Sus programas no solo impactan en los líderes que orientan las empresas. Es toda la organización la que se beneficia de directivos actualizados en habilidades estratégicas, que adquieren herramientas prácticas, que aprenden del equilibrio entre conocimiento y valores, para orientar equipos más preparados y humanos. Alta Dirección acompaña a esos directivos, pero también aporta desde la investigación y la producción académica con estudios que iluminan asuntos de interés actual.
A finales de 2019 se presentó, por ejemplo, Quiénes son los millennials colombianos, un libro que recopila los resultados de una investigación de un grupo multidisciplinario, clave para la gestión humana de las organizaciones, pues servirá para crear mejores estrategias de inserción laboral, con información para convertirlas en espacios más atractivos para esta generación. Teniendo en cuenta que la literatura disponible sobre estas temáticas llega, en su mayoría de Estados Unidos y Europa, esta publicación adquiere pertinencia, debido a que se enmarca en la realidad latinoamericana.
El compromiso de Alta Dirección con el Propósito Superior se demuestra, también, en recientes propuestas: el desarrollo en 2019 de la primera cohorte de
Estudios del comportamiento, empresa y sociedad: ¿Por qué nos comportamos como lo hacemos?, desde el que se intentó responder a cuestionamientos relacionados con cómo los seres humanos tomamos decisiones y cómo es posible intervenir esos procesos para generar cambios sociales, y en programas que surgen de la revisión del entorno, como
El liderazgo femenino en la alta dirección, inspirando al empresariado hacia cambios de paradigmas.
Entre 2015 y el primer semestre de 2020, del programa Alta Dirección han hecho parte 96 empresas, en 29 programas, con cerca de 560 participantes.