Urbam llega a sus 15 años con nuevos retos en la planificación territorial y la ciencia de datos

Quince años después de su creación, el Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam), de EAFIT, se mantiene fiel a su intención de ser un laboratorio urbano que lleve la universidad a las calles. Este tiempo ha permitido consolidar una manera distinta de leer los territorios, dialogar con las comunidades y proponer soluciones que integren las dimensiones ambientales, sociales y urbanas. Hoy, cuando Urbam celebra su aniversario número 15, su historia se lee como una cartografía viva de proyectos, aprendizajes, afectos y metodologías.

En este recorrido, el Centro ha desarrollado 42 proyectos de consultoría, con incidencia local e internacional en países como Bolivia, Panamá, Jamaica y Costa Rica. Sus 180 mesas de trabajo, que han convocado a más de 10.000 asistentes evidencian la dimensión participativa que caracteriza su labor desde los primeros años. Así lo recuerda Alejandro Echeverri Restrepo, cofundador de Urbam: “Nuestra idea fue medirnos por el impacto en la transformación real de la vida en la ciudad, más allá de los procesos académicos. Lo definíamos como la universidad en las calles, en la vida de los territorios”.

Medellín, el Valle de Aburrá, la cuenca del Atrato, el Suroeste antioqueño, entre otros, se han convertido en escenarios de aprendizaje mutuo donde Urbam ha explorado problemáticas relacionadas con el riesgo, el hábitat, la movilidad, la gestión del agua, la informalidad urbana y la planificación metropolitana. Este recorrido ha sido posible gracias a una premisa que se ha mantenido intacta: trabajar a partir de la ética, la empatía y la mediación, principios rectores que orientan el quehacer del Centro. 

Para Natalia Castaño Cárdenas, directora de Urbam, este enfoque recoge la esencia de este laboratorio. “Poner en el centro a las personas y hacerlo de una manera empática, conectando profundamente con los procesos territoriales, sociales y locales, para construir propuestas de transformación mucho más sostenibles, es clave”, afirma.

Formación que nace del territorio y vuelve al territorio

Junto con los proyectos, la dimensión académica se ha convertido en uno de los pilares de Urbam. A partir de su experiencia territorial y del diálogo constante con comunidades y actores locales, en 2012 surgió la maestría en Procesos Urbanos y Ambientales, que hoy suma 12 cohortes y 134 graduados. Esta propuesta formativa se ha destacado por su enfoque transdisciplinar y por su capacidad de integrar diferentes saberes.

La maestría ha llevado a las aulas a líderes comunitarios, gestores culturales y profesionales que, tras culminar su proceso académico, regresan a sus territorios con nuevas herramientas técnicas y una mirada más amplia sobre los desafíos urbanos y ambientales. Para Juan Fernando Zapata, líder social de Medellín, y graduado y profesor actual de este posgrado, Urbam aporta una “visión holística, propositiva, capaz de reconocer el valor de las comunidades locales en la construcción de soluciones adecuadas a los problemas territoriales”.

Posteriormente nació el pregrado en Diseño Urbano y Gestión del Hábitat, único en Colombia, que ya se prepara para graduar su primera cohorte. Este programa recoge la experiencia del Centro en metodologías de lectura territorial, diseño colaborativo y análisis urbano, todo ello desde una perspectiva ética y ambiental.

Urbam también ha construido redes académicas y colaboraciones internacionales con universidades de América Latina y de otros continentes, lo que ha permitido transferir metodologías, participar en proyectos globales y convertir a Medellín y sus territorios en un laboratorio reconocido fuera del país.

Nuevos retos para el futuro 

Si bien estos 15 años consolidan una trayectoria sólida, el futuro plantea desafíos aún mayores para Urbam, que desde ahora se proyecta en dos grandes líneas estratégicas. La primera es la ciencia de datos aplicada a las ciudades, con el propósito de fortalecer metodologías como la empleada en Densurbam, la herramienta de análisis desarrollada por el Centro que permite medir la capacidad de soporte urbano-ambiental de un territorio.

En palabras de Natalia Castaño, esta línea favorecerá la eficiencia en la toma de decisiones: “La ciencia de datos nos permite diagnosticar las áreas urbanas que requieren de intervenciones físicas, comprender el funcionamiento de los espacios públicos y mejorar la toma de decisiones para la calidad de vida”, explica, destacando que este enfoque se convierte en un insumo clave para avanzar hacia una planificación basada en evidencia.

La segunda línea se relaciona con el fortalecimiento del trabajo en ríos, mares y cuencas. La experiencia de Urbam en comunidades ribereñas ha motivado al Centro a explorar nuevas escalas hídricas y aportar a soluciones que integren gestión del riesgo, infraestructura verde, restauración ecológica y cultura del agua. “El agua conecta lo rural con lo urbano. En el agua se concentran buena parte de los problemas ambientales contemporáneos; alrededor del agua, las comunidades construyen rasgos fundamentales de sus culturas”, agrega Natalia.

A estas apuestas se suma la intención de fortalecer redes internacionales, expandir la formación académica y consolidar un cuerpo de egresados que ya comienza a incidir en políticas públicas, organizaciones sociales, consultorías especializadas y procesos comunitarios.

Parque Origen: un símbolo de la visión que Urbam ha construido

Entre los hitos más recientes de Urbam se encuentra Parque Origen, un proyecto liderado por EAFIT, diseñado por Connatural: Arquitectura en el paisaje, y construido por Nivelum. Esta iniciativa resignifica el antiguo bloque 3 y el corredor ambiental de la quebrada La Volcana, articulando restauración ecológica, manejo del agua, paisaje, aprendizaje y cultura.

Parque Origen, concebido como un laboratorio vivo de restauración urbana, fue reconocido como uno de los 20 ganadores de los Holcim Foundation 2025, uno de los galardones internacionales más importantes en construcción sostenible. El jurado destacó su capacidad para integrar arquitectura, naturaleza y comunidad, así como su aporte a la comprensión del campus como un ecosistema conectado a su cuenca.

Para Urbam, Origen representa no solo un logro institucional y un avance en la materialización del Plan Maestro Universidad Parque-Cuenca, sino también la demostración de cómo los principios que han guiado su trabajo pueden concretarse en proyectos de alto impacto ambiental, pedagógico y social.

Más que una conmemoración, los 15 años de Urbam son una invitación a pensar el futuro de las ciudades desde la colaboración. Tal como lo reafirma Felipe Montoya, especialista en desarrollo urbano del Banco Mundial, “Urbam busca el empoderamiento de los residentes para que tomen un papel activo en la planificación y desarrollo del territorio. Este enfoque participativo no solo asegura que las soluciones sean adecuadas a las necesidades locales, sino que también fomenta un sentido de propiedad y corresponsabilidad entre los habitantes”.

El camino no termina aquí. Como lo recuerda Natalia, gran parte del trabajo futuro radica en mantener viva la conexión con los territorios y en consolidar una mirada ética que reconozca los retos de las ciudades. Quince años después de su fundación, Urbam reafirma su propósito de imaginar y construir ciudades posibles junto a las comunidades que las habitan. Esa convicción, la de trabajar con y para los territorios, seguirá guiando su rumbo.