¡Cuarta temporada de Kratos! EAFIT y Postobón renuevan su alianza para promover la innovación y el talento joven

Septiembre 3, 2025

La alianza entre EAFIT y Postobón, a través del programa Kratos, celebra su cuarta temporada (2025-2027) tras más de siete años de trabajo conjunto. Durante este tiempo, 280 estudiantes de diversas disciplinas han participado en 13 proyectos de alto impacto que conectan la academia con la industria.

Con esta renovación, ambas instituciones reafirman su compromiso con la formación integral y el aprendizaje experiencial. Kratos se consolida como un escenario en el que el talento joven encuentra oportunidades reales para aplicar sus conocimientos y desarrollar soluciones.

El lanzamiento a la estratósfera de una Manzana Postobón es solo uno de los hitos que marcan la historia del programa Kratos, una iniciativa que desde 2017 ha unido a EAFIT y Postobón en la tarea de transformar el aprendizaje en proyectos aplicados. Con la renovación de la alianza para el periodo 2025-2027, comienza una nueva temporada que reafirma la confianza en el talento joven y en la fuerza de la colaboración entre la academia y la empresa.

Durante el acto protocolario, realizado en la plazoleta del bloque 20 de la Universidad, se destacó la importancia de dar continuidad a una iniciativa que ha vinculado a más de 280 estudiantes de distintas disciplinas en 13 proyectos de alto impacto. Kratos ha permitido que el conocimiento académico se materialice en desarrollos como vehículos electro solares y de tracción humana, estrategias organizacionales, microsatélites, entre otros. 

Antonio Copete Villa, vicerrector de Ciencia, Tecnología e Innovación de EAFIT, resaltó el valor de esta alianza para la institución y para el ecosistema de innovación. “Renovar esta alianza es fundamental para el futuro de la Universidad y para la visión que compartimos con nuestros aliados: una educación que conecta el conocimiento con la práctica, la innovación con la sostenibilidad y el aprendizaje con el desarrollo del país", dijo.

Por su parte, Juan Sebastián Barrientos Saldarriaga, vicepresidente de Asuntos Jurídicos y Corporativos de Postobón, destacó la visión transformadora de este trabajo conjunto: “Desde Postobón nos tomamos la vida con esa visión posibilista que tiene EAFIT, su rectora y sus profesores, y que inculcan en los estudiantes. Crear un espacio donde podamos creer en los jóvenes colombianos, dándoles un entorno y herramientas para que se imaginen el mundo de una mejor manera, trabajen en equipo y haga florecer la inteligencia colectiva, es lo que genera progreso y desarrollo”.

Un laboratorio para transformar ideas en soluciones

El evento incluyó una conversación entre directivos, mentores y estudiantes que compartieron su experiencia en Kratos y reflexionaron sobre el impacto de esta iniciativa. Los participantes coincidieron en que la alianza representa confianza y visión de futuro, ya que es un espacio en el que la educación, la empresa y los jóvenes se encuentran para construir país.

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Estudiantes y representantes de EAFIT y Postobón celebraron el inicio de una nueva temporada de Kratos en la plazoleta del bloque 20.
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Estudiantes y representantes de EAFIT y Postobón celebraron el inicio de una nueva temporada de Kratos en la plazoleta del bloque 20.


En el diálogo se abordaron temas como la educación experiencial, la innovación abierta, la sostenibilidad y la importancia de formar talento con propósito. También se resaltó el rol de Kratos como un laboratorio en el que los estudiantes pueden equivocarse, aprender y volver a intentarlo, bajo la guía de sus mentores y el acompañamiento de la Universidad y la empresa.

Cristina Vélez Valencia, decana de la Escuela de Administración de EAFIT, subrayó el espíritu que caracteriza al programa. “Kratos es un laboratorio de innovación radical. El trabajo de los estudiantes es hacernos pensar en cosas que jamás se nos han ocurrido, las posibilidades más absurdas que terminan siendo soluciones. Nosotros, como adultos del proceso, estamos aquí para acompañar y contener, pero el verdadero valor está en permitirles a los estudiantes pensar en nuevas formas de resolver problemas”.

Desde la perspectiva de los mentores, la experiencia ha sido igualmente enriquecedora. José Luis Barrera, gestor de proyectos y mentor de Kratos, señaló que “el reto número uno es crear el equipo para asumir los desafíos. Cuando una empresa plantea un proyecto, los estudiantes empiezan a cambiar su mentalidad, porque entienden que lo aprendido puede transformarse en productos y soluciones que generan valor para la sociedad”.

Los estudiantes también compartieron cómo este espacio ha marcado su formación. Samuel Díez, estudiante de Administración de Negocios, y Juanita Botero, estudiante de Ciencias Políticas, coincidieron en que hacer parte de Kratos les ha permitido desarrollar habilidades blandas, asumir liderazgos, gestionar proyectos y participar en competencias internacionales que ponen a prueba lo aprendido en las aulas.

Con la apertura de su cuarta temporada, Kratos reafirma su papel como puente entre la academia y la industria, y como una plataforma que proyecta a las nuevas generaciones de profesionales. La renovación de esta alianza entre EAFIT y Postobón refuerza un modelo de aprendizaje experiencial que seguirá inspirando a jóvenes a transformar sus ideas en proyectos con impacto en la sociedad.

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El Sol tiene 4.500 millones de años, y aún no lo entendemos del todo

Julio 23, 2025

Estudiar el Sol es clave para entender desde el origen de la vida hasta los riesgos de la era tecnológica. Esta estrella, de la que depende el 99.9 % de la energía del sistema solar, influye directamente en el clima terrestre, las comunicaciones satelitales y la sostenibilidad energética.

Estos y otros temas están en discusión en el Simposio IAUS400, que se realiza en EAFIT hasta este viernes 25 de julio. Más de 100 expertos de 24 países se reúnen para analizar los últimos avances en astrofísica solar y estelar. El evento, organizado por la Unión Astronómica Internacional, también incluye una agenda abierta a la ciudadanía.

Estudiar el Sol es mucho más que una curiosidad astronómica: es una necesidad para entender el presente de nuestra vida en la Tierra y prepararnos para el futuro. Este astro, del que depende el 99.9 % de la energía que alimenta el sistema solar, no solo permite que exista vida, sino que también plantea riesgos concretos para una civilización cada vez más conectada tecnológicamente. 

Con el propósito de discutir estos temas y presentar los más recientes avances en astrofísica solar y estelar, Medellín es sede del Simposio Internacional IAUS400, organizado por la Unión Astronómica Internacional, con EAFIT como institución anfitriona. En este evento se dan cita más de 100 expertos de 24 países, en una agenda que combina actividades científicas con una programación abierta a la ciudadanía. 

“Vivimos en una época de democratización del espacio, y tenemos que hacernos la pregunta de cuál debería ser el lugar de Colombia en esa dinámica. Hoy en día, no ser parte de la carrera espacial y de la exploración del espacio es como no ser parte del internet o de la inteligencia artificial, son cosas que cada vez más van a tener una incidencia directa en nuestra cotidianidad como seres humanos”, afirma Antonio Copete Villa, astrofísico y vicerrector de Ciencia, Tecnología e Innovación de EAFIT.

Uno de los grandes desafíos actuales es entender por qué la atmósfera exterior del Sol es millones de grados más caliente que su superficie. Un fenómeno que va en contra de la lógica física y que, a pesar de décadas de investigación, aún no tiene una explicación clara. “Esto no se sabe por qué pasa. Hay varias teorías, como ondas que se propagan en el Sol o pequeñas explosiones que calientan la atmósfera solar. Pero este problema lleva más de 60 años”, afirma Santiago Vargas Domínguez, investigador del Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional de Colombia y uno de los líderes del encuentro en EAFIT.

El comportamiento del Sol continúa siendo impredecible, lo que lo convierte en una potencial amenaza si no se monitorea de forma constante. Las tormentas solares pueden causar apagones masivos, interrumpir comunicaciones, dañar satélites y poner en riesgo misiones espaciales. “Una tormenta geomagnética puede afectarlo todo. Desde hace 60 años tenemos satélites que controlan absolutamente todo. Imaginarse una situación sin internet ni comunicaciones sería como devolvernos siglos”, advierte el profesor Santiago.

Desde su experiencia, Eliana Maritza Amazo-Gómez, astrónoma colombiana e investigadora postdoctoral del Instituto Leibniz de Astrofísica en Potsdam (Alemania), destaca el valor que tienen las estrellas como laboratorios naturales. “Nos ofrecen la oportunidad de entender la física en regímenes de presión, temperatura y gravedad extremos. Ya solo poder analizar la física en estas condiciones, tan diferentes a las de nuestra cotidianidad, es espectacular. Son fuente de energía limpia y podemos aprender de los procesos que ocurren en ellas para desarrollar formas de generación de energía más eficientes”, señala.

Más cerca del sol

Y no se trata solo de mirar al cielo desde lejos. Hoy, la humanidad está viendo el Sol como nunca antes gracias a sondas espaciales que se han acercado hasta un 10 % de la distancia entre la Tierra y el astro. “Tener una estrella en nuestro vecindario es como poder estudiar una iguana a 10 centímetros de distancia o bajo el microscopio. Por primera vez en la historia, podemos verle las barbas al Sol”, afirma Milo Buitrago Casas, investigador en el Laboratorio de Ciencias del Espacio en la Universidad de California en Berkeley.

Milo lidera una misión aprobada por la NASA que consiste en lanzar un telescopio de rayos X a bordo de un cohete para observar el Sol en tiempo real, justo en el preciso momento en que ocurra una explosión solar. Esto es posible gracias a un sistema de detección temprana que busca anticipar estos eventos. “Desde el punto de vista práctico sería increíble si podemos predecir explosiones solares. Eso tendría impactos directos en salvar tecnología espacial o en evitar los famosos apagones en radio. Pero desde el punto de vista científico, también es valiosísimo porque nos ayuda a entender mejor la física de las explosiones solares, ya que no todas son iguales”, señala.

Colombia, además de ser la sede del IAUS 400, tiene un papel cada vez más relevante en la investigación solar. Su ubicación geográfica privilegiada favorece el desarrollo de telescopios de radio y otros instrumentos de observación. “Contamos con expertos colombianos, tanto en el país como en el exterior, para consolidar este campo. Solo falta decidirnos a invertir en proyectos de desarrollo tecnológico”, afirma Eliana.
Así, desde Medellín y con una comunidad científica diversa y colaborativa, el país se suma al desafío global de entender la estrella que nos da vida. Un esfuerzo que combina ciencia, educación y tecnología para responder a preguntas tan urgentes como el futuro de la humanidad.

La programación del Simposio se extenderá hasta este viernes 25 de julio, así como los talleres para colegios, charlas, observaciones solares con telescopios y proyecciones en el domo del Observatorio Astronómico Nacional. Todo esto acompañado por un componente académico donde se abordan fenómenos como el clima espacial, las tormentas solares y la evolución estelar.

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La comunidad académica y la ciudadanía participan en la agenda del IAUS400.
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La comunidad académica y la ciudadanía participan en la agenda del IAUS400.



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¡Más potencia, más ciencia! Así se renueva Apolo, la supercomputadora de EAFIT

Julio 1, 2025

Con Apolo 3, el Centro de Computación Científica de EAFIT da un salto tecnológico. Esta nueva versión duplica su capacidad de procesamiento y almacenamiento, abriendo nuevas posibilidades para desarrollar modelos de inteligencia artificial, hacer predicciones, entre otras tareas.

Además de su potencia, Apolo 3 es más eficiente energéticamente y puede atender a más usuarios. Esta infraestructura informática se integra al ecosistema de investigación de la Institución para facilitar simulaciones avanzadas, agilizar procesos y reducir los costos de los proyectos científicos.

En el cuarto piso del bloque 19 de EAFIT, entre gabinetes, cables y un sistema de aire acondicionado de precisión, se encuentra el corazón tecnológico que impulsa buena parte de la ciencia que allí se produce: Apolo. Este Centro de Computación Científica, que nació hace más de una década, ha evolucionado silenciosamente hasta convertirse en una de las infraestructuras más potentes de su tipo en la región. Ahora, con la llegada de su tercera versión —Apolo 3—, que cuenta con mejor capacidad de procesamiento y almacenamiento, múltiples disciplinas podrán abordar problemas complejos que requieren análisis detallados.

“La versión más reciente representa una importante actualización tecnológica. Ofrece más capacidad de cómputo, mayor eficiencia energética y puede atender a más usuarios. Esta mejora es clave para enfrentar nuevos desafíos como el desarrollo de modelos de inteligencia artificial, predicciones del clima y del tráfico, el análisis del crecimiento urbano, innovaciones en agricultura y productividad, entre otros”, afirma Edison Valencia Díaz, profesor de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería de EAFIT, quien pronto asumirá la coordinación del Centro.

La función principal de Apolo es apoyar el trabajo con grandes volúmenes de datos y cálculos complejos que, en una computadora común, podrían tardar años en completarse y resultarían demasiado costosos. Esta capacidad es útil en estudios sobre el impacto del cambio climático, investigaciones sobre las ciudades en el futuro, desarrollo de nuevos medicamentos y tratamientos, alimentos más saludables, técnicas agrícolas sostenibles, estrategias para reducir la contaminación, entre muchos otros temas.

“En la supercomputación se aprovechan las características de los datos y de las operaciones para dividir las tareas entre múltiples unidades de procesamiento de manera paralela. La principal diferencia entre la supercomputación y los servidores y equipos convencionales es que los equipos de supercómputo están optimizados para realizar cálculos con mayor eficiencia”, explica Juan Guillermo Lalinde Pulido, profesor e investigador eafitense del Área de Ciencias Fundamentales, quien ha sido coordinador científico del Centro de Computación Científica Apolo.

Para Laura Sánchez Córdoba, coordinadora técnica del Centro, esta nueva versión representa un salto cualitativo en el poder de cómputo disponible para la comunidad académica y científica de la Universidad, así como para aliados y usuarios de la industria: “A nivel de aceleración, este nuevo clúster incorpora dos GPUs NVIDIA H100 NVL, consideradas actualmente como unas de las más potentes del mercado para aplicaciones en inteligencia artificial, cómputo de alto rendimiento (HPC) y simulaciones físicas. Estas reemplazan a las 4 GPUs K80 y 3 V100 del sistema anterior, cuya arquitectura ya no estaba alineada con las exigencias actuales de eficiencia, ancho de banda y soporte de bibliotecas modernas”.

El equipo que opera el Centro de Computación Científica Apolo está conformado por profesionales y estudiantes de pregrado en Ingeniería de Sistemas e Ingeniería Matemática. Este grupo se encarga de la administración y mantenimiento del sistema, la instalación de software científico y la atención personalizada a los usuarios. Gracias a esta estructura organizativa, junto con un monitoreo constante las 24 horas del día, Apolo no solo es una infraestructura poderosa, sino también una herramienta confiable, estable y adaptada a las necesidades del presente y del futuro de la investigación.

Una historia que se escribe desde 2012


El Centro de Computación Científica Apolo comenzó su historia en 2012 con una donación de Purdue University, y desde entonces ha evolucionado con base en tres principios fundamentales: facilitar el acceso a los investigadores sin necesidad de conocimientos técnicos avanzados, ofrecer acompañamiento especializado y ser un espacio formativo para estudiantes.

El profesor Juan Guillermo Lalinde lo resume así: “Apolo, al ser la primera infraestructura informática que EAFIT pone a disposición de sus investigadores, ha tenido un papel fundamental en la transformación de la cultura de investigación, al permitir ejecutar simulaciones que aceleran los procesos científicos. Actualmente, muchos grupos de investigación utilizan los recursos del centro, y también se está ofreciendo el servicio a estudiantes y emprendimientos para promover el uso de la computación de alto rendimiento”.

Uno de los mayores aportes de Apolo ha sido democratizar el acceso a esta tecnología. En el pasado, los investigadores debían adquirir sus propios equipos y encargarse de su gestión. Hoy, pueden acceder a un sistema compartido, eficiente y respaldado por un equipo técnico especializado, lo que ha permitido ampliar el alcance de sus proyectos.

El Apolo fue una pieza esencial para avanzar en las investigaciones de la Alianza Genómica de Medellín, en donde EAFIT, la Universidad de Antioquia y la Universidad Nacional, unieron esfuerzos para impulsar un proyecto de secuenciación del genoma humano de personas mayores de 100 años. En este caso, la Institución puso al servicio el supercomputador para la depuración de datos masivos generados en el transcurso de la investigación. También resultó fundamental para una investigación del Grupo CIBIOP (Centro de Estudios de Investigación en Biotecnología) acerca del Efecto de modificaciones de las cadenas carbonadas sobre el comportamiento elástico y de fase de bicapas lipídicas mediante dinámica
molecular. Otra investigación en la que el Apolo resultó fundamental, fue la investigación sobre gusanos antárticos, realizada por científicos de EAFIT y la UdeA, uno de los aportes de la Universidad fue el análisis bioinformático de los datos recolectados.

La experiencia acumulada no solo ha fortalecido el desarrollo de Apolo como recurso estratégico de la Vicerrectoría de Ciencia, Tecnología e Innovación, sino que también ha contribuido al posicionamiento de EAFIT en escenarios internacionales. Esta trayectoria ha sido posible gracias a una visión clara: permitir que los investigadores se concentren en sus preguntas científicas, mientras el centro les brinda el soporte técnico necesario. Como lo expresa el profesor Edison Valencia, “Apolo no es solo una infraestructura: es una invitación a crear, descubrir y transformar. Y si lo hacemos juntos, la ciencia será la fuerza que sostenga lo mejor de este mundo: la vida”.

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¡Más potencia, más ciencia! Así se renueva Apolo, la supercomputadora de EAFIT
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Desde su creación en 2012, el Centro de Computación Científica Apolo ha transformado la forma de investigar en EAFIT.
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Alianza Simdesign logra su quinta patente en dispositivos médicos con videolaringoscopio de bajo costo

Mayo 27, 2025

La Superintendencia de Industria y Comercio otorgó una patente a un videolaringoscopio diseñado por las universidades EAFIT, CES y el Hospital Pablo Tobón Uribe, instituciones que conforman la alianza Simdesign. El dispositivo mejora la intubación endotraqueal en situaciones médicas críticas gracias a su diseño anatómico y a la incorporación de una cámara.

El videolaringoscopio, reutilizable y de bajo costo, permite realizar intubaciones más seguras, rápidas y precisas, incluso por personal con menor experiencia. Esta es la patente número 74 para EAFIT y la quinta que se concede en el marco de esta alianza. 
 

¿Cómo hacer que el proceso de intubación sea más rápido, seguro y accesible? Esta fue la pregunta que, en su práctica diaria, se planteó el médico anestesiólogo José Fernando Arango Aramburo, y que se convirtió en el punto de partida de una colaboración interdisciplinaria que, años después, daría como resultado un dispositivo innovador. Hoy, ese esfuerzo ha sido reconocido con la concesión de una patente para el  Videolaringoscopio con cuerpo central anatómico y valva angulada para alineación variada traqueal, desarrollado por las universidades EAFIT, CES y el Hospital Pablo Tobón Uribe. Una solución creada para responder a una necesidad urgente en los contextos médicos más exigentes.


La patente, otorgada por la Superintendencia de Industria y Comercio, reconoce el nivel inventivo, la novedad y la aplicabilidad industrial del dispositivo creado por José Fernando Arango Aramburo, Juan Felipe Isaza Saldarriaga, Helmut Trefftz Gómez, Christian Andrés Díaz León, David Carmona Zapata, Tatiana Sierra Montoya, Iván Darío Montoya Serna y María José Londoño Jaramillo. A diferencia de los laringoscopios tradicionales, este videolaringoscopio cuenta con una cámara integrada que permite al personal médico visualizar en tiempo real la vía aérea del paciente, lo que reduce el riesgo de errores durante la intubación.


“Cualquier persona que requiera un procedimiento con anestesia general necesita ser intubada. Cuando este procedimiento no se realiza correctamente y a tiempo, pueden ocurrir consecuencias graves, como la muerte del paciente por falta de ventilación, especialmente en situaciones de urgencia médica. También pueden presentarse complicaciones como la pérdida de dientes al insertar el dispositivo o lesiones en las cuerdas vocales, que podrían afectar la capacidad de hablar. Con nuestro dispositivo, la intubación se puede hacer de forma más fácil, ágil y segura”, explica Juan Felipe Isaza Saldarriaga, profesor de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería de EAFIT y uno de los inventores de esta tecnología.


Al respecto, David Carmona Zapata, docente e investigador de la Universidad CES, complementa diciendo que “el uso de este videolaringoscopio amplía las posibilidades de atención de pacientes con vía aérea difícil, facilitando una intubación precisa en menos tiempo. Esto reduce el riesgo de intubaciones esofágicas o monobronquiales, disminuyendo así las complicaciones asociadas al procedimiento”.


El desarrollo del videolaringoscopio fue posible gracias al trabajo colaborativo e interdisciplinario en el marco de la alianza Simdesign, un proyecto de más de diez años entre las tres instituciones mencionadas. El doctor José Arango aportó su experticia cínica desde el inicio del proyecto; los investigadores del CES contribuyeron al desarrollo conceptual y funcional del dispositivo, a partir de diferentes prototipos. “Desde el equipo de ingenieros de EAFIT proporcionamos conocimiento en diseño del dispositivo médico, evaluación y validación, cumpliendo no solo con los requerimientos clínicos, sino también con los de seguridad y otros estándares que deben aplicarse a este tipo de desarrollos”, señala Christian Andrés Diaz León, profesor de la Escuela de Artes y Humanidades de EAFIT e inventor. 


Tecnología médica al servicio de todos


Entre las principales ventajas del videolaringoscopio se encuentra su capacidad para conectarse a computadores, tabletas o celulares de uso comercial, lo que lo convierte en una alternativa accesible frente a otras opciones del mercado, que suelen tener altos costos y requerimientos técnicos especializados. Esta característica fue clave durante la pandemia de COVID-19, cuando se fabricaron y distribuyeron más de 200 unidades a instituciones de salud en todo el país.


Para EAFIT, esta es la patente número 74 concedida y representa un hito en su estrategia de transferencia tecnológica. A través de su spin-off Inmetec, el videolaringoscopio ya está licenciado para su comercialización, con el propósito de ampliar su implementación en hospitales y centros de atención médica en Colombia.


“Esta patente nos demuestra que el trabajo con aliados nos impulsa a desarrollar soluciones interdisciplinarias que nos permiten llevar al mercado la ciencia, la tecnología y la innovación. Contamos con un ecosistema dinámico, en el que los desarrollos que realizamos llegan efectivamente al sector real, especialmente al sector salud” afirma Natalia Raigoza Rodríguez, coordinadora de Transferencia de Tecnología y Conocimiento de EAFIT.


Este dispositivo también es un ejemplo del potencial que tiene la ciencia y la tecnología universitaria para ofrecer respuestas concretas a los desafíos del entorno. A pesar de no contar con programas de formación en medicina, EAFIT ha demostrado, mediante sus alianzas estratégicas, una destacada capacidad para incidir en el sector salud a través de la ingeniería, el diseño y la innovación.


En definitiva, esta patente no solo valida la calidad técnica y científica del videolaringoscopio, sino que también refuerza la importancia del trabajo colaborativo entre la academia y el sector empresarial para transformar el conocimiento en impacto real para la sociedad.
 

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Durante la pandemia se produjeron más de 200 unidades del videolaringoscopio, que hoy está licenciado a la spin-off Inmetec para su comercialización en Colombia.
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Durante la pandemia se produjeron más de 200 unidades del videolaringoscopio, que hoy está licenciado a la spin-off Inmetec para su comercialización en Colombia.
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Profesoras de EAFIT llevarán el desarrollo de software en la nube a San Andrés, Providencia y Santa Catalina

Febrero 2, 2024

La profesora Paola Andrea Noreña Cardona recibió el premio Mujeres en la Ciencia 2023 del Grupo L’Oréal, gracias a un proyecto que busca promover el desarrollo de software en la nube en territorios con tecnología fluctuante o limitada. 

El propósito es cerrar la brecha de acceso de esos sectores al mundo digital para que aprovechen sus capacidades, construyan soluciones digitales y se beneficien de nuevos recursos.

 

2 de febrero de 2024

​​En noviembre del año 2020, en medio de la pandemia por covid-19, el huracán Iota avanzó por el mar Caribe dejando un rastro de destrucción a su paso, incluidas las islas colombianas de San Andrés Providencia y Santa Catalina, que estuvieron incomunicadas con el resto del país por varios días. Hoy, cinco años después y en el camino a su recuperación, el archipiélago cuenta con paneles solares que suministran energía, así como con zonas con internet satelital para el uso de sus habitantes. 

Sin embargo, sigue siendo una infraestructura débil y fluctuante que limita el acceso a la tecnología en diferentes dimensiones. Ahí fue donde Paola Andrea Noreña Cardona, profesora de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería de EAFIT, se preguntó cómo llevar el desarrollo del software a este tipo de zonas vulnerables, y formuló un proyecto que fue reconocido, a finales de 2023, en la edición número 25 del Premio Para las Mujeres en la Ciencia de L’Oréal Groupe, entregado en colaboración con el Ministerio de Ciencias, Tecnología e Investigación, Icetex y la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Nacional de Cooperación con la Unesco. 

Modelo de sostenibilidad humana en productos de desarrollo de software con infraestructura limitada es el nombre de la iniciativa, reconocida en la categoría Ciencias de la Computación junto a otros 10 proyectos liderados por mujeres de todo el país y uno proveniente de Perú.  

"Trabajamos desde hace varios años en este programa que brinda becas a mujeres científicas para que terminen posgrados y doctorados porque creemos que ayuda a dar visibilidad y, además, sirven de ejemplo para las futuras científicas", manifiesta Alberto Mario Rincón, director general de L'Oréal Groupe para Centroamérica y Región Andina.

¿En qué consiste? 

Se trata, en palabras de Paola Andrea, de una propuesta para promover el uso de la infraestructura en la nube y las prácticas sostenibles en el desarrollo de software, mediante un modelo de largo plazo que les permita a los habitantes —inicialmente de Providencia—capacitarse en este campo y realizar sus propios desarrollos. “Muchos de los jóvenes de ese departamento tienen que salir de la Isla a buscar un mejor futuro. Lo que queremos mostrarles es que es posible que puedan encontrar un camino profesional y aportar al crecimiento de su comunidad desde allí mismo”, agrega. 

El proyecto, en el que también participarán las eafitenses Liliana González Palacio y Elizabeth Suescún Monsalve, cuenta con varias etapas. La primera incluye un sondeo de la infraestructura actual con la que cuenta el territorio para reconocer cuál es su estado, cómo se puede mejorar y qué tipo de inversión se debe hacer para potenciar las capacidades. También participarán estudiantes del Semillero en Ingeniería de Software​. 

También contempla un momento de evaluación de los recursos de hardware con los que cuentan los habitantes y, a partir de allí, se proveerá un espacio en línea con tecnologías accesibles con las que se podrán adelantar desarrollos de software. La ventaja de que esté en la nube es que permitirá que, en caso de que se caiga el internet, puedan continuar trabajando en sus aplicativos y, posteriormente, subirlos a la nube. 

Cuando se trata de conectar comunidades y generar oportunidades de educación y trabajo, lo digital lo puede hacer posible. Para muchos de nosotros esto es natural, pero en otros contextos no es así, como en Providencia, un lugar remoto si lo comparamos con una gran ciudad y donde necesitan un plan en materia de temas digitales”, expresa la investigadora Elizabeth Suescún, quien agrega que la comunidad de ese sector requiere estar en la misma página de la sociedad digital, aprovechar sus capacidades para construir soluciones digitales y beneficiarse de los recursos con los que cuenta. Con este proyecto nos estamos comprometiendo a crear y a capacitar a su comunidad bajo un modelo de sostenibilidad humana”, concluye.  

En 2020 otra profe eafitense también obtuvo el premio Mujeres en la Ciencia ​ 

En diciembre del año 2020 un total de 14 científicas obtuvieron este mismo reconocimiento por parte del Grupo L’Oréal. Entre ellas estaba la profesora eafitense Laura Sierra, quien fue premiada por su investigación con el microbiota intestinal, la nutrición durante el embarazo y la lactancia, y el desarrollo cognitivo de los bebés a partir del uso de ingredientes biológicos innovadores.  

Mayores informes 
Alejandro Gómez Valencia 
Área de Contenidos EAFIT 
Departamento de Comunicación 
Teléfono: 57 604 2619500 ext. 9931 
Correo electrónico: jgomez97@eafit.edu.co 

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Foto Gobernación de San Andrés usada para la noticia Profesoras de EAFIT llevarán el desarrollo de software en la nube  a San Andrés, Providencia y Santa Catalina
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Como parte del proyecto, las investigadoras de EAFIT comenzarán a hacer un rastreo de casos exitosos en el mundo, especialmente en Panamá, para reunir experiencias y aprendizajes que permitan fortalecer el modelo propuesto. Foto Gobernación de San Andrés.
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Bottom y Air4U lanzan al mercado purificadores de aire con tecnología de nanofibras

Septiembre 4, 2025

El purificador de aire Air4U Bottom integra filtros de nanofibras desarrolladas por Bottom, spin-off eafitense, que potencian la captura de partículas ultrafinas, mejoran la calidad del aire en áreas de hasta 30 m², y contribuyen a eliminar virus, bacterias y malos olores.

Bottom desarrolla soluciones innovadoras en filtración, textiles funcionales y materiales avanzados. Su pertinencia radica en responder a problemas como la contaminación ambiental y en abrir oportunidades para que Colombia produzca tecnología competitiva.

Respirar aire limpio en medio de una ciudad cada vez más congestionada y contaminada parece un lujo. Sin embargo, en Medellín ese anhelo empieza a hacerse realidad gracias a una alianza clave. El lanzamiento de un purificador de aire por parte de la start-up Air4U, con filtros desarrollados por Bottom, spin-off eafitense, marca un hito en la transferencia de conocimiento desde la academia hacia la sociedad.

Las membranas creadas por Bottom, elaboradas con nanofibras, tienen la capacidad de atrapar partículas ultrafinas sin afectar la respiración ni el flujo de aire. Estas características las hacen ideales para equipos domésticos de purificación como Air4U Bottom, que en 30 minutos genera un ambiente fresco en áreas de hasta 30 m², eliminando virus, bacterias y malos olores.

El respaldo de la Universidad fue clave para hacer posible este proceso. Como lo explica Antonio Julio Copete Villa, vicerrector de Ciencia, Tecnología e Innovación de EAFIT. “En nuestro sistema de ciencia, tecnología e innovación, y en particular en el área de transferencia de tecnología y conocimiento, tenemos muy claro que la apuesta es por tecnologías que apuntan a resolver problemas reales de organizaciones, personas y comunidades de manera tangible”, afirma.

Bottom surgió tras más de una década de investigación en materiales y nanotecnología dentro del Grupo de Investigación en Ingeniería de Diseño (GRID) de la Universidad. Gracias a su conocimiento en nanofibras, ha desarrollado membranas con propiedades avanzadas que no solo se enfocan en la filtración, sino también en aplicaciones como textiles funcionales, recubrimientos antibacteriales y auto limpiantes, o sistemas de separación de agua y aceite.

La idea tomó forma con las investigaciones de la profesora Mónica Lucía Álvarez Laínez, de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería de EAFIT, quien exploraba técnicas de electrospinning para fabricar nanofibras. Sus primeras aplicaciones estaban orientadas a comprender fenómenos físicos y a diseñar filtros para atrapar contaminantes. Como recuerda ella: “Empezamos a trabajar en membranas que pudieran atrapar material particulado muy fino, pero sin afectar la calidad de la respiración. Eso se puede modular desde el propio diseño de la membrana”. Ese fue el punto de partida para los desarrollos que hoy llegan al mercado.

En el proceso también fue fundamental la participación de estudiantes que se vincularon desde etapas tempranas de su formación. Andrés Felipe Zapata, actual director técnico de Bottom, afirma: “De alguna manera, cuando uno estudia o hace un desarrollo en el laboratorio, busca que eso tenga un impacto en la calle o en el mercado, y la spin-off fue el trampolín para aplicar todo el conocimiento que adquirí y materializarlo en productos del mercado”. 

La pandemia aceleró la consolidación de estos avances. En ese momento crítico, Bottom recibió apoyo de Minciencias para adquirir un equipo de producción semiindustrial, único en el país, que permitió escalar la fabricación de membranas. Así, lo que antes era posible solo en el laboratorio se convirtió en una capacidad real de producción para atender necesidades del mercado en tiempo récord.

De la investigación al emprendimiento

Este camino estuvo acompañado por el área de Transferencia de Tecnología y Conocimiento de EAFIT. Melissa Londoño Ávila, jefa de esta área, destaca que en este proceso “fue importante transformar la mentalidad de la investigadora y el equipo de trabajo, ayudarlos a dar el salto hacia el emprendimiento, a dejar de ver el laboratorio como un límite y entenderlo como el inicio de un camino empresarial”. Ese cambio permitió que el conocimiento académico se transformara en la spin-off independiente que hoy es Bottom.

La consolidación de esta empresa no solo representa un logro institucional, sino también una oportunidad para el país. En un mercado global de filtros de aire que se estima alcanzará los 4.300 millones de dólares en 2026, Bottom se posiciona como pionera en nanofiltración en Colombia, con ventajas competitivas frente a productos importados y con la capacidad de responder a necesidades locales.

El purificador desarrollado con Air4U es apenas el inicio de un portafolio que seguirá creciendo. La historia de Bottom demuestra que es posible producir nanotecnología de clase mundial en Medellín y llevarla a la vida cotidiana. Con cada alianza y con cada nuevo producto, se reafirma que la ciencia hecha en Colombia puede ser motor de innovación, emprendimiento y bienestar social.

Conoce más sobre Bottom Aquí.

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Bottom, spin-off pionera en nanofiltración en Colombia, aplica nanotecnología para la solución de problemas.
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Bottom, spin-off pionera en nanofiltración en Colombia, aplica nanotecnología para la solución de problemas.
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EAFIT y Renault-Sofasa: 16 años impulsando la innovación automotriz en Colombia

Agosto 28, 2025

Uno de los eventos de la reciente edición de Acción EAFIT fue la conversación Renault Kwid: todo tiene su ciencia, en donde se habló, principalmente, del proyecto de un vehículo que exigió la automatización de procesos y el diseño de componentes, y el Choco Project, que convirtió la cascarilla de cacao en piezas automotrices sostenibles.

Desde 2009, la alianza entre EAFIT y Renault-Sofasa ha consolidado un modelo de colaboración universidad–empresa que integra ingeniería, innovación y formación de talento. Con cerca de 30 ingenieros eafitenses vinculados a la planta de Envigado, esta cooperación es hoy un referente de transferencia tecnológica.

El Renault Kwid y el Choco Project son dos hitos que muestran la fuerza de la alianza entre EAFIT y Renault-Sofasa. El primero, un vehículo estratégico para la compañía y para Colombia, marcó la modernización de la planta de Envigado y la integración de proveedores locales. El segundo, un proyecto pionero de economía circular, transformó la cascarilla de cacao en piezas automotrices sostenibles, abriendo una nueva ruta hacia la innovación con impacto social y ambiental.

Ambos desarrollos son el resultado de 16 años de trabajo conjunto, donde la academia y la industria se encuentran para generar soluciones que trascienden lo técnico y fortalecen la competitividad de un sector clave para el país. Así lo recuerda Juliana Ortiz Marín, directora (E) de Innovación y Desarrollo Tecnológico de EAFIT: “Este convenio nació en 2009, cuando Sofasa buscaba apoyo en ingeniería para sus procesos de industrialización y diseño. Durante estos 16 años se ha consolidado como un proceso de integración universidad–empresa que combina conocimiento, transferencia tecnológica y formación de talento, con cerca de 30 ingenieros de EAFIT en la planta de Envigado acompañando manufactura, calidad y proveedores”.

El Renault Kwid fue uno de los retos más importantes en esta relación. Su industrialización implicó automatizar procesos clave de la planta en un 18 % y garantizar estándares de calidad de talla mundial. Lucas Ochoa, gerente de Ingeniería en Renault, lo explica: 

“El Renault Kwid es un proyecto estratégico definido por la casa matriz de Renault para ser fabricado en la planta de Renault-Sofasa en Envigado, en un momento clave de recuperación tras la pandemia. Su llegada no solo asegura la capacidad productiva de la planta, sino que también reafirma la confianza en el futuro industrial de Renault-Sofasa.”

El Choco Project, por su parte, es un ejemplo de innovación sostenible. Con el liderazgo académico de EAFIT y la participación de aliados como Nacional de Chocolates, Essentia y el Instituto de Capacitación e Investigación del Plástico y el Caucho (ICIPC), se logró transformar la cáscara de cacao en un material de alto valor para piezas del Renault Kwid, reemplazando insumos tradicionales por fibras naturales. El resultado fue reconocido por la ANDI como un caso exitoso de innovación sostenible para la industria automotriz colombiana.

“Este desarrollo implicó múltiples desafíos técnicos como garantizar resistencia mecánica, cumplimiento de los estándares Renault y desempeño bajo condiciones exigentes propias de la industria automotriz. La innovación estuvo en lograr que un material de origen natural pudiera cumplir con los estándares de calidad y seguridad del sector, abriendo así la puerta a nuevas posibilidades de sostenibilidad en la fabricación de vehículos en Colombia”, afirma Mariana Giraldo Agudelo, Piloto de Función Elemental en Renault. 

Para Samuel Alberto Gómez Soto, gerente de Proyectos Kwid en Renault, la clave de esta alianza ha estado en la flexibilidad y la capacidad de trabajar en conjunto. “Contar con el convenio nos permite a ambas organizaciones complementarnos, ya que Renault- Sofasa entrega casos reales de la Industria y la Universidad nos aporta desde lo académico y creativo a resolverlos y a proponer soluciones con el apoyo no solo de los ingenieros que trabajan en el convenio, sino también de profesores y diferentes grupos de investigación presentes en la Universidad”.

Una alianza que impulsa sostenibilidad, talento e innovación

El impacto de esta colaboración va más allá de los resultados visibles en productos y procesos. Se ha convertido en un modelo de innovación que integra cuatro dimensiones: desarrollo humano y profesional, gestión de conocimiento, innovación aplicada y scouting sectorial. Este enfoque ha transformado la cultura de ambas organizaciones, generando beneficios tanto para la industria como para la academia.

El Renault Kwid y el Choco Project validan la vigencia de este modelo de trabajo conjunto, que no solo responde a necesidades técnicas, sino que también abre oportunidades para la sostenibilidad y el desarrollo de nuevas alianzas en la región. “Este proyecto es una muestra concreta, con resultados tangibles, de lo que puede lograrse cuando se unen las fortalezas del sector privado, el sector público y la academia. El Renault Kwid, o el ‘Choco Project’ como lo llamamos cariñosamente, demuestra que la triada universidad–empresa–Estado no solo es un modelo en teoría, sino una fórmula real y efectiva para generar innovaciones de alto impacto”, afirma Lucas Ochoa.

La proyección de esta alianza no se limita a mantener los logros alcanzados, sino que busca convertirse en la base de nuevos proyectos que conecten conocimiento con los grandes desafíos del sector productivo. En palabras de Juliana Ortiz: “En EAFIT creemos que la conexión con las organizaciones es la vía para transformar la sociedad, y por eso este modelo de innovación se proyecta como un camino para fortalecer la industria, impulsar la innovación y formar el talento que requiere el país. Nuestro propósito es que esta experiencia siga creciendo y sirva de base para nuevas alianzas que conecten conocimiento con los grandes desafíos del sector productivo”, concluye.

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La alianza entre EAFIT y Renault-Sofasa impulsa la industria automotriz con proyectos de innovación y sostenibilidad. En la imagen, estudiantes y profesores de EAFIT en la planta de Sofasa.
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La alianza entre EAFIT y Renault-Sofasa impulsa la industria automotriz con proyectos de innovación y sostenibilidad. En la imagen, estudiantes y profesores de EAFIT en la planta de Sofasa.
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Investigadores eafitenses mapearon cuáles son los territorios de ciencia, tecnología e innovación de Medellín

Abril 8, 2025

A través de un diagnóstico del ecosistema de CTeI en Medellín, los investigadores identificaron actores clave en diferentes zonas de la ciudad, con el objetivo de proporcionar información estratégica que facilite la toma de decisiones y fomente la articulación entre la academia, el sector productivo y el gobierno. 

Los resultados del mapeo indican que existe un elevado nivel de interdisciplinariedad en grupos de investigación, lo que representa una oportunidad para impulsar colaboraciones estratégicas. El mapeo detectó áreas con potencial para desarrollar vocaciones en distintas​.

Los resultados del mapeo indican que existe un elevado nivel de interdisciplinariedad en grupos de investigación, lo que representa una oportunidad para impulsar colaboraciones estratégicas. El mapeo detectó áreas con potencial para desarrollar vocaciones en distintas​.

Medellín sigue consolidándose como un referente en innovación, pero ¿cómo está realmente su ecosistema de ciencia, tecnología e innovación (CTeI)? Para responder a esta pregunta, investigadores de EAFIT realizaron un mapeo que ofrece una radiografía detallada de la ciudad en este ámbito. El estudio, basado en un diagnóstico contextual, una caracterización espacial y una revisión de literatura académica, identificó los actores clave, las dinámicas de desarrollo y los desafíos que enfrenta la capital antioqueña.

El análisis reveló que los grupos de investigación más numerosos son aquellos vinculados al área de la medicina. En ciencias sociales, destaca la presencia de campos como economía y negocios, mientras que en ingeniería y tecnología sobresalen mecánica, materiales y tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). Aunque las humanidades y las ciencias agrícolas tienen menor participación, se perfilan como posibles áreas de crecimiento. Además, el estudio evidencia un elevado nivel de interdisciplinariedad entre los grupos, lo que representa una valiosa oportunidad para impulsar colaboraciones estratégicas.

Sobre el propósito de este trabajo, Germán Tabares Pozos, coordinador del área de Inteligencia en Ciencia, Tecnología e Innovación de EAFIT, afirmó que se busca apoyar la toma de decisiones y crear herramientas que le permitan a Medellín consolidarse como un Distrito Especial de CTeI. “Con el tiempo, vamos a tener empresas más innovadoras y complejas, capaces de generar mejores empleos y mayor riqueza para la sociedad. Para lograrlo, es fundamental que estos distritos alberguen también científicos, técnicos y profesionales que conviertan el conocimiento en tecnología aplicada, impulsando así la creación de nuevas empresas”. 

Otro de los principales hallazgos es que las actividades de CTeI no se concentran en un único sector de la ciudad, sino que están distribuidas en diferentes zonas con características diversas. Igualmente, el mapeo detectó áreas con potencial para desarrollar vocaciones en distintas dimensiones de la ciencia, la tecnología y la innovación.

“La actividad económica se concentra en un área dispersa del centro y sur de la ciudad, mientras que las actividades científicas se agrupan alrededor de las universidades, distribuidas por todo el territorio. A partir de estos hallazgos, orientamos el análisis hacia un enfoque integral, que no solo considera los factores que han llevado a la ciudad a que luzca como luce en el presente, sino también aquellas zonas donde parecen existir condiciones para convertirse en focos de desarrollo”, explica Miguel Manzur Gómez, asesor de esta iniciativa.

El mapeo del entorno CTeI permitió identificar distintos perfiles territoriales. En el Distrito Norte se evidencia una innovación mixta, con un equilibrio entre grupos avanzados y generación de patentes, aunque con una densidad empresarial aún baja. En contraste, el Centro se perfila como un epicentro tecnológico, gracias a su alta concentración de empresas y patentes.

El Occidente de Medellín presenta un fuerte enfoque en la investigación académica, con predominio de grupos universitarios y actores reconocidos por su producción científica. En la zona Centro-Sur se observa un ecosistema activo, con presencia de patentes, grupos independientes y una alta densidad empresarial. Finalmente, el Distrito Sur destaca por su marcada relación universidad-empresa, con una concentración industrial y una fuerte presencia de patentes y grupos de investigación.

Para la realización de este estudio, los investigadores aplicaron técnicas de minería de datos y econometría espacial, lo que permitió identificar zonas de la ciudad con relevancia en algunas dimensiones específicas o con un comportamiento destacado en el entorno CTeI de manera integral. Uno de los principales desafíos fue, precisamente, la selección y medición de estas variables, así como la garantía de que no se omitieran componentes importantes del ecosistema.

Zonas de Tratamiento Especial en CTeI

Tras el cambio normativo de 2021, cuando el Congreso de la República aprobó el acto legislativo que convirtió a Medellín en Distrito de CTeI, surgió la necesidad de aterrizar esta nueva condición en la realidad territorial de la ciudad. Esta figura le otorga a Medellín herramientas clave para dinamizar su ecosistema, como la creación de un fondo específico para CTeI, un consejo asesor independiente con participación de las universidades y la posibilidad de declarar zonas de tratamiento especial.

Antonio Julio Copete Villa, vicerrector de Ciencia, Tecnología e Innovación de EAFIT, destaca el papel activo de la Universidad en este proceso, incluso en la fase previa a la Ley 2286 de 2023, que establece que el Concejo y la Alcaldía son responsables de adoptar e implementar la figura de Distrito CTeI. “Desde EAFIT, trabajamos junto a los senadores ponentes y aportamos insumos técnicos fundamentales, especialmente desde el Centro de Estudios Urbanos y Ambientales –Urbam–, para definir conceptos como las zonas de tratamiento especial”, afirma el vicerrector.

Estas zonas son delimitaciones geográficas dentro de la ciudad que podrían recibir beneficios diferenciados para fortalecer el desarrollo científico, tecnológico y empresarial. Pero antes de definir su ubicación y ventajas, era necesario entender dónde se concentran hoy las actividades de CTeI en Medellín. 

Por lo anterior, desde finales del año pasado, y en el marco del Comité Universidad Empresa Estado (CUEE), se conformó una célula de trabajo con representantes de la academia (incluida EAFIT en representación de las universidades privadas) y del sector empresarial, donde se comenzó a discutir y analizar los criterios y localizaciones para definir las zonas de tratamiento especial. 

Como primer paso, se acordó que era necesario desarrollar un diagnóstico riguroso del ecosistema CTeI en la ciudad. Así comenzó el trabajo de los investigadores eafitenses para identificar las dinámicas reales en la ciudad y ofrecer una base sólida para la planeación y consolidación del Distrito Especial.

Uno de los próximos hitos del proceso será el lanzamiento de la primera zona de tratamiento especial, prevista para este año y bautizada provisionalmente como FutuMed. Estará ubicada en el entorno de Ruta N y la Universidad de Antioquia, zona en la que ya existe una apuesta histórica por la innovación. La intención es que no sea la única, ya que, gracias al mapeo liderado por EAFIT, la ciudad podrá identificar otras áreas con alto potencial y definir qué beneficios específicos podrían ofrecerse en cada caso.

A esto se suma la creación del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación, otra herramienta contemplada por la Ley 2286, con una cuantía proyectada para 2025 cercana a los 160.000 millones de pesos. “Ese monto es comparable al presupuesto del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación para todo el país, lo que habla de la magnitud de esta oportunidad para Medellín”, señala el vicerrector.

El reto ahora es convertir todas estas herramientas en resultados concretos para la ciudad. Para lograrlo, la articulación entre universidad, empresa y Estado será clave. Como concluye el vicerrector: “La idea es que la ciudad comience a ver los beneficios y cómo a través de estas zonas podemos impulsar un nuevo modelo de economía basado en el conocimiento. Esa es, en últimas, la promesa de lo que debería ser un Distrito de Ciencia, Tecnología e Innovación”.

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El Centro se perfila como un epicentro tecnológico, gracias a su alta concentración de empresas y patentes.
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Astrolab Bio, spin-off eafitense, valida la funcionalidad de alimentos en la salud infantil

Abril 3, 2025

Un estudio exploratorio liderado por Astrolab Bio, spin-off de EAFIT, en alianza con Fuly Kids, confirmó el impacto positivo de un alimento funcional en la microbiota intestinal infantil y en biomarcadores sanguíneos. Esta colaboración refuerza el papel de la biotecnología en la innovación alimentaria. 

Durante 60 días, niños de 6 a 11 años consumieron el producto, lo que resultó en un aumento del 110 % en bacterias beneficiosas y una reducción del 81 % en bacterias inflamatorias. Estos hallazgos sugieren un fortalecimiento del sistema inmune y un menor riesgo de infecciones.

En un esfuerzo por mejorar la salud infantil a través de la alimentación, un equipo de investigadoras de Astrolab Bio, spin-off de EAFIT, en alianza con la empresa Fuly Kids, realizó un estudio exploratorio para evaluar los efectos de Immuny Booster. Su objetivo era determinar si este alimento funcional podía no solo equilibrar el microbioma intestinal, sino también mejorar biomarcadores sanguíneos clave para el sistema inmune y la disponibilidad de hierro. Los resultados confirmaron su impacto positivo, abriendo nuevas posibilidades en el desarrollo de estrategias nutricionales respaldadas por la ciencia.

Durante 60 días, un grupo de niños, entre 6 y 11 años, consumió el producto, diseñado para fortalecer la flora intestinal y mejorar la respuesta inmunológica. La spin-off eafitense hizo los análisis, que revelaron un aumento del 110 % en bacterias beneficiosas y una reducción del 81 % en bacterias inflamatorias, indicadores importantes en la salud digestiva y el bienestar general.

El estudio, desarrollado con rigor científico, incluyó análisis de muestras coprológicas y de sangre. Estas pruebas evidenciaron un incremento en los niveles de hemoglobina y mayores conteos de hematocrito en sangre, lo que sugiere un impacto positivo en la prevención de la anemia. Estos hallazgos refuerzan la relevancia de los alimentos funcionales como estrategia innovadora en la nutrición infantil.

“Con base en los datos obtenidos antes y después del consumo del producto, Astrolab Bio realizó un análisis con el fin de observar correlaciones y tendencias en la composición del microbioma intestinal y los biomarcadores en sangre. Los hallazgos de este estudio proporcionan información valiosa sobre la efectividad de esta intervención y contribuyen al diseño de estrategias nutricionales basadas en la ciencia para fortalecer la salud intestinal en edades tempranas”, señala la profesora Laura Gómez Mesa, cofundadora y líder de Operaciones y Procesos de Astrolab Bio.

Por su parte, Daniel Gómez Ospina, director general y cofundador de Fuly Kids, destaca la importancia de contar con evidencia científica que respalde sus productos. “Para nosotros, esta investigación es fundamental porque valida lo que queremos lograr con el producto. Este será el primero de varios estudios que realizaremos para entender lo que sucede en el organismo de los niños y por qué nuestros productos están obteniendo estos resultados”.

Salud infantil y biotecnología

Astrolab Bio, reconocida por su enfoque en el desarrollo de soluciones basadas en biotecnología, implementó en este estudio la tecnología Biomatest, un análisis de muestras de deposiciones que permite determinar la cantidad y calidad de los microorganismos intestinales, tanto beneficiosos como perjudiciales.

Si bien el suplemento Immuny Booster demostró ser una estrategia prometedora para modular la microbiota intestinal infantil en la cohorte de estudio, Laura Sierra Zapata, profesora de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería de EAFIT y cofundadora y CEO de Astrolab Bio, advierte que “en este tipo de estudios exploratorios o intervencionales, es ideal en el futuro realizar investigaciones longitudinales y clínicas de mayor alcance para evaluar los efectos a largo plazo y correlacionar estos cambios microbianos con parámetros clínicos. Además, es importante analizar si los efectos observados se mantienen tras la interrupción del consumo del producto”.

La investigación abre la puerta a nuevas líneas de estudio en el desarrollo de alimentos funcionales que contribuyan a mejorar la calidad de vida de la infancia. De igual forma, evidencia cómo la colaboración entre la academia y el sector productivo puede traducirse en avances significativos para la salud pública, demostrando que la biotecnología y la alimentación pueden ir de la mano para construir un futuro más saludable.

“El microbioma de los niños es un objetivo terapéutico importante y altamente maleable, lo que significa que puede modificarse eficazmente a través de la alimentación”, concluye Laura Sierra.

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¡Innovación en radioterapia! EAFIT y la Clínica El Rosario avanzan en modelos matemáticos para tratamientos más precisos y seguros

Abril 1, 2025

EAFIT y la Clínica El Rosario trabajan en el desarrollo de modelos matemáticos que optimizan la radioterapia en pacientes con cáncer de próstata y mama. Estas herramientas permiten una mayor precisión en la administración de la dosis, reducen la exposición de órganos sanos y disminuyen los efectos secundarios.

Los nuevos modelos han demostrado una reducción significativa en la dosis recibida por tejidos sensibles, como la vejiga en tratamientos de cáncer de próstata y el corazón en casos de cáncer de mama. Su validación con datos clínicos respalda su aplicabilidad y marca un avance clave hacia tratamientos más seguros, eficaces y personalizados.

La radioterapia es uno de los tratamientos más utilizados contra el cáncer, ya que permite atacar los tumores con precisión y minimizar el daño a los tejidos sanos. Sin embargo, su efectividad puede verse comprometida por factores como el movimiento de los órganos o la variación en la posición del paciente entre sesiones. Para hacer frente a este desafío, EAFIT y la Clínica El Rosario han desarrollado modelos matemáticos innovadores que incorporan las incertidumbres desde la etapa de planificación del tratamiento, mitigando su impacto en la entrega de la radiación. Gracias a este enfoque, es posible aumentar la efectividad terapéutica y reducir el riesgo de efectos secundarios para los pacientes.

La colaboración entre ambas instituciones nació de la necesidad de mejorar los tratamientos de radioterapia de intensidad modulada (IMRT), especialmente en casos de cáncer de próstata y mama. Así lo explica María Eugenia Puerta Yepes, profesora de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería de EAFIT: “La Clínica El Rosario, buscando fortalecer la precisión de sus procedimientos, identificó la optimización matemática como un área clave para lograrlo y encontró en EAFIT un aliado estratégico con experiencia en modelación matemática aplicada a problemas reales”.

Uno de los principales avances del proyecto ha sido el diseño e implementación de dos enfoques innovadores. El primero es la optimización basada en análisis intervalo, una metodología que representa la dosis de radiación como un rango continuo en lugar de un valor fijo, lo que brinda mayor flexibilidad y adaptabilidad frente a escenarios de incertidumbre. Gracias a esta estrategia, en los tratamientos de cáncer de próstata analizados en el estudio se logró reducir en un 4,2 % la dosis recibida por la vejiga, mantener la protección del recto y mejorar en un 5,8 % la cobertura del tumor en comparación con los métodos tradicionales.

El segundo modelo, denominado Cheap-Minimax​, ha sido otro de los grandes avances del proyecto. Se trata de una variante de la estrategia minimax, tradicionalmente empleada en radioterapia con protones, que en este caso fue adaptada para tratamientos con rayos X. Este enfoque ha demostrado un equilibrio efectivo entre la protección de los órganos sanos y la eficacia del tratamiento. “En los casos de cáncer de mama analizados en el estudio, este modelo permitió reducir en 3,7 % la dosis al pulmón ipsilateral, en 20 % la dosis media al corazón y en 19 % la dosis en piel. Estas mejoras se traducen en una menor probabilidad de toxicidades y, en consecuencia, en una mejor calidad de vida para las pacientes”, afirma Andrés Camilo Sevilla Moreno, magíster en Física Médica y candidato a doctor en Ingeniería Matemática de EAFIT.

La validación de estos modelos se realizó con datos reales de pacientes de la Clínica El Rosario, lo que permitió comprobar su viabilidad en entornos clínicos. Aunque todavía no se han implementado en la práctica médica, representan un paso clave hacia tratamientos más seguros y personalizados. Además, los modelos han sido documentados e integrados a matRad, una plataforma internacional de código abierto utilizada en la planificación de tratamientos de radioterapia con fines académicos, de investigación y enseñanza.

“Lo más valioso ha sido la creación y la publicación de nuevo conocimiento que probablemente llevará a que nuevos modelos sean implementados en sistemas comerciales. En tal caso, el número de pacientes beneficiados sería altísimo y el alcance de los resultados llegaría a una escala global”, asegura Gonzalo Cabal, físico médico de la Clínica El Rosario.

Este trabajo interdisciplinario ha sido posible gracias a la colaboración entre ambas instituciones. Los investigadores de EAFIT han aportado su experiencia en modelación matemática y optimización, mientras que los especialistas de la Clínica El Rosario han garantizado que los desarrollos respondan a necesidades reales en la atención oncológica. Además, estudiantes de maestría y doctorado han participado en la formulación y validación de estos modelos, fortaleciendo su formación en investigación aplicada.

Un paso hacia la implementación clínica

El siguiente desafío es llevar estos modelos a la fase de implementación clínica y ampliar su alcance a otros tipos de cáncer. Para ello, los investigadores buscan realizar estudios piloto con pacientes reales. “Aunque los modelos han sido validados con datos clínicos, su aplicación en tratamientos requiere pruebas adicionales en entornos hospitalarios”, explica la profesora María Eugenia.

Igualmente, consolidar la relación entre la academia y el sector salud es clave en el diseño de soluciones innovadoras. Esta forma de trabajo colaborativo podría replicarse con otras instituciones, agrega la profesora, fortaleciendo la investigación en optimización matemática aplicada a la salud. En el caso de EAFIT, se continuará promoviendo la participación de estudiantes de maestría y doctorado en estos desarrollos, impulsando la formación de nuevos investigadores en este campo.

“Actualmente, nuestra investigación se centra en aplicar y perfeccionar estos modelos en cáncer de mama y cáncer de pulmón, dos de las localizaciones más frecuentes y complejas de tratar debido al movimiento respiratorio. La meta es lograr que cada plan de tratamiento sea lo más preciso posible para todos los pacientes, incluso cuando hay incertidumbre en el posicionamiento o el movimiento de los órganos”, agrega Andrés Camilo.

Estos avances representan un paso fundamental en la evolución de la radioterapia. Gracias a la investigación académica y la sinergia con el sector salud, la optimización matemática sigue abriendo nuevas posibilidades para mejorar la precisión de los tratamientos y la calidad de vida de los pacientes con cáncer.

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La investigación ha generado innovaciones como el análisis de intervalos y el modelo Cheap-Minimax para optimizar la administración de la radioterapia. En la imagen, suministrada por los investigadores: plan de tratamiento de radioterapia de intensidad modulada (IMRT) para cáncer de mama bajo consideraciones de incertidumbre.
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