públicas para atacar los fenómenos violentos y generar bienestar y respuestas a las necesidades de las comunidades que los sufren.

Ello le ha dado no solo un reconocimiento internacional, sino que ha permitido fortalecer su gobernabilidad. Un ejemplo es lo siguiente: en 1992, la ciudad tenía una tasa de homicidios de 350 casos por cada 100.000 habitantes y la de 2019 mostró 24 casos por cada 100.000 habitantes.

Aun así, la investigación “Gobierno criminal en Medellín: panorama general del fenómeno y evidencia empírica sobre cómo enfrentarlo”, realizada desde 2016 por Innovations for Poverty Action (IPA), la Universidad de Chicago y la Universidad EAFIT muestra que hoy esas políticas públicas no tienen el impacto esperado y deben reenfocarse y mejorarse.

Para sustentar la tesis, la investigación se basa en un elocuente dato: aún hoy en la ciudad existen entre 15 y 20 grandes bandas armadas que, a su vez, controlan el accionar delictivo de unos 350 combos y que ese accionar va más allá de actividades como el microtráfico, la extorsión, el hurto y el control de los llamados “pagadiarios” o “gota o gota”.

“Hay que entender mejor cómo esto evoluciona en el tiempo, para focalizar otro tipo de políticas. Creo que lo primero que debe hacer el Estado, en particular la Alcaldía de Medellín, es medir mejor esos fenómenos”, dice el profesor Santiago Tobón Zapata, uno de los directores de la investigación, quien dirige el Centro de Investigaciones Económicas y Financieras de EAFIT.

Advierte que se trata de un problema serio, grave, que ocurre hace tiempo y sobre el cual existe la evidencia anecdótica de cómo se manifiesta en muchas partes del territorio, “pero indudablemente nos falta medirlo mejor, de forma más sistemática, frecuente y completa”.

Hombre con capucha negra y arma de fuego en la mano

En Medellín existen entre 15 y 20 grandes bandas armadas que controlan a unos 350 combos. Foto: Róbinson Henao

 

Delincuentes que ocupan el papel del Estado

El también profesor de EAFIT Gustavo Duncan Cruz, del Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas –otro de los directores de la investigación–, explica que las estructuras criminales de Medellín, como ocurre en muchas ciudades del mundo, generan altos porcentajes de violencia y corrompen diferentes niveles de la política y la administración pública.

Pero lo más grave, advierte el académico, es que ejercen funciones similares a las de los Estados, como resolver disputas y problemas comunitarios, imponer reglas de comportamiento, prestar seguridad, administrar justicia y cobrar “impuestos”.

A esas actividades se les conoce como “gobierno criminal”. El problema es que, tal cual funciona ese gobierno criminal en Medellín, no va en contravía del gobierno estatal sino que, todo lo contrario, a veces lo complementa, se nutre de él o se convierte en el espejo para fortalecer su presencia, en especial en territorios con mayor ausencia de institucionalidad, afirma Duncan.

La gente demanda servicios de gobierno, resolver su problema con el vecino y, en muchos contextos, se acerca a la solución más rápida, ágil, contundente y efectiva, y cuando el Estado es incapaz de hacerlo, acude a otros actores de la vida social.

En algunos contextos, esos actores son la administración de un edificio o un líder comunitario y, en otros más extremos, los integrantes de los combos armados, agrega el profesor Tobón Zapata, quien está adscrito al Departamento de Economía de EAFIT.

Finanzas del crimen organizado

La investigación no se queda en la explicación simplista según la cual las grandes bandas criminales son proveedoras mayoristas de droga a combos de menor tamaño para que estos la vendan al detal. O que suelen concentrarse en extorsiones a grandes negocios y rutas de buses, mientras los combos extorsionan a pequeños establecimientos comerciales de barrio y, en ocasiones, a los hogares.

Ahora, unas y otros tienen una diversificada estructura de ingresos que incluye servicios prestados a la industria del narcotráfico, como el sicariato, el cobro de deudas y la protección de rutas de transporte de estupefacientes. Además, imponen multas por mal comportamiento o definen el loteo de predios y el arriendo de bienes para actividades criminales.

Ante esta realidad, la investigación sugiere recomendaciones para enfrentar con éxito ese fenómeno. Ellas son fruto también de los resultados de una encuesta realizada a finales de 2019 en 4.868 hogares y 2.109 negocios de estratos 1, 2, 3 y 4, de 224 barrios de Medellín y 8 de Bello e Itagüí. Algunos de los resultados de esa encuesta son sorprendentes y van en contra de lo que muchas personas e instituciones suponían, según lo revelan las siguientes conclusiones:

Los niveles de gobierno criminal varían mucho a lo largo de la ciudad y en algunos barrios los combos son la autoridad.

El gobierno criminal está correlacionado con la extorsión y los préstamos de dinero conocidos como “gota a gota”. Esto sugiere que la extracción de rentas ilegales es uno de los motivos por los que los combos “gobiernan”.

Los niveles reales de gobierno criminal y de otros fenómenos asociados como la extorsión son mucho más altos que los estimados por las autoridades.

Contrario a lo esperado, incrementar el gobierno del Estado puede aumentar el gobierno criminal
La encuesta reflejó que, pese a que el Estado llega a esas comunidades con una batería de asistencia social, en muchos barrios el combo es mucho más activo en relación con la provisión de diferentes servicios de gobierno.

“En otras palabras, aquellos barrios en donde los combos ejercen más funciones de gobierno son también los barrios en donde la gente se siente más satisfecha y confía más en ellos”, es decir, según la investigación, los ciudadanos ven a los combos como un complemento del Estado porque actúan como intermediarios entre la comunidad y el mismo Estado.

Tal cual funciona el gobierno criminal en Medellín, no va en contravía del gobierno estatal: a veces lo complementa, se nutre de él o se convierte en el espejo para fortalecer su presencia, afirma el profesor Gustavo Duncan.

Cómo reducir el gobierno criminal

Ante estas evidencias, la investigación plantea, como lo expresa el profesor Tobón Zapata, algunos pasos para reducir el gobierno criminal mediante el aumento del gobierno del Estado. Uno de ellos, tal vez el principal y el que debe aplicarse en el futuro inmediato, es hacer más encuestas para conocer mejor el fenómeno, pero con un nivel de representatividad más detallado del barrio y no tanto de la comuna.

En ese sentido, la investigación les plantea un reto importante a quienes diseñan políticas públicas y es que si van a llegar a estas comunidades es porque deben hacerlo con la certeza de que su presencia solucionará sus problemas y no aumentará la decepción y desconfianza de los ciudadanos.

“Es posible que el aumento del gobierno del Estado incremente las oportunidades para que los combos ejerzan funciones de gobierno. Esto puede ocurrir cuando el Estado se concentra en aumentar el ejercicio de algunas funciones y deja otras de lado”, dice una conclusión de la investigación.

Esas otras funciones pueden terminar convirtiéndose en un nicho para que los combos ejerzan o desarrollen ventajas comparativas, “tales como aquellas relacionadas con su conocimiento de las comunidades y su presencia constante en el territorio”, precisa otra conclusión”.

Cuatro recomendaciones

Para los docentes, el mayor logro de la investigación y de los datos arrojados en la encuesta es que les permite no solo hacer las siguientes cuatro recomendaciones, sino ofrecer la experiencia del grupo académico para su implementación:

No volver a implementar la “intervención microterritorial” bajo el esquema previamente utilizado: o no se debe abordar con intervenciones que no sean capaces de suministrar bienes y servicios en la misma medida en la que la llegada de dichas intervenciones aumenta las expectativas de los ciudadanos.

Poner en marcha un proceso para diseñar y ejecutar intervenciones innovadoras dirigidas a enfrentar el gobierno criminal, la extorsión y otros fenómenos asociados con el crimen organizado.

Realizar mediciones anuales sistemáticas sobre la fuerza y la influencia de los grupos de crimen organizado.

Promover evaluaciones de impacto de las intervenciones contra el crimen organizado.

Retos para el Gobierno

Para el profesor Tobón Zapata, la investigación sugiere dos para el gobierno, en especial, el municipal. El primero, tener más capacidad para llegar a los territorios: “No puede siempre repetirse la misma fórmula de los gestores comunitarios o enlaces territoriales” porque requiere, con prontitud, aplicar un sistema más eficiente para llevarle soluciones a la gente.

Y el segundo, el fortalecimiento urgente de las inspecciones de Policía y las comisarías de familia, la cara más cercana del Estado a las comunidades en los territorios. “Estos despachos adolecen de muchos profesionales con el perfil y la actitud adecuados para resolver la cantidad de trámites que siguen en sus anaqueles”, concluye el académico.

¿Cómo evaluar el impacto del "gobierno criminal"?

Considerando que están desactualizadas las mediciones sobre cómo las acciones de los grupos criminales afectan la vida cotidiana, los investigadores aconsejan:

¿Qué medir?

Presencia y existencia de las actividades de grupos de crimen organizado en el territorio.

Provisión de grupos de crimen organizado, de bienes y servicios relacionados con la resolución de problemas comunitarios cotidianos.

Provisión de actores estatales, como las alcaldías y la Policía Nacional, de bienes y servicios relacionados con la resolución de problemas comunitarios cotidianos.

Legitimidad de los grupos de crimen organizado entre los ciudadanos.

Legitimidad de las organizaciones del Estado entre los ciudadanos.

Montos que pagan los ciudadanos en las extorsiones, así sean por aquellas funciones simples como la resolución de conflictos o la seguridad.

Alcances reales de los llamados “pagadiarios” o “gota a gota”.

Ubicación de los llamados mercado de la droga o plazas de vicio, de modo que se pueda saber precios y cantidades.

Con qué otras rentas legales cuentan las estructuras criminales en mercados de bienes legales.

Reclutamiento, uso y vinculación de niños, niñas, adolescentes y jóvenes a los grupos de crimen organizado.

¿Cómo hacerlo?

La investigación sugiere que las mediciones de estos fenómenos se realicen mínimo cada año y por barrios, en Medellín, Bello e Itagüí.

Frente a la realización de las encuestas, recomienda no recoger ningún dato personal, usar técnicas de sondeo cuando las personas no quieran responder, recordarles a los encuestados el carácter anónimo de la encuesta antes de las preguntas sensibles y utilizar cuestionarios cortos.

Autores

Javier Arboleda García

Colaborador.

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El reto de ser Distrito Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación

Mayo 2, 2022

Esa condición implica grandes desafíos para Medellín, que van desde nuevos diseños de gestión pública, fortalecimiento de alianzas público–privadas y herramientas de financiación, hasta hacer realidad un nuevo modelo de desarrollo basado en ciencia, tecnología e innovación, integral e incluyente, y con repercusiones de orden nacional.

Pocos ciudadanos probablemente conocen que, según la Constitución de Colombia, Medellín ostenta la calidad de Distrito Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación. Lo es desde el 14 de julio de 2021, fecha de adopción del Acto Legislativo 01, que la consagra como tal. ¿Qué significa esto para la ciudad y para Colombia? ¿Cuáles son las oportunidades que esta condición representa para el futuro de la capital antioqueña y del sector Ciencia, Tecnología e Innovación (CTeI) a nivel local, regional y nacional?

Como aporte a la discusión de estas y otras preguntas, la Universidad EAFIT fue sede del Foro Medellín Distrito Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación, que tuvo lugar el 9 de marzo de este año, y que contó con el apoyo del Comité Universidad-Empresa-Estado (CUEE) de Antioquia y del G8+ Universidades.

Ese evento se planteó como una discusión pluralista y con perspectiva de ciudad, pues el Distrito sólo tendrá éxito en la medida que sus ciudadanos y sus instituciones se apropien de él y aporten activamente en su construcción. Este artículo busca recoger hitos clave sobre el desarrollo del Distrito hasta el momento, así como algunas perspectivas expresadas por los especialistas que participaron en el Foro.

​​​​​Logro en contexto

A la declaratoria de Medellín como Distrito de CTeI en 2021, le siguió un trabajo normativo en el Congreso de la República que culminó con la adopción de la Ley 2286 el 12 de enero de 2023, que crea una estructura de gobernanza y entrega un conjunto de herramientas con miras a hacer efectiva la condición de Distrito de CTeI, algunas de los cuales destacamos aquí.

En primer lugar, se crea el Organismo Asesor del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación Distrital, que es la “instancia de asesoramiento a las autoridades del Distrito para la implementación del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación".

Esa instancia consta de un mínimo de doce (12) miembros, incluyendo representación de la academia. Está llamado a ser el órgano que emita recomendaciones a las autoridades distritales sobre estrategias y prioridades en materia de CTeI, vigile el funcionamiento del Distrito, y haga advertencias cuando sea necesario aplicar correctivos.

Otra de las herramientas establecidas, muy llamativa para las instituciones que desarrollan actividades de CTeI, serán las Zonas de Tratamiento Especial, en las que se buscará “fortalecer y facilitar el desarrollo de todo tipo de actividades de Ciencia, Tecnología e Innovación".

Según lo reglamenten las autoridades distritales en cabeza del Concejo Distrital, en estas Zonas se podrían facilitar procesos que hoy dificultan el crecimiento de los emprendimientos de base científico-tecnológica o spin-offs, la utilización de equipos e insumos necesarios para llevar a cabo procesos de investigación y desarrollo tecnológico, y la formación de capital humano en todos sus niveles y su inserción en el entorno laboral, entre otras posibilidades.

Especialistas de diversos sectores sociales, políticos, académicos y económicos participaron en el foro convocado por EAFIT. 

Especialistas de diversos sectores sociales, políticos, académicos y económicos participaron en el foro convocado por EAFIT.

En cuanto a herramientas de tipo financiero, se destaca la creación del Fondo Distrital para la Financiación del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación, que puede recibir recursos de entidades del orden nacional, así como “recursos económicos públicos o privados, de cooperación internacional, donaciones u otras modalidades, para la financiación de programas y proyectos de interés científico, tecnológico y de innovación para el Distrito".

Otros instrumentos de este tipo incluyen los estímulos tributarios para empresas de base tecnológica instaladas en el Distrito, la nueva Estampilla Pro-Innovación y el acceso directo a recursos de cooperación internacional. 

Al mismo tiempo, sobre estos estímulos, el profesor y director de Desarrollo Económico y Social de ProAntioquia, Alejandro Torres, advierte que “los incentivos tributarios son importantes pero no son definitivos al final del día. Si no están acompañados de un ecosistema real de CTeI, terminan siendo accesorios, y pueden terminar erosionando el presupuesto del Distrito".

Es importante también crear consciencia sobre las implicaciones de este proceso de construcción en el nivel nacional. El vicerrector de CTeI Antonio Copete apunta que “Antioquia da ejemplo sobre lo que se podría y se debería hacer en el resto del país en desarrollo de capacidades en CTeI", y el viceministro de Conocimiento, Innovación y Productividad de Minciencias, Sergio Cristancho, agrega que “el Distrito sería un escenario ideal como sand-box regulatorio, en el que se podrían explorar y probar muchas políticas a nivel nacional".​ 

“Somos Distrito porqu​e Medellín es una fuente fructífera de creatividad, emprendimiento y patentamiento. En las aulas, en los grupos de investigación, en las empresas hay una apuesta seria por la innovación". David Hernández, vicerrector  de Extensión U de Antioquia​​

​Aspiraciones y desafíos 

Existen múltiples aspiraciones y desafíos de acuerdo con lo expresado por los panelistas del Foro del Distrito de CTeI, y que se pueden abordar a través de los ejes Academia, Empresa, Estado y Sociedad.​

Para el Estado, representado en el encuentro académico por la Alcaldía y el Concejo Distrital, una parte importante de sus responsabilidades se centran en el desarrollo e implementación de la política distrital de CTeI, la reglamentación de las herramientas que contempla la Ley 2286, y la generación de las condiciones que el Distrito requiere a través de marcos de política como el de innovación transformativa.

Al respecto, Santiago Echavarría, director del Centro de Ciencia y Tecnología de Antioquia (CTA), destaca la importancia de acompañar esas políticas de largo plazo con planes de CTeI que se renueven cada tres o cuatro años, y que contengan metas e indicadores muy claros, que se midan constantemente.

Desde la Academia, el Vicerrector de Extensión de la Universidad de Antioquia, David Hernández, enfatiza la discusión social aplicada sobre la discusión jurídica: “Somos Distrito porque Medellín es una fuente fructífera de creatividad, emprendimiento y patentamiento". Y agrega que las universidades han cumplido un rol fundamental en el desarrollo de esta vocación.

Hernández resalta la importancia de las universidades en la educación precedente, es decir, en la asesoría a instituciones educativas para incentivar la creatividad y la innovación desde las edades más tempranas.

Desde el punto de vista empresarial, Yaneth Londoño, CEO de la firma textil Offcorss, y Catalina Isaza, creadora de la spin-off de dispositivos médicos Innmetec, coinciden en resaltar la importancia de los impactos del Distrito en el desarrollo de talento humano, y en el fortalecimiento de conexiones en el ecosistema de Medellín, entre emprendedores, las grandes empresas, la universidad y el Estado.

Londoño subraya la importancia de los incentivos fiscales para las pequeñas y medianas empresas, que enfrentan muchas dificultades a la hora de invertir en innovación y mejoramiento de la productividad, y asegura que el sector textil puede hacer grandes innovaciones en temas como el desarrollo de fibras y nuevos materiales que se pueden potenciar a través de las herramientas del Distrito.

Por último, como voz de la sociedad civil organizada, Javier Márquez, cofundador de la Corporación Ecológica y Cultural Penca de Sábila, expresa sus preocupaciones por las crisis de tipo social y ambiental que afronta el Distrito, y hace un llamado a tener una visión integral del territorio, para que sus instrumentos beneficien y sean aprovechados por sectores sociales como las comunidades étnicas y campesinas que son parte integral de la ciudad.

El establecimiento del Distrito y sus herramientas abren una ventana de oportunidad para una transformación real basada en la ciencia, la tecnología y la innovación. Está en manos de todos como ciudadanos y como instituciones asumir la responsabilidad de aprovecharla, y que se convierta en un modelo de desarrollo innovador para todo el país.

Autores

Antonio Copete

Vicerrector de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Tatiana Guerrero

Colaboradora.

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Semilleros presentan resultados de sus proyectoss

Enero 26, 2022

Más de 1700 estudiantes hacen parte de los 128 semilleros de investigación que tiene la Universidad EAFIT. Esta es una muestra de los proyectos desarrollados durante el año 2021.

Análisis a un prototipo de motor cohete

El semillero de investigación en Cohetería y Propulsión realizó pruebas de carácter analítico que permitieron identificar cómo interactúa la combustión al entrar en relación con cada uno de los elementos que hacen parte de un prototipo de motor cohete.

“El motor cohete es el sistema que transforma la energía calórica en energía cinética, producto de una reacción química en una cámara de combustión –explica el semillero–.

En dicha reacción se generan gases que son expulsados por la tobera, es decir, un dispositivo que acelera el flujo de estos y que son los responsables de generar el empuje necesario para que el cohete se impulse en sentido contrario a los gases de combustión”.

El análisis fue necesario para tener un mayor conocimiento de los diferentes fenómenos involucrados en ese proceso y responder una pregunta clave: ¿la cámara de combustión soportará la presión máxima interna?

Para ello, utilizaron una herramienta de cálculo computacional conocida como FEM que permitió simular condiciones de presión interna y verificar que su comportamiento esté dentro de los límites establecidos por el factor de seguridad de diseño relativo a las propiedades mecánicas del tubo motor.

Lo que sigue es probar el motor cohete. Para ello realizarán dos experimentos que permitirán entender el desempeño termoquímico y mecánico del motor, y comparar con los cálculos analíticos y numéricos ya realizados. En el proyecto participan los estudiantes Simón Emilio Suárez y Juan Pablo González, de Ingeniería Física; y Pedro Gómez Bedoya, Juan José Arrubla y Juan Camilo Isaza, de Ingeniería Mecánica. Son orientados por los profesores Francisco Javier Botero y Juan Sebastián Rodríguez.

Un motor cohete está sometido a diferentes fenómenos que obligan a su estudio exhaustivo por medio de pruebas. Foto Shutterstock.

Estrategias pedagógicas para impulsar el emprendimiento

Dos investigaciones relacionadas con la educación realizó el semillero de investigación en Innovación y Emprendimiento, bajo la orientación de la profesora Alejandra Vidal.

La primera examinó el uso de los juegos formativos en la enseñanza de los cursos de emprendimiento, a partir del diseño de un instrumento que permitió conocer la percepción de los estudiantes sobre el fortalecimiento de ciertas habilidades y/o la apropiación de conceptos claves de esta área.

“Descubrimos que el juego fue más efectivo para mantener concentrados y participativos a los alumnos, circunstancia de vital importancia para el aprendizaje. Prefirieron el juego en vez de participar en una conferencia de emprendedores”.

Fue realizada por los estudiantes Ana Isabel Arenas, de Comunicación Social; Paulina Botero, de Negocios Internacionales; Isabella Echeverri, de Ingeniería Matemática, y Jhon Michael Ramírez, de Mercadeo.

Esta es la cartilla producto de comunicación de la ciencia de este semillero.

 

La segunda tiene que ver con herramientas de aprendizaje exitosas para mejorar la experiencia de los estudiantes en las clases virtuales. Esta investigación cualitativa incluyó encuestas a estudiantes indagando por las actividades que más habían contribuido a su aprendizaje durante la virtualidad y entrevistas en profundidad a 37 docentes.

De ahí nació un producto de comunicación de la ciencia: la guía Conectados que presenta consejos, guías de actividades y plataformas virtuales para mejorar las dinámicas de una clase.

El proyecto fue realizado por los estudiantes Santiago Torres y Sofía Jaraba, de Administración de Negocios; Miguel Sosa, de Ingeniería de Sistemas; Valentina Carvajal, de Ingeniería Civil; Estefanía Barreneche y Valentina Tobón, de Ingeniería de Diseño de Producto.

Robot cartesiano para agricultura de precisión

El semillero de investigación en Agroindustria investiga y construye una plataforma robótica para el sector agrícola que ha llamado AgriculBot. Este robot permite automatizar el cuidado de algún cultivo en sus primeras fases. Gracias a él, es posible obtener el espectro en radiancia de los ejemplares del cultivo analizados en sus estados iniciales de desarrollo.

Esto último es lo más interesante para el semillero, pues permite recopilar, para luego analizar, cuál es la respuesta espectral del cultivo ante ciertas deficiencias nutricionales o la incidencia de algún patógeno.

“Al trabajar la llamada ‘agricultura de precisión’, soportada en herramientas como la visión artificial basada en sistemas de captura multiespectrales, se abren las puertas a analizar y entender un mundo que va mucho más allá del espectro visible, logrando adquirir información de importancia para el cuidado, clasificación y control de crecimiento de los cultivos que normalmente no está al alcance inmediato”, explica el semillero.

El proyecto sigue en curso mediante la implementación de mejoras al sistema de captura de imágenes, por ejemplo con la adaptación de un sistema de iluminación a medida de las necesidades y de la misma plataforma.

El semillero está conformado por el egresado de Ingeniería de Producción Juan José Bedoya, los estudiantes del mismo pregrado Felipe López, Isabel Cristina Ramírez, Manuel David Restrepo, Susana Tilano Flórez y Samuel Vásquez, y la estudiante de Ingeniería Física Manuela Ramos. Es coordinado por los profesores Alejandro Marulanda y Carlos Mario Echeverry.

Mejores colegios: las condiciones socioeconómicas y el desempeño escolar

Aunque el sector educativo colombiano genera gran cantidad de información, esta no siempre se utiliza de manera eficiente por los tomadores de decisiones para mejorar el sistema y el aprendizaje de los estudiantes.

Por ejemplo, a pesar de que es bien sabido que las condiciones socioeconómicas están altamente relacionadas con el desempeño escolar, las clasificaciones de los colegios se suelen basar en promedios simples de los puntajes obtenidos por los estudiantes en pruebas estandarizadas, sin diferenciar el efecto de las condiciones socioeconómicas, lo que resulta problemático porque conduce a una aproximación sesgada del valor agregado de los establecimientos educativos. El estudiante Alejandro Arenas, de Economía, orientado por los profesores Santiago Bohórquez y Mónica Patricia Ospina, desarrolló una herramienta de consulta que permite a cualquier persona mirar el o los colegios de su interés, para compararlos y tomar decisiones a partir de un panorama más completo y preciso de la calidad.

 

Grupo de investigación al cual está adscrito el semillero: Estudios en Economía y Empresa, de la Escuela de Economía y Finanzas.

 

Esa herramienta es una visualización de datos que incluye indicadores sobre el desempeño relativo de los colegios, la distribución de sus estudiantes y su progreso en el tiempo, con base tanto en los puntajes ajustados como en los originales. El proyecto hace parte del semillero de investigación de Estudiantes de Economía (SIEDE).

La inteligencia artificial ayudaría a la descongestión judicial

El semillero de Derecho Procesal estudió cómo los sistemas expertos y el machine learning, tecnologías asociadas a la inteligencia artificial, podrían apoyar a la administración de justicia en el trámite de procesos judiciales, en especial en los llamados procesos ejecutivos, que son aquellos encaminados a garantizar un derecho que el demandante ya tiene reconocido.

Con la investigación se concluyó que “atendiendo la necesidad de descongestionar los juzgados y brindar decisiones acertadas, sistemas implementados con base en la inteligencia artificial brindarían un apoyo a los jueces, ya que los procesos ejecutivos son los que en mayor proporción se adelantan en Colombia. De esa forma, se optimizarían los tiempos utilizados en su quehacer diario, obteniendo mejores resultados para una adecuada y pronta administración de justicia”.

La propuesta, dicen los investigadores, no busca desplazar la autoridad del juez ni su poder de decisión: “Estos sistemas deben respetar la esencia de la función jurisdiccional y los principios del Derecho Procesal, pero bien podrán ser una herramienta que apoyaría al juez en el cumplimiento de su actividad, en especial en lo relativo a los procesos ejecutivos”.

El estudio lo hicieron los estudiantes Andrés Hurtado, Carmen Gómez, Carolina Londoño, Ricardo Zuluaga, Carolina Trujillo, Juan Pablo Jaramillo, Ana Isabel Vélez, Carolina Cortés, Manuela Posada y Alejandro Castaño, bajo la orientación de los profesores José David Posada y Eugenio David Andrés Prieto.

Conocer y fortalecer hábitos en la comunidad eafitense

La pandemia y los confinamientos cambiaron la forma de vivir, impactando los hábitos que se tenían. El semillero Psicosalud adelanta el proyecto Conozcamos y fortalezcamos hábitos en la comunidad eafitense que quiere identificar hábitos para diseñar estrategias orientadas a la modificación de aquellos que son más nocivos. Para esto realizó entrevistas y encuestas a
estudiantes, profesores y administrativos.

Se encontró que en los tres grupos los cambios más significativos se concentraron en la alimentación, la actividad física y el autocuidado mental: en los administrativos se alteró el sueño, mientras que en estudiantes y profesores hubo mayor variación en el autocuidado físico. El 49% de los profesores reportó tener muchas ocupaciones que no les permitieron una buena alimentación ni un correcto autocuidado físico. Además, no realizaron actividad física debido a muchas responsabilidades (56%) y al cambio de rutina (50%).

 

Foto: Pixabay.

Asimismo, un 56% dijo no saber cómo establecer hábitos de autocuidado mental (56%). En los estudiantes se encontró que las ocupaciones impidieron cambiar hábitos de alimentación (47%), actividad física (62%) autocuidado físico (48%) y autocuidado mental (54%). También, las responsabilidades obstaculizaron los hábitos de autocuidado mental (46%) y de actividad física (56%).

Además, comentaron no saber cómo adquirir hábitos de autocuidado mental (53%) ni de alimentación (50%). Para los administrativos, sus ocupaciones no les permitieron hacer cambios en su actividad física (56%) y tuvieron problemas de sueño (48%).

El proyecto es orientado por la profesora Mariantonia Lemos y ejecutado por los estudiantes Angélica Lopera, María Alejandra Duarte, Carla Maldonado, Natalia Aguilar, de Psicología; Susana Torres y Henlly Cifuentes, de la maestría en Estudios del Comportamiento; Evelyn Corrales, egresada de Negocios Internacionales, y Catalina Gaviria, estudiante externa.

La inteligencia artificial ayudaría a la descongestión judicial

Las empresas de transporte público de pasajeros requieren aumentar sus ingresos, mejorar la calidad del servicio y reducir los costos de operación y mantenimiento. La investigación Integración de las políticas de mantenimiento y operación para la toma de decisiones en un sistema inteligente de transporte busca identificar la información necesaria para el sector que puede ser recogida y procesada con tecnología de sistemas inteligentes de transporte.

Además, desarrollar un sistema de apoyo para la toma de decisiones que ayude a considerar diferentes escenarios y resultados, apoyando la gestión de la operación y el mantenimiento en esas estructuras de transporte. El proyecto es de los semilleros de investigación en Mantenimiento (SIME) y en Sistemas Inteligentes de Transporte (SiSIT), integrados por estudiantes de pregrado, posgrado, egresados y profesores.

Los estudiantes investigadores son: de Ingeniería Mecánica, Carlos Andrés Castaño, Martín Rosendahl, Nafer Lizarazo, Alejandro López, Sebastián Castiblanco, Jorge Páez, Fernando Pereira, Sebastián Ibarra, Armando Pérez, Felipe Acosta y Kevin Giraldo; de Ingeniería Civil, Johana Puerta; de Ingeniería Matemática, Myllee Mosquera; de la especialización en Mantenimiento Industrial, Marco Navas, Andrés Rojas y Sebastián Cañas; y de la maestría en Ingeniería, Tomás Ramírez y Carlos Jiménez. Los profesores coordinadores son Gustavo Adolfo Villegas, Leidy Marcela Dueñas y Mauricio Toro.

Estudio de la técnica holografía digital

Durante sus nueve años de recorrido, el semillero de Holografía se ha destacado nacional e internacionalmente por desarrollar proyectos relacionados con la holografía analógica. Esta es una técnica que permite registrar la información tridimensional de los objetos en un material fotosensible.

Este año incursionó en el estudio de la denominada holografía digital, dado su progreso y aplicación en campos como la medicina y la biología. Esta técnica permite hacer el registro y reconstrucción numérica (por medios computacionales) de objetos físicos, lo cual posibilita recuperar información tanto de amplitud (intensidad) y fase (forma, textura) del objeto estudiado.

Su proyecto actual consiste en el montaje y registro de un holograma digital a color empleando fuentes de iluminación monocromáticas, con el objetivo de introducir en el semillero fundamentos y herramientas elementales de la holografía digital: desde la configuración de montaje óptico, pasando por el registro a través de sensores CCD hasta la reconstrucción numérica del holograma registrado en equipos de cómputo.

De esa forma se apropian los conceptos computacionales involucrados en esta técnica para su uso en proyectos posteriores orientados a aplicaciones específicas.

El semillero es coordinado por el profesor Carlos Alejandro Trujillo y está conformado por los estudiantes de Ingeniería Física Tomás Vélez, Isabella Gómez, Cristian Lopera, José Hernán Ortiz y Sofía Obando, y por la estudiante de la maestría en Física Aplicada María Josef Lopera.

Los semilleros de investigación representan un eslabón fundamental en el proceso de investigación formativa dentro de la Universidad EAFIT.

Un índice para medir el incumplimiento de la deuda pública

El alto nivel de endeudamiento por parte de los gobiernos es probablemente una consecuencia de las bajas tasas de interés reales observadas en las últimas décadas en las economías y el incremento en la liquidez inyectada en el mercado por parte de los principales bancos centrales del mundo.

Estos altos niveles de deuda soberana incrementan la probabilidad de la ocurrencia de crisis financieras y económicas, debido a que es más complicado refinanciar la deuda y las políticas fiscales se hacen menos efectivas.

“Nuestra investigación propone la estimación de un índice de incumplimiento soberano que mida la probabilidad de que el gobierno no pueda cumplir con sus obligaciones financieras”, explica el semillero Bufete Financiero.

Para eso, identificaron y analizaron las variables financieras y económicas relacionadas con el riesgo de crédito del gobierno. Luego utilizaron un algoritmo de inteligencia artificial para estimar las probabilidades de incumplimiento de la deuda.

“Al usar la mayor cantidad de información disponible, las técnicas computaciones de machine learning permiten estimar dichas probabilidades de forma más acertada que con otras metodologías tradicionales de predicción”, aseguran los investigadores.

Igualmente, destacan que “el índice de incumplimiento brinda información para el diseño de la política monetaria y la medición y regulación del riesgo, al arrojar luz sobre los efectos de las acciones de política monetaria en Colombia sobre el riesgo de incumplimiento del gobierno y la posibilidad de incumplimientos generalizados en los países en desarrollo que podrían desestabilizar la economía global”.

El trabajo es de los estudiantes Juan Pablo Galeano, de Finanzas, y Luis Enrique Mena, de Economía, quienes estuvieron dirigidos por las profesoras Lina Marcela Cortés y Stephanía Mosquera.

La toma de decisiones en la relación profesor-estudiante

La estudiante Carolina Valle, de Psicología, bajo la tutoría del profesor Horacio Manrique Tisnés, estudió cómo es la toma de decisiones en los distintos modos de interacción que se pueden dar entre un profesor y sus estudiantes: individuales, interindividuales y transindividuales.

Ellos explican así su trabajo, el cual se realizó dentro del semillero Método Analítico y Toma de Decisiones: “Nuestra investigación fue de índole analítica y hermenéutica. Hallamos pocos estudios sobre la toma de decisiones en la interacción profesor-estudiante y ninguno ha estudiado el tema desde una perspectiva individual, interindividual y transindividual. Evidenciamos cierta falta de interés investigativo en relación con la participación del otro en la toma de decisiones en esa interacción y sus posibles repercusiones en los implicados y el medio. Emprendimos una construcción teórico-reflexiva sobre los conceptos centrales de la investigación. De aquí surge una propuesta práctica que implica la consideración por el otro en la toma de decisiones en la interacción profesor-estudiante. En ella es importante ser conscientes de los efectos que lo elegido tiene en los partícipes, así como de los posibles efectos formativos y transformativos que pueda llegar a tener”.

 

En el rastreo documental se encontraron pocos estudios referidos a la toma de decisiones en la interacción profesor-estudiante. Foto: Juan Gonzalo Betancur.

Análisis a modelos centrados en el servicio y consumo responsable

El semillero en Estudios de Mercadeo (Smart) investigó cómo empresas manufactureras del Área Metropolitana del Valle de Aburrá y de Bogotá avanzaron en el proceso conocido como “servitización”, es decir, cómo cambiaron de un modelo de negocio centrado en el producto a un modelo centrado en el servicio.

“La principal implicación teórica de este estudio se encuentra en el aporte que se realiza al conocimiento del proceso de servitización, el cual ha sido poco estudiado en Colombia y en Latinoamérica”, afirma el semillero.

Entre las implicaciones prácticas está que los hallazgos pueden ser del interés para los sectores manufacturero y académico, pues aportan conocimientos teórico-prácticos a partir de estudios de los principales autores del mundo sobre la servitización. Asimismo, a las prácticas empresariales que incrementan la competitividad, la sostenibilidad y las relaciones con los clientes.

Los estudiantes que realizaron el trabajo fueron Carolina Duque y Mateo Gómez, de la maestría en Mercadeo; Diandra Escobar y Laura Villanueva, de Negocios internacionales, y Mariana Vélez, de Ingeniería de Diseño de Producto. Fueron acompañados por los profesores María Claudia Mejía y Mauricio Bejarano.

Del mismo modo, el semillero realizó la investigación Influencia del consumo socialmente responsable en la intención de compra hacia productos cosméticos, en la que trabajaron los estudiantes Ana Isabel Arenas e Isabela Picón, de Comunicación Social; Sara Jiménez, de Mercadeo, y Lina Tatiana Sánchez, del MBA, dirigidos por los profesores María Claudia Mejía y Ana María Ortega.

Cómo la pandemia introdujo cambios en los procesos de auditoríal

La auditoría externa, como muchas otras actividades profesionales en el mundo, cambió y renovó sus prácticas a causa de las restricciones derivadas por la pandemia del COVID-19. Por ello, el semillero de investigación en Control, Auditoria y Riesgos trabaja en identificar esos cambios ocasionados por la pandemia desde la mirada de las firmas de auditoría.

Al finalizar, se habrán identificado transformaciones que pudieron afectar la calidad de los trabajos de auditoria, así como también prácticas que fueron adoptadas en el marco de esta contingencia y que podrían seguirse implementando en las acciones futuras de la auditoria externa.

El proyecto contempla entrevistas a auditores senior, socios y líderes de equipos de auditoria de empresas de diferente tamaño para establecer como las mismas han respondido a la oferta tecnológica y la digitalización de procesos antes y después de la pandemia.

En esta iniciativa participan los estudiantes Jonathan David Armijo, María Camila Pérez, Sandra Milena Hoyos, Alejandra Gutiérrez, María Salomé Mafla y Pablo Emilio Fonseca, de Contaduría Pública, quienes son dirigidos por el profesor Diego Armando Jurado.

Influencia de la personalización política en las elecciones

Para comprender más el efecto que tiene un líder en la movilización electoral de un determinado partido político, el semillero de investigación en Partidos Políticos y Elecciones trabaja en el diseño de una medida cuantitativa que valore el impacto personal de ese líder en una organización de ese tipo.

“Planteamos el Índice de Personalización Partidista (IPP), el cual analiza los votos por candidato respecto a los votos que obtuvo su partido en un determinado distrito electoral –manifiesta el semillero–. Que sean personalidades quienes logren movilizar más votos que el propio partido al que pertenecen es una demostración de la existencia y fuerza de un tipo de liderazgo personal”.

Aparte del conocimiento de esa realidad, se busca ofrecer una interpretación que suscite la reflexión de los ciudadanos sobre su papel al votar, pues “podemos ayudar a que los candidatos opten por avales de partidos con los que se identifican por su programa y principios, en lugar que el aval sea un cálculo estratégico de los partidos”.

 

El estudio del semillero evalúa lo ocurrido en las elecciones para Congreso de la República. Foto: Juan Gonzalo Betancur.

 

Del mismo modo, entender que si los ciudadanos dejan de votar se promueve que ciertos municipios sean de poco interés para los partidos, lo que facilita que una persona logre el control de los pocos votos que existen: “Con eso disminuye la posibilidad de que los diferentes intereses y voces de una comunidad logren la representación en los espacios de decisión política”. En el trabajo participan las estudiantes Miranda Guerra y Sara Sofía Arcila, del pregrado en Ciencias Políticas, bajo la dirección de la profesora Adriana Ramírez.

Hacer periodismo en cómic y con cámaras de 360 grados

El semillero de investigación y creación en Narrativas Periodísticas explora dos formas emergentes que adquiere hoy el relato informativo o de no ficción. En un primer proyecto, realiza testimonios periodísticos con víctimas y victimarios del conflicto armado colombiano experimentando en la producción de videos con imágenes de 360 grados.

El trabajo emplea dos elementos que al unirse se abren camino en el periodismo actual: el trabajo de reportería y composición narrativa del testimonio periodístico, y las posibilidades que brindan las imágenes de 360 grados.

Aquí participan los estudiantes Laura Restrepo, Marianna Sigalotti, Simón Felipe Barrera y Jossi Esteban Barboza, de Comunicación Social, así como Sofía Castellanos, de Ciencias Políticas.

Del mismo modo, el semillero diseña, investiga y realiza un cómic periodístico interactivo, iniciativa que surgió de sus diálogos con el grupo directivo de Saberes de Vida.

Este proyecto consiste en la realización de un reportaje en formato de cómic que se publicará en una plataforma digital que permite la interactividad del lector. El reportaje gira en torno a la historia de Alimentos Casai, un caso exitoso de innovación empresarial y social que tiene como empleados a víctimas y victimarios del conflicto armado.

En este proyecto trabajan las estudiantes Camila Bettin, Natalia Andrea Martínez, María Victoria Avendaño, Isabel Cristina Zapata, Eloísa Barriga y Juanita Donato, todas de Comunicación Social.

Los dos proyectos son orientados por los profesores Carlos Mario Correa, Alfonso Buitrago y Juan Gonzalo Betancur.

Aspecto del cómic periodístico titulado La audacia instintiva de un emprendedor. Foto: Cortesía del proyecto.

 

Más y mejores datos para entender sistemas de montaña complejos

Preguntas del tipo ¿cómo se comparan las tasas de erosión de largo plazo con las tasas de erosión en el corto plazo?, ¿cómo son esas tasas de erosión en áreas de conservación y áreas de actividades industriales del tipo agroindustria y/o minería?, hacen parte de la investigación de Santiago Noriega Londoño, estudiante del Doctorado en Ciencias de la Tierra, de EAFIT, integrante del semillero en Geología Regional y Geoquímica.

El proyecto plantea la necesidad de cambiar el paradigma actual de las Ciencias de la Tierra (de las que hacen parte la Geología, Hidrología y Meteorología, entre otras), en particular en el campo de la geomorfología aplicada.

“La geomorfología cuantitativa aparece como una importante área de las Ciencias de la Tierra, relativamente nueva en Colombia, que permite aplicar el  conocimiento adquirido en la resolución de problemas concretos en sistemas de montaña complejos como los Andes del Norte, en especial en proyectos de desarrollo de infraestructura, desarrollo urbano, gestión del riesgo, patrimonio geológico y geoconservación en el territorio nacional”, afirma Santiago Noriega.

Dentro de los retos está el enfocar los esfuerzos a la producción de datos cuantitativos de alta calidad y a diferentes escalas espaciotemporales, permitiendo una valoración más integral de las relaciones de magnitud y frecuencia de los procesos naturales que puedan afectar las actividades humanas.

Para ello, se exploró un conjunto variado de herramientas y técnicas analíticas que abren caminos a la interdisciplinariedad y que buscan concentrar los esfuerzos académicos y gubernamentales hacia un mejor entendimiento del medio natural, así como optimizar la gestión del riesgo y la planeación del territorio.

El proyecto es dirigido por los profesores María Isabel Marín y Sergio Andrés Restrepo.

 

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Revista Universidad EAFIT

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¡Contemplen el Museo de los Esfuerzos Inútiles!

Mayo 2, 2022

Tres semilleros de la Universidad EAFIT se unieron para idear y desarrollar este proyecto de investigación-creación en el que se exhiben 13 objetos inútiles  de manera articulada con 13 obras musicales, acompañados, cada uno, de una microficción literaria. La iniciativa tiene su origen en el cuento de la escritora uruguaya Cristina Peri Rossi, El museo de los esfuerzos inútiles, escrito en 1983. En 2023 esperan instalar la exposición en Medellín y El Retiro.

1. Trapeadora con cerdas de acero. El esfuerzo inútil de la pulcritud.

2. Casco frágil. El esfuerzo inútil de proteger y protegerse.

3. Kit Matscota El esfuerzo inútil de buscar relaciones no conflictivas.

¿Tendrá utilidad una trapeadora con cerdas de acero?, ¿o quizás un levantador de meñique?, ¿o qué tal intentar comerse una torta de tiza?, ¿o protegerse con un casco frágil? Todo esto es posible en el universo de lo inútil, o bueno, en el Museo de los Esfuerzos Inútiles, un proyecto en el que se encuentran la música, la literatura y la escultura, una crítica que en palabras del profesor Rodrigo Henao Arango, del Departamento de Música de la Universidad, le apunta al por qué todo debe ser útil o servir para algo.

En este escenario de lo inútil convergieron los semilleros Musux, de investigación artística y adscrito al Departamento de Música; Sin-H, de investigación en narrativa y hermenéutica literaria, que hace parte del pregrado en Literatura; y Errante, del programa de Ingeniería de Diseño de Producto.

Según el catálogo de esta iniciativa, “se trata de un trabajo interdisciplinar en el que los semilleristas experimentan en conjunto con técnicas de investigación-creación y procuran el descubrimiento de espacios novedosos de percepción e ideación". Su propósito es “sumergir al visitante en una experiencia sensorial y cognitiva que lo involucre en reflexiones e imaginaciones sobre la utilidad e inutilidad de muchas prácticas, deseos y proyectos humanos".

Hasta el momento son trece la cantidad de objetos, piezas musicales y relatos de microficción que integran esta instalación, inspirada en el cuento El museo de los esfuerzos inútiles, de la escritora uruguaya Cristina Peri Rossi (Seix Barral, 1983), una obra que reflexiona sobre el hombre y todas sus inventivas y propósitos. “Es muy curioso que los esfuerzos inútiles se repitan […] Un hombre intentó volar siete veces, provisto de diferentes aparatos; algunas prostitutas quisieron encontrar otro empleo; una mujer quería pintar un cuadro; alguien procuraba perder el miedo; casi todos intentaban ser inmortales o vivían como si lo fueran", se lee en uno de sus apartes.

1. Monóculo de sol. El esfuerzo inútil de tapar el sol con un dedo

2. Levantador de meñique. El esfuerzo inútil de  aparentar por encajar

3. Sombrilla. El esfuerzo inútil de estar cómodo siempre

Y justo ese tipo de reflexiones llevaron a los creadores de esta iniciativa en EAFIT a concebir una exhibición en espacios que corresponden a cuatro lugares de la vivienda familiar tradicional: sala de estar, baño, biblioteca y dormitorio.

La sala de estar, por ejemplo, apela a la tensión entre lo perfecto y lo imperfecto, a representar una apariencia de orden y control. Esta cuenta con tres objetos: kit Matscota, el esfuerzo inútil de buscar relaciones no conflictivas; la trapeadora con cerdas de acero, el esfuerzo de lo inútil de la pulcritud; y el casco frágil, el esfuerzo inútil de proteger y protegerse.

Y en el baño se encuentran el monóculo de sol, el levantador de meñique y la sombrilla, como expresiones de una “búsqueda de lo que no está a la vista"; en la biblioteca, concebida como el espacio donde chochan “la apariencia y los deseos auténticos", se ubican el reloj aleatorio, una calculadora sin operadores y la torta de tiza. Mientras que en el dormitorio, donde se suprime toda regla, se tienen una máscara transparente, un condón de encaje, unas zapatillas para sin correr y un juego de té poroso.

Lo inútil de hacer lo útil

El profesor Rodrigo Henao es uno de los gestores de este proyecto. Cuenta que lo pensaron hace cerca de dos años y que a partir de las obras musicales que su semillero creó, los de Ingeniería de Diseño de Producto planearon un objeto. A su vez, los de Literatura le hicieron una especie de curaduría a cada elemento, y, de esta manera, le dieron vida a algo así como un manual de instrucciones irónica, “un manual de uso, un poco simpático, porque obviamente una cosa inútil no tiene uso, pero ellos le dieron su uso".

1. Reloj aleatorio. El esfuerzo inútil de medir el tiempo

2. Calculadora sin operaciones. El esfuerzo inútil de comprender el universo por medio de la abstracción.

3. Torta de tiza. El esfuerzo inútil de hacerlo todo un espectáculo. 

Henao explica que en Ingeniería planearon la parte museográfica. “Somos un proyecto muy artístico. Nosotros, por ejemplo, componemos música como inmersiva. Nuestra música está diseñada para ser 'espacializada', el público está en la mitad y así ocurre en esta presentación. Los objetos están distribuidos en la sala y cuando alguien entra se ilumina un objeto y suena la música de dicho objeto, a la vez que se ve el cuento".

¿Y los nombres de las obras musicales? En la misma línea de los objetos: Carta al tiempo, Predecir lo impredecible, Cirugía plástica, El esfuerzo de lo inútil, Enamorarse, Traducir sentimientos, Dormir dentro del arpa de un piano, Vivir en un sueño, Volver sobrio al adicto, Lo inútil de hacer lo útil, Libertaria y Lo inútil de hacer arte. Todas creaciones de estudiantes y de profesores del Departamento de Música de EAFIT.

Y reitera el docente: “Mi obra es la inutilidad del arte, porque si uno se pone a pensar, un cuadro no sirve para nada, la música tampoco sirve para nada, es que fuera de la parte estética, uno no puede hacer nada con eso (risas). Y lo mismo la literatura, porque si uno habla de ficción hasta está hablando de mentiras. Es muy filosófico esto, es reivindicar esa parte de lo inútil, que es volverlo útil. Es darnos cuenta de que a veces lo útil puede ser más inútil".

Siguiendo con el catálogo, y en línea con la percepción de Henao, “la idea es que a través de materializaciones objetuales, sonoras y textuales se active un ánimo exploratorio en torno al sentido de muchos esfuerzos vitales e, incluso, en torno a la necesidad de acoger lúcida y estéticamente su sinsentido".

¿Sinsentido? Como se diría en el barrio, 'se le tiene'. Se trata del Levantador de meñique, sobre cuyo uso escribe Matilda Lara: “Para hacer uso de su levantador de dedo, introduzca el dedo meñique en el objeto y acomódelo en la última falange como si fuese un anillo. Luego, compruebe que el objeto funciona correctamente intentando flexionar su dedo. Si se mantiene inmóvil, funciona. De lo contrario, puede que esté defectuoso o que la talla deba ajustarse. De ser así, por favor comuníquese con nosotros". Así comienza este pequeño relato de ficción, titulado Levantador de meñique, y que acompaña la obra musical Cirugía plástica, de Ana Valencia. ​

1. Zapatillas para sin correr. El esfuerzo inútil de querer evitar que todo cambia con el tiempo

2. Máscara transparente. El esfuerzo inútil de  buscar ser auténtico

3. Condón de encaje. El esfuerzo inútil de buscar que las acciones no tengan consecuencia. 

4. Juego de té poroso. El esfuerzo inútil de contenerse. 

Guías del proceso

El docente Nicolás Peñaloza Hoyos, del pregrado en Ingeniería de Diseño de Producto, creó el semillero Errante que ha contado con la participación de unos 16 estudiantes, además de egresados y otras personas cercanas a este programa.

Cuenta Peñaloza que para este proyecto del Museo de los Esfuerzos Inútiles comenzaron a hacer la conceptualización a partir de las obras, reflexionando sobre el sentido de la inutilidad y la utilidad, y más en Ingeniería, en la que la utilidad es un principio fundamental.

“Nos salimos, entonces, de ese paradigma ingenieril de que las cosas tienen que servir para algo, y básicamente hicimos una lluvia de ideas de objetos inútiles para hacer un match entre la conceptualización de los esfuerzos y los objetos que se nos ocurrieron", explica el docente.

De ese ejercicio surgieron 12 objetos inútiles. “Por ejemplo, tenemos un juego de té que no sirve para preparar té porque es poroso. Entonces representa el esfuerzo inútil de contenerse. Yo he sido como una especie de guía del proceso, de hecho, los objetos han surgido de los estudiantes".

Tras la etapa de ideación viene la de desarrollo y de darle forma a esas conceptualizaciones: “Y seguimos con los ejemplos: a vos se te ocurre que para hacer una crítica al esfuerzo inútil de querer hacer de todo un acontecimiento vital, vamos a hacer una torta. Así, hay que pensar bien en qué tamaño hacerlo, con qué materiales, meter la pata muchas veces… Intentamos con un material, luego con otro, hasta que tenemos la forma de todos nuestros objetos y se amplía a 13 objetos inútiles porque surge una obra musical más".

Sí, es el esfuerzo de lo inútil. La idea en 2023 es hacer una instalación con varias galerías en la Casa de los Tres Patios (Medellín) y otra en El Retiro, pues tal como se indica en el catálogo, “toda la creación interdisciplinar ha sido pensada para ser exhibida en un espacio museográfico que propicie la conjunción de los tres tipos de productos: musical, literario –minificciones curatoriales– y materialización del esfuerzo inútil como objeto".

De niños muchas veces la cantaleta de los papás se dirigía a eso: “Ustedes tienen que ser gente útil para la sociedad". Útil claro, pero en el terreno del arte todo es posible, hasta de convertir algo inútil en útil. Y sí, ¿se imaginan qué habría sido de la vida durante la reciente pandemia de no haber sido por tanta cosa “inútil" como la música o la literatura?

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Colaborador

Juan Carlos Luján Sáenz.

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